El próximo sábado, Falta y Resto festeja sus 30 años de vida en el Teatro de Verano. Según relata uno de los principales protagonistas de esta historia, todo comenzó en una "oscura" y "asesina" noche de dictadura, en un boliche del Centro. Allí surgió la propuesta de juntar un grupo de muchachos, armar una murga y abrir la noche. Nace de esta manera, un "sueño de libertad" a tres colores (rojo, negro y blanco) que transformaría el Carnaval en la década del´80. Para hablar del presente y el futuro de la murga, En Perspectiva Segunda Mañana dialogó con Raúl Castro, director de la agrupación.