Entrevistas

Fiscal Mirtha Guianze: identificación de restos de Julio Castro puede implicar nuevas actuaciones en el caso "más adelante"

Fiscal Mirtha Guianze: identificación de restos de Julio Castro puede implicar nuevas actuaciones en el caso "más adelante"

Luego de la identificación de los restos del maestro Julio Castro en el Batallón 14 y de la constatación de que su muerte se debió a una ejecución y no a métodos de tortura, el horizonte para la investigación de su caso, y de las violaciones de derechos humanos durante la más reciente dictadura en general, adquiere nuevas características. Para conversar sobre este asunto, En Perspectiva entrevistó a la fiscal Mirtha Guianze, quien lleva adelante este expediente junto con el juez Juan Fernández Lecchini. Guianze dijo que "si bien hay investigaciones pendientes", el grupo de trabajo encargado del caso Castro ya investigó lo que podía investigar. Sobre los cambios que puede haber a partir de la noticia, la fiscal explicó: "La tipificación que podía recaer sobre [el caso de Julio Castro] hasta el otro día era desaparición forzada" y ahora "pasa a ser homicidio". En este sentido, señaló que las particularidades del homicidio, que difieren con lo divulgado por la Comisión para la Paz, "pueden implicar" nuevas actuaciones, pero aclaró que esto sería "más adelante". "No puedo decir lo que voy a hacer hasta que no tenga el expediente en la mano y no empiece a estudiarlo y a completar la información", expresó. Guianze opinó que el trabajo de la Comisión para la Paz "fue una cuestión positiva porque puso el tema sobre la mesa" pero que "las informaciones que se recabaron en muchos casos no son verídicas".


(emitido a las 9.00 Hs.)

EMILIANO COTELO:
El hallazgo de los restos del maestro Julio Castro todavía enterrados en el Batallón 14 y la constatación de que fue ejecutado de un tiro en la cabeza y por tanto que no murió porque no resistiera la tortura han abierto todo un escenario nuevo en la investigación de las violaciones a los derechos humanos ocurridas durante la dictadura.

Jorge Silveira, excoronel retirado que se encuentra preso en la cárcel de Domingo Arena, emitió el viernes un comunicado aclarando que lo ocurrido con Julio Castro no es lo que se hacía en los operativos ordenados por las Fuerzas Armadas y pidiendo a los culpables de ese hecho que se hagan responsables. Al día siguiente, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general del Aire José Bonilla, habló con El Observador y reclamó que se identifique a los responsables de ese acto al que calificó como "aberrante". Pocas horas después trascendió que el comandante en jefe del Ejército, Pedro Aguerre, dará a conocer hoy un pronunciamiento sobre este caso y, según adelantaba La República, condenará la ejecución de Julio Castro.

Por otra parte hubo críticas a la Comisión para la Paz, conformada en el gobierno de Jorge Batlle, por la información que hizo pública en el año 2003 sobre la muerte de Julio Castro y el destino de sus restos, y uno de sus integrantes, el doctor Carlos Ramela, salió a responder a esos cuestionamientos. El presidente José Mujica también se refirió al tema, dijo, entre otras cosas, que para él queda claro que al final de la dictadura hubo una "operación zanahoria" realizada de manera incompleta.

Pero mientras tanto, a raíz de los hechos que se conocieron el jueves, la investigación judicial en torno al caso de Julio Castro podría tomar ribetes diferentes.

¿De qué manera? ¿Qué puede ocurrir en esta materia?

Vamos a conversar con quien lleva, junto con el juez Fernández Lecchini, la investigación de este expediente, la fiscal Mirtha Guianze.

¿En qué punto se encontraba la investigación judicial del caso Julio Castro en la justicia penal hasta la semana pasada, cuando se conoció la noticia de que los restos encontrados en el Batallón 14 en octubre eran los de Julio Castro?

MIRTHA GUIANZE:
El expediente ya estaba pronto para ser enviado a Fiscalía por el doctor Fernández Lecchini, me lo había avisado. Faltaba una documentación que iba a venir de otro juzgado, que eran testimonios de declaraciones ya tomadas en el expediente de Gregorio Álvarez, del penal 19. Pero el expediente ya estaba pronto.

