La Tertulia Agropecuaria

Los desafíos de la educación agraria superior (segunda parte)

Los desafíos de la educación agraria superior (segunda parte)

La última tertulia agropecuaria de 2007 comenzó a debatir sobre qué profesionales necesita el agro uruguayo en el actual contexto de crecimiento. Ahora, en la primera de 2008, se terminó de abordar el tema con otros actores de la educación terciaria. Participaron el ingeniero agrónomo Claudio Williman, decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UDE; doctor Roberto Kremer, decano de la Facultad de Veterinaria; ingeniero agrónomo José Luis Inciarte, coordinador del sector Agronegocios de la Universidad ORT; y el doctor Carlos Morón, presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria, con la coordinación de Rosanna Dellazoppa.

(Emitido a las 9.06)

EMILIANO COTELO:
Estamos en pleno Pocitos.

ROSANNA DELLAZOPPA:
Estamos en la sede de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de la Empresa (UDE).

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EC - El sector agroindustrial ha cambiado rápida y drásticamente. En el mundo los precios de las materias primas están por las nubes y en nuestro país crecieron todos los rubros. Además, aumentó el valor de la tierra, con lo cual la productividad por hectárea está obligada a mejorar por una razón de lógica económica.

Como ya comentamos en la última tertulia del año pasado, el Uruguay de Hernandarias va quedando definitivamente atrás. Todo indica que estamos ante cambios estructurales fuertes, que obligan a encarar nuevas formas de producción, responsables y sustentables desde el punto de vista técnico y económico.
 
En ese contexto, en todos los sectores del agro uruguayo hay escasez de recursos humanos capacitados. Y la globalización no espera.

Entonces, ¿cómo pueden articularse esfuerzos públicos y privados para responder a esa necesidad de formación de técnicos para el agro? ¿Qué perfil de profesionales debe formar el país frente a estos escenarios tan desafiantes? ¿Qué papel les cabe a las universidades? ¿Qué lugar tienen las carreras cortas de grado y de posgrado?
 
Ya tuvimos una primera discusión sobre estos temas el 17 de diciembre en la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República (Udelar). Hoy nos proponemos retomar y ampliar ese debate.

¿Quiénes nos acompañan en esta primera tertulia agropecuaria de 2008?

RD -  Estamos con el presidente de la Sociedad de Medicina Veterinaria (SMV), doctor Carlos Morón; el decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la UDE, ingeniero agrónomo Claudio Williman; el decano de la Facultad de Veterinaria, doctor Roberto Kremer; y el coordinador del Programa de Dirección de Agronegocios de la Universidad ORT, ingeniero agrónomo José Luis Inciarte.

***

EC - En la tertulia del mes de diciembre quedó claro que a Uruguay no le falta infraestructura en materia de centros de capacitación para el agro. La Facultad de Agronomía y la UTU han realizado un relevamiento muy completo de esa red de locales que ya existe. ¿Podemos completar esa información con lo que tiene Veterinaria? ¿Con cuántos edificios trabaja esa facultad?

ROBERTO KREMER:
La Facultad de Veterinaria tiene una sede central, por todos conocida, en el Buceo. Mucha gente piensa que la Facultad de Veterinaria está en el Buceo, yo siempre digo que eso es un mito urbano, porque además tiene dos campos experimentales, uno en Libertad, en plena zona lechera, y uno en Migues, en Canelones, de entre 400 y 500 hectáreas cada uno, y comparte con la Facultad de Agronomía la Estación Experimental Cassinoni, en Paysandú; esto a veces no se conoce, peleamos agrónomos y veterinarios y sin embargo parte de la formación veterinaria y agronómica se comparte. En el Regional Norte, en Salto, tenemos primero y segundo año, después tenemos pasantías en Rocha, en La Paloma, y tenemos locales de pasantía en Ecilda Paullier, en San José. De a poco, la Facultad de Veterinaria va integrando en una red y se visualiza a sí misma como dispersa, descentralizada, descentralizándose. Hoy un estudiante puede tener un circuito educativo bastante complejo, puede empezar en Salto, venir a Montevideo y terminar en Paysandú. Otros pueden hacer toda su estadía en Montevideo, sobre todo los que se dedican a pequeños. Hay un dinamismo importante, que la facultad ha generado en los últimos años.

EC - Cuando habló de los que se dedican a "pequeños", supongo que se refiere a pequeños animales.

RK - Sí, pequeños animales, mascotas. Es un desarrollo profesional muy importante, la profesión ha cambiado mucho en todos estos años. Si uno ve lo histórico, cuando la profesión se creó, en 1913, era todo para la producción, pero en todos estos años se ha desarrollado hacia la industria, hacia pequeños animales.

RD - ¿Hay una idea de porcentajes de esos cambios? ¿Cuántos estudiantes hoy se inclinan hacia mascotas, que tiene un desarrollo increíble?

RK - Tenemos datos de a qué se dedican los profesionales. Prácticamente entre un 40 y un 50% se dedica a pequeños animales. Hay lo que llamamos el fenómeno Animal Planet: el estudiante que entra en primero pensando que se va a dedicar a los pequeños animales, que en nuestras generaciones –que somos viejos– eso era una cosa secundaria, como un accidente en la vida, pero hoy no es así.

EC - ¿Qué dicen las instituciones privadas? ¿Dónde hacen sus prácticas?

