La Tertulia Agropecuaria

Los altos precios internacionales: ¿oportunidad o amenaza?

Los altos precios internacionales: ¿oportunidad o amenaza?

Las materias primas de origen agrícola alcanzaron precios históricos y esto, que fue favorable para el sector agroindustrial, también generó protestas por la dificultad que genera a ciertos núcleos de población para acceder a los alimentos, lo cual llevó a algunos gobiernos a tomar medidas sobre las exportaciones agrícolas, limitándolas o aplicándoles retenciones, como en Argentina. Pero en Uruguay, ¿Cuál es el camino más adecuado? ¿Qué dice la experiencia internacional? ¿Cómo conviene manejar esta aparente dicotomía campo-ciudad? Este es el tema, en una nueva Tertulia Agropecuaria, en la que participan Pablo Olivera, Martín Buxedas, Fernando Antía y Rodolfo Irigoyen, con la coordinación general de Rosanna Dellazoppa.

(Emitido a las 9:09)

EMILIANO COTELO:

Durante estos últimos años, las materias primas con origen agrícola alcanzaron precios históricos, impensados muy poco tiempo atrás.

Eso, que tuvo una repercusión positiva inmediata para el sector agroindustrial, también ha generado protestas por la dificultad que les genera a ciertos núcleos de población en el acceso a los alimentos de la canasta básica.

Para paliar estos efectos no deseados algunos gobiernos han tomado medidas sobre las exportaciones agrícolas, por ejemplo las han limitado o les han aplicado retenciones, como ocurre en Argentina. Otros han actuado sobre el mercado interno, han aplicado subsidios a algunos productos o, como se ha hecho en Uruguay, han buscado acuerdos de precios con los fabricantes y el comercio.

En el caso concreto de nuestro país, todavía se discute si las acciones que impulsó el Poder Ejecutivo son suficientes. Por ejemplo, algunos han planteado que los empresarios agropecuarios, que se benefician con el actual nivel de precios internacionales, deberían contribuir al financiamiento de las medidas antiinflacionarias.

Entonces, ¿cuál es el camino más adecuado? ¿Qué dice la experiencia internacional? ¿Cómo conviene manejar esta aparente dicotomía entre el campo y la ciudad?

Vamos a discutirlo esta mañana en una nueva Tertulia Agropecuaria, para la cual hemos invitado a analistas y funcionarios del gobierno vinculados con la temática agrícola y comercial.

***

EC - Vamos a presentar a nuestros panelistas de hoy.

ROSANNA DELLAZOPPA:

Nos acompañan Pablo Olivera, empresario CREA agrícolo-ganadero de la zona de Cardona (FUCREA es la Federación Uruguaya de Grupos CREA, organización que nuclea grupos de productores que se agrupan en pos de la mejora tecnológica, capacitación y la gestión empresarial), Martín Buxedas, Ingeniero Agrónomo, Director de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP); Fernando Antía, Economista, Director General de Comercio del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF); y Rodolfo Irigoyen, Ingeniero Agrónomo, miembro permanente de las tertulias agropecuarias.

EC - Los precios altos de los commodities agropecuarios –la carne, los lácteos, el maíz, el trigo, la soja, el arroz–, ¿llegaron para quedarse, o estamos ante un ciclo más como otros que se dieron a lo largo de la historia?

PABLO OLIVERA:

Desde mi punto de vista es otro ciclo más. Hay cosas que marcan que hay un aumento de la demanda que parece ser estructural, que es un aumento de la cantidad de gente que consume y un aumento de la población mundial, pero hay alertas que indican que los commodities pueden volver a bajar. Por ejemplo, con la baja del precio del petróleo pueden llegar a usarse menos biocombustibles, o volcarse esa cantidad de maíz para producir más carne; y China, que es uno de los grandes consumidores mundiales, ha declarado que quiere llegar al autoabastecimiento de granos en un mediano plazo. Para mí es un ciclo.

EC - De hecho, en las últimas semanas los precios ya no son lo que eran: se ha producido un retroceso significativo en comparación con los valores de comienzos de año.

MARTÍN BUXEDAS:

Cuando uno lee las previsiones de largo plazo, lo que parece más razonable son dos conclusiones. La primera es que en términos generales en los próximos diez años los precios serán mejores que en los diez años anteriores. Esto no quiere decir que paren acá, no es el fin de los mercados, los mercados van a seguir evolucionando.

Y la segunda conclusión es que va a haber enormes fluctuaciones. Lo que ha pasado es extraordinario: en muy poquitos meses subieron 25, 30, 40% los precios de algunos granos y en 15 días bajaron 25%.

EC - Por ejemplo la soja: ayer cotizaba 445 dólares por tonelada, cuando el 3 de julio cotizaba 609 dólares. En ese caso hubo una caída de 26%.

MB - Entonces Uruguay, que es un país exportador, que lo hace sobre bases comerciales y exporta básicamente este tipo de productos con origen agropecuario, tiene que ver cómo enfrenta estas fluctuaciones, tanto desde el punto de vista de los consumidores como de los productores, tiene que encontrar el punto de equilibrio de los productores.

EC - ¿Qué dicen los otros dos integrantes de la mesa sobre la pregunta inicial?