EC - ¿Qué quiere decir que el expediente ya estaba pronto?

MG - Lo que nosotros pudimos investigar, lo que pudimos averiguar ya se había cumplido en su totalidad, se había cumplido con todas las citaciones, se habían agregado todos los documentos posibles. Faltaba, lógicamente, la documentación que el Ministerio de Defensa nunca nos envió, como una investigación sobre lo que significó o lo que pasaba en la casona de Millán y Loreto Gomensoro. En ese punto el Ministerio de Defensa solo nos envió una cédula catastral, que era mucho menos que lo que nosotros teníamos, por supuesto.

Entonces, si bien hay investigaciones pendientes, supongo, del Ministerio de Defensa y de esta comisión que está nombrada específicamente para investigar, lo que nosotros podíamos investigar ya lo hicimos, e incluso había elementos de prueba desde el año 1985, porque el hecho de que Julio Castro había estado en esa casa, había sido detenido en tal fecha, quiénes lo habían detenido, quiénes habían participado en el procedimiento, eso ya estaba desde la comisión investigadora (parlamentaria). Ahora lo que hicimos fue interrogar a los militares que estaban a cargo del Departamento III del Servicio de Información de Defensa (SID), para deslindar las responsabilidades.

EC - Según un resumen que se publicó en Brecha la semana pasada, hasta ahora ya se tomó declaración a los oficiales José Baudean, Omar Lacasa y Alberto Gómez, al policía Juan Ricardo Zabala y al periodista brasileño Flávio Tavares.

MG - Sí, hubo más militares que declararon, pero Flávio Tavares fue la última persona que lo vio con vida. Tavares vino de Brasil, testificó, y sobre la base de esas declaraciones es que teníamos una idea de que había sido torturado. Flávio Tavares fue colgado, y él decía que pensaba que Julio Castro había sido sometido al mismo tipo de tortura. Puede ser que eso haya sucedido, porque tenía las manos atadas atrás y con una soga un poco larga. Y que se quejaba, "gemía", decía textualmente, sentía los gemidos del que llamaban "el veterano".

EC - El periodista Flávio Tavares trabajaba para el diario Excélsior de México, y había venido a Montevideo (el 12 de julio de 1977) unos días antes del secuestro de Julio Castro (1º de agosto de 1977) para realizar distintas gestiones, entre ellas obtener la liberación del periodista uruguayo Graziano Pascale, que era corresponsal del Excélsior en Uruguay, había escrito una nota sobre los cuatro años del gobierno militar y por ese motivo había sido arrestado.

Pero dos días después de su llegada, cuando (el 14 de julio de 19977) Flávio Tavares intenta volver a Buenos Aires, es detenido en el aeropuerto de Carrasco. Y termina preso en la casona de la calle Millán, donde, después se supo, estaba recluido Julio Castro. De allí que el testimonio del periodista Flávio Tavares ha sido relevante a los efectos de tener algo de información sobre cómo transcurrieron las últimas horas de Julio Castro.

MG - Él no lo vio, porque estaba vendado, pero sentía que nombraban al "veterano", le preguntaban si era pariente de Fidel Castro –eso ya ha sido publicado, así que no violento ningún secreto del presumario–, y tenía idea de que esa persona –el "veterano", como ellos lo llamaban– no se encontraba en buen estado de salud. Y una noche lo retiraron, piensa que posiblemente en un colchón, se lo llevaron y no volvió a saber de él. No vio su cara, pero sintió su voz, sus gemidos, las conversaciones, y tiene toda la certeza de que era Julio Castro porque además coincide la fecha de la declaración.

EC - Flávio Tavares no había estado con Julio Castro pero sabía quién era a partir de los contactos que el periodista tenía aquí en Uruguay.

MG - Sí, en este expediente declaró también, por ejemplo, el contralmirante Óscar Lebel. Tenemos más o menos una idea de cómo estaba armado ese grupo de gente que no estaba haciendo nada más que tratar de hacer denuncias o de sacar gente al exterior.

EC - Los militares que han sido investigados hasta ahora pertenecían todos al SID. ¿Por qué?
   
