La Tertulia Agropecuaria

El desafío ovino

El desafío ovino

Las dificultades que atraviesa el sector ovino son motivo de preocupación, en otros factores debido a su importancia social, ya que aproximadamente emplea a unas 50.000 personas. Para hablar sobre los desafíos que deberá enfrentar, la Tertulia Agropecuaria se trasladó a Tacuarembó donde reunió a Fabio Montossi, director del Programa Nacional Carne y Lana de INIA; Álvaro Fossati, secretario del Consejo Directivo de Central Lanera Uruguaya; Gerardo García Pintos, presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana; y Marcelo Secco, director de Tacuarembó-Marfrig. La mesa fue coordinada por la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa y la conducción estuvo a cargo de Juan Andrés Elhordoy.

(emitido a las 9.34 hs.)

JUAN ANDRÉS ELHORDOY:
En los últimos años la cantidad de ovinos se redujo drásticamente. En Uruguay pasó de 26 millones en 1991, récord histórico, a 8,5 millones este año. Significa que en casi 20 años desaparecieron unos 16 millones de lanares. Para hacernos una idea, es el equivalente a unos 64.000 camiones con 250 animales cada uno.

El panorama no es muy diferente en otros países históricamente ovejeros, pero este fenómeno llama la atención si se tiene en cuenta que la lana en particular es un producto típico de exportación. Es más, cuenta con una de las industrias topistas (lana lavada y cardada) más modernas del mundo, y durante décadas ocupó el segundo lugar en importancia como rubro de exportación. En junio de 2009, se ubicó en el octavo puesto por sector.

La situación preocupa a muchos porque este sector tiene una gran importancia social. El ovino se asocia a los suelos más marginales, con pocas alternativas productivas, y a predios de  producción familiar, que, como decíamos en la tertulia anterior, abarcan a más del 70% de los productores del país. Si a eso le sumamos las plantas textiles, las peinadurías, las empresas de tejido de punto y las de servicios, se podría calcular que ocupa unas 50.000 personas.

Entonces, ¿cuáles fueron los cambios ocurridos que afectaron el rubro? ¿Qué propuesta tiene la cadena para revertir esta situación? ¿Qué están haciendo los principales países referentes en el tema, Australia y Nueva Zelandia? ¿Hacia dónde va Uruguay?

Para comprender el desafío y ver de primera mano esta producción, vinimos a Tacuarembó, un departamento "tradicionalmente ovejero", que ahora también es agrícola, forestal, de servicios.

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JAE - Vamos a presentar a los contertulios.

ROSANNA DELLAZOPPA:
Fabio Montossi, director del  Programa Nacional Carne y Lana de INIA, radicado en Tacuarembó; Marcelo Secco, director de Tacuarembó-Marfrig; Álvaro Fossati, secretario del Consejo Directivo de Central Lanera Uruguaya, y Gerardo García Pintos, presidente del Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL), una institución que nuclea a los productores ovejeros.

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JAE - Los contertulios corresponden a diferentes sectores, y eso es lo bueno, ver puntos de vista de gente y de sectores que están vinculados a una cadena como la ovina. La pregunta inicial, la disparadora, para ubicarnos rápidamente en la realidad de este rubro, es: ¿cómo afecta esta realidad a la producción primaria, a la industria lanera, a la industria cárnica, a la investigación?

GERARDO GARCÍA PINTOS:
Un comentario respecto a este enmarque general, que es correcto en términos generales. Cuando Uruguay tenía 26 millones de ovinos, uno lo plantea así y dice "esto es una catástrofe", porque estamos en 9. Esos 26 millones fueron el punto máximo, y hay que referirse a qué pasaba con los otros rubros en ese momento. Había aftosa en Uruguay, la tonelada de carne vacuna valía en el entorno de 1.000 dólares, el trigo valía 100 dólares y la leche valía 10 centavos de dólar. Yo no quiero ese Uruguay, quiero éste de hoy, en el cual estamos todos más en competencia; en la cancha se ven los pingos, y la cancha de la oveja está con dificultades. Esa es la situación.

A nivel mundial bajaron los stocks ovinos, y eso para mí hoy es una fortaleza, porque hay poca carne y poca lana en el mundo, y el mundo requiere carne y lana, y estamos a poco de que la ecuación económica resulte y los precios vayan adonde deben ir, para lo cual hay que trabajar.

RD - ¿Entonces para el sector productivo es una oportunidad?

GGP - Lo veo como una oportunidad. Hay dificultades, hay que trabajar para levantar las restricciones, estamos trabajando para levantarlas. Cuando los franceses reciben seis dólares por el kilo la carne de cordero, los americanos 5, los australianos 4 y los uruguayos 2, antes de enojarme prefiero ver que hay un techo para crecer, y vamos a trabajar para crecer y levantar lo que tenemos. Es una oportunidad y una manera de ver las cosas.

