La Tertulia Agropecuaria

Luces y sombras de los biocombustibles

Luces y sombras de los biocombustibles

En tiempos de suba del precio de los alimentos, ¿son los biocombustibles un "crimen contra la humanidad"? ¿El uso de granos para la producción de etanol o biodiesel, entre otros, es la causa del hambre en el mundo? ¿Y Uruguay, cómo se para en esta discusión de nivel planetario, que tiene sus aspectos técnicos pero también políticos? Estas y otras preguntas tuvieron su respuesta en una nueva Tertulia Agropecuaria, que reunió a Guillermo Villa, Rodolfo Irigoyen, Gonzalo Souto y Marcos Ríos, con la coordinación de Rosanna Dellazoppa.

(Emitido a las 9.06)

EMILIANO COTELO:
Estamos instalados en la fonoplatea de En Perspectiva, que hoy se ha trasladado al tercer piso del Edificio Mercosur, en la sede del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).

Nos acompaña Rosanna Dellazoppa, coordinadora de las tertulias agropecuarias, y en algo que no tiene antecedentes, estamos en tertulia con vista al mar.

¿Los biocombustibles representan una nueva civilización que sustituirá a la civilización del petróleo? En la tertulia agropecuaria ya tuvimos una primera discusión sobre este tema en marzo del año pasado. Pero hoy el debate vuelve a ser necesario, a partir de una serie de novedades muy fuertes que se dieron durante estos 15 meses.

Cuando el precio del petróleo ha llegado a más de 130 dólares el barril y entonces los biocombustibles podrían consolidarse como una alternativa, muchos los acusan de ser los causantes del aumento del precio de los granos y, por lo tanto, del aumento de los precios de los alimentos.

Esta fue una cuestión central hace pocos días en Roma, durante la Cumbre sobre la Seguridad Alimentaria, donde el director de la FAO, Jaques Diouf, criticó los subsidios que los países desarrollados aplican, desviando "del consumo humano 100 millones de toneladas de cereales para satisfacer la sed de combustible para vehículos".

¿Por qué se ha planteado este nuevo debate en el que algunos definen a los biocombustibles como un "crimen contra la humanidad"? ¿Cuánto de la suba de los precios de los alimentos se debe a los biocombustibles? ¿En qué situación está Uruguay en esta materia? ¿Qué iniciativas se están desarrollando?

Para responder estas y otras preguntas, les proponemos una nueva tertulia agropecuaria sobre: luces y sombras de los biocombustibles. Además de nuestros contertulios habituales Guillermo Villa y Rodolfo Irigoyen, contamos esta mañana con dos invitados.

***

ROSANNA DELLAZOPPA:
Gonzalo Souto, técnico de OPYPA y consultor independiente, y Marcos Ríos, productor arrocero y socio de Masoil, una planta de biodiesel ubicada en Tacuarembó.

EC - Empezamos con una pregunta bastante general: ¿por qué se ha planteado este nuevo debate que ubica a los biocombustibles como un "crimen contra la humanidad"?

GONZALO SOUTO:
El debate cobra esta fuerza porque, de un modo u otro, queda bastante claro que una cuota parte de la suba del precio de los alimentos tiene que ver con la creciente demanda de estos productos para biocombustibles. Y sobre todo, cobra mayor fuerza porque esa demanda adicional de biocombustibles del mercado se sostiene exclusivamente sobre la base de políticas públicas, que son las que han conformado a esos mercados. Eso le da un tono distinto al debate y centra en las acciones de los gobiernos las posibles consecuencias de esta situación.

EC - ¿Cómo es eso de las políticas públicas? ¿Los biocombustibles hoy no son viables sin subsidios, sin incentivos?

GS - En el mundo entero los biocombustibles se han instalado a partir de políticas primero de países importantes, grandes, como Estados Unidos y países europeos, que promovieron su producción y su consumo, y para promoverlo montaron esquemas de protección, de subsidios para hacerlos viables, les dieron condiciones sin las cuales habría sido más dificultoso competir en el mercado. En términos generales esto es lo que ha hecho que esas políticas hayan sido copiadas por los distintos países a lo largo y ancho de todo el mundo y sean el soporte esencial de la demanda de estos productos.

EC - Marcos Ríos negaba con la cabeza.

MARCOS RÍOS:
He participado con Gonzalo en otras oportunidades en debates sobre el biodiesel, pero discrepo porque nosotros instalamos una planta sin ningún apoyo público, no tenemos ninguna clase de subsidio, incluso hemos tenido que lidiar con un esquema basado en el combustible fósil y en el monopolio de Ancap, y sin embargo somos viables desde hace más de tres años.

EC - Es interesante la puntualización: Masoil no recurre a subsidios.

MR - De ninguna especie.

EC - ¿Y a quién le venden el biodiesel?

MR - Tenemos clientes que son agricultores y nosotros mismos, los socios de la planta. Pero somos desconocidos; Tacuarembó es una ciudad en la cual nos conocemos todos, y seguimos siendo desconocidos para mucha gente, a pesar de que allí se ha consumido más de un millón y medio de litros de biodiesel.

