Entrevistas

PN propone derogar IRPF en cuatro años y IASS inmediatamente en caso de acceder al gobierno

PN propone derogar IRPF en cuatro años y IASS inmediatamente en caso de acceder al gobierno

Las posibles estrategias de reducción de la carga impositiva que sufre la sociedad uruguaya se han convertido en tema de campaña durante los últimos días. Gustavo Licandro, asesor de la fórmula Lacalle-Larrañaga, aseguró a En Perspectiva que en caso de que el binomio nacionalista triunfe en el balotaje del 29 de noviembre el IASS se eliminará inmediatamente y el IRPF se desmantelará en tres años para ser derogado en el cuarto. Según el economista, esta meta tendría un costo de más de 600 millones de dólares, cifra que consideró "realista" y a la que se llegará mediante los ingresos generados por "la tasa de crecimiento tendencial del país" y el mejoramiento de la eficiencia de las empresas públicas. "En vez de aumentar el gasto público tenemos dos cosas para hacer: o bajamos la deuda pública o les devolvemos ese dinero a los contribuyentes", explicó.


(emitido a las 9.04 hs.)

EMILIANO COTELO:
Cuando parecía que ya no era posible, en estos últimos días la campaña electoral ha ido girando hacia la discusión pública de propuestas y planes de gobierno.

Con diferencia de algunas horas, las dos fórmulas presidenciales coincidieron en presentar una serie de medidas económicas que promoverán en caso de alcanzar el Poder Ejecutivo. Más específicamente, las dos partes enfocaron sus baterías a eventuales reducciones de impuestos.

Por un lado, el candidato a vicepresidente y ex ministro de Economía, Danilo Astori, recordó que el Frente Amplio (FA) tiene como objetivo la rebaja del impuesto al valor agregado (IVA) porque, dijo, "se trata de un impuesto muy injusto que afecta a los más necesitados". Estas declaraciones sirvieron de adelanto a la presentación oficial de un paquete que el FA expondrá el lunes en una conferencia.

Por otro lado, Luis Alberto Lacalle y Jorge Larrañaga reiteraron que está en sus planes eliminar de inmediato el impuesto de asistencia a la seguridad social (IASS) y reducir progresivamente el peso del impuesto a la renta de las personas físicas (IRPF) "porque es un impuesto que grava los ingresos y no la renta". Los anuncios forman parte de un conjunto de medidas que se divulgaron ayer y que se aplicarían a partir del próximo 1º de marzo.

En el caso de la fórmula Lacalle-Larrañaga, ¿cómo quedaría el mapa tributario? ¿De qué forma se financiarían las rebajas de impuestos que se proponen? ¿Qué otras herramientas se preparan?

***

EC - Estamos con el economista Gustavo Licandro, uno de los referentes en temas económicos del equipo que asesora a la fórmula Lacalle-Larrañaga.

Ayer en la presentación de los equipos técnicos que trabajarían en un gobierno encabezado por el doctor Lacalle, se insistió con algunas medidas que ya habían sido anunciadas durante la campaña previa al 25 de octubre. Por ejemplo las que yo mencionaba: eliminación inmediata del IASS, eliminación progresiva del IRPF y eliminación de los aportes patronales a la seguridad social. ¿Cuál era la novedad ahora, en el momento de esta difusión?

GUSTAVO LICANDRO:
La novedad es hacer ese planteo y los anuncios que se habían hecho en distintas áreas de una forma concreta y dándoles prioridades, y darle un mensaje a la sociedad de hacia dónde queremos ir en materia económica, particularmente en materia tributaria.

El IASS es un impuesto que grava a los pasivos, y se va a derogar porque en definitiva los pasivos no tienen chance de defensa. A un pasivo uno le pone un impuesto sobre su pasividad y no puede volver a trabajar para recomponer su ingreso. Es un ingreso que uno le detrae, es menos ingreso disponible para una persona que ha terminado su vida laboral o su vida profesional y está en la última etapa de la vida.