JAE - En la preparación de esta tertulia discutíamos si incorporar el término "crisis", porque algunos eslabones podrían concluir que el sector está en crisis. Por ejemplo, la industria lanera, ¿en qué lugar está? ¿Cómo la afecta esta realidad?

ÁLVARO FOSSATI:
A la industria lanera esta realidad la afecta desde el punto de vista de la disponibilidad de lana que hay en el país. Hoy la industria textil en el país tiene una capacidad instalada similar o incluso algo por encima que la cantidad de la lana que se genera en el país. Ese es un dato relevante.

Por otro lado, me gustaría hacer un comentario sobre lo que tú dijiste en la introducción. El Uruguay de los 26 millones de ovinos obedecía a un esquema de producción fundamentalmente lanero, en el que la carne no era un rubro que se explotara en forma importante. Esa situación hoy es insostenible.

JAE - ¿Cómo es eso?

AF - La carne ovina no era un rubro de importancia en el sector.

JAE - ¿A qué estaba enfocado?

AF - Estaba enfocado a la producción de lana. Hace unos 13 años se empezó a trabajar a partir de algunas experiencias que había hecho el SUL, y se empezó con el tema del cordero pesado, es una experiencia bastante incipiente pero que tiene mucha importancia en el rubro. Las ovejas producen lana y carne, y depende del esquema productivo la importancia que ésta tiene en el tipo de explotación.

JAE - Si tuviéramos que ponerlo en blanco y negro, ¿el sector está en crisis o está enfrentando una oportunidad?

AF - Tiene dificultades, que tiene que resolver, pero tiene la oportunidad que mencionaba Gerardo, a la cual me afilio, pero está muy lejos de su potencial.

RD - ¿Y la industria cárnica?

MARCELO SECCO:
Respondiendo a la pregunta original, la industria cárnica enfrenta una oportunidad, absolutamente. El Uruguay de hoy cambió, el uso de la tierra cambió abruptamente, pero sigue basando casi el 80% de su estructura exportadora en dos bloques económicos –el mercado interno no tiene un peso importante–, que son Brasil y la Unión Europea, a la cual tenemos un acceso muy restringido, limitado por una cuota. La oportunidad está, y en el ovino como en muchos otros rubros Uruguay ha demostrado que desde el punto de vista de su capacidad de producción primaria, de su capacidad de investigación, cuando se generen oportunidades y podamos acceder a esas oportunidades, por las cuales hay que trabajar, podremos despegar perfectamente hacia un negocio que es chico, que es concentrado, que es la proteína animal menos consumida del mundo, pero es un negocio de nicho y la industria uruguaya está muy bien preparada para dar ese salto.

FABIO MONTOSSI:
En ese contexto, y en un enfoque estratégico, hay que transformar las amenazas en oportunidades. Valdría la pena  discutir por qué se dieron las situaciones que se dieron, que se han explicado aquí, pero cómo desde la ciencia, la academia, etcétera, podemos transformar esas amenazas en oportunidades. Digo amenazas porque, queramos o no, hay una cantidad, un bloque muy importante de productores para los cuales la oveja es la columna vertebral de su mantenimiento en el sistema productivo. Entonces la oveja importa, hay mucha gente que vive de la oveja, por lo tanto es importante enfrentar estos desafíos y ver qué oportunidades tenemos basadas en las propuestas que manejamos quienes trabajamos en el sector.

RD - ¿Al sector investigador le implicó abandonar sistemas de producción viejos y repensar todo nuevamente?

FM - Totalmente. Cuando uno ve lo que era la línea de investigación en la década de los ochenta, estaba totalmente impregnada de la visión que acaban de describir los contertulios. Hubo que repensar y adelantarse a los tiempos. Ya teníamos información a través de distintas consultorías, capaz que la más dramática fue la consultora Makenzie, que hizo un análisis muy crítico de lo que iba a pasar con el ovino en esta década.

JAE - ¿Qué características tiene ese estudio?

FM - Es un estudio australiano.

RD - ¿De qué año?

FM - De fines de la década de los noventa, principios de la década de dos mil.

JAE - ¿Qué decía?

FM - Decía que las oportunidades iban a ir por el lado de la especialización, que las mayores oportunidades estaban en las lanas más finas, y que del lado de la carne iba a haber mayores oportunidades, porque, a pesar de que la carne ovina en volumen no es muy importante, sí es un speciality que integra con baja frecuencia la dieta de los consumidores de alto poder adquisitivo. Es un valor muy grande, ahí hay oportunidades.

JAE - ¿Están todos de acuerdo?

RD - ¿Cómo recibe el sector productivo esa señal?

