Patricia Rodríguez (Unión de Sindicatos Policiales): "Los internos" hacen "lo que quieren con los policías"
Desde hace algunos días se vienen sucediendo una serie de hechos violentos en las cárceles. El viernes un altercado en el Penal de Libertad dejó a un recluso muerto y dos policías heridos y determinó la suspensión temporánea de las visitas. La medida desató, el domingo, un motín entre las reclusas del Centro Nacional de Rehabilitación y, en la noche del martes, una protesta en el Comcar que terminó con varios heridos. En Perspectiva entrevistó a la coordinadora de la Unión de Sindicatos Policiales, Patricia Rodríguez, quien aclaró que la medida de suspensión de las visitas no fue determinada por el sindicato, sino por los mismos policías del Penal de Libertad, a raíz de la situación del viernes. El sindicato "respaldó la medida, pero la medida no salió" de este, expresó Rodríguez, que explicó también que los policías del Penal tomaron esa decisión "porque es la única que saben que hace reflexionar a los internos". La dirigente sindical consideró que estos hechos dejan de manifiesto que "cuando quieren, los internos pueden hacer lo que quieren con los policías".
(emitido a las 7.42 Hs.)
EMILIANO COTELO:
La protesta que habían iniciado anoche reclusos del Comcar, a raíz de la suspensión de las visitas, fue controlada en esta madrugada.
Más temprano, cuando logramos ubicar por teléfono al director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Eduardo Pereira Cuadra, dijo que la situación estaba controlada, que reinaba la calma. Según dijo, aproximadamente a las cuatro y media se había terminado con los disturbios y se había podido conferenciar con algunos de los delegados.
Anoche, algunos internos hicieron un boquete en una de las paredes del módulo 4 y salieron al exterior a reclamar. Las movilizaciones habían comenzado en la tarde a raíz de la suspensión de la visita anunciada el lunes por el Ministerio del Interior. Ante la situación de tensión, Pereira Cuadra se trasladó al Comcar y les comunicó que el Ministerio había resuelto volver a autorizar las visitas desde hoy, tanto en ese centro de reclusión como en el penal de Libertad.
Sin embargo, en la noche los presos vieron nuevamente la noticia, una noticia que estaba desactualizada, a propósito de la suspensión de las visitas hasta el sábado, y creyeron que la versión que habían recibido en la tarde no era cierta. Fue por esto que salieron por un boquete realizado en una de las paredes del módulo y protestaron sobre el techo del edificio.
¿Cuál es el saldo de estos incidentes? ¿Qué ha pasado en materia de heridos? ¿Qué ocurrió con los destrozos que tuvieron lugar en las instalaciones del Comcar? En este momento la información es difícil de conformar todavía. Los voceros del MI, empezando por el ministro, e incluso del INR no están disponibles a esta hora, no están atendiendo los teléfonos.
Apenas podamos actualizaremos esos datos. Pero ahora estamos en diálogo con alguien que ha sido protagonista en estos días, Patricia Rodríguez, coordinadora de la Unión de Sindicatos Policiales.
¿Usted está al tanto de estos hechos más frescos, los de la noche?
PATRICIA RODRÍGUEZ:
Sí, estoy en contacto con los compañeros del Comcar.
EC - ¿Qué sabe?
PR - Lo mismo que dijiste tú, que se dio a la una menos veinte, por ahí. Yo hablé hace una hora y estaba tranquilo pero todavía en el 4 y el 5 no se había podido entrar.
EC - Por lo que usted señala, aún hay situaciones irregulares en el Comcar.