FERNANDO ANTÍA:

Hay un cierto componente cíclico en esta baja que refleja una previsión menos optimista que la que había tiempo atrás respecto de la evolución de la economía mundial, particularmente la de los países desarrollados –Estados Unidos, Europa y Japón–, que enfrentan dificultades algo mayores que las que se preveían, como consecuencia de la crisis financiera. Eso puede significar un escalón a la baja del orden del 20% o en ese entorno, pero aun cuando ello sucediera los precios internacionales de los productos agropecuarios quedarían en niveles sensiblemente más altos que los de los últimos años, lo que demostraría que hubo un movimiento en escalón –que es el reflejo de una nueva estructura y una nueva escala de la demanda mundial– que tendería a permanecer.

RODOLFO IRIGOYEN:

Coincido con Fernando. Siempre hay algún componente cíclico, pero está claro que en los últimos 50 años, en la última mitad del siglo XX, si bien hubo ciclos de corto plazo, la tendencia fue decreciente. Eso se revirtió, va a haber escalones, quizás se alcance una nueva meseta, pero con niveles como los que existían hace 30 o 40 años, no como los que existían hace cinco o seis años.

EC - Lo cierto es que ha habido niveles de precios como los que hemos visto y, más allá de que algunos de ustedes entienden que va a haber ciclos, de todos modos hablan de valores que van a quedar notoriamente más altos que los que teníamos hace algunos años.

Entonces, ante ese comportamiento de los precios, y teniendo en cuenta cómo impactan en el mercado interno, tanto encareciendo productos como incluso generando problemas de abastecimiento, ¿qué deben hacer los gobiernos?, ¿deben tomar medidas o deben dejar que el mercado lo arregle?

PO - Tenemos que tener claro que el precio del producto que llega al consumidor no es 100% el precio que recibe el productor, en el medio hay una cadena de valor que va agregando precio, por ejemplo el frigorífico o la industria láctea, la distribución, los impuestos que tiene cada uno de esos productos. Cuando el consumidor agarra ese producto de la góndola tiene un montón de precio que está por encima de lo que recibe el productor. Entonces atacar el precio en el productor es una cosa, pero después hay un montón de aspectos en la escala de valor que hacen a ese precio. No tenemos que ver solamente cómo hacemos para bajar el precio del producto en la parte productiva, tenemos que ver también cómo atacar el precio en el resto de la cadena.

RI - Hay que tomar en cuenta un hecho al considerar este equilibrio entre los productores, los comerciantes, etcétera, y los consumidores. Los economistas nunca hablan de aumento o baja de precios, sino de cambio en las relaciones de precios. Y los costos de los productos, en particular en Uruguay, y a pesar de que la tasa de cambio ha estado cayendo, han aumentado muchísimo porque no solamente crecieron los precios que nos interesan a nosotros, sino que también han crecido varios de los que no nos interesan, entre ellos en particular el petróleo, pero también los fertilizantes y los pesticidas que se utilizan en la agricultura.

FA - La clave está en sopesar los distintos efectos que tiene esta formidable oportunidad que se le plantea a Uruguay en materia de precios internacionales como oportunidad para su sector agropecuario y agroindustrial, con el impacto que tiene en el poder de compra de la gente, en los alimentos básicos. Para el gobierno el dilema es conciliar estos dos objetivos, de modo que el país no pierda una oportunidad fantástica para su agronegocio en su conjunto, que es uno de los factores que explican el ciclo de crecimiento de cinco años que atraviesa la economía uruguaya. Hay que tener en cuenta que dos tercios de la pauta exportadora uruguaya tienen origen en las agroindustrias, y que aproximadamente el 25% del producto de la economía –seguramente bastante más, pero por las estimaciones que se hicieron en su momento en OPYPA llegamos a esa conclusión, entendiendo que estábamos subestimando el impacto del agronegocio– se explica por el conjunto de las agroindustrias. De modo que parte del éxito que ha tenido la economía en los últimos años también tiene que ver con las oportunidades y posibilidades que se han creado en torno del sector agroindustrial. Es un elemento que es importante señalar por aquello de la dicotomía campo-ciudad.

MB - No hay duda de que es una buena noticia, que el precio de los commodities esté alto es una buena noticia para Uruguay.

FA - Tiene un costado muy positivo para el país, pero tiene también aspectos que deben ser administrados. Por ello el gobierno ha enfatizado distintas estrategias que combinan renuncias fiscales, subsidios, acuerdos de precios, ayudas específicas a los sectores más vulnerables de la sociedad a través de la tarjeta Equidad, que permite acceder a las familias en extrema pobreza a un conjunto de alimentos; y ha creado un ámbito de competencia y de apertura de la economía para que cuando, como ha sucedido en otras ocasiones, el alza de algunos precios de alimentos se vincule con problemas de oferta doméstica, como es el caso de las verduras, esté la posibilidad de acceder a una oferta importada para superar esa escasez.

RD - Antes de entrar en las medidas del Estado y si deberían estar o no, propongo retomar un punto de lo que dijo Pablo, porque es lo que hemos recogido de la audiencia, que es la preocupación en general de aquellos que no están vinculados con el sector agroindustrial que siempre ponen el peso en el productor, en que el productor en este momento se está llenando de plata y es el único que ve los beneficios de los altos precios internacionales.

MB - Son cadenas comerciales.

RD - Cómo hacer para transferir, porque es una cadena.

MB - Hay una cadena importante, cuando se paga un kilo de pan en el sector formal urbano lo que contiene de trigo es bastante poco, de los 65 pesos que se pagan en una panadería puede haber unos nueve pesos de trigo.

Pero destaco un aspecto que pocas veces se tiene en cuenta, que es la captación de renta que existe en esta actividad. De rentas excepcionales, de rentas de la tierra, que no responden a la actividad productiva de nadie y que tampoco generan grandes expectativas de canalización productiva, como genera la actividad empresarial. Quiere decir que es muy buena noticia que los precios internacionales sean buenos; pero otra cosa es cómo se distribuyen los beneficios, en qué medida impulsan al sector empresarial activo y en qué medida se reducen los efectos negativos sobre los consumidores.