GGP - Makenzie le erró en la polarización total de las cosas, nunca en la vida las cosas son blanco y negro, siempre hay grises y siempre hay caminos a transitar rumbo a los blancos y los negros, como extremos. Lo bueno de la oveja es que produce lana y carne; lo malo es que es tan difícil comprender que por lana y carne tiene ingresos, y en la discusión y en el debate tratando de mejorar las cosas a veces nos perdemos en darnos cuenta de que hasta en los sistemas más laneros, los productores sacan sus corderos gordos y tienen una buena parte de sus ingresos, cerca de la mitad, por el lado de la carne. La oveja suma por lana y carne, y en los extremos más carniceros nadie desprecia el 20, 30% de los ingresos que vienen por la lana.

JAE - Pero ¿el país está produciendo lo que el mundo está pidiendo?

GGP - El país está produciendo lo que está produciendo, y todo lo que produce se coloca, no quedan ni un kilo de lana de clavo en Uruguay, ni una tonelada de carne que no se venda. Todo se vende a su precio. Por supuesto que hay macrotendencias, por ejemplo hacia lo fino.

JAE - En este informe se plantea que hay una tendencia mundial a ir afinando las lanas.

RD - Porque se pagan más.

GGP - Por supuesto, pero yo discrepo con Makenzie en que fuera una cosa o la otra, y lo del medio no existe. Lo del medio existe, todo existe, y está bueno que exista.

JAE - ¿Lo del medio es Uruguay?

GGP - Lo del medio es la sumatoria de posiciones que no son tan extremas, como las lanas finas y superfinas, que está bárbaro que existan, y las vamos a seguir apoyando, y las supercarniceras que están en el otro extremo. En el medio hay ovejas, hay productores, hay gente y hay situaciones, todo es real.

RD - Considerando todo eso, mirado de fuera da la sensación de que, para un país tan chico, que lo del medio sea lo más importante en cuanto a volumen nos resta posibilidades de generar mejores ingresos. Esto es una reflexión y una pregunta, puedo estar equivocada. Si en el medio no es ni tan fino ni la carne es tan buena, y eso es lo que predomina, uno puede pensar si Uruguay debería buscar las puntas, ya que lo más fino me lo pagan mejor y lo más precoz en producción de carne me lo pagan mejor. Soy chico y necesito generar por algún lado un margen más grande.

GGP - Como macrotendencia sí, el tema es que estos procesos son lentos, los procesos productivos y biológicos son lentos, los procesos genéticos son lentos, y mientras tanto hay que convivir con las situaciones que tenemos. Nosotros hacemos hincapié en que a la sociedad le rinde más hacer énfasis en que la gente haga las cosas bien y maximizar cada ítem de la producción, que en estas megadiscusiones que muchas veces no conducen a nada, o conducen, pero hay que acotarlas. Y me gustaría que nos guardáramos un espacio de esta tertulia para insistir en los buenos ejemplos de productores que hacen bien las cosas.

AF - Las tendencias del mercado son las tendencias del mercado, no las podemos cambiar, y son muy claras. En la medida en que la lana ha tenido que enfrentar una competencia muy difícil con el resto de los textiles en el mundo, le van quedando nichos del mercado que son bastante más reducidos que antes y en los que claramente las lanas cuanto más finas son, más valen. ¿Eso quiere decir que todos los productores tienen que afinar? No, son indicadores de mercado que debemos interpretar y aplicar según nuestro criterio y nuestro sistema de producción.

Por otro lado están los indicadores del mercado de la carne, en el que Uruguay tiene algunas restricciones que debe resolver. Con esos indicadores y según el tipo de explotación que tenga, cada productor tiene que tratar de hacer la interpretación correcta y aplicarla para tener la mejor ecuación en su establecimiento.

RD - ¿Desde la industria lanera no hay una señal para el productor? ¿Todo lo que se recibe se coloca, no hay una señal clara y concreta?

AF - Todo lo que se recibe se coloca; la diferencia es el precio. Uno debe saber cuál es la forma de maximizar su producción.

MS - En esa línea, Uruguay tiene una estructura restrictiva a la hora de acceder a un mercado de alto valor de carne, y por eso el cordero ha tenido el desarrollo que ha tenido en Uruguay. Las señales de precio y el conocimiento del mercado están, y por esa restricción es que la estructura de una ovinocultura desarrollada, que maximiza la producción de un cordero pesado no ha crecido en Uruguay. No ha crecido porque no hay un espacio comercial para hacerlo crecer con valor. Uruguay está en ese proceso de grises y en un proceso de transición, y precisa un despegue desde el punto de vista cárnico que es básicamente acceso.

