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Consejos para La Tertulia

Correo electrónico enviado por Carlos Maggi a Ana Ribeiro en 2007, para darle consejos sobre cómo comportarse en La Tertulia de los lunes


Anita,
            
Mucho me alegra tu noticia. Te tocó un grupo excelente: saben y son inteligentes. Pero por momentos, también en esa Tertulia,  discuten para tener la razón. Cuidáte de no caer en eso. Es un gran error. Una Tertulia es un show.

Se habla de la Cumparsita y todos la elogian; tú los dejás ir y  al rato decís: "¿quién va a discutir que es el tango de los tangos? Pero la letra es un mamarracho". Y lo demostrás. "Comparen esto" (y elegís los peores versos de la letra)  "con los versos de yira-yira que  dicen" (y elegís lo mejor de ese Discépolo).

Tú no querés ser una excelente critica del canto popular, tampoco querés imponer tus ideas. Tu trabajas para que la conversación se haga imprevisible y más brillante. Eso hace que los otros se contagien y,  en vez de querer ganar, quieran decir algo interesante.

Luego agregás: "Los japoneses, con  la melodía inigualable de la Cumparsita, cantan la historia de una muchacha sola que camina junto al mar y está triste a la manera amorosa que están tristes las muchachas latinas, a la manera de una flor hermosa que nunca sabe qué esta pensando". En ese punto se debe haber producido un gran silencio de asombro, entonces mirás a Emiliano  y aclarás: "Emiliano, esa letra no existe, pero estoy segura: si los japoneses escribieran una letra nueva,  diría eso, estoy segura".

Este es mi primer consejo, entonces: las ideas que lleves apuntadas nunca deben ser un  lugar común; verás que los contertulios te lo agradecen y los escuchas también.

Te doy  otros tres  consejos para que impongas un estilo señorial:

1) Llevar apuntadas dos o tres ideas, nunca más de eso; ideas que  deben estar bien formuladas para ser dichas, jamás leídas, se pierde gracia. Las debes decir en uno o dos minutos, que siempre se hacen tres, nunca mas. Ninguna larga tirada nunca.

2) Con cada una de tus  ideas, así lanzadas, pueden pasar tres cosas: que recojan o no lo que dijiste; que estén de acuerdo o que no estén de acuerdo. En cualquiera de los casos  tú dejarás  pasar sin decir nada, no retruques, ni tampoco  insistas en algo que te acaban de aprobar. Esperás a la próxima vez en que puedas hablar, cuando resulte cómodo oírte, sin presionar ni pedir el espacio. Entonces ampliás  lo dicho y agregás: "lo digo porque me parece que no atender este aspecto puede llegar a ser muy grave por tal o cual razón. En el caso de la Cumparsita, para seguir con el ejemplo, porque la letra cultiva al cursilería".

3) Y último consejo: digan lo que digan, jamás  hablar cuando hay otra persona hablando.

Nena: hacéte desear y hacéte inolvidable, serví al show; y no a  tu filosofía que es de uso personal. No hay nada malo en eso, sino todo lo contrario.

Emiliano dijo en una Tertulia reciente: desgraciadamente no llegamos a ninguna conclusíon. Yo le dije, una vez terminado el programa: no, Emiliano,  nosotros no damos soluciones, nosotros agitamos el pensamiento.