RI - Esta moneda, como todas, tiene dos caras. Quiero enfatizar en la desmesura de la diferencia entre las dos caras. Uruguay forma parte de la media docena de países del mundo que tienen la relación más favorable entre producción y consumo para aprovechar esta situación internacional. Nosotros exportamos más del 90% de la soja que producimos, más del 90% del arroz, el 80% del pescado, el 70% de la carne, de los lácteos, y de otros rubros alimenticios también tenemos saldos exportables, salvo alguna coyuntura excepcional en algunas hortalizas.

Y por el otro lado, la factura negativa, que es el costo de la alimentación, tenemos solo tres millones de habitantes, que aunque tienen un buen nivel nutricional, tienen una baja demanda global de alimentos. Por lo tanto, Uruguay está en una condición excepcionalmente favorable, por eso cuando oigo decir que se enfrenta al problema de los precios internacionales de los productos se me ponen de punta los escasos cabellos que me quedan. Es una oportunidad única, no para los productores agropecuarios sino para todo el país, por los mecanismos de derrame de esos ingresos que genera la exportación de los productos agroindustriales.

Fernando, a esta altura, si expandís el resultado de aquel trabajo de OPYPA de hace unos ocho años, el producto agroindustrial está en no menos de un tercio, 35% del total.

FA - Es muy probable, había una marcada subestimación del impacto de arrastre que tenían los servicios.

RI - Lo mismo que el empleo.

FA - No se podía salvar con la información disponible de la matriz insumo/producto del año 90. Pero a conciencia de ello –en aquel entonces era 25%–, dado el crecimiento que han tenido el agro y las agroindustrias en este lapso, muy probablemente supere el tercio con holgura.

MB - De todos modos, nos hemos ido del tema central, que es el impacto sobre los consumidores, una vez que tenemos claro que es una buena noticia para el país.

EC - Los representantes del gobierno en esta mesa están de acuerdo en que hay que actuar, en que hay que tomar algún tipo de medidas para atenuar el impacto de los precios en algunos productos básicos para sectores de la población.

¿Qué dicen del otro lado de la mesa?

PO - Sobre lo que decía Buxedas en cuanto a la captación de la renta hoy por los productores agropecuarios, tengo que hacer una salvedad, que es el aumento de los costos que hemos tenido en el sector productivo. Hay un aumento de los fertilizantes que sobrepasa lejos lo que aumentaron la soja, la carne, la leche, todo.

MB - Yo hablé de la renta de la tierra, no de los beneficios que puedan tener los que están ahí, que dependen de si el clima es bueno o malo, de si se van o vienen los precios, sino de la captación de renta de la tierra.

RI- Sobre eso también opera el mercado, hay mecanismos de mercado que llevan a que esas rentas disminuyan porque los rentistas son sustituidos por empresarios en el sentido que vos decís, empresarios no rentistas de la tierra

PO - Ese es uno de los puntos, el productor, el que produce –no el rentista–, hoy tiene que recibir buenos valores por su producción para seguir produciendo, para tener un estímulo para aumentar la producción. Hoy los costos suben, las rentas suben, por lo tanto necesitamos cobrar buena plata por los productos que producimos.

FA - En este sentido, de consolidarse y eventualmente profundizarse la baja abrupta del precio del petróleo que se suscitó en las últimas semanas, va a ser de gran alivio para el sector agropecuario porque también abarataría los fertilizantes, además de los fletes.

RI - El abaratamiento de los combustibles por ahora no se ha producido; esperemos que ocurra a la brevedad.

PO - Y el de los fertilizantes tampoco. Son menos elásticos a la baja que al aumento. Tampoco se ha producido en los alimentos.

FA - Me estoy anticipando a movimientos que todavía no se han producido. Ancap ya ha anunciado que, de persistir estos nuevos precios, en setiembre va a haber una reducción de precios de los combustibles. Y habrá que ver cuál es la evolución futura del mercado, que sigue oscilante y con una volatilidad marcada, pero desde el 11 de julio hasta ayer ya se produjo una baja de más del 20%, de 147 a 115 dólares el barril. De confirmarse y consolidarse, eso va a ser una buena noticia.

EC - ¿Por qué insisten en este tipo de razonamiento a propósito de cómo la mejora de los precios de los productos agrícolas no es todo beneficios para el productor, en que el precio final incluye una serie de factores que tienen que ver con la intermediación y costos que al propio productor le han aumentado, por ejemplo los fertilizantes y el combustible? La pregunta era cuál debe ser la actitud de un gobierno ante un panorama como este, si debe o no actuar sobre los precios, si es correcto que el gobierno tome medidas.

RI - Porque la idea que se hace la gente es en función del precio del producto, pero ese precio del producto no es lo que recibe el productor. Si bien comparto lo que decía Pablo, no pondría el énfasis en esa parte, sino en el hecho de que cuando se habla de una producción de 2.000 kilos de soja promedio, que significa tanta plata, de esos 2.000 kilos, 1.600 fueron de costos, entonces si baja 20% el precio –por decir un número redondo a título de ejemplo– la producción deja de ser atractiva. Y esos 1.600 kilos de costo son los que dinamizan a Ancap, al camionero, al Estado a través de la política impositiva, al taller, a los empleados, a la agroindustria, al puerto, etcétera. Debemos privilegiar ese efecto dinamizador porque es muchísimo más importante que los 400 kilos que en promedio eventualmente –y riesgo mediante– le quedan al productor.

