Tertulia especial

Tertulia especial sobre el Bicentenario del comienzo del éxodo del pueblo oriental

El 23 de octubre de 1811, en donde hoy es el departamento de San José, un grupo de personas, con el general José Gervasio Artigas a la cabeza, iniciaba lo que sería conocido como el éxodo del pueblo oriental, y que para algunos fue el inicio de la nacionalidad oriental. En el marco de la Feria de Promoción de la Lectura y el Libro, Perspectiva se trasladó hasta San José para conversar sobre este acontecimiento histórico con entendidos en la materia. La mesa estuvo integrada por Carlos Maggi, Rosario Castellanos, la profesora de historia, investigadora, integrante del grupo Compartir y que en noviembre editará el libro "San José. Apuntes para la historia" Margarita Patrón y el profesor de Historia, historiador, director del Liceo Departamental de Florida y presidente del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay Pablo Rivero.


(emitido a las 8.58 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Hoy nos hemos instalado en la ciudad de San José, capital del departamento donde hace 200 años, dicen algunos, nacía la nacionalidad oriental.

(Audio "Los orientales".)

A pocos kilómetros de aquí, el 23 de octubre de 1811, cientos de personas –algunos militares, pero sobre todo civiles, paisanos e indios con sus familias– partían detrás del general José Artigas. Se iniciaba el éxodo del pueblo oriental.
    
Se trata de uno de los hechos más importantes de nuestra historia. Sin embargo, tradicionalmente se profundiza poco en él. De hecho, por ejemplo, no existe un feriado relacionado con este acontecimiento.

Este año, en cambio, las celebraciones por el bicentenario del inicio del proceso de emancipación oriental, por un lado, y por otro, el Fin de Semana del Patrimonio que se viene y que en esta edición lleva como nombre "La Redota", han revalorizado la importancia del éxodo.

Por eso esta mañana, acompañando las actividades que se llevan a cabo aquí, en la Feria de Promoción de la Lectura y el Libro, les proponemos una Tertulia especial en la que vamos a meternos a fondo en esta "redota".

Nos acompañan Carlos Maggi y Rosario Castellanos, y los anfitriones, Margarita Patrón y Pablo Rivero.

Margarita Patrón es profesora de historia e investigadora, integrante del grupo Compartir, y el mes que viene editará el libro "San José. Apuntes para la historia".

Pablo Rivero es profesor de Historia e historiador, es director del Liceo Departamental de Florida y presidente del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay. Pablo también está por publicar. ¿Cómo se llama el libro en este caso?

PABLO RIVERO:
"Genealogía de hombres y mujeres del año 1811".

ROSARIO CASTELLANOS:
Quiero hacer una aclaración, porque creo que la audiencia merece saber que yo no puedo presentarme aquí como historiadora, porque no lo soy, pero respeto y mucho la condición de tal porque soy hija de historiadores, que lo fueron muy artiguistas cualquiera de los dos. Así que lo que escucharán de mí hoy no es otra cosa que lo que escuché en mi casa, y prácticamente será hablar de lo que ellos consideraban de la figura de Artigas. Así que no existe autoridad ninguna de mi parte para compartir con quienes sí se dedican a esta materia que tanto respeto, y acepté con la condición de hacer esta aclaración previa cuando Emiliano me propuso participar como contertulia.

CARLOS MAGGI:
Yo estoy encantado, porque es una mujer que donde toca, toca bien todos los instrumentos.

EC - ¿Quiénes fueron tus padres, esos historiadores?

RC - Mis padres fueron Alfredo Castellanos y Aurora Capilla de Castellanos. Debo admitir que los dos escribieron sobre Artigas, pero yo vine con un libro de mi padre, "El día de Artigas", que fue el único que nos dedicó a mi hermana y a mí, del cual él renegó al tiempo por considerarlo demasiado obra de su juventud. De todos modos sigue siendo el que más me gusta. Todos los demás me parecen más para historiadores que para lectores en general, y este estaba dedicado a los niños y jóvenes uruguayos.

EC - Una pregunta: ¿dónde empezó el éxodo? ¿Empezó acá en San José el 23 de octubre de 1811, o empezó unos días antes en Rocha? Lo pregunto porque la semana pasada Rocha celebró su contribución a la redota con una serie de actos, entre ellos la quema de una serie de casas que se habían armado especialmente para simbolizar lo que ocurrió 200 años atrás.

CM - En Rocha hay un hombre que estudia bien la historia, que se llama Jesús Perdomo, y ha movido mucho eso. Tiene una revista histórica muy valiosa, hace una investigación local muy buena, y entre otras cosas ha descubierto que había un poblado llamado Santa Teresa que estaba cerca de la fortaleza y que cuando se inició el éxodo [sus habitantes] se fueron para formar la columna, para formar la emigración, y quemaron sus casas. Entonces esta gente para conmemorar ese momento construyó unos ranchos que fueron quemados el día en que esa gente partió.

EC - Pero partieron antes del 23.

CM - Por supuesto, todos sabían lo que iba a pasar con mucha anterioridad. La iniciación del éxodo es muy anterior a todo lo que pensamos.
    
EC - Yo iba a preguntarles qué estaría pasando en la Banda Oriental hace 200 años hoy, o sea el 21 de octubre de 1811.

