Entrevistas

Astori: "Si gana la fórmula del PN, el país se tranca totalmente"

Astori: "Si gana la fórmula del PN, el país se tranca totalmente"

Entrevistado por En Perspectiva, el candidato frenteamplista a vicepresidente, Danilo Astori, sostuvo que un Poder Ejecutivo sin mayorías parlamentarias es un factor de "inestabilidad" y de "obstáculo permanente" desde el punto de vista político. El senador manifestó que las diferencias entre el Frente Amplio y el Partido Nacional son claras y en algunos puntos "irreconciliables", pero que de todos modos es un deber buscar acuerdos en algunas áreas fundamentales. En ese sentido, insistió en que durante el actual período de gobierno la oposición tuvo "elevada participación" e incluso "definición" en la creación de un gran número de leyes y que él es un hombre de diálogo. Con respecto al enfoque general de las gestiones y propuestas en pugna resumió: "El Frente Amplio equilibra muchísimo más los valores de la libertad y la justicia que lo que hicieron al respecto los partidos tradicionales".


(emitido a las 8.44 hs.)

EMILIANO COTELO:
Cuando quedan 18 días para la segunda vuelta, la campaña parece haber ingresado en su punto más caliente, con fortísimas críticas cruzadas entre gobierno y oposición.

El arsenal de Feldman, las denuncias de voceros blancos y colorados sobre posibles vínculos con el MLN y la respuesta indignada del Frente Amplio (FA) se impusieron en el discurso electoral, liquidaron cualquier posibilidad de debate entre las fórmulas presidenciales y desplazaron a su mínima expresión la discusión sobre propuestas de gobierno.

¿Cómo queda planteado el escenario ahora? ¿Por qué dice que el 29 de noviembre se juega un verdadero plebiscito? Si el FA vuelve a ser gobierno con mayoría parlamentaria propia, ¿qué participación se dará a blancos y colorados?

Sobre esos y otros temas vamos a consultar al senador Danilo Astori, candidato a vicepresidente de la República junto con José Mujica.

***

EC - ¿Cómo se sale de este momento crítico de la campaña?

DANILO ASTORI:
Hay una sola manera: que todos hagamos un esfuerzo por concentrarnos en el análisis de los temas que la población espera que analicemos.

EC - Todos reclaman una campaña por lo alto, pero al poco tiempo se termina en este tipo de enfrentamientos. Ya ha habido más de un intento.

DA - Sí, los propósitos han sido formulados más de una vez, es verdad. La población puede sentir decepción por el no cumplimiento de esos propósitos, pero nunca es tarde, y después de haber tocado fondo –porque creo que tocamos fondo en los últimos días–, ojalá reflexionemos todos y hagamos un esfuerzo cada partido, y en este caso en particular cada fórmula que está compitiendo en esta segunda vuelta, para elevar el nivel del análisis, de la discusión y sobre todo de la propuesta. No creo que haya otra manera de salir de esta situación en la que nos encontramos, que nos ha hecho un daño enorme.

EC - Aprovecho este punto de la conversación para consultarlo sobre unos dichos que lo tuvieron a usted como protagonista y que han sido mencionados más de una vez en el programa en los últimos días. Usted mismo molestó mucho a la oposición con unas declaraciones que formuló en los primeros días después de la primera vuelta a propósito del uso de los símbolos patrios. La semana pasada, cuando lo entrevistamos aquí en En Perspectiva, el doctor Luis Alberto Lacalle lo denunciaba de esta forma:

(Audio Luis Alberto Lacalle.)

"Que el contador Astori, ese hombre que se caracterizó durante tanto tiempo por su prudencia, su mesura, un hombre que era didáctico, porque era profesor y es profesor hasta en sus declaraciones televisivas, salga con el exabrupto de que quienes votan a Luis Alberto Lacalle no tienen la cualidad ética para usar la bandera está tan fuera de lugar que yo digo: ¿qué pasa?, ¿hay preocupación, cansancio, nerviosismo, estrés? Es de una maldad, de un poco nivel, un ataque de ese tipo, proveniente de quien era la mesura personificada, que uno se extraña".

(Fin.)