Y el IRPF porque en nuestra opinión es un impuesto que tiene un conjunto de problemas o de efectos negativos para la sociedad. Junto con el IVA grava el ingreso dos veces, cuando se genera y cuando se gasta, grava el valor agregado, porque el trabajo, el éxito, las ansias de mejorar de la sociedad están afectadas negativamente por un impuesto que no solamente grava el ingreso bruto, sino que lo hace en tasas progresivas, crecientes; cuanto más esa persona desea mejorar y prosperar para mejorar la condición de su familia, más lo grava. Al gravar el ingreso bruto grava el ahorro del país, en un país con un nivel de ahorro tan bajo como Uruguay; de hecho en Uruguay ingresan 3 puntos del producto de capitales promedio por año, un poquito más, y estos últimos años ha entrado mucho más, por suerte. En un país con un ahorro muy bajo tenemos un impuesto que grava la generación de ahorro, y muchas otras cosas más.

El mensaje es claro y nítido: el objetivo es desmantelar, abatir el IRPF en los primeros tres años para derogarlo dentro del período de gobierno, como objetivo en el cuarto año de la próxima administración.

EC - Pero se anuncian otras rebajas tributarias, parece haber una intención de remarcar que se procurará que la presión tributaria disminuya.

GL - Uruguay tiene un nivel de presión fiscal muy alto. El objetivo es reducir el tamaño del Estado en términos del producto. El producto tiene un crecimiento que podemos llamar tendencial, el piloto automático del país, no importan la administración, los precios internacionales, las tasas de interés o la región, el país crece tendencialmente. Entonces en ese país que crece tendencialmente y ese con ese crecimiento que genera un determinado incremento de recaudación, dejar de cobrarle a la sociedad parte de esa recaudación –ni siquiera toda.

Cuando uno recauda impuestos puede hacer varias cosas, puede gastar, puede pagar deuda o puede resolver cobrar menos impuestos. La decisión que tomamos ahora es cobrar menos impuestos; en estos cinco años pasados de cada peso que se recaudó más del 90% se gastó, y el país se endeudó en 5.000 millones de dólares brutos –en términos netos es menos porque hay acumulación de reservas–. La decisión hasta ahora fue la otra: aumentemos el gasto, aumentemos la deuda. La posición nuestra es: si hay crecimiento del país –que lo va a haber, porque ese crecimiento no depende de la administración–, entendemos que hay que devolvérselo a los que lo pagan, que son precisamente las 200.000 personas que componen ese 20% de mayores ingresos.

EC - Que es intención de la fórmula Lacalle-Larrañaga bajar la presión tributaria ya lo sabemos, ya se había informado en la etapa previa al 25 de octubre.

GL - Más concreto que ahora no se dijo nunca.

EC - Ahora hay un detalle mayor en cuanto a cuáles serían las medidas, pero ¿también hay el cálculo, el trabajo técnico detrás que permita verificar que esas medidas son posibles? Porque la reacción que surge inmediatamente, por ejemplo desde el FA que hoy es gobierno, es: sí, es muy bonito todo eso que se anuncia, pero queremos verlo en la práctica. También lo dicen muchos oyentes que envían mensajes. Entonces, ¿esta vez hay una fundamentación de este paquete?

GL - Absolutamente sí. No le damos la derecha a nadie en el manejo de las cuentas públicas, el manejo fiscal. Cuando el Partido Nacional (PN) llegó al gobierno en los 90 el déficit fiscal estaba en 7 puntos del producto y la inflación proyectada era de 130%; se instaló una gran discusión en este país, que gracias a Dios tuvo éxito y hoy se ha instalado como una verdad y como algo aceptado por todos: hay que buscar equilibrio fiscal, hay que ser prudente en el manejo de las cuentas públicas, y la inflación tiene que ser baja. De hecho, todos estamos atentos –y quienes están en la administración han estado preocupados en algunos momentos– a que la inflación no supere esa barrera del 10%, esos dos dígitos casi indecentes.

Entonces, ante todo esto está anunciado porque hay forma de financiarlo y de hecho va a estar financiado. Es exactamente lo mismo que ha hecho esta administración con la decisión opuesta, el gobierno actual ha tomado la decisión de gastar la mayor recaudación en muchas cosas, en políticas sociales, salarios, gasto corriente, inversión, lo que fuera, no importa, pero la gastó. Nosotros decimos que va a haber crecimiento, va a haber más recaudación, entonces la decisión es que parte de eso se va a devolver a quienes lo han pagado.

***

EC - Vamos a las medidas en concreto.

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
Repasemos las grandes líneas que se plantearon ayer: eliminación total e inmediata del IASS, eliminación dentro del período de gobierno del IRPF a partir de acciones progresivas que arrancan con un incremento inmediato del mínimo no imponible; eliminación de los aportes patronales a la seguridad social en forma progresiva; eliminación de otros impuestos; baja del IVA del 22 al 20%, una serie de detalles que tienen que ver con la instrumentación.