MG - Por información que hemos tenido de otros expedientes y por lo que sabemos ahora, esa casona pertenecía al SID, el SID la compró –eso está en un expediente que fue archivado, así que tampoco es secreto– a nombre de una persona cuyo nombre es simulado, Virginio Emilio Pomato de Bron. Esa persona no existe, nunca existió. La escribana fue la esposa de un oficial del SID, e hizo la escritura a pedido de Prant.

EC - Hasta ahora usted estaba investigando el caso del desaparecido Julio Castro. Tanto es así que una parte de su trabajo era descartar la versión oficial que difundió la dictadura en su momento de que Julio Castro había escapado en un avión con destino a Buenos Aires. Ahora, con la aparición de los restos en el Batallón 14, el caso pasa a ser un homicidio. Pero hay diferentes tipos de homicidios, y según los forenses que examinaron los restos, resulta que Julio Castro padeció torturas, tenía los pies y las manos atados con alambre, y además recibió un impacto de bala en el cráneo que le provocó la muerte. Es más, no se descarta que haya habido más de un disparo de bala por el estado en que se encuentran los restos de la cabeza.

¿Cómo inciden estos datos nuevos en la investigación que usted encabeza?

MG - Los hechos que están probados son que hubo un homicidio. Después hay que ver si hay una persona a la cual se le puede imputar ese homicidio, pero de cualquier manera, la tipificación que podía recaer sobre esos hechos, que hasta el otro día era desaparición forzada, hasta que se descubrió que los restos eran de Julio Castro, pasa a ser homicidio.

EC - ¿Qué tipo de homicidio? ¿Es un homicidio especialmente agravado?

MG - Es un homicidio muy especialmente agravado o puede calificarse como homicidio político. La calificación en sí no es tan trascendente, sino el hecho de que es un crimen de lesa humanidad, y por lo tanto no prescribe.

EC - Pero las características de la muerte, que son distintas de las que se habían divulgado en su momento en el informe final de la Comisión para la Paz, ¿implican nuevas actuaciones a los efectos de la investigación, por ejemplo?

MG - Pueden implicar más adelante. En este momento yo tengo que recibir el expediente, ver lo que tengo, ver incluso ese informe –lo conozco porque me lo han trasmitido telefónicamente pero no lo he visto–, y veré qué hago más adelante. No puedo decir lo que voy a hacer hasta que no tenga el expediente en la mano y no empiece a estudiarlo y a completar la información.

EC - Estos días se ha discutido a propósito del trabajo de la Comisión para la Paz y de las conclusiones que están estampadas en el informe final del año 2003. A propósito de Julio Castro se señalaba en aquel trabajo que murió por excesos en las torturas, y que sus restos fueron primero enterrados en el Batallón 14 de Toledo y luego exhumados a fines de 1984, incinerados y tirados al Río de la Plata (*). La justicia y usted como fiscal ¿tomaron en cuenta ese informe? ¿Hasta ahora se estaban basando en ese informe? ¿Qué relevancia tenía para ustedes?

MG - Hay dos aspectos. Uno, que el Estado uruguayo lo consideraba muerto, pero además se tramitó un expediente ante la justicia civil, la familia tramitó indemnización. En ese caso, tanto el doctor Ramela, como el doctor Gonzalo Fernández, como monseñor (Nicolás) Cotugno, tenían esa idea, que esa persona había muerto de esa manera. Pero en cuanto a la "operación zanahoria" todos tenemos terribles dudas, porque todo lo que hasta ahora se encontró desmiente los resultados de la Comisión para la Paz.

EC - ¿En qué sentido?

MG - Tanto en el caso de Miranda, como el caso de Ubagesner Chaves, como el caso del maestro la información resultó ser errónea.

EC - En todos esos casos el informe de la Comisión para la Paz hablaba de restos incinerados y tirados al Río de la Plata.