CLAUDIO WILLIMAN:
En el caso de la Facultad de Ciencias Agrarias, la sede central está aquí en Pocitos, en Soca y avenida Brasil, pero tenemos una sucursal en la ciudad de Durazno, con carreras técnicas, de Técnico Agropecuario y Técnico Forestal; en la ciudad de Mercedes tenemos lo mismo; y en Colonia estamos con el Centro Politécnico del Cono Sur, la Universidad Politécnica de Valencia. La facultad tiene un campo experimental en Canelones, sobre la ruta 64, y además tiene convenios, sobre todo para las pasantías; nuestros alumnos hacen pasantías en el campo del SUL, en Florida, y tenemos convenio con INIA, los alumnos hacen pasantías en Las Brujas, en La Estanzuela y en Tacuarembó, según las épocas del año y los trabajos que tenemos coordinados con esas instituciones.

EC - ¿Y la Universidad ORT?

JOSÉ LUIS INCIARTE:
En Pocitos, frente al Ombú, está la Facultad de Administración y Ciencias Sociales, donde se dictan todos los cursos relacionados con agronegocios. Allí están todos los cursos relacionados con el área de administración de empresas y ahí encajan todas las carreras tanto de grado como de posgrado de ORT en el área agronegocios.

ORT ha desarrollado un concepto diferente de la distribución del espacio, hacemos los cursos in company, vamos a la propia empresa y hacemos cursos a medida a partir de las necesidades de esa empresa. Como no tenemos una infraestructura distribuida a lo largo del país, nos movemos para dictar un curso a la medida y en el lugar donde la empresa lo solicite.

EC - A partir de la información que hemos recibido en la tertulia de diciembre y en esta, ¿qué impresión tienen ustedes?, ¿sobra infraestructura educativa para el agro en Uruguay? ¿Se puede racionalizar, se puede achicar?

CARLOS MORÓN:
Alguna precisión, para cuantificar la cantidad de animales con los cuales se hace práctica. Nosotros somos docentes, en parte de nuestro trabajo, en la Facultad de Veterinaria, en el área 6, que viene a ser tercer año de facultad.

Los estudiantes hacen práctica durante una semana en el año, de modo que todas las semanas salen estudiantes. Y hacen práctica con 18.000 animales que no son de la Facultad de Veterinaria sino de productores privados, básicamente lecheros, que voluntariamente acceden a participar. Queríamos cuantificar un poco. Porque el Estado nunca va a poder, la facultad nunca va a poder tener esa cantidad de animales, de casos clínicos, de animales enfermos para poder verlos. Los privados, en este caso en conjunción con la facultad, sí pueden aportarlos.

EC - Visto en general el stock de edificios y locales, ¿qué impresión tienen?, ¿estamos bien o estamos pasados?

RK - Es un rompecabezas, porque uno pone en el mapa dónde están las cosas, las potencialidades, pero la infraestructura edilicia es un aspecto y la humana es otro, que es sumamente importante. Hoy, con el desarrollo que ha tenido el país, la concentración en Montevideo y el área metropolitana es muy difícil instalar carreras relativamente complejas, con recursos humanos locales. Es un proceso, la Universidad ha tenido muchos problemas, ahora se trata de desarrollar Rivera como concepto. Uno suma: infraestructura a, be más ce, pero sin recursos humanos, profesores formados, que llevan su tiempo, que son profesionales, que hicieron un posgrado, que tienen docencia, investigación y extensión como concepto, es muy difícil conformar centros de buena calidad. Sigue siendo un desafío, la respuesta sería que la infraestructura es interesante, hay posibilidades, pero no es tan fácil. Los recursos humanos nos están limitando.

EC - ¿Qué dicen las instituciones privadas?

CW - Desde el punto de vista de las ciencias agrarias poseemos una buena infraestructura con respecto a campos y campos experimentales, campos de ensayo. Hemos tratado de no superponer esfuerzos, la facultad desde hace un par de años tiene un campo experimental propio para desarrollar algunas prácticas y algunos ensayos de investigación específicos que queremos hacer. Pero no tiene sentido seguir desarrollando infraestructura cuando ya la tenemos. Tenemos el ejemplo de Durazno, allí tenemos un convenio con la Asociación Rural de Durazno, que tiene un campo demostrativo en Santa Bernardina, dirigido por técnicos del Plan Agropecuario. Entonces los alumnos hacen todas las prácticas de suelos, de forrajeras, de manejo de ganado de cría, de manejo de invernal, de suplementación, en colaboración con los técnicos de la Rural de Durazno y del Plan Agropecuario. No tendría sentido que pusiéramos un nuevo campo y una nueva infraestructura para hacer las cosas que tenemos que hacer.

JLI - Estoy de acuerdo, básicamente la infraestructura no es la limitante, puede ir más por el lado de los recursos humanos bien capacitados y la inteligencia para lograr esas asociaciones que menciona Claudio para complementar la infraestructura, que es un recurso caro, y utilizarla entre más de una institución.

RD - Antes de ingresar a la tertulia hablábamos de recursos humanos bien capacitados que están casi todos concentrados en Montevideo. ¿El tema del cuerpo docente sigue siendo un problema para capacitar a la gente en el interior?

CW - Es un problema, siempre se critica tanto a las universidades públicas como a las privadas el tema de la descentralización. Nosotros hemos tenido que montar un sistema de enseñanza en el interior con profesores del interior pero con la mayoría de profesores de Montevideo, concentramos las clases viernes y sábado en el interior para que los agrónomos y veterinarios que dan clases en Montevideo puedan ir. Es una realidad. Y si bien a veces hay agrónomos, veterinarios y licenciados en gestión agropecuaria bien preparados en el interior, el problema es que están trabajando a full. En Mercedes tenemos que mandar profesores para el Técnico Forestal porque hay ingenieros forestales pero están todo el día trabajando y muchas veces no tienen ni capacidad ni condiciones para dar clases, pueden ser excelentes profesionales pero no saber trasmitir los conocimientos.