En caso de que Luis Alberto Lacalle sea presidente a partir del 1º de marzo, ¿cómo se va a efectivizar este paquete?

GL - Déjeme primero focalizar en IASS e IRPF, que es la etapa inicial, lo que está anunciado que se va a hacer primero, y es el anuncio que uno debe tomar como lo importante, el centro del anuncio de ayer.

JAE - ¿Cuál es la primera etapa?

GL - Primera etapa significa que esto es decisión, que esto se va a hacer y que los recursos para hacerlo están. Después hay una segunda etapa, como dijo el doctor Lacalle ayer y está en algunos de los documentos que se han publicitado; si la situación fiscal y monetaria del país lo permite, hay otras medidas como reducción de aportes patronales, reducción de impuestos a los combustibles y reducción del IVA. Esa es la otra parte, el otro capítulo del paquete de medidas tributarias que propone el doctor Lacalle.

EC - Concentrémonos en primer lugar en lo que se va a resolver, en el caso de que el doctor Lacalle llegue al gobierno, en el año 2010, el año próximo.

GL - El objetivo ahí es derogar el IASS y el IRPF.

EC - ¿A cuántas personas beneficiaría la derogación del IASS?

GL - A unas 90.000 personas en total.

EC - ¿Y cuánto costaría?

GL - Unos 80 millones de dólares.

EC - ¿Y con respecto al IRPF cuáles serían los primeros pasos que se darían en 2010?

GL - El proceso para desmantelar y derogar el IRPF es básicamente aumentar el mínimo no imponible y todos los tramos de la escala de ingresos; hoy la persona según el ingreso que tenga va pagando tasas diferenciales según dónde caiga ese ingreso. Si uno corre el mínimo no imponible y toda esa escala hacia arriba la persona va a pagar menos tasa por el mismo ingreso. Eso baja tanto como se corra en esa escala el impuesto que se tiene que pagar. El proceso sería: el primer año subir 25% y el segundo año completar 50% el aumento de toda esa escala.

EC - El mínimo no imponible subiría en el primer año 25%. ¿En cuánto está hoy?

GL - No lo tengo.

EC - Está en 13.608 pesos, siete bases de prestación y contribución.

GL - En el segundo año entonces será unos 20.000 y algo, es un 50% de aumento. Al mismo tiempo hay que bajar las tasas del impuesto, hoy el rango va de 0 a 25% según el tramo de ingresos. Además de que se corran hacia arriba esos tramos para que la gente pague menos, hay que bajar las tasas que afectan a cada uno de esos tramos. En tres años pensamos bajarlas a la mitad, entonces el que hoy paga una tasa de 25% por la parte del ingreso que le corresponda, va a pasar a pagar 12,5%. Esas como cosas potentes en cuanto a los tramos y a las tasas. Al mismo tiempo, para el cálculo general del IRPF hay que aproximar este impuesto a la renta bruta, el ingreso bruto a los sueldos al impuesto a la renta neta, como funciona en muchas partes del mundo. Hay dos maneras de hacerlo: por los gastos reales, con lo cual hay que pedirle a Emiliano Cotelo que junte todas las boletas, los tiques de todas las cosas que gasta, compra, cuando va al supermercado, se corta el pelo o toma un taxi, o por fictos. Lo que proponemos, dado que el objetivo es terminar con el IRPF porque en Uruguay ni la sociedad ni el Estado están en condiciones de un proceso burocrático tan gigante como en otras partes del mundo, es establecer un ficto, una deducción de un 30% del ingreso que se toma como que representa el gasto en alimentos, vestimenta, transporte, ómnibus, taxi, lo que fuere.

EC - Esa deducción se fijaría en un 30% fijo.

GL - Hoy es cero, hoy la gente paga por lo que gana en su salario, no por la renta neta o por el ingreso neto que tiene.

EC - ¿Cuándo entraría en vigencia esta parte de la modificación del IRPF?

GL - Una vez que se apruebe la ley.

EC - ¿El año próximo?

GL - En principio, sí.

EC - Ordenando las cosas: el año próximo se produciría la eliminación del IASS, y ¿qué ocurriría con el IRPF?

GL - Lo que decía sobre los tramos; la reducción de las tasas no sería a la mitad, bajarían un 16,7%, porque bajarían a la mitad el tercer año, en tres años.