CM - Pienso que se remonta más la idea del éxodo. A mí mismo me sorprendió muchísimo encontrar un documento banal, que no es un documento histórico importante, pero que fija la idea del éxodo, de cuándo es y quién la tuvo. Es una cosa rara y linda de tener, no es trascendente pero es una cosa muy hermosa; allí está purísimamente fijado con fecha y bien explicado.

EC - ¿Cuál es ese documento?

CM - Es un documento que está en el Archivo Artigas, tomo III, página 420; es un documento del 22 de febrero de 1811. Es muy anterior a la batalla de Las Piedras, que es de mayo. El gobernador de Santa Fe, que se llama Manuel Ruiz, le manda una comunicación a Buenos Aires en la que cuenta: "Se tienen datos concretos por un soldado que mandó el capitán Artigas a su estancia nombrada Tacuarembó. Le ha comunicado dicho soldado al gobernador que viene en su compañía, que en el paraje denominado Ibirapitá y Santa Tecla se hallan tropas portuguesas, en el primero de estos lugares unos 1.500 hombres y en el segundo hasta 4.000 hombres con su correspondiente artillería. Se ignora por ahora el destino de esas fuerzas concentradas".

Y después agrega: "También me ha informado el capitán Artigas el descontento general de los vecinos de la campaña de Montevideo y que desde luego emigrarían infinitos si tuvieran apoyo en el arroyo de la China. Se podrán lograr muchas ventajas si estuviéramos apoderados de este punto". Esto es en febrero de 1811, dice que los orientales se van a ir y dice adónde.

EC - Es interesante.

MARGARITA PATRÓN:
Yo respeto mucho lo que usted dice, pero yo me pongo en San José. El éxodo comenzó acá. Lo dice el propio Artigas en la correspondencia del 7 de diciembre de 1811: "Marchamos los sitiadores en retirada hasta San José, y allí se vieron precisados los bravos orientales a recibir el gran golpe que hizo la prueba de su constancia". Él lo dice.

EC - Eso es un hecho. Lo que Carlos aporta es que ya había un contexto, una preparación, una idea.

MP - De acuerdo.

CM - La idea era concreta y muy acertada. Montevideo no sabía nada de esto, no estaba ni enterada de la concentración de las fuerzas portuguesas, ni los criollos que estaban ahí sabían que querían ir al arroyo de la China y al Ayuí. Y Artigas sabía adónde querían ir.

EC - Vuelvo a la pregunta de qué pasaba hace 200 años hoy, el 21 de octubre de 1811, ¿por qué estaban esas tropas acampadas acá, cerca de lo que hoy es San José?

MP - Porque marcharon en respuesta al Armisticio de Octubre.

EC - Expliquémoslo en dos palabras para los oyentes.

MP - Se había firmado un armisticio y se iba a aprobar. Se canjearon las ratificaciones, y acá el 23 de octubre Artigas recibe la noticia de que el armisticio había sido aprobado en todas sus partes.

EC - ¿Qué era ese armisticio, entre quién y quién?

MP - Era el armisticio entre Elío y el Gobierno de Buenos Aires. Entonces, si fue ratificado en todas sus partes, el territorio oriental, según el artículo 6, quedaba en poder de Elío.

EC - Se levantaba el sitio de Montevideo.

MP - Ellos lo habían levantado por obediencia, desde luego. Artigas era un oficial al servicio del Gobierno de Buenos Aires, era teniente coronel del ejército de Buenos Aires, y en obediencia el ejército se va. Pero no se va solo el ejército, lo acompaña parte del pueblo. Y acá, a orillas del río San José, no podemos precisar dónde, junto al Carreta Quemada tiene que haber sido, recibieron esa noticia. Para mí es clarísimo.

EC - Ya había ocurrido la asamblea de la Quinta de la Paraguaya el 10 de agosto, que recordamos en su momento en estos días, en la que Artigas fue nombrado jefe de los orientales.

MP - Sí, jefe de los orientales, no como dice la estela que recuerda acá, que dice que Artigas fue elegido acá jefe de los orientales. Fue en la Quinta de la Paraguaya, pero acá recibieron esa noticia. El impacto tiene que haber sido enorme, y el pueblo voluntariamente, espontáneamente, se tiene que haber reunido en una asamblea para decidir qué hacer.

EC - Disculpen la pregunta tan obvia, pero como estas cosas no están permanentemente en la conversación capaz que vale la pena hacerla: ¿por qué surgen ese sentimiento y esa decisión de irse con el ejército de la Banda Oriental?

PR - Antes quiero hacer algunas precisiones. Estaban acá en San José porque mientras se conversaba y se acordaba hubo una especie de preacuerdo por el cual se estableció que las tropas se tenían que retirar de Montevideo y tenían que repasar el río San José. Por eso las tropas en ese momento estaban acá, y parte de la familia las había seguido.

Quiero volver a lo de Rocha. Rocha está sobre la frontera, son los primeros que sufren los ataques y el pillaje de los portugueses, entonces abandonan esa zona, no iniciando el éxodo sino para acercarse a Montevideo y ponerse bajo la protección de los ejércitos patriotas. Creo con Margarita que está claro que el éxodo es una decisión que se toma acá en San José y arranca acá en San José.