EC - ¿A partir de qué producen biodiesel?

MR - A partir de sebo vacuno del Frigorífico Tacuarembó.

EC - ¿A cuánto venden el biodiesel?

MR - En este momento a 26 pesos el litro. Otra cosa que nos sorprende es cuando tenemos que explicarle a la gente que hemos hecho funcionar motores durante miles de horas solamente con biodiesel, sin combustible fósil.

RODOLFO IRIGOYEN:
Quizás la fijación administrativa, en forma monopólica, del precio del gasoil por Ancap sea una especie de subsidio implícito. Si se dejara importar libremente gasoil, de repente el precio de mercado sería inferior a los 26 pesos; entonces quizás implique una protección.

***

GUILLERMO VILLA:
Tú mencionaste dos temas importantes y distintos. Uno es que los biocombustibles incidieron enormemente en el aumento de precios, cosa que no comparto, ya que los precios se manejan en un mercado libre por oferta y demanda. La oferta es la producción y la demanda son todos, para alimentación animal y humana, y el biocombustible forma parte de esa demanda, por lo tanto algo incide en la suba, pero no es la única causa.

Y la segunda aseveración es que es un crimen contra la humanidad y que un montón de gente va a morir de hambre culpa de eso.

EC - No lo digo yo, recojo opiniones que van por ese lado.

GV - Eso es distraer la atención, porque, que yo recuerde, toda la vida ha muerto gente de hambre en el mundo, no desde ahora cuando la soja vale 500 dólares sino también cuando el trigo valía 90 y la soja valía 200, se moría mucha gente de hambre. Y si analizamos el absurdo de que la mayoría de esa gente que se muere de hambre está en países de África que son productores de petróleo y que en cuestión de un año y medio o dos el petróleo pasó de 20 a 140 y sigue muriendo gente de hambre, es un disparate que les atribuyamos esa responsabilidad a los biocombustibles.

EC - Marcos exponía el ejemplo de Masoil. En esa planta se fabrica biodiesel a partir de sebo vacuno.

MR - Para fundamentar parte del comentario anterior, agrego que iniciamos la experiencia de Masoil cuando el sebo en la crisis de la aftosa valía 70 dólares la tonelada y hoy vale 1.000 dólares. Y agrego además que el sebo es un subproducto que por cuestiones de estética y de gusto de la humanidad se ha dejado de consumir. Hoy Uruguay exporta 50.000 toneladas de sebo para engordar salmón o para hacer biocombustibles en otros países, o sea que estamos regalando nuestro petróleo para fines que no son alimentar a ninguna persona con carencias.

EC - Es un biocombustible elaborado a partir del sebo, no a partir de granos, no a partir de soja o de otras alternativas de ese tipo. La materia prima que ustedes utilizan no es un alimento directamente, no están compitiendo en la cancha de los alimentos.

MR - Y en el caso de la soja, el boom fue para producir proteína para alimentar animales (es el consumo que aparece en Asia) y el aceite de soja también tenía problemas de comercialización... hoy no los tiene, gracias a los biocombustibles.

GV - Un comentario: de una tonelada de soja que se muele, solamente 150 kilos se destinan a biodiesel, los otros 850 kilos –que son el producto principal del procesamiento de la soja– van para alimentación animal como proteína. En realidad, el biodiesel es un subproducto de la soja.

GS - Es interesante, porque esto nos lleva a la importancia de considerar la especificidad de cada materia prima. Cuando hablamos de subsidiar o no, nos referimos a que, como en cualquier cadena agroindustrial, la base decisiva de la competitividad está en el costo de la materia prima. Por eso hay que evitar generalizar y advertir que es necesario concentrar el análisis de la viabilidad de este combustible en función de una determinada tecnología y a partir de una determinada materia prima. Combustibles como estos, cuya fuente de energía es la biomasa, esencialmente deben apelar a ser producidos con la biomasa disponible y más barata en cada lugar concreto, porque ese es el principal costo de producción. Es mucho más barato un biodiesel de sebo vacuno que un biodiesel de aceite de soja o de aceite de girasol, y así sucesivamente.

EC - Este es un punto importante.

RI - Como redondeo, cabría decir que toda dicotomía en este tema –como en cualquier otro orden de la vida– únicamente oscurece el panorama, no arroja ninguna luz sobre el problema. Hay que ver las especificidades, las características de cada producción, las condiciones de cada país, para entender lo que son luces y sombras de los biocombustibles. Plantear el problema como combustibles versus alimentos es una falsedad.

***

EC - ¿Cuáles son las materias primas con origen agrícola o agroindustrial más eficientes a los efectos de la producción energética?

RD - Quería pedirle a Gonzalo que ampliara un poco más, con ejemplos concretos de países y materias primas. Por ejemplo, podría arrancar con Brasil y Estados Unidos, que son los que están más sobre el tapete.

