La Tertulia Agropecuaria

Los desafíos de la educación agraria superior

La última Tertulia Agroopecuaria del año se trasladó a la Facultad de Agronomía, en el marco de los festejos por su centenario. En un contexto de fuerte crecimiento y cambio en el agro, el debate se centró en qué tipo de profesionales deben formar los centros de estudios. La mesa estuvo integrada por Rodolfo Irigoyen, Guillermo Vila, Fernando García y Wilson Netto. La coordinación fue de Rosanna Dellazoppa.

(Emitido a las 9.09)

EMILIANO COTELO:
El sector agroindustrial viene cambiando a pasos agigantados. Han crecido todos los rubros, ha aumentado el valor de la tierra, así que la productividad por hectárea está obligada a mejorar, hasta por una razón de lógica económica.

El Uruguay de Hernandarias va quedando definitivamente atrás. Y eso obliga a encarar nuevas formas de producción, responsables y sustentables desde el punto de vista técnico y económico.
 
En ese contexto, en todos los sectores del agro uruguayo hay escasez de recursos humanos capacitados. Pero la globalización no espera.

Entonces, ¿cómo articular esfuerzos públicos y privados para responder ágilmente a esa necesidad de diversificar la educación agraria superior? ¿Qué perfil de profesionales debe formar el país frente a estos escenarios tan desafiantes? ¿Qué papel les cabe a las universidades? ¿Qué lugar le corresponde a la UTU?
 
Para una primera discusión sobre estos temas hemos venido hoy a la Facultad de Agronomía.

***

EC - En esta última tertulia agropecuaria del año 2007 nos acompañan la coordinadora de este ciclo, la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa, dos miembros permanentes de estas mesas, Rodolfo Irigoyen y Guillermo Vila, y además dos invitados.

ROSANNA DELLAZOPPA:
El ingeniero Fernando García Préchac es ingeniero agrónomo de la Universidad de la República (Udelar), máster y doctor en Manejo de Suelos de la Iowa State University, docente de la Facultad de Agronomía desde abril de 1972, fue asesor y consultor de INIA entre 1991 y 2000, premio Fondo Nacional de Investigadores en 1999 y 2005, y desde el año 2006 es decano de la Facultad de Agronomía.

FERNANDO GARCÍA:
Muy bienvenidos a la casa.

EC - Gracias por recibirnos.

RD - El segundo invitado es el señor Wilson Netto Marturet, profesor de física egresado de IPA, fue director del Departamento de Física del Instituto Tecnológico Superior de UTU entre 1990 y 2005, y es director general de UTU desde marzo de 2005.

EC - Sería bueno empezar hablando de lo que hay. Tengo entendido que en materia de centros de capacitación a Uruguay no le falta infraestructura, basta con pensar que la Facultad de Agronomía, la Facultad de Veterinaria y la UTU tienen una larga lista de locales distribuidos en todo el territorio nacional. ¿Podemos resumir esa estructura, qué es lo que hoy tenemos en materia de formación para el agro?

FERNANDO GARCÍA:
La UTU Agraria tiene una o más escuelas agrarias por departamento, por lo tanto cuando uno piensa en democratizar y hacer equitativo el camino de acceso a la enseñanza superior, es inevitable partir de esa red.

EC - La UTU Agraria tiene por lo menos una escuela en cada departamento.

WILSON NETTO:
Tiene 26 escuelas agrarias y se dictan cursos agrarios en 32 localidades. Hay otros sectores que son adscriptos a escuelas técnicas y tiene con un total de 2.500 estudiantes en sus 43 modalidades de cursos.

EC - ¿Qué más?

FG - La Facultad de Agronomía tiene desde 1911 su red de campos experimentales y de práctica, que después llamamos estaciones experimentales. El más cercano está en Progreso, el Centro Regional Sur, con unas 300 hectáreas, y después hay alrededor de 1.000 hectáreas en la Estación Experimental Mario Cassinoni, en Paysandú, la Estación Experimental de Salto, a 20 kilómetros de Salto, y en la Estación Experimental recientemente renombrada Profesor Bernardo Rosengurtt, a 25 kilómetros de Melo. A eso le podemos agregar, porque forman parte de la red, los campos experimentales veterinarios en Libertad y Migues y las estaciones experimentales del INIA a las que se refirieron en una tertulia anterior. Todo eso forma una red que puede ser regionalizada en un ambiente litoral norte, donde hay dos estaciones de la facultad y una del INIA, un noreste donde hay dos del INIA y una de la facultad, y uno sur, donde está todo el resto, que es la mayor parte. En el litoral habría cinco escuelas agrarias, en el noreste alrededor de siete y el resto de las 26 está en el sur.

EC - ¿Podría decirse que tenemos demasiado?

FG - En campos, nada más, tenemos en el orden de 20.000 hectáreas. Con lo que vale la tierra hoy, ahí hay un patrimonio histórico acumulado por la sociedad uruguaya muy importante. Pero póngale encima laboratorios, gente. Hay que hacer es racionalizar eso y ponerlo en valor, con los recursos humanos y materiales necesarios, y con una estructura lógica que concatene los distintos niveles de formación.