RC - Falta una secuencia de hechos que aclare la situación. Porque todo comienza cuando el retiro del sitio, que se produce el 7 de octubre, y se reconoce la autoridad de Elío sobre toda la Banda Oriental por parte del triunvirato. Es decir, cuando vienen a comunicarle a Artigas que lo que estaba en tratativas era entregar la Banda Oriental y parte del Entre Ríos a Elío a cambio de detener a los portugueses que venían. Elío había llamado para que lo ayudaran, con el argumento inteligente de los argentinos: "Mire que los portugueses siempre quisieron llegar y apoderarse de la Banda Oriental". Por lo tanto también eran un verdadero peligro. Pedir que lo ayudaran era un arma de doble de filo.

Convencen a Elío con ese argumento, y cuando los orientales en la Quinta de la Paraguaya admiten retirarse del sitio, que se retiraran las fuerzas bonaerenses, lo que no admiten y llevan como contrapropuesta es que este territorio se quede en poder de Elío. Lo que traiciona el sentimiento de la resolución de aquella asamblea es la noticia de que el triunvirato había aceptado esa condición que Artigas no aceptaba. Por lo tanto, lo que hace Artigas al retirarse con su ejército del territorio nacional es expresar su rebeldía contra esa decisión de entregarle a Elío, ahora virrey –hasta entonces había sido gobernador solo de Montevideo–, el poder sobre toda la campaña de la Banda Oriental y parte del Entre Ríos hasta el río Paraná.

EC - Y la gente que decide seguirlo, ¿por qué lo sigue?

RC - Además hay otro aspecto importante: a mediados de julio los ejércitos portugueses ya habían entrado en el territorio, los ejércitos de De Souza, y todos sabemos que un ejército invasor y portugués no tiene el mismo comportamiento que el ejército español, que tenía una relación mucho más directa con la población criolla, que en definitiva tenía ascendencia española. Viene con otras intenciones, y entre ellos viene una horda de riograndenses aventureros y malhechores que fueron sembrando el terror, la desolación. Es decir que en muchos casos, como el caso de Rocha, la gente venía huyendo de esa condición. Entonces esa otra condición del Artigas protector, el sentir que poniéndose bajo su ala quedaban protegidos es una dimensión que no siempre se ha trabajado y que me parece fantástica: haberlo reconocido jefe de los orientales, pero no solo para conducirlos en la batalla, sino para salvarlos de esa situación de peligro.

EC - Suerte que no sabía de historia.

RC - No, insisto, estas son versiones oídas y escuchadas.

CM - Hay movimientos en Rocha y en el otro extremo, porque el 8 de octubre, unos cuantos días antes del 23, Baltasar Ojeda toma Paysandú junto con 28 charrúas al mando del Caciquillo, para preparar el éxodo. Lo que Artigas manda decir al norte es bastante extraordinario, porque da instrucciones de lo que deben hacer contra su condición de militar subordinado a la Junta de Mayo de Buenos Aires. Él es un oficial que en materia militar está subordinado, pero cuando queda con la responsabilidad de llevar la gente a Salto para que pueda pasar el río Uruguay, ahí la cosa cambia y recomienda juntar armas y mantener junta a la gente para que se resista, que es algo contrario al acuerdo firmado.

Tiene una conducta doble, clarísimamente expresada. Le manda una nota a Carranza, que está en el norte, en la que le dice: "Reunida la gente en Sandú, conservará usted dicho punto precisamente hasta mi llegada, procurando aumentar sucesivamente el ardor de la gente y activando las providencias concernientes a reunir cuantas armas se pueda. Auxiliará usted a la mayor brevedad a mi Caciquillo, dándole orden de partir para los indios bravos, a fin de que estos nos auxilien con sus brazos en una causa que también es la suya. Para ello, aconsejará usted de mi parte al Caciquillo y emplee cuantos medios razonables estén a su alcance".

Quiere decir que Artigas es un militar que cumple las órdenes de Buenos Aires y al mismo tiempo lleva una rebelión contra el pacto que se hizo.

PR - Artigas se tiene que haber sentido muy complacido de esa confianza que depositó todo el pueblo en él y de que el pueblo lo siguiera. Pero recordemos que tanto Artigas como Rondeau trataron por todos los medios de evitar que el pueblo lo siguiese, porque ese pueblo siguiendo al ejército era una especie de estorbo, de molestia, de mochila a la espalda de ese ejército que no se podía movilizar con la agilidad que necesitaba la contienda militar.

MP - Yo estoy de acuerdo plenamente, porque él trató por todos los medios de contener a Rondeau. "Retardan mis marchas", dice, "me veré con miles de dificultades".

PR - Sí, se justifica ante las autoridades de Buenos Aires: "He hecho todo lo posible", dice.

MP - El propio Rondeau habla de la desolación en que queda la campaña. Ahora, con lo que dice el doctor Maggi, que tomaban las armas, estoy de acuerdo con ella en que los portugueses eran realmente una amenaza. Cometían tropelías increíbles que hicieron temblar al propio Elío. En el Archivo Artigas hay algo que se comunica de lo que le pasó a Cornelio Villagrán, que en el Canelón Chico lo maniataron los portugueses, trataron de robarlo. Elío dice que por favor, que no se sigan cometiendo esos abusos. Así que es lógico que también tomaran las armas para defenderse. Es un movimiento espontáneo, realmente maravilloso. Creo que San José tiene que festejarlo y mucho en ese sentido. Y en el sentido ese de que él no dice "vamos"; lo siguen. Es un movimiento espontáneo, importante.