RK - Coincido con lo que se ha dicho sobre recursos humanos, quería agregar que en la propia Universidad se discute, hay dos modelos de descentralización o de inserción en el interior. Uno es el docente viajero, que va, da sus clases y vuelve, y el otro es el que se radica. El docente viajero generalmente es como la punta de lanza para comenzar, pero a largo plazo ese sistema no da una enseñanza de calidad, los docentes se cansan, los estudiantes quieren tenerlos cerca, y pasar al otro modelo es un tema de recursos humanos y de que el país diga: vamos a radicar equis cantidad de docentes, en un concepto de interrelación, de articulación; pero hay que financiarlos. Hoy un docente se va al interior a dar sus clases o a tratar de radicarse y le pagan lo mismo. Sabemos lo que es la centralización, acá hay ventajas comparativas de vida, de todo. El Estado debería decir: para descentralizar tenemos que diferenciar, tenemos que apuntar a eso.

JLI - Los docentes suelen ser –para mí es una ventaja– part time, porque cada uno tiene su actividad profesional, desarrolla su actividad profesional en su trabajo, y esa experiencia y luego vuelcan ese conocimiento que han adquirido como docentes en ORT. Eso bien lo pueden hacer durante unas horas en la tardecita, en la noche, luego de cumplir su tarea profesional en sus respectivos trabajos. Pero cuando tienen que ir al interior se complica, porque puede demandar un día entero de trabajo, puede implicar solicitar licencia en el trabajo, entonces se generan complicaciones a la hora de que esos buenos docentes, que pueden dedicar dos horas en la noche a dar una clase en Montevideo, tengan que trasladarse al interior y normalmente solicitar un día entero de trabajo.

***

EC - Hoy no está ninguno de los contertulios permanentes.

RD - Sí, porque como caso inédito, estamos repitiendo la temática con la que terminamos 2007, la educación apareció como un tema de sumo interés para la audiencia, creo que fue la vez que tuvimos más mensajes y más participación. Y como nuestros contertulios fijos ya habían participado en diciembre nos pareció interesante dar la oportunidad a quienes habían quedado fuera de la temática, que eran las universidades privadas y la Facultad de Veterinaria.

EC - Pasemos a otra pregunta que ya discutimos en diciembre: ¿qué rubros del agro aparecen hoy como más necesitados de formación para su personal?

CM - Yo quiero discrepar con lo que planteaste al principio, tú dices que el Uruguay de Hernandarias quedó atrás. No quedó atrás en absoluto, seguimos estando estancados en muchos aspectos. En la parte de ganadería, en la parte de lechería, hay sectores muy buenos, que van adelante, pero hay sectores que están sumamente atrasados. A título de ejemplo, los queseros artesanales, que son más de 3.000 en Uruguay, siguen haciendo las cosas como hace 50 o 60 años, sin agua, sin luz, sin garantías higiénico-sanitarias. De modo que hay unos sectores pujantes, que son muy buenos, pero Hernandarias sigue estando presente.

EC - Hay remanentes del Uruguay de Hernandarias.

CM - Hay muchos remanentes, si vamos a los indicadores técnicos, los procreos, la cantidad de carne por hectárea, la cantidad de leche por hectárea, los valores han cambiado pero no hemos tenido un cambio grueso.

RD - Como soy responsable de la producción, me permito discrepar. Lo que quisimos decir con eso es que el sector agroindustrial en su conjunto ha vivido y vive cambios drásticos, y por supuesto que en el caso de los queseros artesanales o la producción familiar están involucrados seres humanos que jamás dejamos de tener en cuenta, que deben ser atendidos por políticas sociales específicas del país. Pero el conjunto del sector agropecuario y el país entero han cambiado enormemente. ¿Qué opina el resto de la mesa?

JLI - Estoy de acuerdo, la revolución que ha habido en los últimos años en el mundo y lógicamente en la región y en el país en los agronegocios es enorme, se está dando una revolución llevada por los buenos precios de los últimos años en todos los commodities agrícolas que Uruguay produce. Eso ha transformado enormemente al sector agropecuario y al sector empresarial de los agronegocios.

CW - En realidad, las posiciones no se contraponen, los dos tienen razón, Rosanna tiene razón y Morón tiene razón. Hay datos claros, por ejemplo en la ganadería, en lo que ha sido la baja en la edad de faena, la mayor tasa de extracción, hay una serie de indicadores que muestran claramente un cambio en lo que se refiere a la producción de carne, por ejemplo, que fue lo que introdujo Hernandarias inicialmente. Pero también es cierto que hay casos puntuales, como decía Morón, como la quesería artesanal y otros, que todavía tienen que mejorar mucho. Incluso rubros que han avanzado mucho, como la ganadería vacuna o cultivos como el arroz, con los niveles de producción más altos del mundo, siempre hay margen para hacer cosas, pero han cambiado mucho con respecto a 200 años atrás.

RK - Coincido en que los dos puntos de vista se combinan. Hay una cosa cierta que uno ha vivido como docente universitario, como profesor de la facultad –yo soy profesor de ovinos y lanas, algo bien hacia la producción–: hasta hace diez años en esos y otros rubros no había nunca novedades, era lo mismo, uno podía dar las mismas clases, los mismos métodos, pero de repente algo pasó que todo se aceleró. Obviamente, hay sectores más atrasados y otros más adelantados, pero todo se aceleró de una manera brutal.

