Entrevistas

Marcelo Abdala (PIT-CNT): "Hay que tener una cultura diferente del trabajo, de las relaciones laborales y de la negociación colectiva"

Marcelo Abdala (PIT-CNT): "Hay que tener una cultura diferente del trabajo, de las relaciones laborales y de la negociación colectiva"

El Gobierno decretó la esencialidad del servicio en Salud Pública a partir de las cero horas de este miércoles. Sin embargo, la Federación de Funcionarios de Salud Pública decidió llevar adelante la ocupación de algunos centros hospitalarios del país, decisión que ya se había tomado hace tiempo. Para conocer la visión del PIT-CNT, En Perspectiva entrevistó al coordinador general, Marcelo Abdala. Al ser consultado si consideraba que el Gobierno estaba tomando otro tipo de medidas con respecto al accionar de los gremios, Abdala considera que es así. Su posición con respecto a la esencialidad es "crítica" ya que hay trabajadores que "realizan actividades conociendo el grado de afectación que tiene para el resto de la sociedad". También reivindicó las viejas tradiciones del movimiento obrero que "establecía la importancia de que las acciones del movimiento sean de masas", y que "los trabajadores debemos intentar ganarnos la adhesión de las grandes mayorías nacionales y populares", pero que para algo así suceda "hace falta una discusión política e ideológica sobre cómo armamos un programa de transformaciones profundas para las mayorías populares", aseguró el coordinador, quien afirmó que esta tarde se reunirá el secretariado del PIT-CNT para debatir el tema.


(emitido a las 8.34 Hs.)

EMILIANO COTELO:
Desde la hora cero de este miércoles está vigente el decreto del Poder Ejecutivo que declaró esenciales los servicios en Salud Pública, luego de que se confirmara el fracaso de las negociaciones con el sindicato de funcionarios que se encuentra en conflicto.

De todos modos, la Federación de Funcionarios de Salud Pública comunicó anoche que, pese al decreto de esencialidad, iba a ocupar a partir de las ocho de hoy el Hospital Vilarderbó, el Portal Amarillo y el Hospital Español en Montevideo, y los hospitales de Artigas, Colonia y Ciudad del Plata en el interior.

¿Cómo se observa esta situación desde el PIT-CNT? Vamos a conversar con Marcelo Abdala, coordinador general.

¿Ustedes tienen confirmado que se hayan llevado a cabo las ocupaciones programadas?

MARCELO ABDALA:
Sí. Por la información que tenemos, desde primera hora se estaban tomando las medidas para ejecutar esta decisión que ya había adoptado la federación de Salud Pública desde hace tiempo.

EC – ¿Cómo examinan la relación entre los sindicatos del sector público y el Gobierno? Parece ser más tensa.

MA – Sí, hay distintos factores que han llevado a un endurecimiento de la relación. Nosotros convocamos para el día de hoy a un secretariado extraordinario que se pronunciará sobre la esencialidad y que además pretende contribuir con reflexión política. El PIT-CNT nunca es mediador en estas situaciones, porque al ser central de trabajadores es una parte, pero a través del diálogo y la negociación siempre intenta llegar a entendimientos razonables, dado que estamos teniendo alguna fricción con el Poder Ejecutivo.

EC – Desde el Poder Ejecutivo se dijo que no se tolerará más determinado tipo de medidas que están adoptando los gremios de funcionarios públicos y que afectan servicios sensibles. Apenas se confirmó que las negociaciones se bloqueaban, ya estaba pronto el decreto de declaración de servicios esenciales, el Ministerio de Salud Publica (MSP) lo pidió y el Ministerio de Trabajo lo aprobó. Fue de manera  instantáneo. Hay una actitud distinta del gobierno, ¿no?

MA – Sí, yo creo que la decisión ya estaba adoptada. Creo que fracasó un tramo de la negociación, no diría toda porque uno siempre tratar generar soluciones. Pero ante el fracaso de una parte de la negociación, se aprobó el decreto de esencialidad en forma instantánea. Nosotros tenemos una posición crítica con respecto a la esencialidad porque sabemos que hay compañeros que realizan actividades conociendo el grado de afectación que tiene para el resto de la sociedad, integrada en su inmensa mayoría por trabajadores de sectores carenciados que forman parte de las fuerzas motrices de las transformaciones.