EC - ¿Qué responde?

DA - Agradezco la pregunta y esta cita del doctor Lacalle, porque me permite una vez más aclarar una situación que lamentablemente, más allá de la voluntad de todos, se tergiversó totalmente. Los adjetivos que empleó el doctor Lacalle son muy duros, pero en todo caso él no es responsable de haber analizado en esos términos el tema, porque la noticia fue difundida –sé que fue así– de una forma totalmente falsa, nada que ver con la realidad.

En un activo –como los llamamos– realizado con militantes frenteamplistas en la ciudad de Las Piedras yo me referí no al pabellón nacional, sino al pabellón artiguista como un pabellón que por la positiva podía ser enarbolado con mucha autoridad moral por el FA. Porque el FA desde su nacimiento hizo una vocación pública de fe hacia el pensamiento de Artigas, en aquel discurso de Seregni el 26 de marzo de 1971 que culminaba con la frase "Guíanos, padre Artigas", y luego, a lo largo de toda una carrera política ha insistido mucho en la vigencia del pensamiento artiguista. Fue por eso que dije que el FA tenía mucha autoridad moral para utilizar los símbolos artiguistas. Pero no se la negué a nadie, ni tampoco hice referencia al pabellón nacional. Así que el doctor Lacalle hizo esas apreciaciones muy duras sobre bases totalmente falsas, pero –reitero– no tiene la culpa, porque yo sé que hubo periodistas y algún medio de comunicación que difundieron la noticia de la manera como la analizó el doctor Lacalle.

EC - Desde  el 25 de octubre se ha discutido mucho sobre qué es lo que representan las dos fórmulas presidenciales, qué hay entre Mujica-Astori por un lado y Lacalle-Larrañaga por otro. Y ese debate se complicó un poco cuando el presidente Tabaré Vázquez declaró al semanario Búsqueda que lo que están en juego en el balotaje son dos formas de gestionar el gobierno, más que dos modelos de país.

Parece que usted no coincide con Vázquez, porque hace meses que plantea que la elección es algo bastante más dramático, un plebiscito, usa permanentemente el término "plebiscito".

DA - Sí, y creo que es justo utilizar ese término, porque son muy distintas las opciones que tiene la ciudadanía. Nuestros propios adversarios, nuestros propios competidores en esta segunda vuelta lo dicen. Yo he escuchado al doctor Lacalle señalar que nada es más lejano de su pensamiento que la propuesta del FA. Y tiene razón, son enfoques muy distintos. La palabra que usemos es lo menos importante, lo importante es analizar el contenido, sobre todo de dos cosas, de las gestiones, no solo del doctor Lacalle sino de los partidos tradicionales antes de la llegada del FA al gobierno, y luego la del FA, y las propuestas. Cuando hacemos ese análisis percibimos diferencias muy grandes, lo que no quiere decir que no haya cuestiones concretas específicas en las que no solo nos podemos poner de acuerdo sino que debemos ponernos de acuerdo. Cuestiones que al país le interesan mucho.

Hemos seleccionado cuatro, pero que podamos y debamos ponernos de acuerdo en estas cuatro cuestiones no quiere decir que solamente haya una diferencia de grado, de matiz entre gestiones y propuestas del FA y del Partido Nacional (PN). No, quiere decir que por más diferencias que haya –y las hay, por ejemplo en política económica hay diferencias absolutamente profundas, y en materia de políticas sociales también–, sin perjuicio de esas diferencias, puede y debe haber temas en los que los uruguayos nos pongamos de acuerdo.

EC - Entonces, ¿están en contraste dos modelos, dos proyectos? ¿Qué es lo que se juega?

DA - Yo les tengo un poco de miedo a las palabras, porque a veces uno emplea la palabra "modelo" y suena muy grandilocuente, quizás muy inflexible, pero la palabra me importa menos que el contenido. Se puede hablar de enfoques, de visiones, de conceptos, de proyectos nacionales, del país hacia delante, 20 o 30 años hacia delante. Entonces uno percibe que hay diferencias muy profundas. Hay una manera –pido disculpas por la deformación profesional– de constatar estas diferencias: preguntarse en qué gastan los gobiernos y cómo consiguen los recursos para financiar ese gasto.