EC - Vamos a enfocarnos en las necesidades de formación del personal del agro hoy.

RK - Cuando hablamos de profesionales tenemos que ver a qué apuntamos, si a las carreras de largo plazo, las tradicionales –veterinarios, agrónomos– o a carreras cortas. En las carreras tradicionales –que puede haber alguna nueva, no habría que descartarlo–, la clave de la formación del recurso humano veterinario, agrónomo y similares es la ductilidad de la persona formada. Es tanta la velocidad de los cambios que puede ocurrir que hoy insistamos con la soja y dentro de cuatro años desaparezca. El agrónomo o el veterinario que ahora está con inseminaciones tienen que tener las bases bien claras, tienen que aprender metodología, no más y más conocimientos. Tiene que ser un profesional dúctil, que pueda actualizarse permanentemente, con espíritu crítico, que pueda reingresar para que la universidad lo ayude con posgrados. Ese es el concepto, porque esto va demasiado rápido como para que hoy les enseñemos a todos todo lo que hay.

EC - Hay un mensaje de un oyente que va por ese lado. El ingeniero agrónomo Ariel Asuaga dice: "Me parece que el profesional que el agro precisa es alguien con buena formación en las materias de su profesión, que les agregue estudio permanente, sentido crítico y esté entrenado para pensar. Si a los aspectos señalados antes, se les agrega la cultura general, se habrá logrado el objetivo de educar". Coincide plenamente.

La pregunta es: las facultades de Agronomía y Veterinaria, ¿están produciendo este tipo de profesionales hoy?

JLI - Yo creo que sí. Han cambiado mucho las facultades.

CM - La facultad no es la única fuente de enseñanza o de perfeccionamiento, hay formaciones extrauniversitarias. La SMV organiza muchos congresos, muchos cursos extrauniversitarios para los profesionales, la mayoría de las veces en conjunto con la Facultad de Veterinaria. Pero también la sociedad en sí. Y en el caso de ustedes como comunicadores, tienen un papel importante que a veces no cumplen, y quiero tirarles una piedrita. Yo escucho normalmente El Espectador, manejo todos los días 300, 400 kilómetros y escucho con sorpresa el índice Bovespa, el Nasdaq, la onza troy, pero no escucho cuánto sale la tonelada de carne, en los programas específicos no escucho cuánto sale la tonelada de leche en polvo. Eso tendría que estar todos los días, porque todos dependemos de eso.

EC - Ese cambio está previsto desde hace un par de meses, se va a incorporar a partir de marzo. Es una buena observación, pero no sé si tiene estrictamente que ver con lo que estamos hablando: el perfil de los profesionales que forman las instituciones especializadas en nuestro país, tanto las de nivel universitario como tecnicaturas, etcétera. Por ahí iba la consulta.

CM - Pero el tipo de profesional que quiere el país también lo fija la sociedad, y ustedes son orientadores en cierta medida de la sociedad. Si todos los días hablan de la onza troy la gente piensa que lo único que hay son los bancos.

CW - Con respecto a ese tema, se puede enfocar desde distintos puntos de vista, posgrado, educación continua, etcétera. Se puede enfocar desde el punto de vista de la actualización o de los cambios dentro de las carreras tradicionales, como Veterinaria y Agronomía o, como ha sido nuestro objetivo desde mediados de la década de los ochenta, desarrollar un nuevo profesional para el sector agropecuario. Ahí sí, una carrera nueva y un profesional diferente, que en algunas cosas se superpone con las otras carreras, porque así como hay superposición entre Agronomía y Veterinaria, también hay superposición con el licenciado en Gestión Agropecuaria que hemos desarrollado.

El agro, sobre todo las empresas agropecuarias, necesitaba un profesional que reuniera conocimientos productivos, tecnológicos, pero también de administración de empresas, y además, lo más importante, que supiera integrar ambos conocimientos para realizar una gestión eficiente de los recursos productivos naturales y de los recursos del capital. Hoy en día tomar decisiones como hacer praderas, plantar soja, inseminar no se pueden tomar en un contexto aislado, hay que saber planificar, gestionar los recursos, gestionar los aportes, los costos, por lo tanto hemos desarrollado desde mediados de los ochenta esta carrera que ya va a cumplir diez años de reconocida por el ministerio y por la Caja Profesional. Es una carrera diferente, un perfil diferente, acorde con las necesidades de mucha gente del sector.

RD - ¿Surge como un perfil totalmente diferente o aprovechando los huecos que deja la formación que tuvimos los que estamos aquí?

CW - Es un perfil diferente. Si alguien quiere ser investigador en La Estanzuela y estudiar los genomas y nuevas especies no puede hacer esta carrera, si alguien quiere atender la sanidad de pequeños o grandes animales tampoco, pero si quiere asesorar a un productor, a un empresario que ha comprado un campo o que quiere instalarse en el campo y necesita hacer un plan, un proyecto a largo plazo y saber qué tiene que hacer desde el punto de vista productivo, desde el punto de vista económico-financiero, cuánto tiene que invertir, cuánto va a demorar en retornar el capital, qué rentabilidad va a tener ese capital, entonces sí tiene que venir a hacer esta carrera.

EC - ¿Con qué educación se accede a esta formación?

CW - Como a toda carrera universitaria, con bachillerato terminado.