GS - Hay que analizar la pregunta en cada situación geográfica concreta, porque como es decisiva la competitividad en la producción de la materia prima, ahí se juega el partido más relevante. Por lo tanto, sería una generalización imprecisa decir "la caña de azúcar es más eficiente para producir etanol", porque a eso hay que agregarle la caña de azúcar y en qué lugar concreto. Brasil es muy eficiente para producir caña de azúcar y otros países somos menos eficientes, por lo tanto el etanol de Brasil seguramente es mucho más barato que el de Uruguay, y por lo tanto compite mejor, más eficientemente en el mundo.

Lo mismo ocurre con otras materias primas: distintas fuentes de materias primas oleaginosas –aceites vegetales o sebo vacuno– en cada lugar concreto expresan una distinta capacidad de ser producidos, por el ambiente particular. Eso es lo que lleva a que el gran esfuerzo de desarrollo tecnológico en la producción de biocombustibles convierta en materias primas a productos que no son alimentos. Esa es la tecnología de segunda generación.

EC - ¿Qué materias primas aparecen?

GS - Básicamente se apunta a residuos agrícolas, paja de cereales, residuos de la industria forestal, de forma de zafar a la disputa por un producto que tiene otro mercado. El sebo vacuno es una materia prima que no es de segunda generación, pero que ya está disponible, en tanto es un subproducto de otra industria y aparece como un destino alternativo disputando otro nivel de precios en el mercado.

MR - Me llamó la atención que este ataque empezara así contra los biocombustibles, y uno ve a Lula defendiéndolos. Todo ese ataque tiene incluso un trasfondo político, a veces ni siquiera pasa a términos técnicos. La caña de azúcar en Brasil estaba en declive, también por las costumbres alimenticias modernas, que sustituyeron el azúcar por edulcorante. Entonces Brasil, durante una de las crisis del petróleo, empezó a producir etanol y el resto del mundo no le dio importancia.

Brasil tenía un problema con la producción de azúcar, los excedentes lo estaban impulsando a una enorme crisis, y hoy el país tiene petróleo abundante, que en aquel momento no tenía.

La situación hoy, muchos años después, es que Brasil tiene tecnología de punta en etanol. Otros países del hemisferio norte le compran esa tecnología y no solo para la producción y los motores (que son adaptados para el uso de etanol), sino por la eficiencia que se ha logrado en la producción de caña en Brasil, todo a partir del desarrollo para biocombustible. Y Lula agrega –aunque mucha gente no lo quiere reconocer– que todo eso se ha logrado bajando el precio del azúcar. Si uno se fija, el azúcar no ha tenido el aumento explosivo que han tenido algunos alimentos. Y agregaría que hoy el aumento de muchos combustibles –yo soy agricultor– se debe al aumento del precio del petróleo, no de los biocombustibles.

EC - Ahí tenemos un ejemplo de una producción de biocombustible eficiente, el etanol producido en Brasil a partir de caña de azúcar. ¿Cuál podríamos mencionar como ejemplo de biocombustible generado de manera ineficiente? ¿El mismo etanol producido en Estados Unidos a partir de maíz?

MR - Sí, pero responde a una necesidad del mercado de Estados Unidos, que es un ávido consumidor de combustible y tenía excedente de maíz –que generaba sobre la base de enormes subsidios– que se terminaron desparramando por el resto del mundo y afectaron a agricultores que pasaban hambre. Son muchos los factores que intervienen en la formación de precios de los alimentos, y nos centramos solamente en los biocombustibles. Los alimentos responden a otras cosas, incluso las climáticas.

EC - ¿Quién quiere profundizar en el caso del etanol a partir de maíz en Estados Unidos?

RI - Yo diría algo más sobre este tema, no específico sobre el etanol sino más en general. Me refiero al tema especulativo, porque siempre se pinta la cosa diciendo que los especuladores se trasladaron de la bolsa de Nueva York a la de Chicago, es decir de especular con acciones a especular con alimentos y con el hambre de la gente. Y si bien eso es cierto, también debe analizarse la contracara: el hecho de que los principales cereales, igual que el petróleo y otras materias primas, tengan mercados a futuro, permite la especulación, porque alguien puede comprar trigo en posición enero 2009, venderlo a posición junio 2009 y hacer una ganancia; con cierto riesgo, por supuesto.

Pero la otra cara es que esa previsibilidad que da el hecho de que haya mercados a futuro, ha sido un disparador importantísimo para el aumento en la productividad de los principales productos agropecuarios. Entonces, por un lado, la especulación hace que una parte del precio que tienen actualmente los alimentos no responda exactamente a lo que serían las condiciones de oferta y demanda, pero por otro lado, genera condiciones de previsibilidad en el corto plazo que hacen que sea mucho menor el riesgo económico que se asume al hacer determinado cultivo, y eso ha llevado a un aumento también extraordinario de la oferta de cereales y oleaginosos.

GV - Volviendo al tema de los biocombustibles, todas esas polémicas que se están generando tienen nombre y apellido, todas se generan por la política de Estados Unidos en cuanto al maíz para producir etanol. Como no es fácil ponerle nombre y apellido y acusar a Estados Unidos, se generaliza, y en esa bolsa van todos los biocombustibles, que son una alternativa válida en muchos países.

EC - Tu interpretación es que el problemático es el etanol norteamericano hecho a partir del maíz.