EC - Entonces, reducción de tasas, aumento del mínimo no imponible e introducción de este 30% de deducción posible de gastos.

GL - Esto en la liquidación del impuesto de las personas en términos generales. Y ese 30% es para dependientes y no dependientes. Hoy los no dependientes ya bajan un 30%, pero no por el gasto del supermercado o en vivienda o en vestimenta, sino porque se supone que asumen determinados costos para poder trabajar. Supongamos un electricista, tiene que tener una moto, un local, una herramienta. Un profesional tiene su estudio, su teléfono, su secretaria. A ambos, dependientes y no dependientes, les vamos a considerar un 30% de gastos personales.

Además, en lo que no es la liquidación general del impuesto el objetivo es eliminar el IRPF para los alquileres. Se estima que en todo el país hay unos 200.000 contratos de alquileres, quiere decir que hay unas 200.000 personas que tienen que alquilar, porque quien alquila lo hace porque no puede tener una propiedad inmueble para vivir.

JAE - ¿Eso sería inmediato?

GL - Sería inmediato.

EC - Se eliminaría el IRPF a los alquileres.

GL - Y lo otro que está planteado –hay varias cosas más, pero como cosa importante– es derogar también el IRPF sobre los intereses generados por los depósitos, por las obligaciones negociables, por los activos financieros, en un proceso de dos años. Como este es un país con bajo nivel de ahorro, los impuestos que gravan los intereses, las tasas pasivas de los intereses, terminan siendo asumidos por los tomadores de créditos, se trasladan a la tasa de interés activa. Por lo tanto en un país en el que todos decimos que la inversión es baja, que tiene que subir y que tenemos que promoverla, lo único que hacemos es encarecer el crédito con el IRPF. Hay que sacarle ese costo.

EC - Vamos a las medidas que se aplicarían el año próximo, 2010.

GL - Estas de las que estamos hablando.

EC - ¿Qué costo tienen todas las que hemos detallado?

GL - Todas las que fuimos detallando, en la estimación que tengo por acá es un número potente, son unos 600, 600 y algo millones de dólares.

EC - Es mucha plata.

GL - Es muchísima plata.

EC - ¿Es realista entonces pensar en todas esas rebajas?

GL - Absolutamente realista, porque la tasa de crecimiento tendencial del país, de 3% por año, genera como ingresos genuinos para las arcas públicas, para el sector público, unos 215-230 millones de dólares anuales. Estoy suponiendo que el crecimiento tendencial es 3% y que más o menos un 25% de ese crecimiento termina siendo impuesto, que es la carga fiscal que tiene este país. Eso el primer año. Si uno mira los cuatro años, para ir desde el año uno hasta la derogación del IRPF planteada, que es el objetivo grande que ha propuesto Lacalle.

EC - Mi pregunta apuntaba sobre todo al primer año, a sacar las cuentas del primer año. ¿Cómo se llega a esos 600 y pico de millones de dólares que se necesitarían?

GL - Eso está. Y lo otro es que cuando uno reduce impuestos, básicamente impuestos que gravan el ingreso, sea IRPF, aportes, montepíos, una parte de esos recursos vuelve a las familias, se consume y genera un determinado nivel de recaudación. Ese número –hay varias estimaciones, según los tramos de ingreso– está entre el 15 y el 16%, pero nosotros hemos tomado un nivel más conservador, 12-12,5%, que son unos 80 millones de dólares.

Luego hay otro tema que hay que tener presente. Las empresas públicas hoy muestran un deterioro en su resultado respecto a períodos pasados de más o menos 3-3,5 puntos del producto. El conjunto de las empresas públicas, porque la discusión siempre ha estado muy focalizada en UTE pero hay que mirar todas las empresas públicas. Hay que encarar todo el proceso de gasto de las empresas públicas, de gasto corriente, y hay que mejorar la eficiencia y la performance de ellas. Para el primer año estoy tomando 1,5 de ese 3,5 de deterioro en todo el período, que sería de unos 460 millones de dólares en total. En el primer año estamos hablando de la mitad de eso. Y no es todo deterioro.

EC - ¿Cuánto dinero es?

GL - Son unos 230 millones de dólares.

JAE - ¿Cómo se hace? ¿Qué implica eso en términos de empresas públicas?