Como usted habrá notado, el motivo de toda esta inquietud tiene que ver con la suspensión de las visitas, algo que arrancó en una resolución de los sindicatos policiales. ¿Qué análisis hace de la repercusión que tuvo esta medida que ustedes tomaron? Claro, fue una medida que tomaron conmovidos por lo que había ocurrido con uno de los guardias el viernes, cuando recibió un balazo en la cabeza de un recluso al que intentaba trasladar en el penal de Libertad, y también conmovidos por el otro guardia que resultó herido en una pierna. Pero por lo visto ustedes terminaron desatando toda una vorágine de respuestas como lo que pasó el domingo en el instituto de rehabilitación para mujeres y estos hechos de ahora, de la última noche.
PR - No es así. Esto se dio porque el Ministerio decidió extender la medida hasta el sábado. Ellos habían acatado que hasta el martes no había visita. De hecho, manifiestan que fue por la decisión del Ministerio de extenderlo hasta el sábado.
En cuanto a la decisión de los compañeros que trabajan ahí, estaba aceptado que era hasta hoy. En el Penal de Libertad, que es donde empieza esta situación, comienza por los trabajadores que deciden eso y luego nos llaman a nosotros para que vayamos. Habían tomado la decisión y se la habían comunicado a las autoridades, a Pereira Cuadra, el director, que estaban de acuerdo. Por lo tanto no es que fue el sindicato y les dio esa opción para que la hicieran, el sindicato les dio el respaldo.
EC - El sindicato respaldó la medida.
PR - Respaldó la medida, pero la medida no salió del sindicato, salió de los trabajadores que ya lo habían decidido y se lo habían comunicado a la dirección.
EC - Pero después la medida se extendió a otros establecimientos.
PR - Obviamente se extendió, porque tanto en el Comcar como en los otros lugares quedó de manifiesto con esto que cuando quieren, hacen lo que quieren.
EC - ¿Cómo?
PR - Que cuando quieren, los internos pueden hacer lo que quieren con los policías. Queda de manifiesto ahora con esto.
EC - ¿Ustedes estuvieron en la organización de las otras medidas de suspensión de visitas?
PR - No, a nosotros nos fueron llamando. Nos llamaron del Comcar para decir que ellos se sumaban a la medida que estaban haciendo en el Penal, porque en cualquier momento le podía pasar a cualquiera de ellos. Obviamente, nosotros lo que les brindamos a los trabajadores es el respaldo del sindicato. Lo que pasó en el CNR no tiene comparación.
EC - Cuando usted habla del CNR se refiere a lo que pasó el domingo en el Centro Nacional de Rehabilitación con mujeres reclusas.
PR - Ahí está. Para nosotros ahí hubo un mal manejo de la situación por la dirección del lugar, que no supo cómo canalizar y cómo mediar con las internas. Hasta último momento les decían que iba a haber visitas, lo cual generó una confusión que después derivó en eso. Y si el Ministerio, como Ministerio del Interior, dice algo y después tiene que ceder porque no puede contenerlo, también estamos dando un mal mensaje.
EC - Usted alude al hecho de que el Ministerio en determinado momento informa que va a mantener suspendidas las visitas en Comcar y Libertad hasta el sábado y después corrige.
PR - Ahí está. No fue opción nuestra, fue opción de ellos. Igual nos pareció exagerado hasta el sábado, porque lo del martes ya estaba asumido. Pero que el Ministerio les dijera que ahora suspendían las visitas hasta el sábado capaz que les chocó más. Pero queda de manifiesto que en realidad no es lo que el Ministerio quiere.
EC - Hay una cantidad de preguntas, incluso varias que llegan de la audiencia. Varias tienen que ver con el tipo de decisión que se tomó, la suspensión de las visitas. Usted dice que no la tomó como tal el sindicato, la fueron tomando los grupos de policías del Penal de Libertad, del Comcar y de otros establecimientos. Pero ustedes la terminaron avalando. La pregunta es: ¿por qué se "castiga" a los familiares con la suspensión de las visitas? ¿Por qué para protestar por una situación de evidente inseguridad que tienen los guardiacárceles se opta por una respuesta de ese estilo?