JLI - Las ciencias agrarias son muy amplias, complejas e involucran tecnología de todo tipo, principalmente con base biológica, pero también ciencia, la hoy muy comentada biotecnología y muchas otras más. Eso hace que se requiera personal con diferentes perfiles, con diferentes capacitaciones, agrónomos, veterinarios y técnicos en diferentes áreas. ORT en ese sentido ha optado por el camino de la capacitación a nivel gerencial, de administración, de management, porque la considera un área imprescindible en la que no había, cuando arrancamos con esto, hace diez años, un gran desarrollo. Los problemas del agro no son solo tecnológicos, no solo son veterinarios y agronómicos, hay grandes problemas a resolver mediante una buena administración. Me gusta poner como ejemplos casos profesionales claros, siempre nombro El Tejar y Agronegocios del Plata, dos grandes empresas de capitales extranjeros que no tienen tierra, que no tienen maquinaria, pero tienen un excelente management, un excelente conocimiento del negocio y la administración. A eso se ha apuntado con licenciaturas en Agronegocios, en Administración con énfasis en agronegocios, posgrados, programas para ejecutivos, etcétera.

Coincido plenamente con el decano de Veterinaria en lo que decía sobre capacitación permanente, educación permanente, la necesidad de actualizarse. Soy de la teoría darwiniana, que dice que no gana el más fuerte ni el más grande sino el que se sabe adaptar.

EC - Ese tipo de formación, ¿no debería formar parte de las carreras tradicionales, de Veterinaria o de Agronomía?

RK - Forma parte, siempre va a haber especialistas, lugares donde hay más posibilidad o donde el foco de atención mayor es ese.

Me quedó colgado si estábamos preparados o no para el dinamismo y para la formación más amplia que planteábamos. Las facultades de Veterinaria y de Agronomía han evolucionado, si veterinarios y agrónomos que tienen 50 o 60 años vuelven a las facultades se encuentran con muchas sorpresas: ahora en Veterinaria hay tesis de pregrado, hay pasantías y practicantados en el medio, después de recibidos pueden hacer una maestría o un doctorado, una especialización, hay alrededor de 60 o 70 cursos de educación continua todos los años. Nos movimos de la consigna antigua, que era que uno estudiaba, se recibía y trabajaba toda la vida; ahora uno estudia, estudia toda la vida para trabajar toda la vida. Ese paradigma está muy incorporado en la Universidad.

***

EC - "Emiliano, ¿por qué no hay un invitado de la UTU?", pregunta Vero, de Malvín. Hoy no hay un invitado de la UTU, pero lo hubo en la primera tertulia dedicada a discutir esto. Estuvo el director general de UTU y estuvo también el decano de la Facultad de Agronomía de la Universidad de la República, que fue el anfitrión, porque la fonoplatea se hizo en esa sede universitaria.

RD - Se puede levantar de Espectador.com.

***

EC - Discutíamos a propósito de qué necesidades de formación se detectan hoy en el agro uruguayo. Empezamos hablando del nivel universitario, de qué problemas podía haber a ese nivel.

Después de escucharlos a ustedes me quedé con la sensación de que hoy la Udelar y las universidades privadas se complementan, de que hay una armoniosa convivencia en ese sentido. ¿Es así?

CW - Es un tema delicado. Formalmente no hay una complementación, se puede haber dado por la circunstancia de que la Universidad ofrece determinas carreras y los privados ofrecen algo diferente, como esta Licenciatura en Gestión Agropecuaria o en Agronegocios que estamos haciendo, posgrados en agronegocios con la Universidad de Belgrano desde el año 2000, al cual vienen fundamentalmente ingenieros agrónomos y algunos veterinarios, porque hay agrónomos y veterinarios a los que no les interesa la parte del negocio ni la parte empresarial y se dedican a determinadas actividades productivas o tecnológicas, pero otros después de recibidos se han dado cuenta de que les interesa ese tema y tienen carencias en su formación, entonces realizan posgrados. A veces van directamente a hacer un MBA general, y otras veces hacen masters más específicos como en el tema agronegocios, que les permite complementar su formación y acceder a determinados trabajos a los que de otra manera no podrían aspirar.

JLI - Yo soy un poco producto de esa necesidad, ya que soy ingeniero agrónomo, me recibí en el año 99 y algunos años después empecé a notar esa necesidad de mayor capacitación en el área del management o la administración de empresas, porque consideraba que la de Agronomía era una carrera muy técnica, que me había dado grandes cualidades en el área técnica, pero necesitaba el complemento de algo más relacionado con el área empresarial. Hoy noto que muchos de los estudiantes que vienen a hacer posgrados en ORT están en esa situación, son agrónomos, veterinarios o de otras profesiones que quieren empezar a relacionarse con el sector empresarial y tener conocimientos en esas áreas, y por eso se vinculan con las universidades privadas.

EC - La pregunta es: ¿está funcionando bien la distribución de la oferta de formación que se da entre el sector público y el privado?

CM - No hay coordinación, vamos a decir las cosas como son.

EC - Yo no dije que haya coordinación.

CM - No existe, todavía existe la aversión, lo privado no está del todo bien visto. Más allá de mi opinión personal, hay casos concretos de docentes de la Udelar a quienes se les sugiere que no den clases en universidades privadas. No me parece ni mal ni bien, no estoy tomando partido, estoy notificando esa situación.

EC - Hay posiciones bastante más drásticas, como esta de Javier, de Malvín, que dice: "En las instituciones privadas lo único que quieren es hacer plata".