EC - ¿Qué dice sobre esto el director general de UTU?

WN - Yo no diría que es demasiado, diría que no está aprovechado en su verdadera magnitud de acuerdo con los modelos que deben establecerse entre el sistema educativo y el sistema productivo. UTU dispone de aproximadamente 6.500 hectáreas en todo el país y unos 250 docentes en esta área, con 100 que son profesionales universitarios egresados de esta casa de estudios.

Hoy, con una institución que pretende trabajar en forma armónica con el sector productivo, la idea es potenciar esos recursos humanos y hacer un mejor uso de la infraestructura y de esa superficie. En el área ganadera UTU tiene unas 5.000 cabezas vacunas y unos 3.000 ovinos, pero lo importante es poner esto en fase con laboratorios con infraestructura de investigación, de innovación y de desarrollo, no darle un simple uso de carácter productivo. Muchos espacios de UTU están funcionando en comodato con distintas instituciones por no tener propuestas la institución. Eso es algo que tenemos que modificar.

EC - ¿Ya se ha pensado en trabajar en esa racionalización entre la Facultad de Agronomía, la Facultad de Veterinaria y UTU?

WN - Sí, y también se ha comenzado a trabajar internamente en UTU. Los departamentos industriales y agrarios eran sectores balcanizados, y hoy estamos trabajando fuertemente en el área industrial y poniéndolos en un estrecho vínculo.

EC - Los miembros permanentes de estas tertulias, Guillermo y Rodolfo, ¿qué impresión tienen ustedes? ¿Qué rubros del agro aparecen más necesitados de personal capacitado?

GUILLERMO VILA:
Primero un pequeño comentario sobre lo que dijeron Fernando y Wilson. Cuando uno los escucha, dice: "Estamos bárbaro, ¿qué está faltando?". Y yo estoy con una tristeza enorme porque egresé en el 84 y volví hoy después de 23 años a la facultad y la única pregunta que me quedó es quién la bombardeó. Porque da lástima ver cómo está todo. Si todos esos recursos que tenemos están así, tenemos un gran problema.

EC - Es interesante la observación de Guillermo. En estas recorridas por el interior hemos visitado algunas escuelas agrarias, y si bien es muy elogiable el esfuerzo que se desarrolla en ellas, choca encontrarse con las limitaciones con las que deben trabajar. Limitaciones de infraestructura, por ejemplo, calefacción, recursos humanos.

GV - Estamos en una situación del agro muy particular, hay un montón de sectores que están caminando muy bien. Cuando nos recibimos éramos todólogos, es el mote que nos ponen varios, de todo sabíamos poco y de muy poco sabíamos mucho. Creo que hoy eso cambió, tenemos que ir a una especialización, hay sectores como la agricultura, como la ganadería, como la forestación, como la lechería, como el riego, que por sí solos están generando nichos de especialización y demandas laborales brutales. Tenemos que apuntar a la especialización.

RODOLFO IRIGOYEN:
Como Guillermo, un comentario sobre lo anterior. Escuchando al decano y al director se me pintaba esta situación: en los estudios de pobreza, países que tienen similares niveles de pobreza tienen situaciones muy diferentes, porque algunos tienen accesos a bienes y servicios de tipo inercial, tienen vivienda porque era del padre y se la dejó, tienen educación porque la recibieron en otro momento pero no la podrían recibir, etcétera, y otros carecen de esas cosas pero tienen niveles de ingresos crecientes y dinámicos. Son niveles estáticamente comparables, pero si se los analiza con una perspectiva dinámica son completamente diferentes, a algunos los espera la pobreza y a otros el desarrollo. Toda la inversión en infraestructura que tiene Uruguay es una riqueza inercial, recorriendo el interior da la sensación de que lo que hay por delante es la pobreza, porque falta adaptar todas esas cosas a situaciones actuales muy diferentes de las de hace 30, 40 o 50 años.

EC - ¿Qué dicen ustedes de estos comentarios que han generado con la descripción que hicieron?

FG - La historia del país no pasó en vano, sobre todo los últimos años en que hubo penurias muy importantes para hacer inversiones edilicias.

EC - Me llamó la atención que ustedes prácticamente no hablaran del estado de esa infraestructura, la enumeraron.

FG - Cuando dije ponerla en valor incluía eso.

EC - ¿Qué dice el director general de UTU?

FG - Sin duda aún tenemos más cosas en el debe que en el haber. Se están reformulando, reestructurando escuelas agrarias en Paysandú, en Guichón, en Guabiyú, si van hoy no van a tener la misma mirada que habrían tenido en 2005 o a principios de 2006. Y así podemos seguir con distintas localidades donde se está agregando infraestructura. Nos acompaña el director de agro, con quien festejamos a comienzos de 2006 cuando empezamos a poner tractores después de más de 20 años sin tractores en algunos centros educativos. Venimos de un deterioro muy profundo, hay que asumirlo. Y en función de eso se está trabajando para intentar revertirlo.