GV - Todo el problema de Estados Unidos, con sus temas bélicos y su problema de dependencia en el petróleo de países no muy amistosos y demás, genera una política de desarrollo de biocombustibles a partir de maíz, en la cual el Estado pone metas que hay que alcanzar en determinados tiempos y da subsidios a través de exenciones fiscales a plantas que se instalen. Entonces se genera una política de contingencia frente al incremento y la dependencia del petróleo de otros países. Eso es lo que generó toda esta política de comentarios y demás, no es el etanol de Brasil ni son los biocombustibles que podamos hacer a partir de subproductos en América Latina. Para focalizar el problema habría que ponerle nombre y apellido.

EC - ¿Los demás están de acuerdo en eso?

MR - Sí, estoy de acuerdo en que en la medida en que Estados Unidos es un actor muy relevante en el mercado maicero mundial, quitó del mercado una cantidad grande de maíz, eso incidió fuertemente en el precio y situó a esa política en el ojo de la tormenta. De hecho, no es casual que hace mucho tiempo que Brasil hace grandes esfuerzos por lograr que Estados Unidos le abra el mercado de etanol, para concurrir con su etanol más competitivo.

Pero tampoco hay que minimizar el impacto de otras políticas. Habría que hablar de la política de promoción del biodiesel en Europa, que ha tenido incidencia en la evolución de los precios de los aceites, que también han subido en forma muy importante a partir de la demanda adicional derivada de la elaboración del biodiesel de aceite de colza, liderada por Europa. Eso condicionó a los otros aceites que hoy concurren a ese mercado a sustituir esa demanda.

Hubo países que movieron primero con políticas públicas en la construcción del mercado de estos biocombustibles, para hacerlos viables, porque si no, no los podrían producir y los otros países les copiaron. Nosotros mismos hicimos una ley de promoción que establece exoneraciones fiscales, con lo cual los fabricantes de biodiesel no tienen que pagar algunos impuestos cuando venden ese producto, los que instalan nuevas plantas no tienen que pagar algunos impuestos que deberían pagar como cualquier actividad industrial. En el mundo entero, grandes y chicos han montado políticas que promueven la producción y el consumo de estos combustibles, porque por otra parte se establecen metas obligatorias de mezcla que van conformando un mercado.

Pero todo esto es distinto para cada producto, ha tenido cierto impacto en el precio del maíz, pero seguramente mucho menos en el caso del arroz, que no tiene nada que ver con ningún biocombustible. La generalización lleva a oscurecer, hay que ver en cada caso dónde hay más impacto y dónde menos.

EC - Pero la producción de etanol en Brasil, ¿es tan eficiente? Lo pregunto a partir de mensajes que llegan de los oyentes.

Por ejemplo: "Brasil tiene trabajo esclavo. Por eso es barata la producción de etanol a partir de caña de azúcar".

Y otros destacan que, por el crecimiento del área sembrada con caña de azúcar, otras producciones están siendo desplazadas y van a ocupar porciones de la selva amazónica, con el desastre ecológico que eso implica.

¿Qué dicen de ese otro tipo de comentarios, de costos que estarían escondidos detrás del buen precio del etanol brasileño?

GS - Puedo responder, en parte desde mi visión como agricultor. Yo escucho la radio, miro la televisión, leo la prensa y veo que ese tipo de frases vende mucho. Cuando uno en vez de aclarar la discusión, la quiere oscurecer, hace esto, dice esa frase y sobre todo politizar, rinde muchísimo.

¿Trabajo esclavo? El que tenga la posibilidad de conocer la caña de azúcar en Brasil va a ver una tecnificación muy importante, va a ver políticas impulsadas por el gobierno que incluyen multas y penas para aquellas plantaciones que incumplan con determinados parámetros que se denominan ambientalmente amigables. Por ejemplo, se ha suspendido la quema de la caña, por lo que eso significa. Y podría haber muchos etcéteras más. Sin embargo, hay países que producen caña y no producen biocombustible y tienen trabajo mucho más esclavo. Hay que darle un poco más de nivel a la discusión.

Lo que es razonable decir es que lamentablemente, por un problema de espacio del área agrícola, los biocombustibles van a determinar la competencia con otros cultivos. Pero la gente olvida que hay un mundo ávido de energía, que consume energía y no está dispuesto a ahorrarla (porque pedirle que la gente que ahorre es pedirle un sacrificio), que quema combustible mal, y sin embargo se les quiere enchastrar la cancha a determinadas producciones que son amigables y que seguramente van a salir adelante.

Y agregaría una cosa más. Así como el mundo tiene 800 millones de personas con problemas de subnutrición y hambre, tiene muchas más personas con problemas de obesidad. El mundo hace un desperdicio de los recursos y no atiende lo que debería atender principalmente. Sin embargo, esta discusión sobre los biocombustibles malos es políticamente redituable para algunas organizaciones, para algunos países, etcétera.