MB - Dos acotaciones a lo que plantea el Catalán. La primera, que los granos movilizan pero muy poco, tienen muy poco valor agregado. Y la segunda es que hay un precio que sí es variable, debería ser variable, fue la variable de ajuste a la baja y debe ser la variable de ajuste, que es la renta de la tierra. No se puede considerar la renta de la tierra igual que el fertilizante. Vivimos en una economía de mercado, el precio del fertilizante es el precio internacional del fertilizante; sube y va a subir, va a seguir siendo así. La renta no, si el negocio se achica la renta tiene que achicarse, fue una variable de ajuste, como lo fue al alza.

EC - No sé si los oyentes pueden seguir esta parte de la discusión a propósito de la renta de la tierra. No sé si el concepto queda claro para los oyentes no vinculados con el agro. ¿Se puede explicar un poco mejor?

MB - La propiedad de la tierra por sí misma genera la posibilidad de captar una parte del valor que se produce en ella. Cuando el propietario la arrienda a alguien se genera un arrendamiento, la renta de la tierra se hace visible. Por ejemplo, cuando vinieron los primeros argentinos a hacer soja el precio de una hectárea era 80 dólares y era extraordinario, era muchísimo más que el valor que producía un buen ganadero.

EC - ¿Qué quiere decir 80 dólares?

MB - 80 dólares por hectárea y por año. Era extraordinario, no había ningún ganadero que produjera, valor de producción, sin los costos, 80 dólares. Y hoy se habla de 400.

RI - Pero el dólar valía 30 y ahora vale 19, y el combustible valía 50 centavos de dólar y ahora vale 1,30, etcétera.

MB - Yo estoy hablando de la renta, no del costo de la producción con insumos. Sin duda, era otro dólar, pero llevá los 400 a lo que quieras y te da una multiplicación. Y en esa multiplicación y en ese ida y vuelta de los precios, el arrendamiento y otro concepto mucho más abstracto –que no voy a explicar porque es difícil de entender–, la renta de la tierra, es lo que tiene que bajar.

PO - Pero ahí actúa el mercado.

MB - Es un factor que los productores pueden mover.

PO - cuanto más escaso vale más.

MB el precio del fertilizante internacional es un precio dado.

PO - Exactamente igual que la renta.

MB - Pero no se puede incorporar igual la renta, que es algo que se paga porque hay expectativa de beneficio, y decir "contamos con eso como un costo", como si fuera un costo fijo, al mismo nivel.

RI - La renta que percibe el productor es el retorno económico por la inversión que le significó la compra de la tierra.

MB - No estamos hablando de esa renta, vos has estudiado muchísimo el tema de la renta y sabés muy bien que yo hablo de la renta de la tierra y no de la que recibe el productor porque asume.

RI- Operan sobre ella los mecanismos del mercado, sube y baja como cualquier otro producto. El que arrienda el campo tiene expectativas de ganar.

MB - Estamos diciendo lo mismo: cuando baje tiene que bajar la renta de la tierra, esa es la variable de ajuste.

RI - Por supuesto.

MB - Si estamos de acuerdo, ¿qué discutimos?

Ri - Lo veías como un problema.

MB - No estaría de acuerdo en que se actuara sobre la renta de la tierra desde el gobierno, hay que dejar que actúe como actúa el resto de los precios.

FA - El hecho de que el recurso tierra, tanto su precio como su renta, se haya incrementado fuertemente de la mano de toda esta extraordinaria mejora de la situación del agro uruguayo es un fenómeno connatural. El recurso abundante, que se va a usar intensamente, que es la tierra, tiende a aumentar cuando aumenta la rentabilidad de las producciones que se desarrollan sobre ella.

RI - Permitime una breve aclaración, porque se insiste con lo mismo: extraordinaria mejora del agro uruguayo. Esa expresión, si bien es cierta, resulta un poquito falaz; yo diría: la extraordinaria mejora de Uruguay, que ha crecido desde hace seis o siete años a tasas inéditas. Que el agro sea la locomotora, perfecto.

FA - Una de las locomotoras, dije.

RI - Como tú lo decías, da la sensación –creo que es el motivo de esta tertulia– de que el auge queda entre los cuatro alambrados del establecimiento y nadie más se beneficia, cuando todo el país se está beneficiando.

FA - Yo no participo de esa visión y no es ese mi ánimo. Sin embargo es innegable que al agro y las agroindustrias les cambió el escenario y tienen una perspectiva mucho más promisoria, felizmente.

PO - Por suerte, hace ocho años estábamos todos peleando para ir a pagar las cuentas el Banco de la República (BROU), queríamos tener empresas más fuertes, queríamos tener una industria frigorífica fuerte, que no tuviera problemas el día que viniera un riesgo sanitario. Hoy estamos con empresarios agropecuarios en mejor situación, con industrias frigoríficas en mejor situación.

RD - Con el interior en mejor situación.

PO - Y con toda la cadena que se mueve en el interior, que son los gomeros, los talleres, el resto de la cadena, mucho mejor. Es una muy buena noticia, que está acompañada por el auge de los commodities.

FA - Sin duda. Otra manifestación de ello es el balance del BROU, la calidad de los créditos al agro del BROU, que era horrible hace muy pocos años y hoy tiene índices de morosidad bajísimos.

EC - Desde la audiencia hacen otros aportes sobre aumentos de costos.