Además, insisto, no es liviana la idea de tener una institución educativa como la Universidad del Trabajo de cara al sector productivo. Tú me preguntaste si era Universidad del Trabajo o Consejo de Educación Técnico-Profesional, el Consejo de Educación Técnico Profesional y lo que pasó en el país con él alejaron a esta institución de los sectores productivos.

EC - El nombre oficial sigue siendo Consejo de Educación Técnico-Profesional. Pero usted prefiere UTU.

WN - Prefiero UTU en el sentido de que creo en la universalidad y en el trabajo, y creo en el país. Entonces creo que Universidad del Trabajo del Uruguay es el nombre adecuado para la institución.

EC - Volvamos a la pregunta a propósito de los sectores que demandan formación, que encuentran carencias en esta materia. Tengo un mensaje de un oyente que dice: "Yo soy agrónomo y creo que las dificultades más grandes se presentan en el orden de la toma de decisiones empresariales. Falta management, falta marketing".

WN - Yo quedé con la mitad de la respuesta, hablé de la infraestructura y me faltó la segunda parte, que es justamente esa. Los de mi generación teníamos una base muy vinculada con las materias básicas, teníamos en tres años 20 materias básicas, eso hacía que los geólogos fueran agrónomos, los botánicos fueran agrónomos, los genetistas fueran agrónomos, los estadísticos eran agrónomos, cosa que nos critican bastante. Ese conocimiento universalista aristotélico, poco menos, de pretender crear pequeños sabios, que era un intento bastante frustrante, está totalmente superado, debemos enfocar las cosas desde el otro extremo. Es muy atinado el comentario del oyente en el sentido de que tenemos que enfocar, para no desbalancear tanto la cosa, el otro extremo de las cadenas agroindustriales, los negocios, los agronegocios. Es en ese plano que tenemos las grandes carencias y allí tenemos que apuntar las baterías.

EC - ¿Dónde se están formando hoy estos profesionales que el agro necesita, porque el tiempo pasa y no se puede esperar que alguien resuelva instalar este tipo de cursos? ¿Qué experiencia tienen ustedes?

GV - Se están formando en el trabajo, en el campo de batalla. La Universidad nos largó con conceptos básicos, nos enseñó a pensar y después la mayoría se termina de formar en el campo laboral. Algunos tienen más suerte, las empresas invierten en ellos, les dan más tiempo y tienen tiempo de aprender, y otros se forman a golpes, pasando de una empresa a otra. Está claro que son muy pocos los profesionales que salen de la facultad en condiciones de encarar con total profesionalidad un trabajo y ser exitosos.

RI - Hay que tener claro que eso implica cargar a las empresas parte de la capacitación, los primeros seis meses tienen que mandarlos becados a aprender a en otro lado porque no saben. Tienen los mecanismos básicos en términos de lógica, de razonamiento, pero no los conocimientos prácticos concretos de lo que van a hacer.

EC - Hemos escuchado a dos ingenieros agrónomos, a Guillermo Vila y a Rodolfo Irigoyen, que han mencionado ejemplos de necesidades de posgrados para el personal que ya tiene un grado universitario, que es el caso de ustedes. Pero supongo que hay otro tipo de necesidades orientadas a tecnicaturas para personal intermedio. ¿Cómo sería ese otro frente?

GV - Sin duda, lo vemos todos los días. Hoy cambió, hoy hay empresas de servicios que cierran por falta de personal idóneo.

EC - Un ejemplo, para que el oyente entienda. ¿Qué empresas de servicios?

GV - Por ejemplo de servicios agrícolas muy importantes.

EC - Pero que hacen ¿qué?, ¿qué quiere decir servicios agrícolas?

GV - Cosecha, siembra, todo lo necesario. En este nuevo crecimiento hay empresas muy importantes que toman los campos, hacen inversión y contratan todos los servicios. Entonces ha habido una profesionalización de los servicios y se han generado empresas muy importantes que son demandantes que pagan remuneraciones muy altas al personal calificado.

EC - ¿Por ejemplo? ¿Qué tipo de personal calificado?

GV - Una persona que pueda operar una cosechadora que vale 200.000 dólares, que maneje comunicación, que maneje tecnología satelital, que sea responsable. Hoy no la consiguen.

EC - ¿Dónde tiene que formarse esa persona?

GV - Si seguimos con la división Facultad de Agronomía-UTU, debería ser en la UTU, pero si hacemos un análisis en conjunto debería ser en los dos lugares en capacitaciones intermedias.

EC - Hubo alusiones a las dos instituciones aquí representadas, la facultad y la UTU.

