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Tu envase nos sirve se extiende a toda el área metropolitana

Abrir una botella, tomar un refresco y arrojar luego el envase en una papelera, es un acto cotidiano. Cada vez más las personas usamos y tiramos envases en proporciones casi inmanejables. El problema está en que mientras el ritmo de consumo crece, el mayor aprovechamiento de los residuos no tiene la misma velocidad. Un convenio entre varios organismos del Estado y la Cámara de Industrias busca comenzar a combatir ese proceso. Informe de Mauricio Erramuspe

En el área metropolitana el 29% de la basura corresponde a envases. Latas, cartones, cajas, bolsas, botellas de plástico, de vidrio, tetra paks... la variedad de materiales es infinita y las posibilidades de reutilización también. Desde el 29 de noviembre de 2004, una ley define que el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) tendrá como una de sus funciones la de promover "la reutilización, el reciclado y demás formas de valorización de los residuos de envases, con la finalidad de evitar su inclusión como parte de los residuos sólidos comunes o domiciliarios".

Además, esa norma establece que "solo podrán fabricar o importar envases terminados o preconformados o sus materias primas, aquellas personas físicas o jurídicas que se encuentren debidamente inscriptas en el registro que al efecto llevará" ese ministerio y que "cumplan las condiciones que dicha Secretaría de Estado establezca". Para integrar ese registro las empresas "deberán contar con un plan de gestión de los residuos de envases y envases usados derivados de los productos por ellos envasados o comercializados, aprobado por dicha secretaría de Estado". Además, la ley prevé que ese plan de cada industria deba contemplar "el cumplimiento de los objetivos de reducción, retornabilidad, reciclado y valoración en los porcentajes y plazos que se establezcan".

El texto de la ley termina advirtiendo que la violación de estas normas o su reglamentación constituirá un acto de "contaminación grave".

Esta ley está aprobada desde noviembre de 2004, pero aún no se ha reglamentado. Por tanto, no se aplica a cabalidad. Desde el Ministerio de Medio Ambiente se informó que el decreto reglamentario está en fase de recoger las firmas de los distintos secretarios de Estado y en un mes entraría en vigencia.

También en aproximadamente un mes, quizás un poco menos, comenzará a funcionar un convenio entre las intendencias de Canelones, Montevideo, el Ministerio de Medio Ambiente, el de Desarrollo Social y la Cámara de Industrias. Este acuerdo recoge una experiencia que desde el verano se viene desarrollando en la costa canaria. Desde enero 40 personas están trabajando en la campaña "Tu envase nos sirve". La idea es recolectar todo tipo de envases, clasificarlos, acopiarlos y luego buscar su colocación en el mercado para su reutilización.

"Tu envase nos sirve" también involucró a la Cámara de Industrias pero no a todas las empresas que trabajan con envases. Ellas son responsables de financiar parte del plan.

Tras seis meses de trabajo, el coordinador ambiental de la Intendencia Canaria, Leonardo Herou, evalúa positivamente la marcha de este plan. Tanto que ahora, con este nuevo convenio, piensan llevarlo a todo el departamento.

Herou contó cuáles son los objetivos principales que cree que atiende este modo de abordar el problema: "Estamos logrando un objetivo ambiental porque estamos recuperando enorme cantidades de materiales de todo tipo, plásticos, vidrios, metales, cartón... Estamos logrando un objetivo económico en la medida en que todo ese material se está evitando el traslado y la disposición final, se está reincorporando a los circuitos de reciclaje, y obviamente que estamos logrando un objetivo social en la medida en que estamos dignificando la tarea de un sector importante que hasta el día de hoy sobrevive de la clasificación del residuos, como son los clasificadores,
dándole un salario, dándoles condiciones dignas de trabajo".

Dignificar la tarea del clasificador es uno de los puntos que pretende contemplar este plan que ahora se busca extender a buena parte del área metropolitana. Los 40 trabajadores que participaron del proyecto original tuvieron un salario líquido de 3.000 pesos, con todos los beneficios de un empleo formal, además del 50% del producido por la venta de los materiales recolectados.

Roberto Elissalde es asesor del Ministerio de Medio Ambiente y trabaja en la coordinación de estos planes para la recolección y reciclaje de envases. Él explicó los beneficios para los trabajadores en este programa, además de llamar la atención sobre algunos errores de percepción que a veces podemos tener: "Muchas veces los clasificadores individuales cobraban por un kilo de PET dos pesos, 1,50 o 1,70 y con estos sistemas se llega a cobrar hasta seis u ocho pesos el kilo, al llevarlo todo junto y tener un poder de negociación mucho mayor. Entonces, el clasificador no solamente se queda con el 50% de lo que recupera, sino que además es un precio tres o cuatro veces más alto que lo que lograría si lo recupera por sí mismo. (...) De todas maneras también tenemos un problema y es que muchas veces la gente, los clasificadores que trabajan en los vertederos, tienen sueldos más altos de lo que uno podría pensar. En realidad el carácter de excluidos que tienen no es por su situación económica sino por el tipo de trabajo que desarrollan y por el tipo de ambiente y prácticas que se generan en ese entorno laboral en el cual muchas veces los niños trabajan metidos en la basura clasificando con los padres. Se produce una exclusión de tipo social que no necesariamente tiene que ver con la exclusión laboral o con los ingresos".


