Según datos del Instituto Nacional de Carnes, el principal destino es Rusia, que pasó de importar un 1,2% de la carne uruguaya el año pasado, a un 40% este año.

Sin embargo, los altos precios que exigen los frigoríficos nacionales están complicando los negocios con ese mercado, que continúa con una fuerte demanda y que se está abasteciendo con carne procedente de Estados Unidos, Australia o incluso Paraguay.

Según informó el diario El País, por los delanteros Uruguay está pidiendo cerca de 4.200 dólares la tonelada y por recortes del desosado 3.700 dólares lo que a los importadores rusos les resulta caro.

En la Unión Europea, segundo destino de las carnes uruguayas con un 25% del total, el producto se sigue cotizando llegándose a pagar por lomos cerca de 21.000 dólares la tonelada.

Las exportaciones de carne ovina, en tanto, alcanzan los 33 millones de dólares, lo que implica un crecimiento de 67% en dólares y 27% en volumen peso carcasa.