Si observamos gestiones y propuestas, nos vamos a dar cuenta de que los partidos tradicionales por un lado han tenido una composición del gasto público –herramienta fundamental– totalmente diferente de la nuestra –podemos hacer números y analizar–, y cómo han conseguido los recursos para financiar ese gasto, y por otro lado cómo los consiguió el FA durante estos cinco años de gobierno, porque afortunadamente ya no se trata de comparar una gestión con un discurso, se trata de comparar dos gestiones, la de los partidos tradicionales y la del FA. Insisto en eso, porque desde la apertura democrática hasta que comenzó el gobierno del FA no hubo casi ninguna decisión fundamental, salvo el referendo sobre empresas públicas, en que los dos partidos no estuvieran totalmente de acuerdo.

EC - ¿A qué alude con la forma de conseguir los recursos?

DA - Me refiero a cómo se plantea el sistema tributario, por ejemplo, y la administración fiscal para financiar el gasto público con determinados orígenes de esos recursos. Por ejemplo, el FA cambió totalmente el sistema tributario, a nuestro juicio hoy el país tiene un sistema más justo, más eficiente y mucho más acorde con la necesidad de estimular la inversión. Es un sistema tributario totalmente diferente del anterior, por el lado que se lo mire. Por ejemplo, llegamos al gobierno con 28 tributos nacionales y eliminamos 15, al poner en práctica el nuevo sistema tributario. Acercamos mucho más la carga tributaria a la capacidad contributiva de la población –dicho sea de paso: en el marco de un descenso de la carga tributaria, porque la carga tributaria total está descendiendo y va a seguir descendiendo–, y creo –lo digo sin ánimo de soberbia alguna– que nunca Uruguay tuvo el conjunto de estímulos a la inversión productiva que tiene hoy. Nunca en la vida.

Entonces, por el lado que lo miremos es totalmente distinto lo que ha hecho y lo que proyecta hacer el FA. Fíjense ustedes que gran parte de la propuesta del PN consiste en eliminar lo que hemos hecho; si serán distintas las propuestas.

EC - A propósito de este tema, de lo que está en juego, el domingo pasado le preguntaron al doctor Lacalle en el diario El País y él contestó: "Dos modelos hay. Lo que ocurre es que estando la mayoría del Parlamento en manos de una fuerza política en forma absoluta, los modelos no van a poder ser logrados y entonces lo que va a haber es más una manera de acercarse a los temas de forma conjunta [...]. Porque nadie va a poder, ni del Ejecutivo ni del Legislativo, imponer un modelo o llevarlo a cabo justamente por esa circunstancia de distribución del poder".

DA - Si se quiere usar la palabra "modelo", no tengo inconveniente alguno.

EC - Lacalle destaca que en el caso de que la fórmula Lacalle-Larrañaga sea la que triunfe, no va a poder aplicar el modelo que proponía el PN, que el modelo se va a transformar en esa negociación con un Parlamento con mayoría frenteamplista con el que va a tener que cogobernar. Ahí alude a lo que implica como contraste un gobierno de Lacalle en comparación con un gobierno de Mujica: no tantas diferencias.

DA - Este es un tema muy interesante porque permite incorporar al análisis que veníamos desarrollando recién la visión o la perspectiva política propiamente dicha.

Un par de comentarios. Si se quiere usar la palabra "modelo" no tengo inconveniente, sepamos que es una palabra un tanto ambiciosa, pesada; hay en juego valores, el FA con su gestión y su propuesta equilibra muchísimo más los valores de la libertad y la justicia que lo que hicieron al respecto los partidos tradicionales, muy preocupados por la libertad pero poco preocupados por la justicia. Esa es una diferencia fundamental con respecto a la izquierda. Entonces, más allá de las palabras, examinemos contenidos y nos vamos a dar cuenta de que hay diferencias insanables entre las dos propuestas o las dos perspectivas.

Ahora se incorpora el tema político, que es bien interesante. Si ganara la fórmula del PN, el país se tranca totalmente, porque no es posible señalar que hay equilibrio, como señala hoy el PN, con un Poder Ejecutivo encabezado por la fórmula del PN y el Parlamento en contra.