GGP -  Los productores durante años pedimos que las lanas se pagaran por micronaje –micronaje es el diámetro de la fibra; cuanto más fino, mayor valor tiene–, y durante muchísimos años, hasta hace muy poco, las lanas en Uruguay se pagaban por razas, por grandes estratos. En los últimos años la industria ha dado señales de pagar por micronaje, y cuando esas señales aparecieron los productores nos lanzamos a afinar, a medir nuestras lanas, una cantidad de cosas. Lo digo porque Uruguay engrosó sus lanas cuando se compraba al bulto, la industria cambió la señal y los productores están cambiando.

***

RD - Comentaban que en un Uruguay históricamente lanero la carne se muestra como una oportunidad. Marcelo, ¿cómo lo ven desde la industria cárnica?, ¿dónde está la piedra en el zapato en el caso de mercados para carne ovina con hueso y sin hueso?

MS - La carne ovina tiene la particularidad de que su valorización con hueso es muy similar, e incluso en algunos cortes superior, que su valoración sin hueso. La gente paga por el hueso igual o más que por un corte sin hueso.

Estructuralmente hay dos, uno es el acceso con hueso a la Unión Europea para maximizar el valor producto (Uruguay tiene un 2% de la cuota Hilton que la Unión Europea distribuye; Argentina tiene cuatro veces más y no cumple el cupo), y el segundo principal cliente de la carne ovina de calidad del mundo es Estados Unidos. En ese escenario acceder primero sin hueso y luego con hueso sería el paso.

RD - Estados Unidos se menciona permanentemente y está en los titulares todos los días. ¿Está abierto o no?

MS - No, no está abierto, está en trámite, es un proceso administrativo bastante burocrático, todavía no salió la ronda de comentarios. Esperamos –siendo optimistas– que nos lleve por lo menos este año, pero sería un acceso sin hueso. Uruguay tiene que tener una acción protagónica e independizar el ovino de lo que llamamos una estrategia de relación país, tratarlo unilateralmente como un tema de alta prioridad para poder negociarlo políticamente.

RD - ¿Y los países de la región, como Brasil? En los informes previos escuché que el mercado de San Pablo sería la colocación de la oferta uruguaya. ¿Qué hace Marfrig, por ejemplo,  dado que Marfrig está en Brasil y podría hacer tan fácil esa colocación?

MS - Marfrig ayudó comercialmente a desarrollar el programa de cordero pesado, inicialmente en el Frigorífico San Jacinto. Incluso cuando vino a Uruguay a comprar las plantas mantuvo esa relación comercial de forma de no desarticularla. Básicamente ahí accedemos; hay que trabajar mucho todavía, se puede mejorar, tenemos una fluctuación cambiaria importante con Brasil que muchas veces nos corre un poquito la sábana y no nos deja ser muy competitivos. Pero así como necesitamos ese mercado de alto valor al cual nuestro acceso es irrestricto desde el punto de vista sanitario, también hay que ser conscientes de que el estado de San Pablo está creciendo su stock ovino para producir corderos de calidad, por lo cual esa demanda va a tender a ser satisfecha en el propio estado de San Pablo. En estas cosas no jugamos solos, hay que participar activamente.

RD - ¿Qué dice el sector productivo? Otra de las cosas que he relevado es que hay bastante disconformidad con la industria cárnica a la hora de jugarse a un lugar para el ovino.

AF - Desde el punto de vista del sector productivo se ve lo que decía Marcelo, al haber una restricción en el acceso a los mercados de calidad, no hay operativos importantes a nivel de país para que la industria funcione y el negocio tire desde la punta, como deben tirar las cadenas productivas. Eso es lo que se ve. Hoy si todos los productores de ovinos se dedicaran a hacer cordero pesado los cupos que tiene el país no serían suficientes para colocarlo. Eso es una barrera importante y el productor lo sabe.

JAE - Quedan planteadas las situaciones que deberían darse en este aspecto de la carne ovina para revertir la situación. Veamos la respuesta de ustedes sobre qué está haciendo cada uno de los actores ante este problema.

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JAE - Veamos las formas que deben ejecutarse, las políticas que deben ejecutarse para levantar algunas restricciones que quedaron planteadas en el caso de la carne.
 
Otra pregunta: ¿va a haber producción? ¿La producción está pronta para responder a una posible demanda creciente de carne ovina?
 
GGP- Sí, en muchas oportunidades los productores han dado respuestas ante señales, y como estamos ante un sector de un ciclo biológico relativamente rápido comparado con otros, no tengo la menor duda de que si logramos los accesos a los mercados para los cuales estamos trabajando –hay que decirlo públicamente– con el Poder Ejecutivo, con Cancillería, con la parte de Sanidad Animal del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), con un involucramiento del sector privado, vamos a ir logrando gradualmente esos accesos a los mercados. Las cosas se están haciendo bien, y en paralelo el mundo precisa carne. En carne ovina Uruguay todavía está jugando en tercera división, no estamos con los principales mercados ni en las mejores condiciones, que serían exportar con hueso.
 
JAE - ¿No hay nada para hacer allí?
 