Elissalde destacaba que una contribución adicional que demostró tener esta experiencia desarrollada en Canelones fue la valorización del trabajo de clasificación, ya sea de los propios clasificadores como de la población. Contar con un uniforme, zapatos con protección especial para la tarea, una bicicleta y tener que dialogar con los vecinos para informarlos sobre qué estaban haciendo y cómo podían colaborar, favorece el proceso de integración social.

Sin embargo, Elissalde destacó que en este caso se trata de una política ambiental y no de inclusión social, aunque si ésta llega es mejor: "Hay una cosa importante a hacer notar que no se trata de un proyecto de integración social o de lucha contra la exclusión, es un proyecto de corte ambiental, no es una política para dar empleo a gente que lo necesita sino que la verdadera orientación es dar una respuesta ambiental a problemas del Medio Ambiente. El hecho de que se haga con clasificadores es más que nada una enseñanza que nos dicen que si no se hace con ellos no se hace. Pero lo que quiero decir que no se trata de una política de empleo en la que se va a tratar de poner la mayor cantidad de gente posible a recoger estos envases, sino que se va a poner estrictamente la cantidad necesaria".

El trabajo de coordinación con la Cámara de Industrias y las comunas lleva casi dos años y ahora se concreta en un plan que atenderá los dos departamentos más poblados del país y, por tanto, los que más basura generan.

"Ahora que firmamos el nuevo convenio con la Cámara de Industrias, ahora sí con la participación de todas las ramas internas de la cámara va a permitir que tengamos un proyecto que nosotros estimamos en 14 millones de pesos para Montevideo y Canelones. Pero este es el primer paso para la puesta en funcionamiento de la ley definitiva que ya va a salir la reglamentación, en este mes en cualquier momento se termina de firmar y que entonces sí obligaría a una cobertura a nivel nacional. Se permitiría que todo el país estuviera cubierto por esta ley", dijo Elissalde.

Esos 14 millones de pesos que mencionaba Elissalde son los que aportarán las industrias, según las estimaciones del programa. Las empresas que trabajan con los envases son las que deben financiar estos programas, como indica la ley. Ya sean productores locales o importadores el nuevo convenio incluye a todas las industrias involucradas, sobre todo a las de la bebida que en principio se habían mostrado más reticentes.

Elissalde indicó cómo fue ese trabajo de convencimiento y con qué cabeza llegaban los empresarios a abordar este tema: "Como en todos los casos el industrial se mide por el costo beneficio de las cosas que hacen. La mayoría sabe que estas son reglamentaciones que existen en todas partes del mundo y que van a existir y que tarde o temprano van a llegar a Uruguay. O sea no se puede seguir tirando la cantidad de bolsas de plástico y envases que se tiran y que quedan en la calle boyando. Todos son conscientes de que esta es una cuestión de tiempo. Al mismo tiempo son conscientes de que no quieren ser ellos los que pagan y los otros los que se benefician. O sea el caso concreto de la venta informal de refrescos. Entonces, en principio, existe conciencia de que este es un tema que se viene, de que no va a haber manera de evitarlo. Por otro lado hay cierta reticencia hasta que no haya un instrumento legal que obligue a todo el mundo.  Porque después va a haber que poner plata, nosotros estamos también trabajando con la Corporación Nacional para el Desarrollo para hacer un fideicomiso para que se el que dirija toda la operativa y sería una manera más eficiente de trabajar. Pero yo que la perspectiva de todas las empresas es: `si me cobran lo mismo que le cobran a todos, yo entro´".

La principal preocupación era que no pagaran unos y otros no, sobre todo teniendo en cuenta que los importadores introducen muchos envases de todo tipo. Parece que ese acuerdo se ha logrado y que finalmente la reglamentación de la Ley de Envases verá la luz.

Estos convenios se llevan adelante a través de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que coordinan el trabajo de los clasificadores. Esta fue una exigencia del ministro de Medio Ambiente, Mariano Arana. Según él y los asesores del Ministerio, el éxito de estos programas requiere que quienes los realicen sean los que ya están trabajando en el tema.

En el caso de Canelones el convenio de la Intendencia fue con el Centro Uruguay Independiente, una ONG con más de 10 años de trabajo  medioambiental.

En la página de internet de esta organización se pueden repasar algunos números del trabajo realizado en la costa canaria hasta abril, es decir, tras cuatro meses de recolección y clasificación.

"Tu envase nos sirve" recolectó 13 toneladas de plásticos PET, lo que se estima en unas 300.000 unidades. Además, se juntaron 60.000 botellas de vidrio, 8.000 de vino, 6.000 de cerveza y 7.500 botellitas de refrescos. En peso, los envases de PET y de vidrio son un 85% del total.

Estos números sirven para tomar dimensión de lo que significó esta experiencia. Pero, sobre todo, para pensar lo que está pasando en otros lugares donde no se hace nada –o se hace muy poco- al respecto. Todo eso va a la tierra.