Matilde, de Mercedes, dice que han aumentado los costos por el lado privado y por el costo del Estado: "Para el productor han aumentado también las tarifas de UTE, Antel, BPS, además de los insumos y la intermediación".

Fernando, de Juanicó, dice que otro costo importante en la producción, por lo menos en la hortifrutícola, es la mano de obra, "que también ha aumentado y mucho y no puede dejar de tenerse en cuenta".

Otro oyente se detiene en el caso de los fertilizantes y pesticidas. Da un número concreto, dice que los precios en estos rubros se multiplicaron por seis en tres años.

***

EC - Hoy dejé planteada una pregunta que todavía no tuvo respuesta. Se la había formulado sobre todo a Pablo Olivera y a Rodolfo Irigoyen, quienes están en la mesa por el sector privado. Ante la coyuntura que se ha estado dando en estos últimos meses y años, ante este aumento de los precios internacionales de productos con origen agropecuario y ante el impacto negativo que tiene en los precios internos –porque hablamos de todos los impactos positivos en la economía uruguaya, pero hay un impacto negativo que es que encarece productos básicos que para algunos sectores de la población se vuelven difíciles de adquirir–, ¿está bien que el gobierno uruguayo tome decisiones, intervenga, adopte medidas como las que adoptó? ¿Ustedes entienden que hay espacio para eso?

PO - No hay que intervenir, hay que dejar que el mercado actúe, hay que dejar libres los precios.

EC - ¿Incluso para los sectores de menores recursos?

PO - Una cosa es actuar sobre los precios y otra cosa es actuar para que determinada gente pueda consumir. Pero actuar sobre los precios tergiversaría el mercado y cambiaría las reglas de juego.

RI - Básicamente de acuerdo, cuantas menos interferencias haya, mejor. Eso no quita que pueda haber acuerdos puntuales en determinados alimentos para determinadas franjas de población, que sean lo menos distorsivos posible y que atiendan alguna necesidad básica como se ha hecho. Pero no mucho más que eso.

EC - Están de acuerdo con lo que se ha hecho hasta ahora y entienden que no debería hacerse nada más. ¿Ese es el resumen?

PO - Tenemos el ejemplo del otro lado del Río de la Plata, que es lo peor que se podría hacer acá, tocar los precios de la exportación. Me refiero a las detracciones. Subsidiar los precios en el mercado interno a costa de sacar una tajada de las exportaciones es nefasto, es actuar sobre el mercado en forma directa. Por lo que he escuchado, en el gobierno no hay intenciones de hacerlo, entonces es una buena noticia para todos.

***

EC - Entonces, ¿debe actuar el gobierno, sobre todo para atenuar el impacto negativo que los aumentos de estos precios pueden tener en el acceso a productos básicos en algunos sectores de la población, los de menores recursos? Está claro que debe actuar, lo dicen los representantes del gobierno en esta mesa, y supongo que lo dicen porque ya el gobierno ha actuado. Fernando Antía detalló las medidas hace un rato.

FA - En titulares: baja de tributos, exoneraciones de algunos bienes, acuerdos voluntarios de precios, facilitación de la importación de verduras y frutas cuando fue necesario, ayuda económica a la pobreza extrema y generación de un mecanismo de información a los consumidores que permite acceder a los precios de venta al público en supermercados y autoservicios de todo el país de los principales productos de almacén.

EC - Buxedas, ¿usted entiende que hay que adoptar otro tipo de medidas?

MB - Un pequeño comentario para afirmar lo que dijo Pablo: el tema hace cuatro años era el endeudamiento; hoy es el impacto de este excelente momento que estamos viviendo. De lo único que se hablaba en el agro era del endeudamiento; por suerte cambiamos de tema y pasamos a este extraordinario momento, que tiene algunos coletazos no buscados. La cuestión fundamental es que el ingreso de los hogares está subiendo; si tuviéramos inflación e ingresos decrecientes estaríamos perdidos, pero estamos con ingresos crecientes.

FA - Ingreso real.

MB - Ingresos en términos reales. Segundo, las medidas que se adoptaron con respecto a la inflación, primero medidas monetarias importantes para controlar la inflación; segundo, medidas que significan sacrificio fiscal respecto de las tarifas públicas, en materia de energía específicamente, de combustible y de transporte de pasajeros para que no tuvieran los precios que habrían tenido en otras circunstancias. Esas medidas, que tienen un costo fiscal importante, tienen un impacto absolutamente directo, no intermediado por nadie, llegan directamente a los consumidores.

Después están las medidas directas de las que habló Fernando, como la exoneración del IVA, a la cual se han agregado la habilitación de importar frutas y hortalizas por un período de 60 días, los acuerdos de precios, el Fondo Lechero, que permite un pequeño subsidio para la leche tarifada de 13 pesos. Son las formas de intervención que ha tenido el gobierno.

RD - El arroz.

MB - Eso es parte de los acuerdos de precios que ha comprendido la cadena de los farináceos, el aceite, el arroz y un acuerdo específico en la carne.

FA - Y el azúcar.

RD - De todas maneras, como consumidora se me plantea la duda de si ese tipo de medidas deberían ser generales para toda la población o dirigidas a los sectores más carenciados, porque los ingresos de todos los hogares en general han aumentado.

FA - Han habido estrategias de los dos tipos, algunas han alcanzado a toda la población, como la rebaja del IVA. La rebaja del IVA que dispuso la reforma tributaria de 14 a 10 y la eliminación del Cofis, que afectó al conjunto de los alimentos básicos –pan, carne, harina, fideos, arroz–, contribuyeron a amortiguar el impacto de un alza de los precios de los alimentos que fue casi concomitante con el lanzamiento de la reforma tributaria, promediando el año pasado fue cuando el alza internacional de los precios de los alimentos se manifestó con más fuerza.