FG - Tal vez tendríamos que dar una pintura del proyecto en el cual estamos embarcados. Desde luego, no va a salir de un día para el otro sino en pasos sucesivos, es un proceso. Para empezar por un elemento muy sencillo y propio de la casa, para el desarrollo agropecuario e industrial de este país a mediano y largo plazo no alcanza ni de lejos con la Facultad de Agronomía como institución ni con los agrónomos como profesión. Se precisa mucho más que eso. Nuestra institución estuvo durante toda su historia muy centrada –y lo va a seguir estando, porque es su razón de ser– en los sistemas de producción, pero hoy la formación tiene que abarcar a la cadena, tiene que abarcar todo lo que hay que hacer dentro del sistema de producción para que los productos tengan la calidad demostrable, verificable y trazable que se requiere y los procesos demuestren ser ambientalmente amigables, conservadores de los recursos y respetuosos de las relaciones laborales, de los derechos de los trabajadores, y no solo de acuerdo con nuestras normas sino con lo que nos impone el mercado internacional en el que estamos insertos.

EC - Eso implica que participen ¿quiénes más?

FG - Eso implica que dos autonomías separadas históricamente, la Udelar y la UTU, converjan hacia una nueva institución o una nueva institucionalidad. A eso se refiere la resolución del Consejo Directivo Central de la Universidad del 30 de marzo que convocó a formar nuevas instituciones entre las cuales la Universidad es un actor pero no el único. Implica mirar todos los escalones, desde el bachillerato técnico, que en el caso nuestro es el agrario, que está en manos de la UTU y que es el que más alcance nacional debería tener en todos los departamentos y tiene muy poco. Para darles una idea, este año empezamos acá en Sayago y se recicló una parte de instalaciones abandonadas en salones de clase para un Bachillerato Técnico Agrario porque en la zona metropolitana, en el Montevideo del norte, en la zona de Colón y Sayago, no existen oportunidades en quinto y sexto que habiliten a ingresar a Agronomía o a Veterinaria, lo cual permite el Bachillerato Técnico Agrario.

EC - Si entiendo bien, van a funcionar cursos de la UTU en dependencias de la Facultad den Agronomía.

FG - Ya están funcionando. Es un curso de UTU, nosotros les prestamos facilidades.

EC - Se sale con título de técnico agropecuario.

FG - Hay varios.

WN - El bachiller es un auxiliar técnico, luego existen las tecnicaturas, salen como técnicos superiores en áreas más específicas.

EC - ¿Cuánto tiempo requieren?

WN - Dos años, posterior al bachillerato. Es interesante el planteo respecto de profesionales que pueden opinar sobre todo, saben de todo pero no se especializan. El problema es que el sistema educativo, incluso el universitario, se ha conformado de esa manera, no es de hoy. Hay que barrer transversalmente las cadenas productivas, se hacen necesarios nuevos perfiles profesionales. En esa construcción estamos.

Estos profesionales terciarios que están en dos modalidades, tecnicatura o gestión de UTU, están trabajando en consejos consultivos con la Udelar y en entidades como el INIA como gente que sabe de la temática y puede asesorar y ayudar a la institución en ese sentido, con esta modalidad de dos o tres años que es cogestionada entre la ANEP y la Udelar. Ahí también hay dos miradas, una formación de perfiles profesionales transversales, por ejemplo mecánico, tecnólogo mecánico, tecnólogo informático, o específica como la Tecnicatura Agroindustrial que estamos desarrollando en Bella Unión, tecnológicos en química con cierta transversalidad y en la parte cárnica y en la parte forestal. Trabajamos articuladamente en dos modelos con dos estrategias distintas, una tratando de pararnos en las localidades del interior para que los jóvenes permanezcan más tiempo de su vida en esas localidades y con oportunidad de estudio, y además formar perfiles profesionales hacia el mundo agrario desde las ciudades. Este bachillerato es histórico, Montevideo era el único departamento que no tenía un bachillerato agrario de UTU, y comenzó este año, ya terminó el primer año, en instalaciones de la Facultad de Agronomía.

EC - El decano estaba explicando todo el entramado.

FG - Arrancamos con los bachilleratos, después vienen los niveles propios de UTU, que son las tecnicaturas. Hay varias en el país, algunas muy reconocidas, como la Escuela de Lechería de Nueva Helvecia, La Carolina, con su Tecnicatura Ganadera, que el año próximo inaugura una nueva versión en nuestra estación de Cerro Largo. Y hay otras opciones, se va a desarrollar una durante el año que viene en Salto, también en nuestra estación experimental, donde ya funciona desde hace varios años toda la parte de pasantías del Bachillerato Técnico Agrario de UTU en Salto. De modo que ya hay un camino hecho y que explica que este año hayamos tenido un ingreso que nunca habíamos tenido en Salto en primero y segundo, porque empezaron a salir los primeros egresados del Bachillerato Técnico Agrario.

Hacia delante vienen las licenciaturas, que son de grado universitario, y tenemos algún planteo en el que interviene UTU, arrancando con la Tecnicatura en Enología en El Colorado, para continuar junto con la Facultad de Química hacia una licenciatura en el área de la vitivinicultura.