Creemos que hay que tener una cultura diferente del trabajo, de las relaciones laborales y de la negociación colectiva. En el momento en que los dados ya estaban echados, había una decisión de la Federación de Salud Pública de ocupar una serie de hospitales; por otro lado estaba la decisión del Poder Ejecutivo de declarar la esencialidad.

Nosotros nos cuestionamos cómo eliminar las causas que luego se manifiestan en los conflictos. En ese sentido me parece que hay que tener más capacidad de gestión, tratar de resolver los problemas cuando nacen, tratar de llegar al entendimiento a través del diálogo y la negociación colectiva.

EC – ¿Hay una tendencia en gremios de los funcionarios públicos a tomar medidas de distorsión con gran facilidad? Por ejemplo la medida de la Federación de Salud Pública de ocupar el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF); la ocupación que realizó COFE en la Biblioteca Nacional acompañada de incidentes; las medidas de distorsión que se tomaron en el caso de ANCAP al no descargar un buque gasero, y lo que eventualmente pasó el fin de semana con los combustibles; la medida del Correo de no repartir las encomiendas que vienen desde el exterior. ¿Cómo ven ustedes este tipo de medidas que se están adoptando?

MA – Con respecto a la cuestión del combustible, se dio una combinación de factores que no es atribuible estrictamente a la decisión de los trabajadores. Además se cumplió lo que muchos medios de comunicación anunciaron, que a determinada hora iba a haber desabastecimiento y eso produjo que la gente fuera a las estaciones de servicio a retirar combustible. UNTMRA, el sindicato en el que estoy, es el que organiza los trabajadores de las estaciones de servicio, y el anuncio de que iba a haber desabastecimiento provocó el desabastecimiento. Hay sectores empresariales vinculados al transporte de combustibles que tienen gran responsabilidad por el hecho de que el sábado no haya habido el combustible, porque los compañeros estaban trabajando.

Nuestra central de interviene en los conflictos a solicitud de cada uno de los sindicatos. Los sindicatos tienen autonomía para adoptar sus propias decisiones. Esa es la ingeniería que ha permitido el desarrollo de una central única en Uruguay.

En las viejas tradiciones del movimiento obrero se establecía la importancia de que las acciones del movimiento sean de masas, que impliquen a todos los trabajadores del gremio. Para presentar nuestras reivindicaciones, los trabajadores debemos intentar ganarnos la adhesión de las grandes mayorías nacionales y populares.

EC – No parece que sea eso lo que está pasando últimamente.

MA – En mi opinión, no me animo a comprometer a todo el PIT-CNT, hace falta una discusión política e ideológica sobre cómo armamos un programa de transformaciones profundas para las mayorías populares.

Creo que hay algún debate dentro del movimiento sindical sobre la metodología que se refleja en algunas de las decisiones que mencionas, y estaría bueno abrir una discusión a lo largo y ancho del movimiento sindical.

EC – ¿Cómo observa usted que una vez que se toman medidas de distorsión, los funcionarios no acepten que se les descuente su jornal? ¿Por qué se rechaza el decreto 401/08? Si no se trabajó, no se cumplió una tarea y se llevó adelante una medida de lucha, hay que asumir las consecuencias desde el punto de vista del salario.

MA – Sí, nosotros estamos de acuerdo con que si hay huelga, evidentemente habrá consecuencias. La gente pierde los jornales en el momento en que hay huelga, en eso no hay discusión alguna.

EC – Sin embargo, COFE reclama que ese decreto se derogue y no se aplique más.

MA – El problema no es que los trabajadores estén en huelga, sino el hecho de cuantificar las tareas que no se han hecho, y cómo afectan al salario de la gente.
Al Estado, en su rol de empleador, se le dificulta el ejercicio de ese decreto.

Es decir, cómo cuantificamos que los trabajadores realicen o no algún tipo de tarea. Porque los paros no se reclaman, lo que se reclama es que se decidió no desarrollar algún trabajo, no como huelga, sino por una medida de precaución ante problemas de seguridad. Por eso es que nosotros tenemos una visión crítica del decreto.

Estamos por desarrollar una discusión acerca de cómo nuestras decisiones pueden ser más masivas, no solo con los trabajadores sino con las simpatías de las grandes mayorías populares, porque sin un movimiento sindical fuerte, movilizado, con una cabeza de conjunto, con sensatez para la negociación pero con firmeza para la defensa del interés de los trabajadores, no hay cambios en el país.

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Foto: Archivo

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