PR - Los trabajadores decidieron tomar esa medida, que sale del Penal y nos es comunicada, porque es la única que saben que hace reflexionar a los internos, porque hay alternativa que a ellos les moleste o les duela como la visita. Y uno sabe que es verdad, que los familiares tienen todo el derecho a ver a los internos, a sus hijos, a sus maridos, pero también los policías tienen derecho a la vida, y la visita se puede recuperar pero la vida de las personas no.
EC - Claro, pero el problema es que lo que ocurrió el viernes fue responsabilidad de un recluso que tenía un arma que no se sabe cómo obtuvo y que disparó en la cabeza a un policía y en una pierna a otro. ¿Por qué por ese hecho "pagan" todos los reclusos y reclusas de distintas cárceles y sus familiares?
PR - La sociedad puede verlo de una manera, pero el que trabaja en la cárcel sabe que esto no fue un hecho más. Acá hubo un hecho gravísimo. Tú ves que nosotros tenemos una dificultad numérica muy grande en lo que tiene que ver con los internos, entonces cuando hay estos desenlaces como el de hoy, como el del domingo, como cualquier otro que pueda haber, tiene que haber unos códigos internos que permitan salvaguardar la vida de los compañeros y la seguridad de los otros internos para poder subsistir en este sistema tal como está hoy. Cuando hablamos de lo que pasó el viernes no hablamos de cualquier hecho. Hasta Garcé lo dijo: acá hay un antes y un después. No se puede leer como algo aislado que hizo un interno, esto es gravísimo y se rompió una norma interna de convivencia entre los internos y los policías.
EC - ¿Cuál es la norma interna?
PR - Eso, que antes no se tocaba a un policía. Sabemos que armas hay, y yo soy la primera en decir que si la entra un policía porque no solo policías entran a los establecimientos, quiero a ese policía fuera el instituto, porque está arriesgando la vida de todos.
La realidad es que las armas están hoy por hoy y acá tiene que haber un reacondicionamiento de las normas internas, de relación interna. Eso es lo que no se entiende desde afuera. El funcionario policial trabaja 20 horas con ellos en el piso.
EC - Usted dice: armas hay. Ayer, por ejemplo, cuando discutíamos este tema en la Tertulia, llegaba un mensaje de un oyente que pedía que mantuviéramos reserva sobre su nombre que decía: "Las armas en los penales del Comcar, incluso Canelones, son algo conocido por policías, presos y familiares. Las mismas no las tienen como defensa contra policías, las tienen para defenderse o pelearse presos contra presos, y son muchas más de las que nosotros imaginamos". ¿Es a eso que usted aludía?
PR - Sí. A ver, las armas no tendrían que estar. No partamos de la base de que está bien que estén para defensa, no tienen que estar. Pero están, y es algo de eso que se sabe y no se dice. Ese es precisamente el código que acá se rompió, se usaron contra un compañero. Y no hay que usarlas contra nadie.
EC - Usted dice que hay un código según el cual cuando se entran armas a una cárcel es para que las manejen los presos en la defensa contra presos.
PR - No, no tiene que haber armas, no puede haber armas, no está bien que haya armas.
EC - Sí, de acuerdo.
PR - Pero cuando pasan estas cosas vemos que hay. Cómo entran, yo no lo sé. Lo que sí sé es que no deben entrar. Pero sabemos que hay, por esa cuestión de que es vox pópuli. Yo tampoco trabajo en un establecimiento carcelario, y nunca había pasado que las armas se usaran contra un policía, eso es verdad. Tampoco se puede considerar solo a las armas, cortes hay dos millones; no es solo con armas que pueden atacar a un compañero. En inferioridad de condiciones estamos por todos lados.
EC - De lo que usted explica deduzco que la medida que terminaron tomando los funcionarios policiales de suspender las visitas fue para pasar un mensajes a todos los reclusos y a sus familias en cuanto a que es grave que se haya roto ese código no escrito, que se haya atacado con un arma a un guardiacárcel.