GL - Gastos corrientes, procesos de decisión de las empresas públicas que hoy no tienen directorios integrados por los distintos partidos políticos, decisiones de inversión, inversiones y gastos, gastos en empresas que no son el propio ente autónomo.

JAE - ¿Implica cambios en la estructura actual de los entes?

GL - Llegado el momento vamos a ver, puede ser. ¿Qué es cambio? No entiendo qué significa.

JAE - Si lo que proponen implica introducir algún cambio en las normas que están vigentes, porque es una cifra importante hablar de mejora en términos de eficiencia de una cantidad de ese tipo.

GL - ¿De 1,5 del producto en todo el período, menos de 1 punto, un 0,7%, en un primer año, después de una expansión del gasto y un deterioro de las empresas públicas de 3,5 puntos del producto? Me parece que no. Hay algunos colegas, no del PN, que dicen que la eficiencia de las empresas públicas rinde mucho más que esto. Gente que yo respeto mucho. Pero yo me manejo con este número.

EC - ¿Cómo se completa el financiamiento de todas estas medidas?

GL - El otro renglón es algo de lo que hemos hablado muchas veces y algunas veces ha sido interpretado de una forma equivocada, es el gasto corriente no salarial, los gastos no personales. No son salarios, ni pasividades, ni políticas sociales, ni inversión, es estrictamente el gasto corriente, los pasajes, los viáticos, la energía eléctrica, el aire acondicionado, la nafta, lo que en el mundo privado uno podría decir –no en una forma peyorativa– los "placeres del cargo". Eso históricamente en Uruguay, al menos en la historia moderna posgobierno militar, ha sido un promedio de 2,5 del producto. Hoy es 3,5, 3,6, 3,7, depende de la última información. En esta administración hay más de un punto del producto de crecimiento del gasto corriente no salarial con respecto al pasado, los gastos que históricamente todos criticamos, y lo decimos en plural porque quienes estuvimos en el gobierno manejando la parte fiscal siempre nos quejábamos de que había que bajar los gastos corrientes.

EC - A cuántos dirigentes políticos y economistas escuché yo en este micrófono anunciar que se iba a recortar ese tipo de gastos de manera drástica, y después qué es lo que se logra efectivamente siempre es una nebulosa.

JG - Hoy estamos más de un punto arriba de aquel 2,5, el gasto corriente ha volado. No me pueden decir que en un proceso de cinco años no se puede volver al gasto corriente histórico del país. Repito, el gasto corriente no salarial, los gastos no personales. Usemos de vuelta esa imagen –aunque posiblemente alguien me critique–: los placeres del cargo.

Y ahí el primer año, que es el año más duro desde el punto de vista de la pérdida de recaudación por estas medidas que estamos anunciando, queda más o menos empardado.

Si uno mira los años dos, tres y cuatro, está la derogación del IRPF; es lo que hay que mirar, el país en el mediano plazo, en el largo plazo, porque si lo miramos en el cortísimo plazo, miremos lo que está pasando este año, la deuda pública ha aumentado de una forma muy potente y el gasto también. No puede mirarse un año, un año en la vida de un país son más o menos 15 minutos en nuestras vidas humanas. Hay que mirar un período un poco más largo. El financiamiento para esto. Todo esto implica que excepto el gasto corriente no salarial, el resto del gasto público en términos constantes, reales, no se toca, no estamos hablando de bajar el resto del gasto del Estado. Quiere decir que el crecimiento del país, la variación del producto en términos nominales permite mantener el gasto en términos constantes y aplicar estas medidas.

En los años pasados la decisión fue gastar la fuerte recaudación en distintas políticas, en distintas medidas, en distintas cosas. Para eso se gastó lo que se recaudó y parte de lo que aumentó el endeudamiento del Estado. Ese proceso va a seguir, el de crecimiento, y por tanto el aumento de la recaudación. Lo que decimos es muy sencillo, en vez de aumentar el gasto público tenemos dos cosas para hacer: o bajamos la deuda pública o les devolvemos ese dinero a los contribuyentes. Lo que decimos es que no lo vamos a cobrar más.

EC - ¿Cómo se vuelve eso viable? Porque acá aparece la componente política.

GL - En términos de números está fuera de discusión, es viable.

EC - Desde el punto de vista técnico, según los números que usted manejó, es viable.

GL - Ya está, es viable.