GGP- ¿Cómo no hay nada para hacer? Estamos haciendo un montón de cosas, en pocos minutos en radio es difícil explicar qué se está haciendo para Estados Unidos, para Canadá, para la Unión Europea, para Israel, para Colombia, para una cantidad de mercados, se están haciendo gestiones en distintos niveles para acceder. Cuando aparezcan esos mercados –y van a ir apareciendo–, los productores van a ir acomodando su producción y van a producir lo que esos mercados necesitan.
 
RD - Igual me pone nerviosa, me parece un poco lento, ¿no?
 
GGP- Es muy difícil tener los corderos preparados para cuando se abra Estados Unidos. ¿Cómo hacemos mientras tanto para tener los animales prontos? Una cosa va de la mano de la otra. Crean un poquito en nuestra especialización, que cuando estén los mercados y las señales los productores van a aparecer con los corderos necesarios para eso, y después vamos a seguir creciendo.
 
JAE - No entiendo por qué el mercado de Estados Unidos no está abierto, cuando sí lo está para la carne vacuna. ¿Cuánto hace que no se vacuna a los ovinos contra la aftosa?
 
GGP - Desde fines de los 90, cuando Uruguay entró con carne vacuna en el período pasado, a la salida de los episodios de aftosa. Uruguay decidió apostar a la carne vacuna; la carne ovina dejaba dudas, y ante las dudas se apostó al negocio mayor, que era la carne vacuna. Fue una estrategia que se hizo y estuvo bien para ese momento. Pasaron los años, no hay problema con los ovinos y la aftosa, y ahora estamos por entrar en Estados Unidos. En definitiva, los ovinos "fueron a los palos", hablando en criollo, atrás de los vacunos, por defender el negocio mayor, que era el de los vacunos. Pero ya es tiempo de que defendamos a los ovinos.
 
RD - Eso me recuerda palabras de Otegui cuando visité Lanas Trinidad: "Que Uruguay haga para la oveja lo que hizo para la vaca". No sé si comparten esa opinión, y qué se precisaría.
 
AF - Por supuesto; en ese episodio que describía Gerardo recién, desde el presidente de la República para abajo todos los servicios del país se pusieron a trabajar codo a codo y pudieron resolver el problema en un período muy corto de tiempo. Para eso fue necesario relegar el mercado de la carne ovina, lo que no es criticable porque la carne vacuna era el negocio más importante para el país en ese momento. Lo que sí es criticable y reclamamos es que se haya demorado tanto en retomar el trabajo de reabrir el mercado de la carne ovina para posicionarla donde debe estar, en igualdad de condiciones con el resto de las carnes que produce el país.
 
FM - Es importante para institutos de investigación, en un contexto en que los contertulios están hablando de que hay mercados no consolidados, otros a consolidar, otros ya consolidados, tanto para el rubro lana como para carne, lo que en el INIA llamamos el doble escritorio, el escritorio para atender los problemas de hoy, y el escritorio para los problemas de mañana. El INIA tiene un plan estratégico que repite cada cinco años en el que se acabó la época de que el investigador hacía lo que quería, sino que tiene que responder a la demanda, con una visión de cadena e inserto en el sistema productivo y en la cadena como un todo. En ese contexto nuestras líneas de acción están para tener las tecnologías prontas para cuando ocurran los potenciales mercados, porque no necesariamente va a ser el producto que estamos generando hoy el que entre en Estados Unidos.
 
JAE - Ese punto es esencial.
 
FM - Y con respecto a una visión positiva, reconociendo la realidad y en un proceso de consulta continua que tiene el INIA, tenemos que saber que una cantidad de productores nos piden opciones, a través de los consejos asesores regionales y de grupos de trabajo que tenemos en cada una de las experimentales, para hacer más competitivo el rubro. Porque todos queremos que todos los rubros sean más competitivos, pero el rubro ovino tiene que ser más competitivo en un contexto en el que los otros rubros están jugando. Eso cambia los paradigmas de producción y de pensar. Ahí hay cuatro líneas muy fuertes en las cuales el INIA está trabajando, y no trabaja solo; por su manera de trabajar lo hace con el sector productivo, en consulta con la industria y con la institucionalidad que se propone. Me gustaría desarrollar después cuáles son las áreas estratégicas de acción.
 
JAE - ¿Qué dice la industria? Por un lado se está trabajando para abrir el mercado de Estados Unidos, está cerca esa posibilidad, y por otra parte se plantea si se está produciendo lo que los mercados van a demandar.
 