Después tenemos las ingenierías, no sólo agronómica. Desde hace casi quince años las facultades de Agronomía, de Veterinaria, de Química y de Ingeniería ofrecen una carrera nueva que se llama Ingeniería de los Alimentos, que ya está llegando a los 100 egresados, todos ellos trabajando en el país. Eso indica cuál puede ser uno de los rumbos claros de la reforma universitaria, juntar las capacidades y borrar los alambrados de púa entre las chacras de las facultades.

Y hacia delante vienen los posgrados. Desde que los creamos en la Facultad de Agronomía, los posgrados académicos que empezaron en 2004 ya tienen egresados –en realidad egresadas, porque son todas mujeres, son tres–. INIA está involucrado y este año se involucró con más fuerza, pero además esos posgrados van a pasar a formar parte de un proyecto más grande impulsado por la Agencia Nacional de Innovación, que convocó a la Universidad y a estas instituciones, que se llama algo así como Proyecto de Desarrollo de las Ciencias Agropecuarias y Agroindustriales. Estamos pensando en todos los niveles.

RI - Yo estoy en todo de acuerdo con lo que estás diciendo y lo que está diciendo Netto, pero permanentemente están utilizando el tiempo futuro, y hoy hacen falta tractoristas, gente que maneje maquinaria forestal, que maneje un tambo. Tenemos que tener muy clara la variable tiempo. Yo trabajé en la Universidad y sé que la variable tiempo se maneja muy diferente en los ámbitos académicos que en la actividad concreta productiva. Hacer un esfuerzo en el sentido de compaginarlo mejor sería importante.

EC - ¿Qué dice Netto?

WN - Se ha trabajado mucho en ese sentido. Por ejemplo, mañana vamos a firmar con la Asociación de Cultivadores de Arroz y con los molineros la creación de un Consejo Consultivo que es el fin de un trabajo conjunto que hemos hecho y el comienzo de un nuevo desafío. Hay decenas y decenas de ejemplos. Se ha trabajado en el tema de la maquinaria agrícola, de los tractoristas, que siempre parece insuficiente por el déficit, por la deuda que se fue acumulando durante años. Se está trabajando en cosas concretas con empresas, la UTU ha logrado romper esa inercia, ponerse de cara a las necesidades de la gente y tiene mucho por delante para mejorar.

RD - Estamos en el marco de los festejos de los 100 años de la Facultad de Agronomía, y como el espíritu de la tertulia siempre busca el aporte por lo constructivo y lo positivo, quería aprovechar para rescatar a las personas que dirigen hoy estas instituciones que están coordinando y aportando al debate, más allá de que es difícil, complicado y los tiempos nos corren.

***

EC - El decano de la Facultad de Agronomía y el director general de UTU explicaban cómo se está trabajando en la conformación de un nuevo sistema de educación superior agraria, que implica coordinar esfuerzos entre la Udelar, la UTU y otras instituciones. Rosanna, tú tenías una pregunta sobre eso.

RD - A partir de las tertulias anteriores, cabe la pregunta de si por el lado de la coordinación de esfuerzos no valdría la pena de que el país hiciera un esfuerzo de regionalización. En el norte hay más desarrollo de la madera, la zona centro está más vinculada con la producción de carne, entonces, sobre todo pensando en mandos medios y capacidades, ¿no valdría la pena hacer algún esfuerzo con una mirada más regional?

FG - En el nivel de articulación con la UTU desde el anterior gobierno de las dos instituciones, que es el de tecnólogo, que son carreras de tres años, la discusión se hizo con interesados en los temas que se fueron lanzando. Y los primeros que involucran a la facultad –la UTU está involucrada en otros que ya mencionó Netto, que ya están funcionando desde hace tiempo– son uno con un perfil agroenergético, demandado por ALUR y Ancap, uno con un perfil de tecnología de la madera en el noreste que se ubicaría en Rivera para trabajar en Rivera y Tacuarembó, donde hay varias empresas del otro modelo forestal, no el de la pulpa de celulosa sino el de madera para aserrío. La Facultad de Ingeniería participa en su diseño y en su funcionamiento, aparte de la Facultad de Agronomía, y participa nuestra estación experimental de Cerro Largo, donde hay capacidades en la parte forestal. Y el tercer tema, en la misma región, es la cadena cárnica. Ahí el interesado central de la parte productiva es Mafrig, el Frigorífico Tacuarembó, que está participando en el diseño del tecnológico en carne y además está interesado en una tecnicatura de dos años en Bañado de Medina.

Un detalle no menor: la idea de este diseño es que el egresado de cualquiera de esos niveles no sea un egresado terminal sino que veamos la manera –en eso estamos trabajando académicamente– de que de los programas que se hagan en un nivel inferior otorguen créditos para quien quiera y pueda seguir a un nivel superior, que se pueda empezar desde un nivel de dos años y terminar en los posgrados.

EC - ¿Quedó contestada tu pregunta, Rosanna?

RD - Sí, no sé si Netto quiere agregar algo.