RC - Creo que como jefe al frente de un ejército la decisión la toma aquí.

MP - Sí, acá.

EC - Margarita, escuchá este mensaje que llega de la audiencia. Dice Verónica: "Todo lo que están conversando lo aprendí con mucha claridad de Margarita en sexto de liceo del Sagrada Familia. Y hoy soy profesora de Historia".

MP - Muchas gracias, Verónica.

EC - Por lo visto, has tenido la capacidad de generar vocaciones.

PR - Yo también fui alumno de Margarita.

EC - Otro ejemplo.

***

EC - "Artigas tomó a su pueblo, a todo su pueblo, y lo cargó en sus hombros de gigante, y dijo: ¡Vamos!

Y se lo llevó a cuestas, a través de todo el territorio oriental, hasta encontrar allá en el Norte, un sitio en que vadear el río Uruguay, y poner a salvo, como el tigre a sus cachorros, aquel nido lleno de garras.

Y marchó a través de los enemigos que invadían la patria y que, a pesar de los tratados de octubre, seguían dueños del territorio oriental, mientras las familias campesinas inermes huían ante el invasor, como un rebaño, y afluían a la sombra del profeta.

Y Artigas cruzó con su preciosa carga el patrio río del Uruguay.

Y la banda migratoria de los héroes fue a posarse allá, del otro lado del caudaloso río, en el arroyo del Ayuí, en otra tierra, en la provincia occidental de Entre Ríos.

Y los héroes eran mujeres, y eran niños, y eran viejos, muy viejos algunos.

Y eran soldados y eran familias, la misma familia de Artigas, sus ancianos padres, su hermana...

Y eran indios semisalvajes y eran próceres, Suárez, Barreiro, Bauzá.

Y eran los curas de las parroquias y eran los franciscanos de Montevideo, expulsados por ser amigos de los matreros... Y era Artigas."

Así relataba Juan Zorrilla de San Martín, el Poeta de la Patria, lo ocurrido en el éxodo.

¿Es una descripción fiel?

PR - Me gusta esa palabra "todos", porque ahí venían todas las familias, venían los niños, venían los ancianos y venían las mujeres embarazadas. Aquí, en las costas del río San José, se producen dos partos. El 22 nace Juan Ignacio Rodríguez, hijo de Ramón y de Paulina Toledo, vecinos del oratorio de San Ramón, en Canelones. El mismo día en que se inicia el éxodo, el 23, nace Pedro Gómez, hijo de Tomás y de Andrea Rodríguez, que eran vecinos del Solís, también de la zona de Canelones. Esas mujeres tienen sus hijos y siguen después en el éxodo. También me impactaron dos matrimonios muy jóvenes, dos parejas que se habían casado en junio; uno se imagina todas las ilusiones de contraer matrimonio, y a los cuatro meses todas esas ilusiones de repente se tiran por la borda porque hay que irse y hay que acompañar a Artigas en el éxodo.

EC - Son detalles impresionantes. Y cuántos podrían agregarse.

RC - Detalles además tan difíciles de imaginar. Muchas veces pienso que para los jóvenes de hoy la historia ha perdido atractivo porque nunca les contaron ese relato de la peripecia que permite que uno se imagine. Tú decías nacimientos, pero se hacían bautismos cuando se llegaba a un arroyo, se cumplía con todas las condiciones de acuerdo con lo que el camino iba imponiendo como condición. Es decir, la forma de acampar siempre junto a un arroyo para asegurarse el agua y a un monte para asegurarse el abrigo. Hay relatada una cantidad de aspectos de la peripecia que son tan humanos y tan conmovedores que harían muchísimo más fácil que los estudiantes entendieran la historia como tal, el éxodo en particular.

EC - ¿Estás segura de que los profesores de Historia no cuentan eso? ¿Margarita no contaba eso? ¿Pablo no contaba eso?

MP - Yo he contado.

PR - Sí.

RC - Entonces los alumnos de Margarita son los que después se convierten en profesores de Historia, enamorados de la historia.

MP - No, acá hay muy buenos profesores de Historia, por Dios. Yo les contaba y hacía un trabajito sobre Bonifacio Maciel y Ramona Teherán, que eran una pareja de acá que fue prácticamente caminando. Ella tenía 16 años y él unos más, y se casan allá en el Salto Chico, cuando cruzan. Ya llevaban un hijo y el sacerdote los casa en el Salto Chico. Yo a veces imagino –figuran en el padrón de las familias– cómo habrá sido la peripecia de esas dos personas. Eran jóvenes, llenos de ilusiones, pero según el padrón no tenían nada. Y la preocupación de ellos cuando son ya muy mayores es que su matrimonio no está asentado en ningún lado. Entonces, cuando son ya muy mayores, de 80 y tantos años, le piden a Mariano Soler, hacen un expediente, porque quieren que su matrimonio se asiente. Mariano Soler se lo permite, por supuesto, se asienta acá en los libros parroquiales, y entonces relatan que "cuando se fue la patria" –así dice el expediente– ellos contrajeron matrimonio en el Salto Chico occidental, que lo hizo el cura Ubeda que iba con el éxodo –iba Figueredo también–. Y se asienta el matrimonio que era la preocupación de ellos cuando son mayores. No hay que olvidar que más o menos unas 300 personas de los alrededores de San José participaron en el éxodo.