RI - A veces conviene, ante algunos comentarios de la audiencia, hacer aclaraciones más básicas, porque parece que algunas cosas no estuvieran claras. La caña de azúcar es una gramínea tropical, y eso es así porque tiene la capacidad de aprovechar con mucho mayor eficiencia la radiación solar. Por eso, en igualdad de condiciones tecnológicas, en Brasil –no en Río Grande del Sur, sino en el estado de San Pablo– se produce cinco veces más que acá, donde es un cultivo biológicamente marginal porque tenemos un clima templado.

Por otra parte, el cultivo de caña de azúcar está absolutamente mecanizado en Brasil, y por lo tanto la incidencia de la mano de obra es absolutamente marginal. No es cierto que sea esclava, pero, aunque lo fuera, no cambiaría para nada la enorme competitividad brasileña, que radica en que cultiva la caña en el lugar donde se la debe cultivar.

***

EC - Hemos hecho consideraciones generales sobre el tema biocombustibles versus alimentos. ¿Por dónde continuamos?

RD - Puede ser interesante bajar a nuestro país y comenzar con una puesta a punto de los casos de cultivos eficientes y particularmente ver qué rol juega el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) en este tema.

EC - ¿Cómo estamos en Uruguay para enfrentar el desafío de los biocombustibles? Es un hecho, ya estamos trabajando, no es que vayamos a empezar. Pero en términos relativos, ¿cómo estamos?

GS - Más allá de que la pregunta de Rosanna focalizaba en cuáles son los cultivos, la experiencia más abundante de producción de biocombustible en el país es a partir de sebo, tanto en la empresa de Marcos en Tacuarembó como en alguna empresa que tenemos en Montevideo, de larga trayectoria, que seguramente apela a la disponibilidad en plaza de una materia prima más barata que las otras.

En el país, sin perjuicio de que hace menos de un año que hay una ley vigente que pretende regular la producción y el consumo de biocombustibles (que está a punto de reglamentarse), ya hay una trayectoria bastante prolongada de empresas en actividad que están trabajando y consumiendo ese producto, fundamentalmente a partir del sebo vacuno, y en algunos otros casos, aunque en menor proporción, a partir de materias primas oleaginosas, como grano de soja y grano de girasol. Hubo una experiencia bastante prolongada con grano de girasol en la Intendencia de Paysandú a comienzos de esta década, que después fue discontinuada. Y luego se han instalado emprendimientos pequeños (similares a los que la ley permite que funcionen en régimen de autoconsumo), que se orientan a la elaboración de biodiesel a partir de la molienda de grano de soja; extraen el aceite y combinan la producción de biocombustible con la venta de la harina proteica que deja la elaboración de la soja.

EC - No han mencionado al etanol.

GS - Tenemos la producción de etanol a partir de almidón de granos de Ancap, en su planta de Paysandú, pero no es para uso como combustible sino alcohol para beber. Y va a estar en funcionamiento cuando esté terminada la planta de etanol de Bella Unión.

EC - Tengo una pregunta interesante de la audiencia sobre la base de lo que ustedes señalaban en la primera parte, del análisis que hacían de la eficiencia de Brasil a la hora de producir etanol de la caña de azúcar.

Leo, de Sayago, consulta: "Si Brasil produce esos niveles de alcohol con esa eficiencia, para nosotros ¿no sería más lógico, rápido y económico importar etanol de Brasil?".

RI - Requiere otra tertulia.

[Risas]

EC – Liquidó la respuesta, pero ¿alguien quiere agregar algo?

GV - Sin duda, pero no se puede.

EC - ¿Por qué no se puede?

GV - Porque el Estado no lo permite, no se puede importar combustible, hay un monopolio. Tendría que importarlo Ancap y le pondrá el mismo valor, saldría al mercado al mismo precio. Importarlo particularmente no se puede, está reglamentado.

MR - Yo le contestaría también a Leo: ¿por qué Uruguay exporta 50 millones de posibles litros de biodiesel todos los años?

GS - Ahora se lo van a dar subsidiado a los taxímetros.

MR - Se exportan 50.000 toneladas de sebo, son 50 millones de litros de biodiesel. ¿Por qué lo exportamos? Nosotros tenemos que comprar ese sebo y pagar IVA; ese sebo se va sin IVA a Brasil para que hagan biodiesel.

RD - Otra pregunta de la audiencia: "Creo que el aumento del precio de los alimentos se debe al aumento del gasoil, que es lo que mueve todo. Abajo el monopolio ya, para poder importar".

GV - Indirectamente, el aumento del petróleo tiene mucho más incidencia en el aumento de los alimentos que el biodiesel.

EC – Pero estábamos hablando del caso uruguayo, habíamos empezado a analizar con qué materias primas estamos produciendo biocombustibles y quedó pendiente la pregunta sobre cuánto se está investigando acá.

RD - Qué rol tiene en este momento el INIA en este tema.

RI - La investigación, que es bastante incipiente, se centra en productos de clima templado, es decir en aquellas producciones en las que Uruguay puede tener ventajas comparativas por la ubicación geográfica. Se están haciendo estudios sobre variedades de sorgo dulce en La Estanzuela y se están estudiando nuevas variedades de boniato con mayor disponibilidad de carbohidratos. Es importante aclarar que son investigaciones que nos llevan a ser más eficientes, pero en la cancha en la que podemos jugar. Aunque obtengamos el sorgo más productivo del mundo, jamás vamos a ser competitivos frente a la caña de azúcar, que es un cultivo tropical que produce sin riego muchísimo más que lo que nosotros obtenemos con riego.