EC - Usted está diciendo que el FA en esa hipótesis no colaboraría con un Ejecutivo encabezado por Lacalle.

DA - No, no estoy diciendo eso, digo que un Poder Ejecutivo sin mayorías parlamentarias es un factor de inestabilidad y de obstáculo permanente desde el punto de vista político. No estoy diciendo que el FA no colabore, digo que son dos enfoques muy distintos presentes en nada menos que el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. Lo que hago es criticar esta última teoría del equilibrio que el propio doctor Lacalle criticó en su momento, porque hasta hace muy poco tiempo sostenía que no se podía llegar a una situación de ese tipo.

EC - Lo que Lacalle contesta ahora cuando le hemos preguntado por aquellas declaraciones que realizaba en el año 1999, cuando apoyaba a Batlle en el balotaje frente a Vázquez, es que una cosa era Batlle y otra cosa es Mujica.  Me gustaría que de eso habláramos. Sobre qué implicaría en cuanto a la relación con la oposición un gobierno Mujica-Astori.

***

EC - Vamos a otra de las preocupaciones de la oposición, y un elemento que forma parte destacada del discurso del doctor Luis Alberto Lacalle en particular. Suponiendo que Mujica sea presidente y usted vice, la oposición augura que habrá un gobierno aplanadora, que será estable, sí, pero que será aplanadora, que resolverá por sí mismo, y que incluso ya no será de orientación socialdemócrata, como califican al del doctor Tabaré Vázquez, sino mucho más radicalizado hacia la izquierda. ¿Qué contesta?

DA - Varios comentarios. En primer lugar, una vez más con lo que ha ocurrido en la práctica. En la legislatura que está finalizando se batió un récord en materia de iniciativas legislativas aprobadas. En ese volumen de iniciativas legislativas aprobadas la oposición ha tenido no solo participación sino definición en un número comparativamente muy elevado con respecto al pasado. Quiere decir que hubo una muy buena participación de la oposición en la concepción y en la definición de estas iniciativas. Esta es una experiencia práctica, no un anuncio, no una hipótesis; los números son muy claros y están a disposición de todos en el Parlamento.

Segundo comentario. Ninguna fuerza política puede renunciar a su programa, a su visión, a su enfoque, a su modelo –repito: la palabra me importa poco, me importa el contenido–. No puede renunciar porque eso es lo que le planteó a la ciudadanía y lo que la ciudadanía votó. Es más, la ciudadanía ha querido darle mayorías parlamentarias al FA porque el FA va a triunfar en esta elección, los números lo dicen claramente, la ciudadanía le ha asignado democráticamente mayorías parlamentarias.

Es el gobierno el que en este contexto político debería abrir sus brazos y proponerle a la oposición participar en las iniciativas en las que esta entienda conveniente participar. Ya hemos planteado cuatro temas esenciales de la vida del país, más allá de los enfoques, las visiones: el tema de la energía, en el que estamos totalmente atrasados en el país; la preservación del medioambiente y el cambio climático, realidad que ya está con nosotros y si la ignoramos vamos a cometer grandes errores; la educación, sobre la cual toda la oposición viene insistiendo una y otra vez, y tiene razón, en la necesidad de armar una propuesta colectiva; y la seguridad, tema que no solo ganó la campaña electoral, sino que legítimamente es una preocupación de todos los uruguayos.

EC - En esas áreas se van a procurar políticas de Estado.

DA - Ya se están proponiendo esas políticas de Estado. Lo hicimos antes del 25 de octubre y fue entendido como una maniobra electoral; no fue nuestra intención, nuestra intención fue tener un gesto político en momentos en que estábamos convencidos de que íbamos a recibir una gran votación y nos pareció que la sensación de victoria tenía que ser acompañada por un gesto de apertura. Lo reiteramos ahora, y constituimos cuatro grupos. No voy a dar nombres, pero en esto cuatro grupos ya están trabajando ciudadanos que no son frenteamplistas.

EC - ¿Están allí nombrados por sus partidos, o funcionan a título personal, independiente?