MG - En el de Miranda decía que estaba enterrado en el 14, y estaba en el 13. Después en una declaración Gonzalo Fernández dijo que había cuestiones que lo ratificaban plenamente, habló del enterramiento de Gelós Bonilla, que había sido encontrado y no había sido enterrado; habló del enterramiento de Gomensoro Hoffman, y tampoco eran ciertos esos datos; dijo que ahí estaba enterrado un niño y eso no era cierto. Nada de lo que se fue a investigar resultó. Ahora hay unas investigaciones nuevas que ha hecho el equipo de López Mazz, parece que hubo remoción de tierra en ese lugar. Esa remoción de tierra y esos fragmentos de huesos que todavía no se sabe si son humanos pueden corresponder a una remoción de cuerpo que puede no haber sido total. Por supuesto, no sabemos hasta qué punto pudieron llegar a remover los cuerpos, porque había un patrón de enterramiento, yo vi la exhumación de Miranda y vi ahora el hecho de que trajeran material, cal, pozos de determinadas características. Ahí no trabajaron jefes y oficiales, ahí trabajó personal subalterno y trabajó mucha gente. Hay mucha gente que sabe de esto.

EC - ¿Para usted la llamada "operación zanahoria", el desentierro de restos en algún momento del año 1984, existió?

MG - No puedo hacer hipótesis arriesgadas, puede haber existido parcialmente, no totalmente. Esto se comprueba con los datos que han dado, que son falsos, yo estuve cuando llevaron a Macarena al lugar donde supuestamente estaba enterrada su madre, y todo eso también resultó ser falso. Nos mostraron pozos de tiradores, porque en ese predio del 14 hacen ejercicio los batallones de infantería de todo Montevideo y creo que de la zona metropolitana. Había pozos de tiradores que se nos presentaban como tumbas abiertas, y eran pozos para ejercicio, nada más. Entonces eso no podía presentarse como desenterramientos; resultó todo fallido, toda esa investigación y todo lo que se excavó.

Ahora aparecieron datos en otro lado, pero el tema es encontrar esos datos, porque no se puede excavar en cualquier lugar, tiene que haber una base de datos que tienen que proporcionar las personas que saben.

EC - Sí, porque una de las inquietudes que ahora se plantean es qué fiabilidad tiene la información que se ha obtenido de fuentes militares de manera reservada, en la medida en que ahora se verifica que en varios de los casos incluidos en el informe de la Comisión para la Paz había inexactitudes o directamente mentiras.

MG - Tal vez se buscaron los informantes que se sabía que estuvieron en estos temas. Y esos informantes mintieron y creo que van a seguir mintiendo. Pero hay un trabajo de investigación que tiene que correr por cuenta del Poder Ejecutivo –creo que hay voluntad de hacerlo, al menos se constituyó esta comisión– de buscar otros informantes, porque esto involucró a una cantidad de gente muy importante, estos enterramientos no se hicieron entre dos o tres personas. Y como ya dije, ni entre jefes y oficiales, acá hay personal subalterno. Pero a ese personal subalterno no lo podemos localizar ni lo podemos traer a declarar en un juzgado, porque con eso no vamos a sacar ninguna información. Esa información tiene que venir de un trabajo que se haga en forma reservada.

***

EC - ¿Usted tiene una opinión hecha sobre el trabajo de la Comisión para la Paz?

MG - Sí, tengo, pero preferiría reservármela. De cualquier manera, creo que fue una cuestión positiva, porque puso el tema sobre la mesa y se empezó a hablar de los desaparecidos, que era un tema tabú. Pero las informaciones que se recabaron en muchos casos no son verídicas.

EC - Según el semanario Brecha, "el arresto y la muerte de Julio Castro pudo haber sido una operación del SID destinada a bloquear y revertir la política de solidaridad que desplegaba el embajador de México, Vicente Muñiz, y en la cual el maestro Julio Castro participaba de manera muy activa". ¿Esa es una hipótesis plausible para usted?

***

EC - Tengo preguntas de los oyentes también. Por ejemplo, varias que aluden al hecho de que estas fuentes militares hayan mentido al pasar la información. Alguien consulta: "¿Puede seguir manteniéndose el compromiso de reserva de los nombres de quienes mintieron descaradamente?".

¿Tiene algo para decir sobre este punto?