El gran desafío es la utilización de la biomasa que no es competitiva de la alimentación, así como los residuos vegetales de la forestación. Ahí tenemos un costo nulo de la materia prima y un gran potencial de producción. Pero no está resuelta, ni en Uruguay ni en el mundo, la degradación de la lignina a través mecanismos enzimáticos o microbiológicos. Es un desafío importante, Uruguay está empezando a trabajar en eso, no tenemos tecnología en otra parte del mundo para copiar, pero por ahí quizás vaya nuestro mayor potencial en términos de producción de etanol.

EC - Pero no estamos hablando de plazos cortos.

RI - Para nada.

EC - ¿Qué otras alternativas tendríamos en esto de los biocombustibles de segunda generación, los no competitivos con alimentos?

GS - Hay otras experiencias que van por el mismo lado de lo que el Catalán mencionaba, sobre los residuos de la forestación, que es muy interesante para Uruguay, que tiene tanta superficie forestada. También están los residuos de los cereales, y de hecho se hicieron algunas experiencias de investigación en combinación con la Universidad de British Columbia, en Vancouver, en las que exploraron la factibilidad técnica y económica de la elaboración de etanol a partir de la paja de arroz.

EC - ¿Qué es la paja de arroz?

GS - La paja de arroz es lo que queda en la chacra después de la cosecha del grano. Como el arroz es un cultivo de alta producción de biomasa por hectárea, aún sacando las siete toneladas de grano que salen de la chacra, queda un volumen muy grande de biomasa que técnicamente es posible convertir en etanol a través de procesos enzimáticos. Lamentablemente la viabilidad económica de estas experiencias, y otras que se están haciendo en el mundo, no está en un horizonte muy cercano, se habla de cinco o diez años.

MR - Cuando el petróleo pase los 200 dólares...

GS - ...sí, entonces va a ser más viable económicamente.

EC - Esos trabajos no están disponibles, son posibilidades que están en el plano de la investigación. ¿Cuánto falta para que allí tengamos una línea de producción de biocombustibles?

GS - Para tener una producción técnica y económicamente factible, el desarrollo tecnológico necesitará un plazo de entre cinco y diez años.

RD - Una suerte de reflexión-pregunta. En general en estos momentos es recurrente el reclamo en términos del dólar barato y el gasoil caro para el sector productivo. Entonces, me parece interesante, escuchar de cada uno de ustedes hasta dónde es viable pensar que el biocombustible sea una alternativa a ese gasoil productivo que se ha pedido tanto, al menos durante este gobierno del país productivo. ¿Es una utopía o es factible tener una alternativa que haga más competitivo al sector?

RI - Quizás ampliáramos la discusión si en vez de biocombustibles habláramos de bioenergía, porque tenemos muchas alternativas –algunas de dudosa viabilidad económica– para producir energía eléctrica que no requieren combustible para producir. El país está incursionando en áreas promisorias, pero que por el momento aportan poco, en alguna medida también por restricciones legales o de la normativa.

GS - Queremos centrar la discusión en Uruguay, pero es muy difícil sacar a Uruguay del resto del mundo. El uruguayo tiene que plantearse seriamente que el problema del petróleo es grave, que va a implicar un cambio, al que todas las personas –tengamos la actividad que tengamos- tendremos que adaptarnos. Empezamos con el tema del biodiesel cuando la expectativa era que el barril de petróleo valiera 80 dólares, hoy ojalá valiera 80 dólares.

Como agricultor, en este momento me preocupa muchísimo el costo del fertilizante, de los agroquímicos, del transporte; uno de nuestros rubros es el combustible para operar la maquinaria, y lo tenemos solucionado, tenemos tractores y cosechadoras que funcionan con biodiesel, pero el fertilizante pasó de 300 y algo de dólares a 1.500 y no tengo manera de solucionarlo. También el flete afecta el valor de nuestros productos.

En toda actividad debemos plantearnos eso, hay que entender que un país como Uruguay, que hoy no tiene ni va a tener en el corto plazo disponibilidad de combustible propio fácilmente, tiene que calcular ese impacto en cada una de sus actividades. Y en el mundo se ven protestas, como en España, donde camioneros los protestan porque les sube el combustible, y eso afecta a los camioneros de Uruguay y va a afectar el costo de los alimentos. Independientemente de que no se produzca un litro de biocombustible, los alimentos se van a disparar, la gente va a tener cambios en sus costumbres que tiene que pensar, es necesario plantearlas.

***

EC - Varios oyentes, desde temprano, han hablado de la posibilidad de biocombustibles a partir de microalgas, que se reproducen y rinden 500 veces más. ¿Alguien maneja esta tecnología en especial?

GS - Eso es biotecnología, desarrollo de cultivo de algas especializadas en tener aceites en su estructura celular; se extrae ese aceite y se hace biodiesel.