DA - Están invitados, aceptaron participar y están a título personal, obviamente. Quiero señalar que no hay una actitud de sectarismo, sino una actitud de apertura, que fue respondida afirmativamente por ciudadanos, por compatriotas.

EC - Pero Lacalle y Larrañaga dicen que aquel ofrecimiento que el FA hizo antes del 25 y que reiteró después de la primera vuelta no resulta creíble, sobre todo por los ataques que el PN recibió de Mujica, de usted y de otros dirigentes frentistas en la semana siguiente a la elección nacional. Está esa denuncia, y se preguntan: si se trata así a la actual oposición, ¿qué se puede esperar una vez que el FA vuelva a  ser gobierno?

Pero, ojo, ahora, con el correr de los días el atacado ha sido el FA, con esta publicidad que el PN pautó en medios del interior y que vincula el arsenal de Feldman con Mujica y Marenales. Entonces, con todos esos ingredientes complicando la relación entre los dos partidos principales, ¿es factible todavía pensar en negociar políticas de Estado después del 29?

DA - Sí, totalmente. Y llegará algún día en que nuestros adversarios se convenzan de que esta es una actitud sincera, porque la vamos a seguir reiterando. Como le decía recién, estamos convencidos de que vamos a triunfar el 29 de noviembre, vamos a llegar al Poder Ejecutivo, un Poder Ejecutivo que tendrá mayorías parlamentarias y con esas mayorías vamos a seguir convocando a trabajar juntos en esos temas.

EC - Hay un nivel, el que usted comenzaba analizando, de las eventuales políticas de Estado, en principio en esas cuatro áreas. ¿Qué otros grados de participación tendrá la oposición si hay un segundo gobierno del FA?

DA - No hay que descartar ninguno, pero todos ellos sobre una base común: el acuerdo, porque no se trata meramente de distribuir cargos, se trata de llegar a acuerdos y explicitar o tener un instrumento para que esos acuerdos políticos se expresen en la presencia de ciudadanos de otros partidos en cualquier nivel de decisión. Y cuando digo cualquier nivel, empiezo por el más alto, que es el gabinete –recordemos que Tabaré Vázquez hizo una propuesta de integración de gabinete a los demás partidos que no fue aceptada–, pero también la participación en la dirección de empresas públicas, la participación en niveles de decisión intermedios pero fundamentales para la elaboración de políticas públicas.

A mí me tocó trabajar en un área muy importante del país, el área de la economía –en la que voy a seguir trabajando ahora, no obstante el hecho de no ser ministro–, en la que participaron y siguen participando hoy muchos ciudadanos que no son del FA que están en lugares claves de decisión. A veces no tienen mucha exposición pública, no son ministros, no son directores, pero son fundamentales cuando llega el momento de elaborar la decisión que se toma y la política pública que se pone en práctica. Entonces, queremos seguir trabajando de esa manera y aprovechar la enorme solvencia que esos ciudadanos le han aportado al país.

EC - En esa hipótesis, la de un segundo gobierno del FA, usted será el presidente del Senado. Y, casualmente, todos los líderes de la oposición van a integrar ese cuerpo: Lacalle, Larrañaga, Bordaberry, Amorín, Tabaré Viera, todos van a ser senadores; no va a estar el líder del Partido Independiente (PI), que no accedió a la Cámara alta, pero ese partido tendrá representación en la Cámara de Representantes. Menciono esto del Senado porque en teoría van a estar todos muy cerca y van a tener todas las facilidades para negociar. Pero usted no es visto como un buen negociador, la oposición lo considera "soberbio y poco dispuesto a ceder en las posiciones a las que se aferra". ¿Qué responde?

DA - Que voy a hacer esfuerzos para convencerlos de que no es así, y que voy a tener una gran oportunidad de hacerlo, porque, como fue dicho, van a estar todos muy cerca, incluso los ciudadanos del PI, aunque no estén en el Senado también, porque la distancia física es muy corta para conversar con ellos dentro de la casa que es el Palacio Legislativo. Así que haré intentos por convencerlos de que no es así, yo siempre he sido una persona con vocación de diálogo, siempre.