MS - Lo menos preocupante hoy es la capacidad de reacción del sector primario. Dadas las condiciones y las señales fuertes, que son básicamente de producto y precio, Uruguay responde en el vacuno, en el ovino, como ha respondido siempre. Por supuesto que estamos en condiciones de aumentar, porque estamos en una producción bastante básica, a excepción de algunos ejemplos aislados de productores cuyo rubro principal es el ovino y producen muy bien, a niveles comparables con las mejores ovinoculturas del mundo. Nadie puede desconocer que se está trabajando, se están tomando acciones. No siempre aplica el sentido común, como tú decías, ¿por qué todavía no entramos? Esos procesos de negociación sanitaria y política, que van absolutamente de la mano, son muy lentos, ahora están particularmente enlentecidos por el cambio en la administración en Estados Unidos.
 
JAE - ¿Está conforme la industria con ese proceso?
 
MS - Absolutamente no, es parte de esa cultura uruguaya, como dice el chiste: en Uruguay todo pasa, pero 10 años después. La actitud y el proceso de discusión y de acción tienen que tener otra dinámica. Uruguay tiene que tener, como decía en el ejemplo de la vaca, una actitud coordinada y mucho más agresiva.
 
RD - Algo concreto: ¿hay que tener un uruguayo sentado al lado del que define en Estados Unidos?
 
MS - Uruguay tiene una estructura administrativa en Cancillería, tiene gente muy preparada para tener ese proceso de negociación más activo. Ahora estamos enfrentados a un cupo de la Unión Europea para la carne vacuna para el cual hemos pedido la dinámica más absoluta. En 10 días hay que estar en Bruselas en forma permanente para demostrar que Uruguay tiene condiciones para aplicar. En esto hay que volver a una acción coordinada entre Cancillería y el MGAP, y el sector primario ha puesto sobre la mesa su absoluta disposición, su necesidad de invertir en esto, que hoy es el cuello de botella para el crecimiento del sector.
 
RD - ¿Podría decirse que la industria está esperando los mercados para responder luego al sector productivo? Insisto en ese ambiente que recojo sistemáticamente en los trabajos previos, la ecuación ganar-ganar no es tan fluida a la hora del relacionamiento industria-productor. Parecería que cuando el negocio es ganar-ganar para todos, la cosa funciona mejor.
 
MS - En la teoría sí, el tema es que Uruguay no ha desarrollado más su estructura de ovinos básicamente por una restricción. Como bien decía Fossati, si Uruguay creciera hoy su producción de corderos pesados, entraría en un cuello de botella y mucha gente tendría que vender su cordero pesado a precio de capón y borrego. Eso es lo injusto, por eso esa actitud de tirar de la cadena; eso va desde el mercado, y el mercado hoy pasa por una restricción estrictamente administrativa y de oportunidades. Uruguay tiene que poner todo su énfasis en la negociación en un rubro que desde el punto de vista productivo es de ciclo corto, tiene una rápida capacidad de reacción.
 
GGP - A nivel de productores hay insatisfacción con la entrada y la colocación de los corderos cuando están. Uruguay hizo –hicimos– un plan estratégico nacional para el rubro ovino. No se ha mencionado hasta ahora en esta tertulia, pero fue un trabajo que se hizo el año pasado entre mucha gente; me pone nervioso que falten pocos minutos y no lo hayamos mencionado, porque para nosotros es la línea madre de trabajo en todo. En esa dirección de la relación producción-industria, una de las mejores cosas que han salido de este plan estratégico es que los productores le escriben a la industria y le plantean la necesidad de tener una colocación durante todo el año, desestacionalizar la colocación de los corderos gordos, y hay que ver a los laneros plantearle a la industria esa necesidad para que no tengamos frustraciones en la producción. Ese es el tipo de cosas que están surgiendo calladamente de estos trabajos de interacción entre las distintas industrias y los productores, son beneficios que surgen de un trabajo conjunto con un sentido de cadena agroindustrial. Estamos trabajando para que los frigoríficos tengan una producción con abastecimiento de los productores, y los productores no sientan esa insatisfacción que plantean y en muchos casos tienen razón.
 
***
 
JAE - Tenemos preguntas, inquietudes de la audiencia, incluso tenemos alguna consulta de Miami, de gente que nos está escuchando desde allá, que tiene mucho que ver con algunos de los aspectos que se manejaron aquí.
 
Pero veamos qué están haciendo los países que están en la punta en la producción. ¿Qué hacen los países referentes como Australia y Nueva Zelandia?
 
FM - Históricamente, Australia y particularmente Nueva Zelandia han sido una muy buena referencia para mirar como lindo espejo no solo lo que tiene que ver con el sector productivo, sino lo que tiene que ver con la tecnología a nivel industrial y lo que tiene que ver con la fuerte estrategia de penetración de mercados que han tenido ambos países. Esos dos países se han caracterizado por especializar su producción.
 