MG - Yo entiendo, y entendí siempre, que ese compromiso de reserva no debía existir porque fue hecho por una resolución presidencial. Y si un juez puede levantar el secreto bancario, por ejemplo, que está impuesto por ley, también puede levantar ese secreto, pedir que la Comisión para la Paz entregue esos datos. No tuve suerte en la justicia, en el expediente de Elena Quinteros; tal vez sea el momento de volver a intentarlo. Pero pienso que como además, según el Pacto de San José de Costa Rica, una persona que está imputada de delito puede mentir para defenderse, tampoco puedo pretender que esa persona se autoincrimine. Sí puede haber otras personas que no hayan participado en el hecho, y son funcionarios públicos y están enterados, entonces si un funcionario público tiene conocimiento de un delito, debe ponerlo en conocimiento de la justicia.

EC - Pero usted, por lo que dijo antes, sigue apostando a esa información entregada de manera reservada.

MG - Sí, porque tengo entendido que hay papeles de la Comisión para la Paz que son como borradores y que nunca se entregaron a la justicia. Tal vez no se entreguen a la justicia, pero podrían ser entregados para que los maneje la comisión que está constituida en el Poder Ejecutivo. Eso podría darnos puntas para empezar a investigar, porque supongo que habrá gente que habrá dado datos que no conocemos qué personas fueron, porque la Comisión para la Paz nunca lo reveló. Tal vez sea el momento de que se sepa, al menos en ámbitos reservados, no que se publique en la prensa, pero que se empiece a trabajar con esas puntas.

EC - El sábado en el diario El Observador, el jefe del Estado Mayor de la Defensa, general del Aire José Bonilla, dijo: "Hay que investigar. Estas cosas no son comunes en la fuerza. Se tiene que saber quiénes son los culpables". Y agregó: "La situación no es reflejo de las Fuerzas Armadas de hoy ni de ningún tiempo". "Una cosa es matar en un enfrentamiento y otra cosa es ejecutar a una persona. No comparto para nada ese tipo de prácticas."
 
¿Cómo evalúa un pronunciamiento de esta característica? Parece la primera vez que un cargo jerárquico de las Fuerzas Armadas pide explícitamente que se identifique a militares o policías responsables de un delito ocurrido en la dictadura.

MG - Me parece muy positivo que haya una reacción de las Fuerzas Armadas, pero no hay que olvidar que por ejemplo en el caso de Elena Quinteros, en el que yo trabajé, declarando ante el juzgado tanto el doctor Ramela como el doctor Gonzalo Fernández dijeron que Elena Quinteros había sido ejecutada. O sea que este no es el primer caso de ejecución.

Después tenemos 28 desaparecidos con respecto a los cuales ya hay condena firme, se consideran muertos, militantes del PVP traídos de la Argentina que muy posiblemente hayan sido ejecutados, porque desaparecieron después de haber sido traídos a Uruguay. Entonces las ejecuciones no fueron algo excepcional ni solo en el caso de Julio Castro, habría que pensar que existieron, y si este es un momento de sinceramiento de las Fuerzas Armadas, sería el momento de empezar a investigar.

Tal vez no podamos llegar a impartir justicia en esos casos, porque al menos en mi caso no estoy en la onda de venganza, pero sí llegar a la verdad. O sea que si las Fuerzas Armadas tienen información, si hay manera de llegar, eso puede contribuir a encontrar a los desaparecidos.

EC - ¿Cómo es eso de que usted no está en la posición de impartir justicia a rajatabla? Esa es su función.

MG - Es mi función si llega a mi conocimiento un hecho delictivo, con apariencia delictiva; por supuesto, creo que la justicia es un valor primordial para sanear esto que tenemos. Pero también puede haber circunstancias en que las Fuerzas Armadas lleguen a datos que lleven a la verdad, y esa verdad después nos llevará a los culpables, porque puede haber gente que no haya estado directamente involucrada pero sepa, y como existe el testigo protegido en el crimen organizado, podríamos llegar a buscar algún tipo de instituto que permitiera que gente que sabe vuelque la información en los canales que corresponda y de ahí lleguemos a la verdad. Después surgen los culpables.

EC - Entiendo. Usted habla de una búsqueda de la información por fuera del juzgado específicamente.

MG - Como toda investigación, en todos los casos investiga la policía, porque lo que podemos hacer nosotros es pedir, el fiscal pide, el juez decide, y se va guiando la investigación, se piden determinadas cosas. Pero siempre hay un organismo investigativo, y acá no tenemos ningún organismo investigativo, las pruebas la aportan las víctimas.