WN - Si estamos en un proyecto de desarrollo económico, los equipos profesionales que lo tienen que llevar adelante o poner en práctica tienen que tener perfiles diversos, perfiles operativos, perfiles de grado y de posgrado. También eso es importante en esta estructura, no solo no existe límite, techo para los estudiantes, respetando a la persona y recuperando la educación como derecho de la persona, sino también porque lo que se pretende construir es distinto. Del investigador aislado o el profesional de grado haciéndose cargo de todo, estamos pasando a equipos con distintos perfiles, pero cada uno de esos perfiles menores tiene la oportunidad de continuar formándose y acercándose a los perfiles superiores. Esa es la idea con la que se pretende trabajar, y en todos los casos está vinculados el empresariado y los trabajadores. La gestión educativa está en las instituciones Udelar y ANEP, pero el asesoramiento y el trabajo permanente están dados por empresarios y trabajadores.

EC - Guillermo y Rodolfo, ¿cómo ven estos planes?

GV - Yo bárbaro, estoy contento porque veo que hay proyectos, hay un diagnóstico. Pero estoy preocupado, porque los uruguayos somos excelentes diagnosticadores y con un buen proyecto tengo miedo de que cuando llegue el momento de bajarlo a tierra los recursos no estén. Porque indudablemente se precisa la idea, se precisa el diagnóstico, se precisa la voluntad, pero se precisa la plata. La Facultad de Agronomía no es autónoma, la UTU tampoco, dependemos de la Universidad, y seguimos para arriba, del ministerio, y puede suceder que al momento de querer bajar a tierra todas estas cosas nos encontremos con que los recursos no están o no se priorizan, como pasa con tantos proyectos.

Tú mencionabas los convenios con las empresas privadas; bárbaro, son fabulosos, pero apuntan a una demanda de profesionales para esas empresas, que apuestan invirtiendo en la educación. Y olvidamos que en esa educación no estamos solos, estoy hablando por la enseñanza pública, pero estamos en un mundo dinámico en el que están entrando las universidades privadas, que tienen la particularidad de tener una mayor capacidad de respuesta que la enseñanza pública porque el punto de decisión está mucho más cerca de la universidad, no hay que hacer tanto trámite.

EC - ¿Cuál es el problema que ves allí?

GV - Veo que las empresas privadas no tienen los tiempos que tenemos nosotros, entonces le van a hacer la propuesta al Estado y si el Estado no la toma y la ejecuta inmediatamente, se la van a ofrecer a una universidad privada, que no la van a dejar pasar, la van a aprovechar y van a formar los técnicos que se precisen.
 
EC - ¿No está pasando algo de eso ya hoy?

GV - Claro que está pasando.

EC - No hemos hablado de las universidades privadas acá, pero van a estar presentes en una segunda mesa sobre este asunto. Escuchando al decano y al director general de UTU me quedaba la pregunta de si no había coordinación con el sector educativo privado en este nuevo sistema de educación superior agrario.

FG - Todavía no. Nos preocupa como una cuestión elemental y primaria coordinar lo público, que está totalmente descoordinado. Si no empezamos por casa, difícilmente después podamos acomodar otros niveles.

RI - Con respecto a esto, estamos en un mundo globalizado, las tecnologías vienen dentro de una semilla, en un CD con un programa de computación, en una señal satelital, en la computadora que gobierna una cosechadora. Eso implica un dinamismo y una velocidad de respuesta que no tenemos, lo que acaba de decir Fernando da la pauta de que está consolidada esa tendencia a no tener velocidad de respuesta. Las universidades privadas están cumpliendo un papel fundamental porque tienen la flexibilidad, la elasticidad, la velocidad para dar respuesta a la necesidad de sacar en dos años un técnico que sepa hacer cosas que la producción está demandando rápidamente. A la Udelar, a la UTU y a todo el sistema público les lleva dos años ponerse de acuerdo en que hay que empezar a reunirse. Si no respondemos más rápido, si seguimos dependiendo de que las resoluciones se tomen después de ocho horas de discusión, que es a su vez después de ocho horas de trabajo –porque las grandes decisiones en la Universidad se toman a las dos o tres de la mañana, en vez de tomarse de mañana, después de los primeros mates, cuando uno está más lúcido–, si vamos a seguir con esa mecánica, vamos a llegar siempre después de que pasó el tren. Hay que cambiar esa mentalidad.

EC - ¿Quién toma ese guante?

WN - Lo tomo porque la competencia que tiene UTU a nivel privado es significativamente menor que la que puede tener la Udelar. Cuando tú hacías referencia, Guillermo, a lo dinámico de este tipo de emprendimientos y de las respuestas, es muy cierto, eso también es un desafío que tiene el sistema educativo hoy. Pero por ejemplo, si en Bella Unión vamos a formar un tecnológico agroindustrial, primero, ¿tenemos gente preparada en el nivel anterior para acceder a ese estudio terciario? Ese diagnóstico es importante a nivel nacional, no es solo un tema presupuestal, que sí lo es, pero hay que ver la existencia de recursos humanos con la calificación base para ese impulso. Tenés que salir a conseguirlo en otros lugares del país, porque vas a ver cuál es la formación agraria en Artigas y tal vez no tenés los bachilleres para poder hacer ese emprendimiento. Solucionás eso y tenés que tener una estructura de internado, de desplazamiento, y viene el tema de los docentes, ¿de dónde surgen los docentes? Esta es otra de las grandes cosas que planteaba Fernando, esta coordinación pone en juego el capital humano calificado para llevar adelante estos emprendimientos. Hoy en Uruguay, si bien es cierto y asumimos que tenemos problemas desde el punto de vista presupuestal para todas las respuestas que se deben dar, el problema mayor es la ausencia de personal calificado a la hora de ejercer la docencia y la formación.