PR - Fundamentalmente de las zonas rurales.

MP - Sí, siempre de las zonas rurales, no de la villa.

PR - Porque eran españoles.

MP - La villa era españolista.

CM - Yo te podría contar una historia de amor absolutamente maravillosa. Me parece que está buscando un productor de cine. Yo la cuento de vez en cuando para ver si está presente alguien que se ocupe de esta divina película que sucedió aquí en San José. Él se llamaba Gallardo.

MP - Ah, sí, Gallardo.

CM - Cualquiera diría que es un mal autor el que le pone nombre Gallardo a un tipo que es pintún, cuya profesión es ser tomador y que ni siquiera es de aquí, es un foráneo, nació en Córdoba. Era algo así como John Wayne. Y había una mujer divina aquí en San José, tan divina que le llamaban Luisa Curú; "curú" quiere decir ‘pimpollo’. Se conocieron, y cuando vino el éxodo él robó una carreta –por lo cual se hizo un expediente judicial gravísimo contra él– y subió a Luisa Curú, a su marido y a los tres hijos que tenían, y se fueron con la carreta. No se podía salir del éxodo, porque el éxodo estaba custodiado para entrar o para salir. Así que llegaron a Salto, dejaron marido e hijos, se llevaron la carreta y salieron para el sur, porque ahí ya no había éxodo y no había ninguna custodia. Fueron detenidos en San José y los mandaron a Montevideo, que estaba sitiada. Entraron al sitio de Montevideo, a la ciudad amurallada, y los dos fueron juzgados.

Cuando juzgaron a Gallardo le hicieron cuatro cargos terribles. Uno de ellos era que un día iba caminando por una vereda, pasó por la casa del gobernador, en la azotea estaba sentada la señora del gobernador, y la miró y le dijo: "Estás tan divina ahí arriba que te tiraría un lazo y te traería". Ese fue el primer cargo que está documentado en el expediente. El segundo cargo es que otro día pasó Gallardo frente a la iglesia, la misma que tenemos ahora acá, cuando salía una preciosa mujer, bien moldeada, tapada con su pañoleta, y él se la abrió y le dijo: "Dejame ver lo divina que sos". Y el tercer cargo, muchísimo más grave, es que habiendo puesto Elío una proclama contra un muro, él se bajó del caballo, la arrancó y con el facón la cortó en tiras.

Todo eso le fue reprochado en el juicio en Montevideo y quedó en una situación absolutamente terrible. Adelanto que desde el punto de vista del procedimiento los juicios eran perfectos, no solo en cuanto al cumplimiento de las garantías, sino en cuanto al cumplimiento de los plazos. Todo esto se tramitó en menos de un año. El abogado defensor alegó que el tratamiento un tanto confianzudo con las mujeres correspondía siempre a un acto de cariño o de admiración, que eso no se podía reprochar. Y que el cargo grave de haber cortado la proclama era no entender lo que pasaba, "porque todos sabíamos, y el juez también, la dificultad que hay para fumar, porque no hay hojillas", y él cortó eso con el facón para tener papeles. El último argumento que hizo el defensor fue que los muros de Montevideo estaban despoblados de defensores y que este era un hombre vigoroso, joven, que iba a ser un soldado valiente para defender la ciudad, y le dieron la libertad. Ella había sido liberada antes, porque todos los jueces consideraron que una mujer tan bonita no podía estar presa. Esa es la historia de amor de Gallardo y Luisa Curú.

MP - Sí.

CM - ¿Viste el expediente?

MP - Sí, lo he visto. Otro cargo que se le hace es que era amigo del Chiquilín Vázquez, que era un revoltoso de San José. Gallardo era amigo y conspiraron en la toma de San José.

EC - ¿Hay en el público algún productor cinematográfico? ¿Saldrá la película esta vez sí después del cuento de Carlos?

RC - A mí me gustaría señalar otra cosa que supongo que también va dirigida a los más jóvenes. Hoy tenemos una cantidad de formas de comunicarnos que hacen posible armar de un día para otro una fenomenal concentración donde sea: las redes sociales, prácticamente todo el mundo integra alguna, las cadenas. Pero yo me pregunto cómo se hacía entonces, me cuesta imaginar una Banda Oriental absolutamente despoblada, sin caminos, sin nada de lo que hoy consideramos necesario –por supuesto, no había teléfonos–, donde en algún momento se enteraban por cualquier lugar de que existía un determinado personaje que podía reunir las voluntades de todos de libertad, de temores. Me pregunto cómo lograron concentrar aquí en San José y a lo largo de todo el trayecto del éxodo ir sumando gente de los lugares enterados –lo que sería el prestigio de Artigas en esos ámbitos– de su condición de líder más allá de que se lo había declarado como tal.