Jorge Solari, coordinador del Centro Uruguay Independiente, comentó cuáles son para él los principales aprendizajes de "Tu envase nos sirve":  "Demostrar definitivamente que es viable recoger envases por otro camino que no son los circuitos sucios que no es adentro de una volqueta, que no es con chiquilines sino a través de circuitos limpios de recolección, apostando a que el vecino clasifique, apostando a que los lugares que consumen y generan estos envases que son de cualquier tipo, que son de plástico, pero también son de vidrio –el vidrio hoy es descartable en demasía- y también por supuesto el carton, latas, etcétera".

La gran potencialidad que existe en estos materiales que en su mayoría hoy van a enterraderos hace que Solari hable de irracionalidad. Un país muy dependiente del petróleo entierra derivados de ese combustible que podrían ser reutilizados o generar divisas y además gasta más combustible para generar nuevos materiales y envasar nuevos productos, que luego será desperdiciados. Y así sucesivamente en un círculo nada virtuoso.

"Nosotros estamos con esta irracionalidad económica que es enterrar a lo largo y a lo ancho del país en todos lo vertederos de todos los departamentos desechos que son eventual materia prima podemos decir por millones de dólares sin temor a equivocarnos. Estamos gastando dinero, las intendencias están gastando el dinero de sus arcas y de los contribuyentes en recoger basura para enterrarla. Esto se puede cambiar. Eso es un poco lo que busca esta ley y también se llama a participar no sólo al vecino sino a quien tiene un protagonismo fundamental que son todas las cadenas de comercios, de grandes superficies y de supermercados", señaló Solari.

Los involucrados en estos procesos también destacan que uno de los elementos primordiales es generar circuitos limpios. Esto es anticipar al máximo la clasificación de los residuos para obtener un mayor valor y utilidad a la hora de reciclar los elementos. Así, cada uno de nosotros adquiere un rol central. Con estos programas en funcionamiento, cada vez que nosotros clasifiquemos en nuestras casas estaremos mejorando los resultados que se obtengan al final del proceso.

En Canelones ese circuito limpio se generó a través de "come-envases" colocados en distintos comercios y en la clasificación que los vecinos realizaban estimulados por las visitas, puerta por puerta, de los propios clasificadores.

En Montevideo, desde hace más dos meses existe la campaña de la bolsa naranja que también busca que los vecinos separen los residuos orgánicos de los inorgánicos en su casa. Elissalde habló de cómo reciben este plan en el Ministerio de Medio Ambiente: "Nuestro interés en este caso es achicar la cantidad de materiales que va al vertedero y reutilizar la mayor cantidad de elementos que se puedan. (...) En el caso de Montevideo, Montevideo tiene una campaña conocida por todos de la bolsa naranja. Nosotros aceptamos que los envases que por competencia legal corresponde supervisar a nuestro ministerio vayan en esa bolsa naranja y que nosotros logremos sacar la mayor cantidad de bolsas naranjas de los contenedores. Esto quiere decir que las bolsas naranjas tengan otro circuito, que sea un circuito limpio y que permita que se aproveche mucho mejor el tipo de desechos domésticos".

Como en muchos otros aspectos de la economía también en el reciclaje el tema de escala es importante. Mucho de la mejora de precios que han tenido los clasificadores en materiales como el PET se debe, justamente, a que "Tu envase nos sirve" permitió aumentar el volumen de recolección. Esa es una de las razones que están detrás de esta insistencia en la generación de circuitos limpios y de clasificación domiciliaria de los recursos.

Además, si el material no es aprovechado en Uruguay existe la alternativa de la exportación. Por ejemplo, muchos ahora estarán abrigadísimos con buzos polar de origen chino que, en una de esas, en algún momento fueron una botella de refresco que saboreó un canario en la playa de Solymar.

Tras 12 de años de trabajo en estos temas, Solari dice que la Ley de Envases no es la mejor ley que se pudo aprobar pero "es lo que hay". Entonces, abre una carta de crédito a esto y un compás de espera para colaborar en que las cosas salgan adelante, alentado sobre todo por el hecho de que ahora los dos departamentos más poblados del país tendrán un plan coordinado con el objetivo de recuperar envases.

"Entonces yo comparo, ante nada y esto, estamos de cero a 10 estamos en cinco. Entonces vamos a agotar las posibilidades por llegar a este cinco donde se le da la oportunidad a todo el mundo de demostrar su real compromiso con esto. Pasada esa etapa, que podrá llevar dos años, tres años, es difícil imaginarlo pero podemos hacer una especulación al menos, si los resultados son buenos, se seguirá en este camino. Si son regulares se verá si hay que reglamentar de otra forma. Si son malos, entendemos nosotros que habrá que hacer otra ley. Nosotros siempre reclamamos otra ley, no esta. Estamos comprometidos ahora con esta ley y con esta reglamentación. Abrimos un espacio de años, dos o tres, para ver qué resultado logramos. Si el resultado no es bueno, tendrá que venir otra ley", aseguró Solari.