CW - Ese es un enfoque de mucha gente que consideramos errado, no se dan cuenta de que la educación, como la salud, es un servicio público que puede ser administrado por el Estado o por privados. Tiene que haber reglas claras y controles adecuados, como los hay a través del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) y de mecanismos internacionales, como la acreditación universitaria del Mercosur que permite controlar la calidad y el nivel de la educación privada, en la que hoy también participa la propia Udelar. Si uno brinda un servicio educativo adecuado y por eso el estudiante tiene que pagar, está en la opción de los padres o de la propia persona hacerlo. Además –puede ser otro punto– la Udelar tampoco es gratis.

JLI - En la tertulia pasada también hubo un comentario sobre este tema, un oyente hablaba de que lo único que quieren las universidades privadas es el lucro. Estoy de acuerdo con Claudio, buscar el lucro no es algo malo, muchas veces está mal visto el hecho de tener ganancia, de tener lucro, pero no es algo malo para nada. Esa opinión subestima a los estudiantes tratándolos de tontos, los estudiantes están dispuestos a pagar porque saben que consiguen algo a cambio y en la valorización de esa educación, de esos servicios que consiguen en una universidad privada, deciden tomar la opción. De modo que tan mal no anda la cosa.

EC - ¿Qué dice el decano de Veterinaria sobre esa complementación de hecho que podría darse?

RK - Es así, cuando en un sistema dinámico, y la educación también es muy dinámica –por suerte todo el país se ha vuelto dinámico en muchos aspectos–, hay vacíos, alguien los va a ocupar. Hay una complementariedad natural, no planificada, de hecho espacios que ha dejado la Universidad pública porque ha tenido muchos problemas, falta de inversión, no ha tenido la capacidad de reacción, los han tomado los privados.

EC - Rosana, tú te habías quedado con otra sensación. ¿Tenía algo que ver con esto que empezaba a tomar el doctor Kremer?

RD - Sí, dado que aquí todos provenimos de la Udelar y que lo que nos convoca en esta tertulia específicamente es el tema de la educación, me quedé con la sensación de que nos está faltando autocrítica en la mesa, en el sentido de que ya hemos diagnosticado y comentado todo lo que hay, todo lo que hay disperso en el país y queda la sensación de que todos hemos cambiado, todos hemos hecho algo, como que no habría mucho más para agregar.

La idea que teníamos con Emiliano era sacar algo propositivo en el sentido de decir: ustedes dicen que hay algo de complementación natural, pero ¿cómo hacer para mejorar ambas facultades, Agronomía y Veterinaria, en conjunto con las universidades privadas? Pero antes de ingresar a esos aspectos de la universidad privada, todos nos hemos formado en la Udelar, entonces, ¿cómo articular y cómo hacer mejor lo que tenemos? Porque de diciembre también salió que si está cambiando el sector agroindustrial de manera tan drástica, los planes de estudio, las formas de movernos deberían estar cambiando también.

CM - Hay que ver lo que es el peso real de las instituciones. La Udelar –que me corrija el decano– tiene cerca de 80.000 estudiantes, y todas las universidades privadas de Uruguay no llegan al 4 o 5%.

CW - 15.000 estudiantes.

CM - Hay un peso diferencial. Inciarte decía que el estudiante prefiere, que asume sus riesgos y paga lo que quiere; pero el otro estudiante, el que va a la Udelar, también asume sus riesgos y elige. Y está eligiendo por mayoría, no solo porque no paga, sino también porque cree que en la Universidad están los mejores docentes, puede ser una opción elegir eso.

CW - Son puntos de vista. La Udelar tiene 150 años, las universidades tienen diez años –salvo la Católica que empezó en el 85–, no podemos comparar una trayectoria de 150 años con una trayectoria de diez o 15 años. De cualquier manera, estoy de acuerdo con Morón en que cada uno hace su opción. Muchas veces he visto gente que cuando analiza la opción entre público y privado también lo hace en sentido económico. Porque si bien el ingreso a la Udelar es gratuito, después de recibido, cuando uno entra en la segunda categoría en la Caja Profesional, tiene que empezar a aportar a un Fondo de Solidaridad que representa 200 o 300 dólares por año de aporte, que a lo largo de 30 años de ejercicio representa 4.000, 5.000 o 6.000 dólares, es una manera de pagar en parte la carrera. Eso es una práctica común en Chile, donde yo estuve trabajando en los últimos años, allí tanto las universidades públicas como las privadas son pagas, pero a los que no tienen recursos se les ofrece la opción de hacer la carrera sin pagar y una vez que se reciben empiezan a aportar un porcentaje de su sueldo hasta terminar de pagar la carrera.

Y por otro lado, en esa opción público-privado hay otro costo muy importante. La mayoría de los alumnos de ciencias agrarias, veterinaria o agronomía, viene del interior del país; eso implica un gasto de alojamiento, comida y transporte de no menos de 400 dólares mensuales, de 5.000 dólares por año. Y cuando uno entra a hacer la carrera de agronomía tiene que pensar que el promedio para recibirse de agrónomo es de entre ocho y nueve años.

RK - La carrera dura cinco años.

CW - Pero por distintas razones, que no vienen al caso en este análisis, se demora ocho años y medio.

RK - Pero no hay que adjudicarle eso a la Universidad.