Siempre he pensado: qué notable que quemaran en Rocha y vinieran a sumarse al éxodo, algo que hoy a todo el mundo le parece muy natural, se puede llamar a cualquiera de un instante a otro, pero cómo se logró esa concentración. Mi padre definía el éxodo como el suelo oriental sin los orientales. Y en definitiva fue eso; un hombre que a partir de su propio prestigio como conductor y protector logra despoblar la Banda Oriental de orientales y que lo sigan en una marcha que no creo que le haya sido tan incómoda, porque hay otra frase que me parece fantástica, que dice: "No quiero que persona alguna venga forzada, todos voluntariamente deben empeñarse en su libertad. Quien no lo quiera, deseará permanecer esclavo". Otra que invitación.

MP - Lo que pasa es que después de insistir mucho en que los detenga, que retrasan las marchas, él a Mariano Vega le dice...

RC - Y de esperar que el triunvirato diera marcha atrás.

MP - ... "si no se convencen, déjeles usted que obren como gusten". El Poeta de la Patria, Zorrilla, habla del "vamos", pero él es de la literatura, nosotros somos de la historia, la óptica es diferente. En eso me afilio a lo que Monterroso le escribe a Lázaro Gadea en 1835, desde Marsella, y le dice que no fue el voto de un hombre sino de un pueblo.

PR - Fue una marcha muy penosa. Cuando era estudiante leí un texto que me impactó, y cada vez que lo vuelvo a leer me sigue impactando, escrito por quien tengo acá a mi izquierda. En ese texto, Maggi, usted dice que en el éxodo surge el sentimiento de nacionalidad, de orientalidad, etcétera. Pero surge otra cosa; surge el hambre por primera vez en la Banda Oriental. Usted dice allí: "A los orientales de repente les faltaba una cama cómoda para dormir o les faltaba un techo o les faltaba una olla para hacer un puchero para un enfermo, pero nunca les faltó la carne, por ejemplo". En esta marcha pasan hambre.

EC - De la audiencia Juan pregunta: "Yo no me imagino lo que sería la alimentación para toda esa gente. ¿Qué hacían? Cazarían. ¿Cómo harían?".

CM - En todos los regimientos uruguayos había un cuerpo de cazadores. Yo durante mucho tiempo me pregunté qué cazaban los cazadores de esos cuerpos; cazaban vacas, porque una vaca salvaje era un animal muy difícil de cazar, había que correr a 50 kilómetros por hora. Como corrían eran vacas flacas, nerviosas, no eran gordas lecheras. Eran vacas salvajes, con unos cuernos enormes, y flacas y ágiles, entonces las corrían, las alcanzaban, las pialaban de atrás y las vacas caían, porque les trababan las patas de atrás. Y cuando caían se bajaban con un cuchillito y mataban un animal salvaje que tenía unos cuernos de 40 centímetros de largo. Era un acto absolutamente especializado para grandes jinetes y para gente que supiera cómo se mataba una vaca salvaje con un facón. No la mataban a tiros a la vaca. Era gente muy especializada, a tal grado que cuando Javier de Viana, que va con un ejército de 300 hombres y 16 carretas con artillería y cruza el río Uruguay para el norte, a los tres días tiene que volver porque no han podido conseguir un kilo de carne porque ninguno de los 300 soldados que lleva es cazador. Y esa es la razón por la cual llama a Artigas, que negocia con él y le cambia un cuerpo de cazadores por una estancia de 105.000 hectáreas, más grande que el departamento de Montevideo.

EC - Otros oyentes se preguntan a propósito de las dificultades logísticas, diríamos hoy, que implicaba el éxodo, cómo hacían para cruzar un río, cómo hacían para cruzar en especial el río Negro.

CM - Lo cruzaban en pelotas.

EC - Es una buena pregunta, ¿cómo hacían para pasar una carreta, cómo hacían para sacarla del cauce del río y volver a subirla?

CM - Una pelota era una embarcación de cuero.

***

EC - "La marcha es penosa y lenta. Unos van a caballo, otros a pie, los otros en vehículos más o menos groseros, carros destechados o cubiertos de cuero, rastras tiradas por caballos, acémilas cargadas. La carreta primitiva se mueve oscilante, dando tumbos y crujiendo, parece que con sus ojos de madera y sus ruedas macizas se lamenta dolorida, largamente, de la dura tracción de los bueyes. La patria peregrinante."

Otra vez recurro a Juan Zorrilla de San Martín. A partir de esas pinceladas, la respuesta a la pregunta, el oyente quiere saber cómo hacían para cruzar un río, cómo hacían para cruzar el río Negro.

CM - Es un movimiento de chambones dirigidos por un nómade. Es decir, si alguien sabía cómo se cruzaba un río, si alguien sabía cómo se vivía desplazándose un pueblo entero, ese era alguien que había vivido con las tribus charrúas durante mucho tiempo. Cómo hacían para hacer todas esas operaciones. Los hombres cruzaban agarrados del caballo que nadaba, las mujeres, los viejos que no podían, los niños chicos viajaban en embarcaciones hechas con un cuero y ramas. Nuestros ríos felizmente son muy mansos, son ríos de llanura, así que se podían cruzar con una pelota – tenemos un destino futbolístico de origen–. Era una cosa parecida a una pelota, una especie de media esfera hecha con ramas y un cuero. Los carruajes pasaban con toneles atados, así cruzó Dámaso Larrañaga cuando fue a ver a Artigas a Paysandú.

