El Plan Agropecuario viene realizando un monitoreo del crecimiento de pasturas naturales que demuestra que las tasas decrecieron luego de las lluvias de febrero, lo que hace que la disponibilidad de pasto en la zona de basalto sea muy escasa.

Así lo explicó Marcelo Pereyra, técnico del Plan Agropecuario, quien dijo que esta situación está repercutiendo significativamente en el estado corporal de las distintas categorías de ganado.

"La primera mitad de la primavera del año pasado fue muy buena. Lugo vino un descenso en las tasas de crecimiento notorio que hizo crisis en la primera mitad del verano. Hubo una muy buena recuperación en las tasas de crecimiento después de las lluvias de febrero y a partir de ahí hasta el momento las tasas han ido decreciendo, siendo estas últimas en la segunda mitad del otoño bastante por debajo de lo normal para un otoño promedio.  La disponibilidad es muy baja, en el orden de los dos centímetros y medio a tres centímetros. Eso no es más que 400 o 500 kilogramos de materia seca. Dicha altura condiciona notablemente la cosecha de forraje por parte de los vacunos y se está dando una pérdida notoria de condición corporal de las diferentes categorías".

Pereyra agregó que a esto se suman los serios problemas de aguadas en varios puntos del país.

"No se ha solucionado pese a las últimas lluvias que fueron muy variables en el departamento. En el litoral fueron del orden de los 18 milímetros y más hacia la zona ganadera en el orden de 30 o 40 milímetros. El problema está lejos de solucionarse".