EC - Esta es la expectativa que se le abre a usted a partir de declaraciones como las del general Bonilla que mencionábamos.

MG - Sí, y de la comisión que está instaurada. Además me consta que la familia de Julio Castro le planteó al Poder Ejecutivo, le planteó al secretario de la Presidencia esta situación de que investigamos con nada, porque usted sabrá que conseguimos un testigo porque nos avisó una persona que tal señora estaba enterada de tal cosa, un familiar nos avisa que esta persona estuvo detenida en la casona. Son investigaciones hechas por fuera de cualquier organismo oficial, porque los fiscales tampoco tenemos facultades para investigar. Son pruebas que allegan las víctimas.

EC - Por otra parte, para hoy se anuncia un pronunciamiento del comandante en jefe del Ejército, general Pedro Aguerre. Todavía no sabemos lo que va a decir, hay algún anticipo, pero ¿qué significa esa señal para usted?


MG - Me parece una señal positiva, me parece una reacción, porque siempre se ha estado en la negativa, "estas cosas no ocurrieron", y la dimensión del horror de lo que pasó tampoco está difundida. El caso de Julio Castro es paradigmático en muchos sentidos, por la personalidad de Julio Castro, porque era una persona conocida, porque fue terrible la ejecución, pero hay otras cuestiones terribles en expedientes que ya fueron archivados. Hay torturas, desapariciones, ejecuciones, la cuestión de las madres que parieron en Argentina y les quitaron los hijos; había militares uruguayos en esa cuestión...

EC - ¿Por qué enumera todos esos hechos?

MG - Porque son hechos que no se conocen, porque no hay conocimiento a nivel popular de esas cuestiones.

EC - ¿Por qué lo relaciona con el pronunciamiento que va a emitir hoy el comandante en jefe del Ejército?

MG - Porque siempre ha habido una actitud negativa de las Fuerzas Armadas, la lógica de la confrontación, de muertos en enfrentamiento, la teoría de los dos demonios, los guerrilleros, pero no sabemos sobre madres de familia que fueron detenidas y no tenían nada que ver. Eso no quiere decir que no se matara en un enfrentamiento, pero estas cuestiones fueron mucho más crueles, y además la tortura sistemática que se impuso en este país, que tampoco es conocida.

EC - Hablando de declaraciones, el viernes el coronel retirado Jorge Silveira reclamó que quienes mataron a Julio Castro se hagan responsables. Silvera, que está preso en la cárcel de Domingo Arena, donde está cumpliendo una condena por 28 homicidios ocurridos en la dictadura, emitió un comunicado, dice:

"En caso de verificar que el maestro Julio Castro fue ajusticiado, tomando el sentir de Ejército, Marina y Fuerza Aérea, estoy totalmente convencido de que ninguna de las citadas fuerzas ajusticiaba al enemigo. Como ya declaré en el caso Gelman ante el juez Salazar, las Fuerzas Armadas no secuestraban niños, no mataban mujeres embarazadas y mucho menos mujeres que habían dado a luz. Y agregué que repudiaba estos hechos aberrantes". Por eso reclamó que quienes hayan cometido este crimen se hagan responsables de una vez por todas.

¿Le atribuye alguna importancia a esta declaración?

MG - No, yo no puedo discutir con una persona que está condenada por crímenes de lesa humanidad. Además es un expediente que yo tramité, conozco determinadas cosas con respecto a Silveira, entonces no puedo discutirlo, y menos públicamente con él.

EC - Silveira aclaró que su intención no es decir que el responsable no sea un militar, "digo que no actuó por orden del Ejército, de la Fuerza Aérea ni de la Marina". Esa es la puntualización que hace.

MG - Habrá que preguntárselo al Pajarito. No puedo discutirle ni hacer consideraciones sobre cosas que haya dicho Silveira.

EC - Se ha interpretado esta salida de Silveira como un tiro por elevación hacia otros militares que también están detenidos en Domingo Arena. Se ha apuntado por ejemplo al caso concreto de Gavazzo.