CW - No, yo planteo una realidad. Simplemente, que una persona que viene del interior, dice: si yo pago durante cuatro años una carrera y salgo con el título; en el otro caso no pago pero demoro ocho años en recibirme, esos cuatro años de diferencia a 4.000 o 5.000 dólares por año de costo de alojamiento, transporte y comida implican un gasto extra de entre 15.000 y 20.000 dólares. De modo que al final le sale más o menos lo mismo hacerlo en una universidad privada que en una universidad pública. Mucha gente analiza esa situación.

RK - Un detalle con respecto a la duración de las carreras, porque a veces hay un error cuando se habla de los promedios. Los promedios se refieren al tiempo promedio que utiliza una generación para recibirse, que seguramente es de siete u ocho años, y si vamos a medicina debe ser de 15 años, etcétera. Pero no es la duración de la carrera, la duración de una carrera es el plan de estudio y lo que demora el primero de la generación en recibirse. En Agronomía y Veterinaria los primeros de la generación seguramente demoraron cinco años o cinco años y medio. La demora de ese promedio son circunstancias personales: trabajan, trabajan y estudian, no pueden dedicar todo el tiempo al estudio. No da la razón de por qué es así. Alguien dedicado ocho horas por día a la Facultad de Veterinaria o a la de Agronomía en cinco años y medios está recibido. No es lo normal.

CW - No es tan así, yo di los datos que dio la propia Facultad de Agronomía cuando se hizo la acreditación Mercosur. Ahí estaban las opiniones de los estudiantes que concurrían y de los egresados. Hay una realidad, para poder acceder a determinado año hay que tener todos los exámenes salvados, para entrar a cuarto años en la Facultad de Agronomía no se puede deber ningún examen. Hay materias con un porcentaje de aprobación de entre 10 y 15%, porque son grupos de 400 o 500 personas, con lo cual se dificulta sacarse las dudas, hacer preguntas y cumplir con el programa, aunque se estudien ocho horas por día. La realidad es que hablamos de ocho años promedio porque hay gente que se recibe en cinco años y medio o seis, pero hay gente que se recibe en diez años. Es muy difícil, son estudiantes excepcionales los que logran recibirse en la Udelar en el tiempo especificado del plan de estudios.

EC - Los oyentes se han enganchado con esta parte del debate, aparecen varios mensajes.

"El problema es que a los docentes los forma la Universidad pública y después los usufructúa la universidad privada".

Y por su lado, Roxana dice: "En la universidad privada se ayuda y se facilita la carrera al estudiante, mientras que en la Udelar se le pone trabas y se lo desalienta".

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EC - Vamos a volver a preguntas que quedaron planteadas desde temprano. Por ejemplo, la formación de las universidades privadas y de la Udelar, ¿atiende con agilidad las necesidades de los nuevos polos productivos que se han generado en el país? Por ejemplo el litoral con su boom agrícola, Tacuarembó y Rivera cargados de inversiones forestales, Flores y Durazno con la nueva inversión del frigorífico anglo-argentino, Soriano y Río Negro marcados por la planta de Botnia, Colonia que agrega a lo tradicional la inminencia de la planta de ENCE. ¿Se están abarcando estas nuevas demandas muy focalizadas en el territorio?

CW - En gran parte eso tiene que hacerse a través de cursos técnicos, de cursos cortos. Porque en una carrera universitaria de cuatro o cinco años uno no puede cambiar los planes de estudio todos los días. Pero uno puede muy bien, como decía Kremer, modificar el contenido del plan de estudios, lo que se da ahora en ovinos no es lo mismo que se daba hace unos años.

EC - ¿Hay propuestas de ese tipo?

CW - Tanto la Udelar como las universidades privadas han salido a satisfacer ese tipo de demandas. Nosotros no estamos en Colonia dando cursos porque sí, sino porque hay una necesidad de los hijos de los productores y en muchos casos de técnicos de aggiornarse en las nuevas tecnologías en la parte agropecuaria, en la parte forestal. Tenemos un curso de Técnico en Apicultura en Soriano que solo se dicta allí porque allí está la mayor cantidad de colmenas del país y de allí sale la mayor producción de miel que exporta el país. Uno busca tratar de suplir esas necesidades que se dan en distintos polos de desarrollo.

RK - Como decían que hay que hacer un poco de autocrítica, voy a tratar de hacerla. Vamos atrás de las demandas y no previéndolas, lamentablemente. Como decíamos antes, el país tomó un dinamismo y el sistema educativo quiere hacer sus movimientos pero nos cuesta. En la Udelar somos pocos lanzados en ese aspecto, meditamos mucho, a ver qué hace falta, cómo formamos los docentes, y eso nos retrasa en las decisiones de una manera brutal. Es un debe importante que tenemos, lo tiene el país y la Udelar también, no estamos preparados para tener respuestas tan rápidas.

RD - ¿Ni siquiera se está trabajando en eso?

RK - Se está trabajando, hoy la Universidad tiene una cantidad de ideas sobre carreras cortas, ciclos comunes, pero entre que sale la idea y se empieza a elaborar pasan dos o tres años.

RD - No se es ejecutivo.

RK - No, el sistema universitario tiene eso, somos lentos, queremos asegurar mucho la calidad, que es importante, y el sistema de decisión, de muchos pasos, de pensarlo, de ver cómo hacer. A mí me lleva unos minutos, pero hacerlo lleva tres años.

RD - Volviendo al inicio y la velocidad de los cambios, ¿qué tenemos que hacer?, ¿cerrar? Porque dos o tres años para una decisión en los tiempos de hoy es imposible.

CM - No, no es tan así, se requiere estudio, no hay que ser tan drásticos. No hay que comparar la toma de decisiones de una empresa con la de un sistema educativo. No es así.