EC - ¿Se ve a sí mismo como un articulador, o en ese reparto de tareas de que han estado hablando con Mujica va a ser él quien negocie con los otros partidos?

DA - También él, que por supuesto tiene cualidades especiales para hacerlo, que respeto mucho y que hacen que se tenga mucha fe. Pero yo también me tengo fe, siempre he sido una persona accesible y de diálogo y lo voy a volver a ser en todos los temas que tengamos que tratar, así que procuraré convencerlos a ellos de que es así.

EC - Vamos a un antecedente concreto, un ejemplo que los blancos citan con frecuencia para cuestionarlo como negociador: la condición que usted impuso al comienzo de este gobierno cuando se conversaba sobre la integración de la oposición a los directorios de los entes autónomos. En aquel momento usted se plantó en una posición inamovible en cuanto a que en el Banco de la República (BROU) los cinco cargos no podían distribuirse tres y dos, no podían distribuirse tres para el FA y dos para la oposición, sino que la relación tenía que ser cuatro a uno. Tan dura era su postura, que Vázquez le explicó a Larrañaga que si esa condición no se cumplía él se quedaba sin ministro de Economía. Y fue un entredicho que tuvo su relevancia, porque el PN analizó la situación, no aceptó quedarse solo con un cargo en el directorio del BROU y finalmente resolvió retirarse de las negociaciones, con lo cual no hubo representantes blancos ni colorados en los entes. ¿Cómo evalúa, a la distancia, aquellos hechos? ¿Valió la pena aquella exigencia suya?

DA - Fue una opinión, yo no pondría el adjetivo "inamovible", nunca puse mi cargo en juego por esa decisión, jamás. Lo puse sí por alguna otra decisión, que ustedes recordarán, que tenía que ver con el presupuesto de la educación, pero por este tema jamás puse mi cargo en juego, en ningún momento.

EC - Así les llegó a los dirigentes blancos, ellos lo citan a cada rato.

DA - Sí, es una manera de trasmitirlo, y está bien, acepto, pero esto no debe ser visto como una actitud que tendió a romper acuerdos ni mucho menos. El fundamento es importante, porque en el BROU para tomar ciertas decisiones fundamentales de inversión se necesitan, según sus normas estatutarias, cuatro votos, y ese fue el argumento que esgrimí en ese momento para defender la tesis de que el FA tenía que garantizar la posibilidad de tomar esas decisiones. Por eso la sostuve y la fundamenté. Ese es el fundamento.

EC - Y ahora, con el diario del lunes en la mano, ¿qué evaluación hace?

DA - Sigo pensando lo mismo.

EC - ¿Qué riesgos habría corrido si hubiera tenido dos representantes de la oposición?

DA - No puedo decir qué riesgos habría corrido, pero puedo decir que el FA en ese momento, por primera vez en el gobierno, no podía garantizar que algunas decisiones fundamentales fueran puestas en práctica. Ese fue el fundamento de mi postura, que creo que es lo que importa, tener en cuenta el fundamento.

EC - ¿Ese caso se va a repetir en las negociaciones en un eventual segundo gobierno del FA?

DA - No lo sé, no lo puedo adelantar. De todas maneras, lo que importa hoy es saber que estamos abiertos a una participación muy amplia.

EC - Da la sensación de que ese caso va a darse de nuevo. ¿Qué pasa con el directorio del BROU?

DA - Puede ser o puede no darse, no quiero anticiparme; si me estuviera anticipando ahora no sería un buen negociador. Estaría cerrando puertas que no se deben cerrar por anticipado, hay que verlo.

***

EC - A propósito de cómo se está discutiendo a distancia entre la fórmula Lacalle-Larrañaga y la fórmula Mujica-Astori lo que se juega el 29, otra de las inquietudes que esgrime la oposición es que si hay un segundo gobierno del FA, si Mujica es presidente, eso implica un gobierno imprevisible, porque ha hecho declaraciones contradictorias sobre varios temas, y porque algunas de sus opiniones generan incertidumbre. Y cuando hablan de esto, agregan que esas preocupaciones no las tienen solo ellos, sino que usted mismo las manifestaba cuando competía con Mujica en la interna. Este es un ejemplo de aquellas opiniones suyas, en este caso en una entrevista aquí en En Perspectiva del 15 de junio.