No obstante, los acuerdos voluntarios de precios han tendido a ofrecerle a la población, especialmente a los sectores de menores ingresos, productos accesibles a su bolsillo. Es el caso del arroz, hay un acuerdo de los dos principales molinos con el gobierno para proveer un arroz de calidad intermedia –no es el mejor pero tampoco es el peor– a un precio entre siete y ocho pesos por debajo del precio de mercado. Eso favorece a la población que esté dispuesta a consumir ese tipo de arroz; probablemente los sectores de altos ingresos seguirán consumiendo el arroz que consumían antes, cuyo precio aumentó significativamente como reflejo del alza extraordinaria que tuvo en el mercado internacional.

Lo propio en la cadena de los farináceos, harina, pan y fideos. Se congelan ciertos precios, se bajan los precios de determinados productos, lo que permite a determinados sectores de la población acceder a esos productos.

Lo mismo en el aceite de soja, a alguna gente no le gusta el aceite de soja, pero ha mejorado mucho en su proceso de refinación y eso permitió mantener una marca a precios sensiblemente menores que otras variedades de aceite.

El caso de la carne vacuna es un ejemplo típico: los cortes que se incluyen en el acuerdo son un trasero, rueda con hueso y dos delanteros, paleta y aguja con hueso. Quien quiera comer lomo o colita de cuadril los pagará al precio de mercado, que muy probablemente esté arbitrado con la paridad de exportación. Pero se generan posibilidades para sectores de la población con relativamente bajos ingresos que se benefician con estos productos.

El precio de la leche es un ejemplo en el mismo sentido. Se mantiene una leche tarifada, pasteurizada a 13 pesos, con un componente de subsidio cruzado dentro de la industria, mientras que otras leches con aditivos, larga vida, media vida o con omega 3, tienen otros precios y están disponibles para quienes estén dispuestos a adquirirlas a precios bastante más altos.

Hay además una herramienta que el gobierno tiene el firme propósito de fortalecer, que es el subsidio directo a los hogares de extrema pobreza. Es bien interesante el sistema que armaron el Mides y el INDA con la tarjeta Mides y ahora la tarjeta Equidad, por el cual unos 80.000 hogares de muy bajos ingresos reciben un subsidio explícito en dinero mediante un crédito que se carga en una tarjeta, que permite acceder a una red de más de 500 comercios en todo el país para la compra fundamentalmente de alimentos y productos de almacén. El gobierno está trabajando para fortalecer el monto del subsidio directo que se aplica a esas tarjetas, de modo que refleje el alza de los precios de los alimentos en el mercado doméstico.

RI - Un comentario general. Los temores de este lado de la mesa no son tanto por lo que se hizo sino por lo que alguna gente quiere hacer y que todos los días dice que está pensando en hacer.

EC - Una precisión antes de continuar: con respecto a lo que se ha hecho no hay mayores objeciones; al menos ustedes dos no tienen mayores objeciones.

RI - No, repito lo anterior: no hay mayores objeciones. Pero sobre lo que alguna gente tiene ganas de hacer sí hay grandes objeciones. Voy a comentar eso a través de una metáfora. Le voy a hablar a la más famosa de las uruguayas, que es Doña María, a quien todos los días citan los jerarcas y los periodistas.

Doña María: es cierto, está caro el pan, está cara la leche, está cara la carne. Pero ¿sabe una cosa? De sus tres hijos, que los tres tienen trabajo, uno tiene trabajo porque la carne, la leche y el pan están caros; si no, estaría desempleado; y los otros dos ganarían menos si no estuvieran caros esos productos. A usted le aumenta la jubilación cada seis meses porque esos productos están caros. Va a cobrar la jubilación en un ómnibus que paga barato también porque esos productos están caros.

Explicarle la relación entre estas cosas sería bastante complicado, habría que hablar de estructura productiva, de una serie de aspectos de economía que doña María no maneja. Pero yo apelaría a la memoria de doña María.

Recuerde: cuando su hijo estaba desempleado y estaba a punto de irse para España, la leche, el pan y los demás productos estaban baratos; cuando sus otros hijos no llegaban a fin de mes ni por casualidad y estaban por divorciarse por las peleas, las cosas estaban baratas. Y ahora están caras.

Yo no le puedo explicar la relación, pero puedo apelar a la memoria de doña María y preguntarle: usted, ¿qué prefiere?, ¿que la carne picada baje de 100 pesos a 70 y volver a la situación anterior, o dejar la situación tal como está ahora en todos los terrenos?

Yo estoy seguro de que la inteligencia práctica de doña María, que no es la inteligencia económica y académica de los jerarcas, va a decir: dejen la cosa como está, porque está caro, sí, pero yo me revuelvo bastante mejor, una vez por semana, con el aumento de la jubilación puedo comprar un pollo y eso me abarata la cosa, compro un poco menos de carne, me las he arreglado y estamos mejor.

Entonces, si se llevaran a cabo medidas como las que a veces se mencionan en los medios...

EC - ¿Qué tipo de medidas? ¿A cuáles les temes tú?