PR - Si muere un compañero en un centro de reclusión esto va a seguir pasando. Ellos están trabajando, son como cualquier otro trabajador que va a hacer su tarea y lo matan. No puede pasar eso. Es una medida horrible, cómo no, yo entiendo que es una medida horrible, y obviamente pagan justos por pecadores, pero es la única que duele en el sistema carcelario, y eso solo lo saben los presos y los policías que trabajan allí.
EC - Es muy polémico lo que usted dice, pero lo entiendo, y voy a la otra cara de todo esto: todo indica que ese revólver entró ingresado por un policía. ¿Qué dice usted sobre esta posibilidad? Ahí están ustedes mismos en cuestionamiento. No todos los policías, pero es uno o más de uno de ustedes quien o quienes facilitan nada menos que un arma.
PR - Ya te lo dije, si se resuelve o se puede saber que fue realmente un policía, somos los primeros en denunciarlo. A nosotros como sindicato no nos llegan todas las informaciones, pero si nos llegara esa información de cualquier persona que pudiera aportar que cualquier policía está entrando armas, seremos los primeros en denunciarlo para que ese policía salga.
EC - Pero no estoy hablando de denunciar primero o segundo, estoy hablando como sindicato. Ustedes son un sindicato nuevo, que se está formando, pero ¿cómo manejan este tema en la interna? No es un asunto de que cuando hay un hecho después se sale y se habla. Da la impresión de que ahí hay un asunto que ustedes tienen que analizar, discutir, trabajar internamente.
PR - Sí, de hecho nosotros pedimos la reunión tanto con Bonomi como ayer con el Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT para armar un protocolo. No sabemos de qué manera, pero lo que queremos es hacer conciencia en los trabajadores que trabajan en esos centros de la gravedad de que esto esté pasando.
También el Ministerio ahí tiene que... yo no sé si dar charlas, formación, talleres, no sé, de alguna manera tenemos que entrar en la cabeza de los policías que trabajan allí. Lo que pasa es que no son todos, hay algunos que realmente dejan la vida ahí dentro. Y no digo dejan la vida literalmente, sino que como no hay gente tienen que hacer 12 horas y terminan haciendo 20. Tienen que estar 20 horas en el turno soportando el trabajo de cárcel, que uno lo ve de fuera, pero es realmente lamentable, no solo las condiciones en que lo hacen sino lo que tienen que soportar en el trabajo. A veces es admirable cómo aguantan ese trabajo, porque hasta a uno, siendo policía de otros lugares, le parece que no va a poder con eso porque es muy fuerte.
EC - Sí, creo que eso lo comprendemos, pero de allí a la corrupción policial hay un salto muy grande.
PR - ¡Ah, eso obvio que no! Por eso digo, hay que buscar una forma de concientizar a los trabajadores de allí de que son ellos mismos los que se exponen. Es obvio que está mal. Si me preguntás si tengo la solución, obvio que no la tengo. Aparte, eso tiene que pasar por más controles a funcionarios. Y bueno, tendremos que instrumentarlos.
EC - ¿Qué piensan de dos medidas que están pendientes, la instalación de escáneres...
PR - Eso lo pedimos ayer, e incluso le pedimos a Mujica que aceleren eso.
EC - ... y que sean militares quienes controlen los ingresos de policías y visitantes a las cárceles?
PR - Eso lo hablamos también con el presidente, y él nos decía que en realidad ni los militares quieren requisar a los policías ni los policías quieren que lo hagan los militares, por lo tanto eso no va a funcionar. Lo que estamos esperando todos son los escáneres.
EC - La posibilidad de que sean miembros de las Fuerzas Armadas quienes realicen los controles está habilitada por ley.
PR - Sí, pero no se ha podido dar por lo que te decía, porque no hay voluntad de ninguna parte para que se dé.
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Transcripción: María Lila Ltaif