EC - ¿Dónde se ha desarrollado?, ¿qué posibilidades tendría Uruguay en esta materia?

GS - Son formas de producción mucho más elaboradas, son investigadas en países desarrollados. Lo interesante es aprovechar, en el caso de esas microalgas, la radiación solar y los subproductos de otras industrias, desde efluentes hasta subproductos de bajo valor, no nutritivos.

EC - ¿Cómo observan a Uruguay en el tablero mundial de los biocombustibles? ¿Qué posibilidades reales de producción hay, tanto en cuanto al abastecimiento interno como a la eventualidad de la exportación? Hoy, con la información que hay sobre la mesa.

GV - Yo me hago dos preguntas. Primero, esa que tú hacés, qué papel pueden jugar los biocombustibles; y segundo, si en caso de que los biocombustibles se dejaran de realizar a partir de granos, ¿realmente sería esperable una caída de los precios y por ende de los alimentos?

En la primera pregunta: el biocombustible es una alternativa muy menor, que va a tener siempre un porcentaje ínfimo sobre el petróleo, no creo que en ningún momento la producción propia de Uruguay llegue a impactar en los precios de los combustibles como para que bajen en forma relevante. Creo que a lo largo del tiempo va a haber que cambiar la gasolina por otra matriz, como el hidrógeno y demás, pero ya estamos hablando de muchos años, y el biocombustible va a seguir siendo una alternativa para reciclar subproductos.

En cuanto a si el precio va a bajar si dejamos de producir biocombustibles, yo me alineo totalmente con Marcos. Han pasado un montón de cosas en el mercado de los granos que la gente no menciona, y se recarga las tintas en los biocombustibles. En el caso de Uruguay, el gasoil pasó de 50 o 60 centavos de dólar a 1,76; el glifosato, que es un herbicida básico para la producción (una alternativa al menor consumo de gasoil) pasó de 2 o 3 dólares a casi 10 en un año y hoy se está volviendo a los laboreos convencionales. Y 1.500 dólares la tonelada en arroz (solo fósforo), pero los cereales, en los que usamos binarios (es decir nitrógeno y fósforo), pasaron de 300 y poco a 1.700 y 1.900 dólares en un solo año.

El mundo produce en una ecuación económica. Si yo tengo que volver a producir soja a 200 dólares, lo más probable es que el mercado deje de producirla, porque a estos valores de las materias primas, es absolutamente inviable. Y si el mercado deja de producir granos y el mundo sigue consumiendo granos, no para biodiesel sino para proteínas, lo lógico es que volvamos a estos precios. Lamentablemente, por más que dejemos de producir biodiesel o etanol con granos, vamos a mantenernos un tiempo con precios altos en los granos y por ende carne alta y todo alto.

EC - ¿Qué dicen los demás sobre las perspectivas vistas desde Uruguay?

GS - Uruguay va a tener un consumo de combustibles a partir de lo que la ley establece como meta para los cortes obligatorios. Aquí se mencionaba cuál es el impacto sobre los precios de los combustibles y esto siempre es un tema de relaciones de precios: cuánto vale el petróleo respecto de cuánto valen las materias primas para producir biocombustibles. Y en las condiciones actuales, no da la impresión de que este mecanismo permita bajar sustancialmente los precios de los combustibles; si uno compara el costo de elaboración de un biocombustible en Uruguay, en concreto del biodiesel, con el precio al cual llega el gasoil a la frontera, o probablemente del precio de elaboración en la planta de Ancap, va a ser igual o mayor, de modo que por ahí no habría una ventaja importante cuando consideramos materias primas vegetales, a partir de cultivos.

Sin embargo, seguramente va a haber un espacio importante para experiencias como la de Marcos en Tacuarembó, muy asociadas con el desarrollo de una producción de biocombustible que atienda un mercado local, donde aparecen ventajas como la que señalaba Rodolfo, de disputar el mercado al precio de venta del combustible en cada estación de servicio acá en Uruguay. Allí aparecen ventajas de localización, con elaboración local, como la de Masoil con sebo vacuno u otras con soja dispersas en distintos lugares del territorio.

EC - A partir de toda la explicación que daba Marcos hace un rato, desde la audiencia otro Marcos pregunta: "¿Para cuánto biodiesel daría el sebo vacuno que se produce anualmente en Uruguay?".

MR - Una parte del sebo se utiliza como comestible, va a las reposterías, a las panaderías y a los hogares de los uruguayos, y una parte muy grande es sebo no comestible, que se exporta.

EC - Por todo lo que se exporta es que viene esta preocupación.

MR - Son entre 45.000 y 50.000 toneladas anuales. Tenemos que ponernos en el caso de Uruguay, tenemos muchos animales, una industria frigorífica bastante importante para el tamaño de población. El sebo de Uruguay es excedentario, pero se vende a otros mercados para producir biocombustibles. Eso es lo que me duele, me molesta.

EC - ¿Para cuánto biodiesel daría la producción anual de sebo?

MR - Para 50 millones de litros.