JLI - Hay áreas en las que hay una respuesta y áreas en las que falta un mayor impulso para generarlas. Un área clave hoy en los agronegocios es el área logística, uno se pone a mirar y los servicios logísticos de Uruguay en transporte, en almacenamiento, en puertos involucran en su gran mayoría productos agropecuarios. Ahí se han generado ofertas de capacitación a nivel logístico, en diferentes instituciones, ORT tiene capacitación en esa área. Pero en otras áreas se nota una gran falta. Se habla mucho del valor agregado en las carnes, por ejemplo, el gerente de una industria frigorífica hace poco me decía: "¿Quién se encarga del valor agregado?, ¿quién se encarga de las industrias frigoríficas?". En las grandes posiciones están los agrónomos y los veterinarios nuevamente, con la formación que ya hemos estado comentando.

RK - Y el ingeniero alimentario.

JLI - Hoy hay una carrera de ingeniero alimentario que si bien todavía tiene pocos egresados y pocos estudiantes, se ve como algo, el agronegocio, dejando de lado la lana y la madera, en todo el resto está generando alimentos. Tener un ingeniero alimentario en la cadena es tremendamente importante.

Por último, si la oferta no se puede encontrar aquí, porque no la hay y la velocidad de generación es lenta, es importante para las instituciones y para las universidades generar vínculos internacionales con universidades que la tengan y de ese modo suplir la capacitación que falta con intercambios de uno o dos años o de seis meses o con la posibilidad de hacer un posgrado.

CM - Tanto los privados como los públicos tienen un período de latencia demasiado largo para adaptarse a las necesidades. En este caso, las gremiales de profesionales, en nuestro caso la SMV, tienen mucha elasticidad para preparar cursos a demanda. Por ejemplo, en la SMV se han hecho, en conjunto con la Facultad de Veterinaria, cursos de manejo de feedlot, de producción lechera de altísima intensidad, desde hace más de 40 años se hacen unas jornadas de buiatría con cursos de actualización para los colegas, ahí no se demora tanto. El período de latencia cuando surgen esos problemas es muy corto, sumamente corto, y ahí la educación informal da mucho resultado.

EC - Para terminar, ¿hay espacio para coordinar esfuerzos entre las universidades privadas y la Udelar? Ustedes decían que hoy coordinación no hay, parece que hubiera una forma de complementación, pero coordinación no.

RK - La pregunta debería ser si hay voluntad.

EC - Empecemos por eso: ¿hay voluntad?

RK - Es un proceso, algunas facultades de la Udelar cuando salió una privada gemela –que no tienen ni Veterinaria ni Agronomía, porque la de la UDE no es una gemela– tuvieron primero un choque muy importante, porque además muchos de sus docentes fueron los que hicieron esa universidad, pero después con el paso del tiempo hasta hicieron convenios. Hoy la Udelar tiene un convenio con la ORT. Es un proceso.

JLI - No en agronegocios.

RK - No, uno en general. O con la Católica, no estoy muy seguro, es con una de esas. Es un proceso que el país va a tener que vivir a lo largo del tiempo, de a poco se van a ir encontrando. En el mundo ha sido así.

CW - Yo tengo fundadas esperanzas porque a mí me tocó trabajar en todo lo que tiene que ver con la acreditación universitaria para el Mercosur, en una comisión integrada por representantes de la Udelar, de las universidades privadas y del MEC. Lo resumo con palabras de uno de los representantes de la Udelar, Jorge Landinelli, ex decano de la Facultad de Ciencias Sociales, que después de tres años de trabajo una vez comentó que si alguien entrara a esa comisión y escuchaba cómo se discutían los temas, cómo se analizaban los resultados de las evaluaciones y la resolución tenía que tomar la comisión, no sabría quién representaba a qué institución, porque la discusión era sobre el nivel y la calidad, el objetivo era la calidad, en eso buscamos siempre estar de acuerdo y todas las resoluciones se tomaron por consenso. Es un ejemplo de trabajo coordinado entre la Udelar y las privadas en el que no hubo ningún tipo de problema, se evaluaron carreras de universidades privadas y de la Udelar y salieron bien o regular unas u otras y nunca hubo ningún problema.

CM - Sí, puede haber coordinación, pero en tanto hablemos claro de las cosas. No quiero ser malo con mi anfitrión, pero me permito discrepar en algunas cosas. La primera, yo escucho con sorpresa, la escuchan ustedes, una propaganda en la radio que habla de "diplomado veterinario". No asumo decir la institución que es, pero yo escuché eso.

CW - No en nuestra institución.

CM - Yo no digo nombres, digo "diplomado en veterinaria", de dos años. Induce a errores, induce a pensar que en dos años o en un año la persona va a salir igual que un técnico universitario, que un profesional universitario que está cinco años en la universidad. Entonces hay que hablar claro y definir los perfiles, en tanto no los definamos la colaboración va a estar llena de rispideces.

JLI - Esa coordinación se va a ir dando de a poco, paso a paso. En una primera instancia, más que coordinación entre universidades, va a involucrar coordinación de una universidad con instituciones como Plan Agropecuario, INIA u otro tipo de organizaciones del medio agropecuario, sociedades rurales, FUCREA, etcétera. Por ahí veo un primer paso de coordinación, y luego capaz que sí entre las universidades de Uruguay.

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RD - En lo personal, estoy muy contenta porque creo que con el tema educación hemos aportado a la discusión, que es finalmente lo que buscan las tertulias: ser un pequeño aporte a la discusión de la sociedad toda.