EC - Iban flotando.

CM - Él iba en junio en un carruaje que no tenía techo, dice que se llevaba felizmente –con eso se abrigó– un felpudo arriba de los pies. Iba en el carruaje y tardó 14 días en llegar a Paysandú, y cruzaba –eso lo cuenta– poniéndole un tonel de cada lado al carricoche.

PR - Se trataba de cruzar el menor número posible de corrientes de agua. La ruta fue siguiendo las cuchillas, las zonas altas del territorio, pero había ríos que había que cruzar.

RC - Creo que no menos importante –esto va a contradecir algo que dijo Maggi– es la figura del baqueano, que creo que no era el único Artigas, porque desplazarse por la Banda Oriental –pienso en los gauchos y en los indios– significaba conocer cuáles eran los pasos en prácticamente todos los ríos del territorio. Y vaya si iban baqueanos en esta caravana impresionante de casi 6.000 personas. Así que creo que no le faltó asesoramiento en la materia.

Y, según dicen, lo peor no era cruzar el río; era remontar la llegada a la orilla, que de pronto era acantilada y había que hacer que esas carretas con tres yuntas de bueyes pudieran, a fuerza del piquetero, remontar el peso de la carreta mojada.

Pero yo quería referirme a las condiciones en que se estuvo, algo que el propio Artigas le cuenta al gobierno de Buenos Aires.

EC - Mire que escribía Artigas...

RC - Por eso se pudo seguir exactamente la ruta del éxodo. Como buen militar hacía partes en todos los lugares adonde llegaba. Escribe: "No se pueden expresar las necesidades que todos padecen expuestos a la mayor inclemencia. Sus miembros desnudos se dejan ver por todas partes, y un poncho hecho pedazos liado a la cintura es todo el equipaje de los bravos orientales. Mil veces he separado mi vista de un cuadro tan consternante, he sido testigo de las más tristes expresiones de sus privaciones. Qué rato tan cruel al ver correr las lágrimas de uno de estos héroes que observaba con la mayor atención a otro compañero fumando, y reprimirlas ostentando la mayor alegría al sentir que se acercaba".

Pasaron cualquier tipo de penuria, eso queda claramente expresado en este que fue apenas uno.

CM - Rosario, quería hacerte una precisión más: había muchísimos baqueanos que sabían eso, por dónde se cruzaba un arroyo para que diera paso, cómo se llegaba siempre al lugar donde hubiera agua y leña. Pero ninguno de ellos sabía llevar 2.000 personas, porque, como dice Hegel, la cantidad cambia la cualidad, no es lo mismo llevar 4.000 personas que 400, había que ser un técnico muy particular para administrar eso y que no pasara nada. Y nada pasó. Él sabía.

EC - Antes de que se nos termine el tiempo, me gustaría incluir una pregunta más a propósito del significado. Algo ustedes ya han comentado, pero ¿por qué el nombre, por qué "la redota"? Algunos oyentes consultan eso. Ya lo contaste, Carlos.

CM - Ya lo he contado 40 veces. Hay un documento de época que dice que así nombraron los paisanos la marcha que hicieron, a esta triste migración la llamaron "redota" queriendo decir otra cosa. "Redota" quiere decir ‘derrota’, y "derrota" a su vez quiere decir dos cosas, quiere decir ‘estar vencido’ y quiere decir ‘camino’. Así que me parece un nombre excelente. Yo publiqué eso en el año 50 en el "Libro de El País", nadie le dijo redota durante 10 años o 20, y de repente ahora se puso de moda.

EC - Aquí está el padre de la criatura. Pero ¿qué significado tuvo, por ejemplo, para las autoridades porteñas, para los españoles, para los orientales, para Artigas mismo qué implicó este éxodo?

MP - Para Artigas es algo increíble, me parece, porque un hombre que lleva a ese pueblo, que no le dice "vamos" sino que lo dirige, lo conduce, es un hecho... para mí es algo espectacular, maravilloso. Y que haya comenzado acá me parece doblemente maravilloso.

PR - Hay que recalcar que primero se da el hecho y después aparecen los nombres, porque el nombre de "éxodo", que también tiene toda la connotación del éxodo bíblico, aparece recién en 1885 con Clemente Fregeiro. Después aparece, a mediados del siglo pasado, la redota, pero lo que importa es el hecho.

EC - ¿Y qué consecuencias tuvo, o qué implicó para estos actores que yo mencionaba?

RC - Yo creo que fue la primera manifestación de una nacionalidad oriental. El hecho de no reconocer como nación socialmente constituida otra dependencia de autoridad alguna que no fuera la de su jefe natural, el dignísimo ciudadano José Artigas. Vaya si esta frase lo dice todo. En definitiva es un acto de afirmación, no política, pero sí de reconocimiento de nacionalidad oriental, y no otra cosa, que creo que hace de Artigas un caudillo que algunos consideran –posición a la que yo estoy afiliada por razones familiares– que es la figura más auténtica de la Revolución de mayo.

MP - Yo sostengo que es un hombre de mayo. Y en este caso me parece que él se dirige hacia un territorio que evidentemente es amigo, el Entre Ríos. Después lo va a demostrar, es un sentimiento que tiene. No creo que sea ya una nación, no estoy de acuerdo, pero eso es opinable.