Nueva Zelandia está esencialmente concentrada en la producción de carne ovina, y en esos sistemas de producción de alto nivel de productividad, con prácticamente 10 ovejas por hectárea, pasó lo que pasó en Uruguay. Arrancó en el 86 y hasta el año pasado se perdieron 40 millones de ovejas. Sin embargo, aumentaron la eficiencia reproductiva en un 27%, disminuyeron la cantidad de corderos, a pesar de que aumentaron la cantidad de corderos producidos. Por otro lado, no importa solo tener corderos, sino venderlos con muy buen peso. Se aumentó un 33% el peso de la canal. Por ende, el resultado final es que Nueva Zelandia, con 40% menos de ovejas, produjo más de un 12% más con respecto a dos décadas pasadas. Entonces, no necesariamente tener menos ovejas significa ser menos productivo.
 
En el caso de Australia ha habido un proceso drástico de cambio de orientación productiva. Cuando en la década de los 80 la lana por debajo de 20 micras era el 8% del volumen, hoy es más del 40%. Y por otro lado tiene sistemas especializados en producción de carne, el 70% del cordero que exporta Australia, que coloca esencialmente en Estados Unidos, está en sistemas especializados para ese fin.
 
JAE - Para no darlo por sobreentendido, tenemos que decir que Nueva Zelandia está más enfocada a la producción de carne ovina y Australia está más enfocada a la producción de lana.
 
RD - Sin embargo, ahí hay un punto que me preocupa: Australia está exportando su lana sucia. ¿Eso es una preocupación o una oportunidad? ¿Qué hace Uruguay si los referentes están haciendo eso? Eso implica lana con menos valor agregado...
 
GGP - Quiero defender a los uruguayos, porque es muy fácil decir eso. Si no le decimos a la gente que Nueva Zelandia tiene 220.000 toneladas de cupo Hilton y Uruguay tiene 5.800, va a decir ¿qué somos? Es un hándicap muy importante. Los neocelandeses logran esas cosas que dice Fabio con las reglas de juego neocelandesas y con ese tipo de cosas que son muy importantes. Guarda, porque cuando los neocelandeses vienen acá y actúan en las reglas de juego de Uruguay, tienen otros resultados.
 
JAE - Ahí se subraya la importancia del mercado.
 
AF - Eso que tú preguntabas es una oportunidad. Uruguay tiene una de las industrias textiles más competitivas del mundo. En ese sentido competimos bien y tenemos muy buena tecnología, no tenemos problemas.
 
Pero quería ir a un tema mucho más general. De estas situaciones complicadas se sale trabajando en forma coordinada, dando señales muy claras. El sector productivo necesita invertir y reorientar su sistema para dar respuesta a la realidad del mercado de la carne ovina y de la lana en el mundo. Para eso necesita señales claras, que tienen que venir desde la industria. Y la industria lanera las está dando; la industria frigorífica tiene algunas dificultades, necesita que los servicios del país allanen el camino.
 
JAE - ¿Qué servicios?
 
AF - El servicio exterior, mejorando el acceso a mercados. Eso es clave para destrabar esta situación. El productor necesita señales claras y se las tenemos que dar.
 
MS - Absolutamente de acuerdo, coincido con todos. Es muy difícil leer, o es erróneo leer la estructura productiva de cada país sin ver las oportunidades de acceso que tiene. Coincido con todos en que el potencial está. Por otro lado, la industria uruguaya está sobreinstalada y más que capacitada para acceder, y mantiene su playa de faena y su playa de desosado la mitad del año vacías de ovinos; esto a la hora de pasar raya a la capacidad de generar mano de obra.
 
Un puntito con Fossati que me tocó cuando hablaba de competitividad. El país no está mirando a nivel industrial tanto desde el punto de vista lanero como desde el punto de vista cárnico la competitividad en todo su marco a la hora de ver un escenario de devolución de impuestos, un escenario de valor dólar, un escenario de costo de mano de obra. Eso es un debe para un país desarrollado o con miras a desarrollar su ovinocultura. Eso es parte del problema que tenemos, y, desde otro punto de vista, de la actitud país para abrir algunas puertas, como ocurrió en el caso textil para Estados Unidos, a la hora de relegar alguna negociación, como fue el caso del TLC.
 
RD - Quisiera retomar el comentario de la audiencia en vivo. Me interesó el punto del señor que habló de demanda insatisfecha de carne ovina y que Uruguay no está cumpliendo con la demanda del mundo.
 
MS - Me encanta la inquietud, bienvenido si alguien tiene algún negocio o escuchó de algún negocio, porque nosotros estamos ávidos de generar negocios. Es más, este año y el año pasado no hemos podido acceder a algunos compromisos de largo plazo, básicamente en materia de oriente, por dos cosas: primero porque el mercado del ovino, el valor del ovino lo da en función de cuándo uno presiona la demanda para cumplir el poco cupo Hilton que tenemos. La realidad es que Uruguay, con bastante menos de un millón de corderos, liquida su cupo Hilton, por lo tanto hoy las otras categorías no tienen oportunidad, salvo por una diferencia cambiaria o por alguna oportunidad, o por el Ramadán en el mercado musulmán. Y el productor no puede recibir señales en materia de oportunidad, el productor necesita un marco de estabilidad que es al que estamos intentando acceder.
 