MG - Esos son problemas internos que pueden tener ellos. Yo tampoco ingreso en esos problemas.

EC - Le mencionaba lo que decía Brecha el viernes pasado: "Todos los militares investigados en esta causa integraron los aparatos operativos del Servicio de Información de Defensa (SID). Por ello, pese a sus negativas, el coronel retirado José Gavazzo es una pieza clave para los magistrados, puesto que en 1977 era jefe del Departamento III del SID, que en ese momento desplegaba una acción de inteligencia contra los diplomáticos de la Embajada de México en Uruguay. Y ello es decisivo para determinar las causas del secuestro de Julio Castro". Dice Brecha que el secuestro y muerte de Julio Castro pudo haber sido una operación o parte de una operación destinada a bloquear y revertir la política de solidaridad que desplegaba la Embajada de México. ¿Comparte esa tesis?

MG - Eso forma parte del presumario, por lo tanto no puedo hablar, el presumario lo voy a decidir ahora y no puedo hablar sobre eso, no puedo emitir opinión. Tengo que mantenerme dentro de lo que me marca mi profesión, y una parte de eso es mantener la reserva del presumario hasta que se haya emitido una opinión.

***

EC - ¿Qué viene ahora? Por un lado usted va a recibir el expediente del juez de la causa, y por otro lado se está incorporando esta información sobre los restos de Julio Castro, que le va a llegar de otro juzgado, porque esas excavaciones se hicieron pensando en la búsqueda de los restos de María Claudia García de Gelman.

MG - Sí, según me dijo el doctor Fernández Lecchini el viernes, el doctor Salazar estaba a punto de enviarle todo el material, y me lo iba a mandar con todo. Creo que llegará en esta semana.

EC - ¿Qué cabe aguardar en cuanto a prolongación de los trabajos de esta investigación?

MG - En este momento tengo que ponerme a leer eso, y tengo que leerlo en horas inhábiles, de noche, porque tenemos el trabajo común de la Fiscalía, y en este momento estamos toda la semana con audiencias y la semana que viene de turno. O sea que es trabajo para la noche y para el fin de semana.

***

(*) Nota de Redacción: 

Conviene realizar algunas precisiones sobre lo que dice sobre el caso de Julio Castro el informe hecho público el 10 de abril de 2003 por la Comisión para la Paz (y en el cual no se incluyó las fichas personales sobre cada uno de los detenidos desaparecidos, que fueron entregadas de manera reservada a sus familiares):

a) Sostiene que Castro "falleció el 3 de agosto de 1977".

b) A propósito de lo que le sucedió, señala que Castro y otras personas desaparecidas uruguayas  (cuyos nombres figuran en el ANEXO Nº 3.1) "fueron detenidas en procedimientos no oficiales o no reconocidos como tales, fueron sometidas a apremios físicos y torturas en centros clandestinos de detención y fallecieron, en definitiva, sea como consecuencia de los castigos recibidos –en la enorme mayoría de los casos- o como consecuencia directa de actos y acciones tendientes a provocar su muerte en algún caso excepcional".

c) En cuanto al destino de los restos (de Castro y otras "personas desaparecidas que murieron a partir de 1974 dentro del departamento de Montevideo"), el informe está redactado en condicional: "habrían sido enterrados en dependencias de las Fuerzas Armadas (...) habrían sido exhumados hacia fines del año 1984, incinerados o cremados mediante la utilización de calderas u hornos de fabricación informal alimentados con formas adicionales de combustión y arrojados finalmente al Río de la Plata, en una zona cercana al Barrio Paso de la Arena que ha sido ubicada y señalada con precisión". La comisión explica que esa parte de la información "no tiene, en la enorme mayoría de los casos, la exactitud de detalle que merecen y necesitan las familias de las víctimas ni la comprobación objetiva o técnica que hubiese sido posible ante otras eventuales explicaciones". Aunque " la versión que la COMISION trasmite ha sido ratificada por distintas y múltiples fuentes",  "la COMISION considera que no puede –ni debe- confirmar esa información y se limita simplemente a trasmitirla en términos generales, destacando que los uruguayos merecen a esta altura (...) una explicación más clara y contundente sobre el destino de los restos".

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Transcripción: María Lila Ltaif

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