RI - Vamos a llamarles por su nombre: detracciones o cualquier cosa similar con otro nombre parecido. Es tocar los precios, recortar los precios de exportación de los productos a través de cualquier mecanismo. Esa película la recontravimos. Yo trabajé de extra –no solo la vi–, y termina mal, conozco el final, se muere la muchachita. O, para ser más actual, el muchacho es androide, no es humano. Termina mal esa película, el país tiene medio siglo de experiencia en eso. Entonces, vamos a no trillar esos caminos que ya sabemos que terminan mal, porque –vuelvo a lo del principio– la situación de Uruguay es absolutamente la inversa de la que ocurre en Somalia, en Etiopía, Haití o países que son extremadamente deficitarios en alimentos.

EC - Pero ¿cabe la posibilidad de que se emplee ese tipo de instrumentos en Uruguay?

MB - No están en consideración en el gobierno, hasta donde yo sé. Puede haber niveles en los que estén, lo desconozco. En el nivel en que yo estoy no están en consideración.

EC - Desde el MGAP se ha propuesto revisar la devolución de impuestos a las exportaciones –lo he leído en la prensa– y sobre todo quién recibe esas devoluciones de impuestos.

MB - En cualquier Estado mayor se analiza una cantidad de alternativas, y cualquier instrumento de política debe ser motivo de análisis. Cualquier analista político identifica muchas alternativas, la devolución de impuestos se puede dar una forma o de otra, y eso es motivo de análisis. Es normal.

FA - Un matiz: en setiembre del año pasado, si no recuerdo mal, se modificó sensiblemente el sistema de devolución de impuestos indirectos a la exportación entonces vigente y se redujo de aquellos máximos de 6 a un máximo de 2,5% para la industria frigorífica y a un 2% para los demás sectores exportadores. De modo que hubo una revisión del sistema que generó un excedente de recursos que se aplicó a subsidiar directamente algunos sectores con dificultades como la industria textil de la vestimenta.

MB - Y la trazabilidad animal. Pero quería decir algo que el Catalán simplificó tanto que, al final, del precio de la carne molida dependía la prosperidad del país. Él dijo que no lo iba a explicar científicamente.

RI - Yo le hablaba a doña María, no a los académicos.

MB - Ay de la economía de doña María si dependiera de las decisiones de los académicos.

RI - Yo aprecio mucho la inteligencia ajena; siempre parto de la inteligencia ajena y no de otra hipótesis.

PO - Yo también leí en la prensa declaraciones de jerarcas que alentaban las detracciones, que hablaban de las detracciones. Hoy, cuando los mercados se mueven sobre la base de expectativas, no es buena cosa hablar de detracciones. Hay zafras por delante, inversiones por delante, hay inversores que quieren invertir y seguir produciendo, entonces hay que alentar la producción. Ese tipo de cosas no son bienvenidas, por lo menos no desde el punto de vista productivo. Hay que tratar de producir más, alentar que se produzca más, producir más, generar más divisas y que a este país le vaya mejor. Hay que pensar en ese sentido.

FA - Una pequeña pastillita: hay una ley que votó el Parlamento hace un tiempo, no recuerdo en qué año, que prohíbe expresamente las detracciones. De modo que si este o cualquier gobierno quisiera en el futuro poner nuevamente detracciones tendrá que pasar por el Parlamento y obtener la mayoría.

RI - Capaz que pone una regulación o una cosa con otro nombre. Hay que ser cuidadoso con esas cosas. Como decía Pablo, hay que estar muy atento a las señales, porque aunque al final no se ponga ninguna medida de ese tipo, si todos los días se la menciona –todos sabemos, es un axioma en economía, que el capital es cobarde, si lo acosan huye–, alguna gente puede decir: "¿Sabés qué? En otro lado ni se habla de estas cosas; me voy para otro lado y dejo Uruguay".

FA - Yo tengo la impresión de que esto es un efecto colateral del debate argentino. En nuestro país en el ámbito de las responsabilidades de gobierno no se ha planteado este tema, ni en la oposición. Y no creo que haya motivo para pensar que el tema esté escondido en la agenda de alguien que no lo ha manifestado.

PO - No está escondido, todos los días se ve alguna cosa.

FA - Hay una reacción un poco excesiva de los productores agropecuarios respecto de un tema que no se ha planteado.

RI - Respecto de que se necesitan mayorías para votar esto, las mayorías están, no me deja tranquilo.

FA - Las mayorías están, ¿para qué?, si ni el oficialismo ni la oposición se han planteado este tema.

RI - Si se lo plantea el oficialismo, que es una de las preocupaciones...

FA - No es el caso. Es bien claro que no, hay un exceso de celo en este tema, que es un reflejo del fenómeno argentino.

Y alguna cosita más. Un productor agropecuario hizo llegar un mail sobre el impacto de las tarifas públicas y demás. No se ha medido adecuadamente el esfuerzo de sacrificar recaudación –Impuesto a la Compra de Moneda Extranjera, reducción del IMESI sobre los combustibles, reducción de los aportes patronales que pagaban las empresas públicas– que se tradujo en mejoras de tarifas, entre otras cosas en algo muy importante, que es la tarifa nacional de Antel, que significó una unificación del país. Estos temas no se advierten porque el petróleo siguió subiendo en el mundo y los combustibles tuvieron que seguir subiendo, pero hubo un esfuerzo muy grande para amortiguar el impacto de la crisis energética y el impacto de los altos precios del petróleo.

RI - Hubo un esfuerzo, pero en una comparación internacional salimos horrible, las tarifas, los combustibles y demás de Uruguay son los más caros de la región y son caros en el mundo.

PO - Entre otras cosas porque importamos hasta el último gramo y no lo subsidiamos de forma no sostenible.

RD - Llegaron como diez mensajes de doña María, pero hay uno que los involucra a los dos, sector público y sector privado.

"Cuando oigo discursos está bárbaro, cuando pago tarifas y compro comida está cada vez peor."