EC - Pero fíjese el enfoque que le da el matutino La Diaria a los anuncios de ayer: "Si se puede y lo dejan. Lacalle anunció que bajará mucho los impuestos en caso de que la situación lo permita y el Frente Amplio dé sus votos". Porque estamos hablando de un gobierno en el que el Parlamento va a tener una mayoría a cargo del FA. Entonces todo este paquete que usted acaba de enumerar tiene que ser negociado.

GL - En el FA y en el Parlamento hay personas muy bien, personas muy inteligentes, personas del interior, personas que tienen contacto con la sociedad y saben qué es lo que la sociedad pide, quiere o necesita, como en todos los partidos. El PN va a tener un vicepresidente, que es el doctor Jorge Larrañaga, que es un hombre de diálogo, un hombre inteligente que seguramente sabrá llevar adelante un proceso de negociación. Como dijo el doctor Lacalle ayer: esto es un programa para bajar impuestos a los jubilados y a personas que trabajan en Uruguay. Son 200.000 personas que cobran sus sueldos, sus honorarios, pequeños empresarios. Es un proyecto que se va a presentar y va a estar fundamentado, está fundamentado. Después cada uno sabrá si está dispuesto a bajarles impuestos a las personas, a las familias, o no. Yo confío en que cuando se converse, se negocie con personas que tienen experiencia y saben hacer esto, esto va a ser exitoso y le vamos a quitar un peso importante a una parte de la sociedad. Repito, cuando uno llega al gobierno tiene derecho a poner y a subir impuestos, pero reconozcamos que así como otros quieren subir los impuestos, nosotros los queremos bajar, tenemos la libertad y los fundamentos.

JAE - Está la otra parte que no se ha mencionado, que es el gasto, porque implícitamente se está manejando que el gasto público se va a mantener, salvo esa reducción que se plantea, en términos estables. Y pensando en un escenario de gobierno de Lacalle y una mayoría parlamentaria del FA, hay otra variable, que es qué nivel de gasto tendrá el próximo gobierno teniendo en cuenta que la mayoría parlamentaria termina siendo aprobada o resuelta por los votos del FA. Por ejemplo, si la coalición de izquierda entiende que hay que aumentar el gasto público en educación, le cambia los números, le cambia la ecuación que usted está presentando.

GL - Hay un tema de responsabilidad en el manejo de las cuentas públicas. El FA ya ha estado en la administración, sabe cómo se manejan los asuntos del Estado, tiene personas responsables; si fuera así, sería una especie de carnaval o de quermese. Son personas serias y eso no va a pasar. Uno debe tener confianza en que eso no suceda. El mantenimiento del gasto público en términos constantes tiene una traducción política, si se quiere, que son todas las políticas sociales y todo el manejo del salario público. Las pasividades no se pueden tocar porque están por Constitución, eso viene del año 90, en el 89 se aprobó la reforma constitucional y empezó a regir en el año 90. Pero mantener el gasto público en su conjunto en términos constantes tiene una traducción al español: los salarios públicos no bajarán en términos reales, las pasividades tampoco, las políticas sociales no se tocan ni se pueden tocar, y la inversión pública tampoco en términos constantes. Eso está financiado de por sí, sin crecimiento del país eso está financiado porque eso es lo que es el país hoy.

EC - Vamos a terminar el año con un déficit ¿de qué orden?

GL - Del orden de 2 y algo por ciento del producto, un poco menos de 3.

EC - ¿Y qué nivel de déficit piensa manejarse en una administración encabezada por el doctor Lacalle?

GL - Sin ningún escenario político, con estimaciones o proyecciones más profesionales que otra cosa, pensamos que hay que bajar el déficit fiscal a algo parecido a la mitad, de una forma sustancial el primer año y tender al equilibrio fiscal a partir del segundo, tercero y cuarto año.

EC - ¿Eso es compatible con todo este programa de reducción que acaba de enumerar?

GL - Absolutamente compatible porque van prácticamente por carriles separados. Además es la idea, y así ha sido dicho y anunciado, instalar el funcionamiento de una regla fiscal en el país. Lo dijo el doctor Lacalle en aquel seminario que ustedes organizaron junto con Factum y Deloitte en el Radisson. Instalar una ley de responsabilidad fiscal básicamente con el objetivo de no recurrir al endeudamiento público ni al impuesto inflacionario y cobrarles a las generaciones futuras los desgobiernos y las inconductas fiscales de hoy. Pero ese es otro tema.

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Transcripción: María Lila Ltaif