GS - La exportación de sebo anda en esos niveles, 50.000, 60.000 toneladas anuales y eso se traduciría en 50.000 o 60.000 toneladas de biodiesel, porque la relación es más o menos uno a uno, y eso es más de lo que establece el compromiso de mezcla legal del 5% del gasoil. Uruguay podría, si destinara a elaborar biodiesel todo ese sebo que se exporta, atender todo el compromiso de mezcla que establece la ley para Ancap.

EC - ¿Y por qué no lo hace? ¿Es más rentable exportar ese sebo?

MR - Ese es el punto. En el caso de nuestra industria, tenemos que comprar el sebo y pagar 22% de IVA, mientras ese sebo se va para la exportación sin IVA. Ahí ya tengo un problema de orden impositivo, y también hay que pensar que el sebo se va a industrias de biodiesel mucho más eficientes, de mayor volumen, porque aquí la ley establece un límite de 4.000 litros para poder vender a consumidores cautivos. Evidentemente es una micro-microindustria, no puedo competir con la industria de San Pablo, que hace millones de litros por año.

EC - El implícito es que la normativa vigente podría flexibilizarse para atender situaciones como estas. ¿Hay un problema por el lado del marco legal?

MR - Siempre eso va a afectar. Empieza ahí otra discusión, ¿qué pasa con el monopolio de los combustibles? ¿Qué pasa con el problema de los combustibles? Es muy importante entender que ante el cambio del precio del petróleo han aparecido y se buscan alternativas. Cuando el primer shock del petróleo, gran parte de la generación eléctrica se sustituyó por energía atómica, a carbón e hidráulica. En nuestro país tenemos la hidráulica ya bastante utilizada, pero para el transporte no hay hoy un mecanismo que lo sustituya rápidamente. Mientras que, en el caso del biodiesel y el biodiesel de sebo, lo sustituimos de un día para otro en el motor, no hubo que hacer ninguna adaptación. No hay que perder de vista eso, Uruguay se puede ubicar rápidamente, eso necesita una política.

RI - Tenemos el triste privilegio de que gran parte de nuestros problemas se solucionan con un decreto. La tecnología da respuestas a largo plazo, pero podríamos tener respuestas a cortísimo plazo modificando la normativa. Ya he hablado en otras oportunidades de la importación de petróleo. Importamos tanto petróleo como es necesario para cubrir la demanda de gasoil, que es más alta que la de nafta. Por lo tanto, como la relación de producción es más o menos fija entre nafta y petróleo, nos queda un excedente importante que exportamos a pérdida, porque los costos de producción de Ancap son mayores que el precio internacional.

Si en vez de hacer eso, importáramos bastante menos, solo la cantidad de petróleo necesaria para cubrir la demanda de nafta, e importáramos el faltante de gasoil, tendríamos una disminución. Yo he pedido que Ancap haga la cuenta, nunca la ha hecho, pero tendríamos una disminución significativa tanto en el precio de la nafta como en el precio del gasoil. Por otra parte, el precio del gasoil está subsidiando al transporte colectivo urbano y ese excedente de nafta se va a dar con un fuerte subsidio para la reconversión de la flota de taxímetros al menos de Montevideo, no sé si de todo el país. También tenemos que tener en cuenta que esos costos altos de los combustibles que se reflejan en costos altos de los alimentos, en parte está revirtiendo a través del abaratamiento del transporte al conjunto de la ciudadanía.

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EC - Gonzalo quería hacer una aclaración.

GS - El marco legal que está vigente desde hace casi un año no establece ningún condicionamiento acerca de cuál debe ser la materia prima para el biodiesel. Establece un compromiso de mezcla, cualquiera sea la materia prima. De modo que perfectamente podría ser sebo o un aceite vegetal.

Un dato de contexto regional es que Paraguay hace un año que tiene la obligación de mezclar biodiesel en su gasoil al 1% y lo hace con biodiesel de sebo.

RD - No me termina de cerrar. Con el sebo nuestro habría posibilidad de completar ese porcentaje que establece el marco legal.

MR - Totalmente.

EC - ¿Cuáles son las limitaciones que impiden concretar eso?

MR - Para elaborar 50 millones de litros se necesita darle alguna señal a la industria frigorífica, para que lo haga rápidamente.

EC - ¿Una señal? ¿Qué quiere decir?

MR - Desde el gobierno, el gobierno tiene que entenderse con Ancap, que tiene el monopolio de los combustibles. Tiene que dar la señal de que hay necesidad de utilizar ese sebo y no dejarlo ir.

EC - ¿Te quedaste con alguna idea dando vueltas en la cabeza, Rosanna?

RD - Sí, el próximo invitado como eco de la tertulia va a ser alguien de Ancap para seguir con este tema.

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Lea además:

"Brasil produce etanol con mayor eficiencia que Estados Unidos" - Nota del suplemento Economía y Mercado, del diario El País.
- Agrocombustibles y sustentabilidad en América Latina, por Gerardo Honty

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Agradecimientos:

María Methol
Virginia Lobato
Eduardo Gudynas
Facultad de Agronomía
AIA
Personal de IICA