Cultivos de verano reducidos
Los cultivos de verano presentaron una reducción de 80 mil hectáreas respecto a a la intención de siembra original.
Según datos del Monitoreo de Cultivos de Verano realizado por la Dirección de Investigación y Estadísticas Agropecuarias del Ministerio de Ganadería, se sembraron 835 mil hectáreas al
16 de febrero de 2009. Acumulando los cuatro cultivos, el área sembrada alcanza al 91% de la intención de siembra original.
En términos porcentuales, las mayores reducciones se registran en los cultivos de soja y girasol. En el maíz, el plan de siembra se cumplió casi en su totalidad, en tanto que en el sorgo granífero la siembra definitiva se ubicó un 2% por encima de lo estimado en el mes de diciembre.
El déficit hídrico en el que se ha desarrollado esta campaña no sólo ha determinado modificaciones en los planes de siembra, sino que ha tenido incidencia en el desarrollo de los cultivos.
Al momento del monitoreo, de acuerdo a lo reportado por los productores, aproximadamente la mitad del área de cultivos oleaginosos se encontraba en buen estado, no observándose diferencias mayores entre soja y girasol en lo que hace a la situación en las chacras.
El estado de los cultivos oleaginosos era relativamente mejor que el de los granos forrajeros. En efecto, sólo el 38% del área sembrada de estos últimos se encontraba en buen estado al momento del monitoreo.
Este "rezago" en el estado de las chacras de granos forrajeros es imputable al maíz, cultivo en que sólo el 21% del área sembrada fue calificado con estado "bueno", mientras que casi el 70% fue calificado como "regular". El maíz era el cultivo que registraba mayor avance en las siembras en la primavera pasada. Es muy probable que las siembras tempranas de maíz hayan sido más afectadas por la sequía de primavera.
Como contrapartida, el sorgo es el cultivo que presenta las chacras en mejor estado, con casi el 60% del área catalogada como "buena".
Las peculiaridades de esta campaña de verano requieren algunas puntualizaciones. En primer término, se trata de una zafra con una proporción de siembras tardías superior a la habitual. Estas siembras tardías tienen mayor exposición a la ocurrencia de heladas tempranas, lo que podría afectar negativamente los rendimientos u ocasionar pérdidas de área.
Por otro lado, en lo que hace a los cultivos de maíz y sorgo, siempre está latente la posibilidad del cambio de uso, desistiendo de la cosecha de grano seco y destinando las chacras a ensilaje, máxime frente a un panorama caracterizado por importantes carencias en reservas forrajeras para alimentación del ganado.
Los resultados definitivos de la zafra de verano se conocerán en la Encuesta Agrícola a realizarse el próximo otoño, una vez culminada la cosecha.