GV - ¿No pasa por un recurso económico?

WN - Tú decís a nivel salarial. Sin duda. Lo mismo pasa con el tractorista al que te referías, que no es el mismo de ayer, un capital de 300.000 dólares requiere estar en manos de una persona con un salario adecuado para ese cuidado.

GV - Hoy lo están logrando.

RI - Es que si no lo pagás no lo tenés, no pienses que tenés tractoristas que manejan tractores de hoy con salarios de tractoristas de hace diez años, no existe.

WN - Esas cosas son las que hay que articular en el medio rural. A nivel medio tenemos lo que sería un operario práctico, un idóneo, dos años después del ciclo básico, hay 600 personas estudiando en el país. Pero luego el ingreso medio oscila entre 4.000 y 6.000 pesos, no difiere mucho del salario del que no tiene formación. Esas cosas tienen que estar sobre la mesa.

GV - El tractorista gana más del doble que el profesor.

WN - Yo te estoy hablando de ese nivel, dos años posterior al ciclo básico, los salarios no difieren mucho de los de una persona sin formación.

RI - Pero el mercado funciona, si se necesita la empresa lo paga, o sea que si paga lo mismo es porque las aptitudes que ha desarrollado son más o menos las mismas que las del operario normal. Hay un reconocimiento, lo que pasa es que la capacitación tiene que responder a la demanda. Si precisás un ordeñador y se presenta uno que sabe de Molière la cosa no funciona, pero en la realidad hay las retribuciones requeridas porque si no, no se consigue. Para manejar tractores viene gente de Argentina y de Brasil.

EC - El problema tiene otras complejidades, por lo visto, si nos atenemos a este correo electrónico de Gabriela.

RD - Es un caso muy típico y muy común últimamente. Dice: "Soy ingeniera agrónoma, trabajo en una empresa acopiadora de cereales oleaginosos y prestamos servicios de maquinaria. Lo que nos está sucediendo es que no conseguimos gente capacitada para trabajar y, lo que es más grave aún, no hay gente que quiera trabajar en el campo. Puedo asegurar que la remuneración es muy buena y las condiciones de trabajo son buenas, ya que los equipos con los que contamos son de última generación".

RI - ¿Dónde se enseña hoy a manejar un silo? Capaz que hay y yo no lo sé, pero tenemos un gran cuello de botella logístico para la exportación de granos ante la explosión de la producción agrícola. No existe una carrera para eso, los que tienen que manejar un silo tienen que mandar a algún muchacho más despierto a capacitarse en Argentina, en Brasil o en otro lado y traerlo, porque acá no hay.

RD - O aprenden en la cancha.

EC - Otro oyente dice: "La Universidad de la República hace enseñanza, extensión e investigación. ¿Las privadas hacen esto? ¿Cuáles son los fines? Solo el lucro. La Universidad de la República es el bienestar social no solo el lucro empresarial".

GV - No comparto. Cuando una persona va a la universidad privada lo hace sobre la base de una relación costo/beneficio. La persona evalúa lo que le cuesta y lo que logra. Si permite el lucro, me parece estupendo. No lo veo mal en la medida que atrás del lucro no haya cosas mal hechas. Si forma profesionales competitivos y hay gente que está dispuesta a pagar, no veo mal que gane plata.

EC - El decano hace rato que está pidiendo la palabra.

FG - Hay varias cuestiones, pero para empezar por lo de la velocidad, que es cierto, a una velocidad que yo no esperaba la Udelar aprobó todo este sistema nacional, y a una velocidad un poco menor después lo aprobó la ANEP. Se aprobó y tiene algún presupuesto asignado, que no es el que quisiéramos pero para empezar a moverse, porque si no se mueven las cosas nadie cree. Y en ese sentido, en el sentido de tomar velocidad y hacer cosas concretas, este decano asumió el compromiso, sin resolución de su Consejo, de empezar el bachillerato en Sayago con la UTU porque era supernecesario dar una señal de que empezamos a movernos juntos. El año que viene va a haber dos tecnicaturas de UTU, que son formaciones para el trabajo, en nuestras estaciones experimentales que estamos usando un poco menos.