(Audio Danilo Astori.)

"Creo que ahí hay más confusión todavía, porque en una recordada entrevista, ya muy comentada, Mujica señala también que un presidente tiene que saber hacer huelgas de hambre, tiene que pelearse con instituciones fundamentales de la sociedad en la que está trabajando, tiene que adoptar actitudes ‘extraordinarias’ para que se lleven adelante sus planteos. Y eso no me parece que sea un camino que siembre confianza".

(Fin.)

EC - ¿Por qué ahora Mujica sí le garantiza confianza?

DA - Hemos hablado mucho con Mujica. A través de algunos medios y de algunas comunicaciones se interpretó que en aquellas conversaciones se estaban poniendo condiciones...

EC - ...se refiere a las conversaciones posteriores a las internas.

DA - Exacto, que se estaban poniendo condiciones, y, lo que es más, se advirtió y se comunicó, sobre todo por parte de nuestros adversarios, que aquellas supuestas condiciones habían sido rechazadas. No fue así. En la práctica hemos estado conversando mucho sobre la base de nuestro programa y a partir de nuestro programa, y ustedes habrán percibido que desde la interna no hemos tenido ninguna discrepancia en temas sustantivos, en temas políticos, económicos, sociales, ninguna.

EC - Pero cuando ustedes argumentan eso, la oposición replica: "Sí, pero quien ganó la interna fue Mujica".

DA - Exactamente, y por eso yo soy candidato a la vicepresidencia y él es candidato a la Presidencia. La ciudadanía, el pueblo frenteamplista nos dio el lugar que estamos ocupando. Pero creo que con mucha responsabilidad no nos limitamos a definir rápidamente una fórmula, nos tomamos una semana y hablamos muchísimo. El resultado de esas conversaciones está a la vista. Ya no es un juicio, una opinión, si nos ponemos en la posición de hacer un análisis objetivo y desapasionado no se va a encontrar ninguna diferencia sustantiva, ni tampoco menor, en los discursos que él y yo hemos llevado a la práctica. Y digo más, tenemos una complementariedad, una complementación muy significativa. Eso se está viendo en los resultados electorales, el pueblo uruguayo está volviendo a apoyar al FA, lo va a llevar nuevamente al gobierno, y seguramente esta complementariedad tiene que ver con el resultado que estamos alcanzando.

EC - Usted tiene que irse, se le terminó el tiempo. La pregunta final, para un titular: ¿cómo está jugando lo programático en el discurso de esa fórmula que usted integra con el senador Mujica? ¿Dónde está el énfasis desde el punto de vista de las propuestas que hoy están realizando en el discurso?

DA - El énfasis está en el conjunto de ingredientes o factores que integran lo que llamamos el proyecto nacional, que tiene un carácter esencialmente programático en el apoyo a la extraordinaria potencialidad productiva que tiene este país, cada vez más grande. Algún día hablaremos de esto con detalle, este país es cada vez más rico en potencialidades, y no tengo la menor duda de que va a alcanzar niveles muy altos de desarrollo en lapsos muy razonables. En segundo lugar, el apoyo a la creación de conocimiento, de progreso científico-tecnológico, a la educación, a la cultura. En tercer lugar la profundización de las políticas sociales, la construcción de un país cada vez más saludable, cada vez más seguro. El énfasis está puesto ahí, se verá si se examinan todos nuestros discursos de campaña hacia el 25 de octubre y lo que estamos haciendo ahora. Estamos poniendo mucho énfasis en visitar emprendimientos, en reunirnos con organizaciones sociales y empresariales, en un ratito vamos a escuchar a la Cámara de Comercio y a la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información, porque ya estamos preparando acciones de gobierno. Es ese el énfasis en el que estamos trabajando con mucha comodidad y con una sensación muy positiva hacia las elecciones del 29 de noviembre, acumulando las fortalezas y los esfuerzos que cada uno puede poner al servicio de esta causa.

***

Transcripción: María Lila Ltaif