Quizás los esfuerzos se han hecho, pero la gente no los percibe, o en términos relativos estamos muy lejos aún.

FA - El costo de la crisis energética en proceso tiene un costo para el fisco del 1,4% del producto con base anual. Es innegable que el Estado absorbió parte de este costo y ha tenido que transferir la otra parte a la sociedad. No obstante, esta situación no tiende a permanecer, el problema del agua se ha normalizado significativamente y hay una esperanza bastante fundada de que el precio internacional del petróleo se normalice un poco. Por ahí puede haber un alivio.

RI - En ese ámbito también podríamos incursionar en el gasto público, pero no hay tiempo. Ha tenido un incremento muy importante.

FA. – Aunque no en relación al producto de la economía.

***

EC - Vamos a dedicar el final de este debate a ver si hay que adoptar alguna otra medida, aparte de las que ya se han tomado, si alguno de los integrantes del gobierno entiende que falta adoptar medidas para incidir en los precios internos de los productos de la canasta básica que se ven afectados por el aumento de los precios internacionales.

Antía era muy enfático en asegurar que el tema de las retenciones no está en la agenda, pero a veces al leer la prensa se tiene la impresión de que en el MEF las cosas se ven de una forma y en el MGAP se ven de otra, y que quizás ese "no" tan enfático de Antía venga por el lado del MEF. En el caso del MGAP, Buxedas, ¿qué se piensa?

MB - Hasta donde yo sé –yo soy director de una oficina–, no hay ninguna propuesta referente a retenciones como las de Argentina. Es un tema recurrente, que ocupa un espacio desmesurado en la prensa y en la consideración pública, para introducirlo en el debate interno, pero no porque nos preocupe. Entre otras cosas, Argentina tiene un adelanto cambiario, y además en lugar de producir las dos toneladas que mencionaba Pablo por hectárea de soja, produce tres toneladas. Produce tres toneladas con costos mucho más bajos. Es un debate completamente distinto, aquí no está presente.

Hay que ver cuál es el escenario, los precios están disminuyendo, tenemos que tener el ojo puesto en dos dimensiones: primero, en que esto no afecte la rentabilidad de los productores, cuestión esencial si los costos no disminuyen paralelamente; y segundo, que esa disminución de precios se transforme en menores precios al consumidor, porque si antes aumentaron ahora deberían disminuir, con excepción de la carne, que ha seguido aumentando internacionalmente.

FA - En la misma línea de Martín, el panorama es más auspicioso, los precios internacionales de los productos agropecuarios, salvo la carne, están cediendo, o han cedido, ojalá esto se traduzca en una baja de los precios de los alimentos en el mercado doméstico. Y para ello, más que una expresión de interés, el gobierno ha generado instrumentos. El Sistema de Información de Precios al Consumidor que implementamos en el Área de Defensa al Consumidor del MEF es un instrumento en esa línea, a través de la página www.consumidor.gub.uy se da información de precios de todo el país, de casi 300 establecimientos comerciales de los 19 departamentos. Eso es una buena cosa.

Y la otra cosa importante es que tenemos una economía altísimamente concentrada. Hace poco el presidente de la Asociación de Supermercados planteó los resultados de un estudio que hizo la consultora Nielsen, que muestra que en 68 de las 82 categorías de productos de almacén analizadas, que son el 83% del total, dos proveedores concentran más de 50% del mercado. Tenemos una economía con altos niveles de concentración, lo que en buena medida deriva de nuestro pequeño tamaño, no necesariamente implica inconductas, pero debe cuidarse desde el Estado que esta altísima concentración no signifique un abuso de esa posición dominante o una colusión entre los muy pocos actores que a veces definen los mercados de los alimentos. Es por ello que la nueva legislación en materia de defensa de la competencia aprobada por el Parlamento es un muy buen instrumento, no sólo para la coyuntura sino para el futuro del país.

EC - Del otro lado de la mesa...

PO - El precio alto de los commodities es una muy buena noticia para Uruguay. No es un problema, es una buena noticia; aprovechemos esta buena situación, produzcamos más, agreguemos valor, hagamos cosas diferentes de las que estamos haciendo para aprovechar esta coyuntura.

RI - Iba a decir exactamente lo mismo que dijo Pablo. Agrego que cualquier imperfección del mercado o cualquier resultado del mercado no deseable desde el punto de vista social se visualiza como algo a corregir, pero nunca se saca la cuenta de si esa corrección no sale mucho más cara que lo que se pretende corregir. En buen romance: si no es peor el remedio que la enfermedad. Tenemos que tener muy claro eso, el país está viviendo una situación excepcionalmente favorable, por lo tanto cuanto menos se toque la cosa, mejor. La distribución del ingreso es algo inherente al funcionamiento económico, no la tiene que hacer el gobierno, como se oye en Argentina y alguna gente repite aquí. Aunque no esté en la agenda del gobierno, sería bueno que esos agentes oficiales que dos por tres sugieren esa posibilidad dejen de hacerlo, porque no le hacen ningún bien al país, aunque quizás sí a su caudal electoral.

EC - En setiembre nos encontramos nuevamente, en esa oportunidad en el Prado.

RD - El lunes 15 de setiembre, de 9 a 10 de la mañana en la casa que tiene Radio El Espectador en el predio de la Rural, Expo Prado 2008. El tema va a ser la carne y los principales aspectos que marcan la agenda de la carne mirando hacia el futuro. Como siempre fonoplatea abierta, los esperamos para festejar los 2 años de La Tertulia Agropecuaria.