RD - Igual, mi preocupación es qué hacemos mientras tanto, todo ese período colchón que hay en el medio me pone nerviosa.
 
MS - Mientras tanto seguimos trabajando en maximizar el uso de la cuota Hilton; mientras tanto algunas empresas tenemos la estrategia que tenemos en el mercado brasileño; mientras tanto algunas empresas, como hizo Uruguay, manejan la venta de alguna empresa chilena para acceder a alguna otra oportunidad de mercado, básicamente en oriente. Algunas empresas estamos usando el mercado del termoprocesado en Europa, que tiene un arancel diferencial, pero como la tasa de devolución de impuestos para el termoprocesado no es diferencial, agregar valor muchas veces en este país no es buen negocio. Eso es una oportunidad de acceso diferencial al mercado europeo, no de altísimo valor pero que podría maximizar el valor de las categorías adultas.
 
GGP - El rubro ovino tiene dificultades en el presente que estamos tratando de levantar. Vale la pena que como sociedad veamos que hay un futuro bueno, porque hace falta lana en el mundo. Está movido el tema de la exportación de carne y va a estar más movido. Yo les digo a los productores: "Cuiden sus ovejas, no regalen sus ovejas, cualesquiera sean sus ovejas, porque van a valer más las ovejas y sus productos".
 
Comentario de competitividad: el rubro ovino es de los rubros que más sienten el Uruguay del atraso cambiario, de la no devolución de impuestos, de los aumentos de aportes que suman piedras a la mochila, porque es de los más exportadores, junto con el arroz. Cuando ese tipo de cosas se ponen más pesadas, más difícil está para la oveja. Si Uruguay pensara en estas cosas, seguramente esas 50.000 personas que dependemos de la oveja desparramaríamos mucho más bienestar en la sociedad, si hubiera al menos un tratamiento neutral hacia el rubro ovino y sus cadenas.
 
AF - Dos precisiones. En lo que tiene que ver con la competitividad, yo me refería a la competitividad de la industria textil en el marco de la industria en el mundo. Ahí somos competitivos; en lo que tiene que ver con la competitividad de las industrias volcadas fundamentalmente a la exportación, en Uruguay tenemos las dificultades que describió Secco.
 
En cuanto a las señales que da la industria textil a sus productores, Central Lanera desde su fundación paga por finura y calidad.
 
FM - Conclusión, ¿qué hacemos en el medio tiempo mientras se abren todos estos mercados? En la recorrida del sábado vimos distintos sistemas de producción: producción de lana fina, producción de lana media y producción de carne intensiva; la gente tiene herramientas tecnológicas para superar los niveles de productividad que tenía y ser competitiva dentro del sector agropecuario con la realidad que hoy tiene. Por tanto tecnologías hay y el despegue está. Pero cuando uno está creando competitividad necesita tener una visión compartida más fuerte, eso falta fortalecer más; y, segundo, tenemos que poner la oveja arriba de la agenda nacional como parte de una estrategia pensando en el Uruguay que se viene.
 
EC - Los estaba escuchando y quizá en el final una de las preguntas podría ser dónde poner el foco, dónde tiene que poner foco el país para enfrentar el desafío ovino. Aparecieron recién algunas respuestas que parecían ir en esa dirección, pero yo consulto: en función de lo que han expuesto, ¿lo clave ahora es la ampliación de mercado, la obtención de mercados? ¿Ahí hay que concentrar la energía?
 
GGP - El foco hoy es la apertura de los mercados de carne; en paralelo el otro foco es la competitividad, y la tercera gran línea de trabajo es la intensificación de la producción ovina, porque aparte de tener producción y colocación, tenemos que producir más.
 
MS - Absolutamente de acuerdo. Y acompasar los tiempos entre las señales que el país puede dar a nivel lanero y cárnico, y la actitud de producir. Esa coordinación de tiempos es absolutamente básica para no generar desencantos. Pero coincido plenamente en un escenario absolutamente optimista a la hora de la valorización de nuestros productos a medida que vayamos conquistando acceso.

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AGRADECIMIENTOS:
INIA Tacuarembó, Puro Punto, Lanas Trinidad, Central Lanera Uruguaya, DIEA, OPYPA, SUL, informantes calificados de la Tertulia Agropecuaria, Facultad de Agronomía, Zucchino -representante en Uruguay de Chrysler, Dodge y Jeep-
 y a los productores Gustavo y Laura Boffano, Francisco y Laura  Donagaray y José Luis Tuneu.
 
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Transcripción: María Lila Ltaif