PR - Es un afianzarse de lo oriental, el término "oriental" fue simplemente un término geográfico, después fue un término militar, identificaba a un ejército, y luego pasó a ser un sentimiento nacional.

RC - Por lo menos de identidad, de reconocerse.

MP - Yo les insisto siempre a mis alumnos en que Artigas quería era una integración, pensaba en algo conjunto.

PR - Nunca en el Uruguay de hoy.

MP - No, jamás, eso siempre se lo recalco a mis alumnos, que piensan que él pensaba en un país constituido como este.

EC - Siendo algo tan importante, vuelvo a preguntarme lo que me preguntaba el 10 de octubre cuando recordábamos los 200 años de la asamblea de la Quinta de la Paraguaya: ¿por qué no es feriado el 10 de octubre? ¿Por qué no es feriado el 23 de octubre, que es el comienzo del éxodo? Acá en San José en particular, ¿ustedes cuándo se apropiaron de esta fecha? Esta vez sin duda es todo un acontecimiento.

MP - Hace unos años que se realiza una recreación.

PR - Unos 10 o 12 años.

MP - Sí. Yo voy a quebrar una lanza por los profesores del liceo donde yo trabajé, el liceo Alfonso Espínola, que en repetidas oportunidades hizo marchas y recordaba frecuentemente el 23 de octubre. Por supuesto, no de la manera magnífica en que se va a recordar en estos días, pero los profesores lo hacían casi siempre, de distinta forma, con distintas respuestas, con cierta modestia, pero siempre recordando ese episodio inigualable que ocurrió acá a orillas del río.

EC - ¿Y qué vamos a presenciar este domingo?

MP - Pablo, tú eres de la Comisión del Bicentenario.

PR - Está la vigilia en la noche.

EC - La vigilia que va a desarrollarse en todo el país.

PR - En todo el país, e incluso en algunas ciudades fuera del país también.

EC - Y después está la costumbre esta de la recreación. En esta ocasión, además, con la particularidad de que es un éxodo que se va, que efectivamente se pone en marcha.

PR - Sí, además las costas del río San José –porque no podemos decir el sitio concreto– van a ser declaradas por la Comisión Nacional de Patrimonio como Patrimonio Histórico Nacional. Eso se va a producir el domingo, a las 9.30 van a hacer ese anuncio en las costas.

MP - Pero el recorrido creo que es patrimonio.

RC - La ruta del éxodo es patrimonio.

PR - Lo que se va a declarar ahora es el sitio de las costas del San José donde se inició el éxodo. Reafirmar eso.

MP - Donde presumiblemente...

EC - A partir del 23 de octubre y durante 13 días se llevará a cabo la recreación de la redota, la Marcha del Bicentenario. La marcha, que cuenta con el apoyo logístico del Ejército nacional para el armado de campamentos y la alimentación, va a partir de Paso de los Carros, San José, y va a recorrer 536 kilómetros antes de llegar al Ayuí el sábado 5 de noviembre. Se han inscrito centenares de jinetes, se estima que llegarán a la capital salteña aproximadamente 2.000 marchantes. El recorrido, que es similar al realizado hace 200 años por el pueblo oriental, va a atravesar varios centros poblados, desde pequeñas localidades hasta capitales departamentales, por ejemplo Ismael Cortinas, Paso de los Carros, Palmar, Escuela Kennedy, Young, Paysandú y Salto. En cada una de estas llegadas se realizarán un desfile y una fiesta de bienvenida con espectáculos y actividades recreativas.

PR - Los documentos hablan del Paso de la Arena. No sabemos si el Paso de la Arena es el actual Paso de los Carros o era otro paso sobre el río San José, también acá en las cercanías de la villa.

MP - Claro, porque se puede determinar prácticamente todo, menos el recorrido desde San José hasta la zona del arroyo Grande.

EC - Las campanas de la catedral nos indican que tenemos que ir terminando esta segunda Tertulia especial con motivo de los preparativos y el comienzo mismo del éxodo. Volveremos a charlar de este hecho más adelante a lo largo de este año. Pero Carlos tiene un adelanto para darles. ¿Cómo termina esta historia? ¿Termina bien o termina mal?

CM - La historia del éxodo no termina cuando llegan al Ayuí, es un error, porque el éxodo es una derrota y las cosas que terminan en derrota no son buenas para el alma. El éxodo termina cuando Artigas derrota a Sarratea, que tiene que irse a Buenos Aires, y para poder irse a Buenos Aires totalmente derrotado y destituido de su cargo, tiene que pedirle los caballos del carruaje, porque Artigas le sacó todos los caballos a su ejército, a tal grado que él no tiene caballos para tirar de su carruaje e irse. Y cuando llega a Buenos Aires está destituido. Y Artigas está triunfador. Ese es el final del éxodo.

RC - Con la única salvedad de que yo sigo sin admitir que el éxodo sea una derrota. Creo que es un acto de rebeldía y de defensa de la libertad que nunca es perdedor.

CM - Pensás diferente de los que lo hicieron.

MP - Yo estoy con Rosario en este caso.

PR - Es un acto de rebeldía.

MP - Un maravilloso acto de rebeldía.

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Transcripción: María Lila Ltaif