Dicho esto, hay un problema general del país que en el fondo tiene que ver con esto que nos está pasando. Según las estadísticas oficiales, el año pasado el 54% del ingreso a secundaria a quinto año en todo el país se dirigió a la orientación humanística, solo el 20% al científico y la diferencia al biológico. Eso nos marca un país que en su cultura tiene una inercia a que lo productivo y lo tecnológico no tienen futuro, que no se ha dado cuenta de la velocidad a la que se están dando los cambios.

EC - Quizás a eso apuntaba la oyente que decía que por un lado no consigue gente capacitada, pero que lo más grave es que no hay gente que quiera trabajar en el campo, pese a que la remuneración es muy buena, las condiciones de trabajo son buenos, los equipos son de última generación, etcétera.

FG - Eso se debe a que no hay una masa crítica de esos profesionales, si no, seguramente alguno se acercaría a dar respuesta a lo que la oyente plantea.

EC - Me recuerda lo que pasa con la industria del software y de las tecnologías de la información, que es un sector donde hay desempleo cero y cuesta encontrar gente capacitada porque todavía no hay suficiente tendencia en los jóvenes uruguayos a volcarse hacia esas carreras, pese a que están las oportunidades de trabajo absolutamente seguras. Ahora ocurre algo similar en el agro, en el momento de la agropecuaria uruguaya.

FG - A eso me quería referir, no quiero generar un debate sobre educación privada o pública, pero la educación pública hace una prospectiva e intenta dar sostenibilidad a los proyectos educativos. Puede solucionar un problema puntual, pero también tiene la responsabilidad de generar sostenibilidad a cualquier proyecto. Por ejemplo, el agroindustrial se implementó, más allá del sucroalcoholero, porque con una generación de egresados se saturaban las necesidades a nivel nacional. Hay un estudio detrás de las instituciones educativas públicas para valorar la prospectiva y la sostenibilidad de los cursos, si no, se monta una infraestructura de la magnitud que se ve en cada uno de esos casos para una generación, porque una generación agota las necesidades nacionales. No sé si eso está a nivel privado.

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EC - Vamos a ver si hay algunas conclusiones, algunos comentarios finales de quienes han integrado la mesa para discutir este asunto de la formación de los profesionales para el agro uruguayo en el comienzo del siglo XXI.

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RI - El mensaje que leíste puso el punto en algo central. Le preguntaría al oyente, si se tuviera que operar, ¿qué preferiría, que lo operara un cirujano que hace la operación guiado por el vil lucro o que la operación fuera el resultado de una asamblea solidaria entre los médicos, los enfermeros, los limpiadores y los de cafetería? Que me responda eso y entonces nos podemos poner a hablar en el mismo idioma.

EC - Eso viene a cuento del mensaje sobre las diferencias entre universidades privadas y públicas, y la Udelar en particular.

GV - Se tocaron varios temas, la formación de profesionales para el campo, la localización de la gente en el campo, creo que si como país queremos que el Estado siga teniendo el papel que nunca debió dejar de tener, es un proyecto mucho más profundo que el simple análisis de la Universidad. Tenemos que darnos cuenta, el gobierno tiene que darse cuenta de que el país depende del agro, la Universidad es muy importante pero todo lo que es infraestructura es importante. La gente hoy no quiere ir a trabajar al campo, pero en su momento tampoco quería venir a vivir a los cinturones de pobreza de Montevideo y lo hizo por necesidad. No quiero comparar, pero tenemos que lograr que la gente vaya por convencimiento antes que por necesidad.

EC - Ahora los responsables de la educación.

WN - Tenemos que ver en conjunto qué perfiles profesionales son los más pertinentes y generar las propuestas educativas que los acompañen. Además pensando que a nivel terciario se necesitan, por todos los motivos que se han expresado y muchos más, carreras cortas y que para ese objetivo de igualdad tienen que ser gratuitas. Eso lo tiene que generar el Estado, articulando lo mejor de sí, la Udelar con la ANEP. Ese es el camino por el que tenemos que transitar asumiendo todas las dificultades y rompiendo las barreras entre facultad y facultad, porque estos perfiles requieren distintas visiones, no solo de una facultad, de un servicio, hay que vincular visiones de distintos servicios, y articular con la educación técnica y tecnológica de la UTU.

FG - Lo que decía Wilson es superar lo que un colega en el Consejo Directivo Central llamó el choque de civilizaciones en la interna y en la externa, que es romper la chacra, pensar que tenemos que pensar en un proyecto nacional y llevarlo adelante, que tendrá su ritmo y su velocidad, pero el asunto es mantener el rumbo y cambiarlo radicalmente.

Tú decías hoy al principio algo que me reconforta porque está en la base de la razón de ser de esta casa de estudios. Decías nos llevamos la formación básica, esos cimientos sobre los cuales después se construye cualquier edificio; esa es la misión mínima imprescindible que debe cumplir sobre todo una institución universitaria. Y me siento bastante halagado, por pertenecer a ella, de que ustedes lo sientan así.

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RD - Para seguir discutiendo sobre este tema, a comienzos del año próximo tendremos una segunda tertulia agropecuaria para la cual convocaremos al decano de la Facultad de Veterinaria y rectores de universidades del sector privado