La Tertulia Agropecuaria

El Uruguay agroindustrial que votamos, segunda parte

El Uruguay agroindustrial que votamos, segunda parte

En Uruguay, las exportaciones provenientes de la agroindustria representan entre el 70 y el 75% del total, lo que lo convierte en el motor de la economía del país. Por eso, y en el marco de la campaña electoral, la Tertulia Agropecuaria reunió por segunda vez a los asesores de los presidenciables para saber cuáles son sus planes en esta materia y buscar posibles acuerdos. Participaron Luis Fratti, presidente del Instituto Nacional de Carnes, en representación del Frente Amplio, y los ingenieros agrónomos Juan Peyrou, por el Partido Nacional; Fernando Mattos, del Partido Colorado, y Miguel Lázaro, por el Partido Independiente. La mesa fue coordinada por Rosanna Dellazoppa y la conducción estuvo a cargo de Emiliano Cotelo.


(emitido a las 9.07 hs.)

EMILIANO COTELO:
Con la coordinadora de La Tertulia Agropecuaria, Rosanna Dellazoppa, nos disponemos a abrir nuestro segundo intento de Tertulia Agropecuaria electoral, una tertulia que en estos días algunos de nuestros oyentes han llamado "la revancha".

***

EC - ¿Qué proponen los distintos partidos políticos y sus candidatos para el sector agroindustrial? ¿Cómo se imaginan los próximos cinco años en este sector que representa el 75% de las exportaciones uruguayas?

Ese fue el tema que nos propusimos en La Tertulia Agropecuaria que el 16 de setiembre realizamos en la casa de Radio El Espectador en la Expo Prado 2009. Aquella discusión, como podía esperarse, no agotó la variedad de temas que pueden discutirse con cuatro partidos que quieren dar a conocer su visión sobre el futuro del principal rubro económico del país.

Pero la tertulia resultó frustrante sobre todo porque el debate se complicó y los momentos de apasionamiento dejaron poco espacio para la exposición de propuestas. Para esta mañana hemos reordenado la dinámica con la cual vamos a manejarnos, y, además, hemos conversado con los cuatro invitados para que el foco esté puesto en las ideas y en los instrumentos.

Cada tema de nuestra agenda de hoy se subdividirá en dos o tres preguntas. En algunas de esas preguntas habrá dos minutos para responder, en otras un minuto. Los exhortamos a que usen esos tiempos para explicitar propuestas, pero si alguno decide emplearlo para críticas cruzadas o defensa de críticas de otros, le quedará menos tiempo para hablar del futuro, que es el objetivo central de esta mesa. Y los oyentes juzgarán después cómo se comportó cada uno y quién aportó más o menos.

***

EC - Los cuatro panelistas de hoy son los mismos de la primera vez, y no los elegimos nosotros, sino que fueron sugeridos por sus respectivos partidos. Vamos a presentarlos.

ROSANNA DELLAZOPPA:
Por el Partido Independiente (PI), Miguel Lázaro, ingeniero agrónomo, asesor de empresas ganaderas en el departamento de Rocha.

Por el Partido Colorado (PC), Fernando Mattos, ingeniero agrónomo, presidente de la Asociación Rural del Uruguay entre 2004 y 2006; administra dos establecimientos ganaderos en el departamento de Cerro Largo.

En representación del Frente Amplio (FA), Luis Alfredo Fratti, médico veterinario, hoy presidente del Instituto Nacional de Carnes (INAC), vicepresidente de la Federación Rural del Uruguay entre 1999 y 2003.

Y por el Partido Nacional (PN), Juan Peyrou, ingeniero agrónomo; fue funcionario de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (OPYPA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) durante 30 años, subdirector entre 1990 y 2000, y director entre 2000 y 2005, y actualmente es consultor privado y productor rural.

***

EC - Primer tema para la tertulia de hoy: la competitividad del agro de nuestro país. Dentro de ese tema, la primera consulta es qué evaluación tienen ustedes, cómo está la competitividad del agro uruguayo. ¿Debe todavía mejorarse?

JUAN PEYROU:
La competitividad es la capacidad de mantener o ampliar la participación de un sector o una empresa en el mercado. En el caso de Uruguay, la competitividad del sector externo, el sector exportador, ha sido tradicionalmente muy afectada por las políticas que se siguieron durante casi todo el siglo XX, que determinaron su estancamiento. A partir de los noventa, con la liberalización comercial, con la creación del Mercosur, se logró mejorar y ha llegado a desempeños extraordinarios, con tasas de crecimiento de 3,8% anual durante 18 años. Tal vez en el mundo no encontremos nada parecido.

Pero en estos tiempos la crisis mundial ha puesto en tela de juicio las posibilidades del sector agropecuario de crecer, sobre todo en algunos subsectores, y puso la luz en las dificultades que la propia política nacional ha estado imponiendo a estos sectores. Escuchábamos el viernes al ex ministro de Economía decir que la competitividad no depende solamente del tipo de cambio, cosa en la que coincido plenamente, pero la afecta sustancialmente. Astori mencionaba medidas de muy largo plazo para mejorar el tipo de cambio, como el acceso al cambio técnico, el progreso tecnológico, la educación, cosas que también compartimos plenamente, pero creemos que hay muchas para hacer ya que no se están haciendo, y que en caso de que el PN acceda al gobierno se van a implementar rápidamente.

Una es profundizar la apertura comercial y económica del país. Todo mecanismo de protección lo paga siempre el exportador, y en Uruguay la exportación es el sector agropecuario, por tanto toda medida de protección económica y comercial lleva un lastre, deteriora la competitividad del sector exportador.

Los monopolios estatales y su impacto en los precios, el hecho de que en Uruguay el sector exportador no pueda acceder a precios internacionales de insumos y de bienes de capital obviamente es cargarle la maleta con costos que no tiene por qué soportar y que el resto de la economía no soporta.

El atraso cambiario. Las experiencias como ALUR, el biodiesel, todos estos juegos que está haciendo el gobierno en torno al tema del combustible están afectando y son pagados por el sector exportador.

MIGUEL LÁZARO:
Uruguay en algunos rubros, fundamentalmente en los que están más expuestos, ha demostrado en los últimos años ser un país altamente competitivo. Por ejemplo, en el caso de la carne y de la leche, por mencionar dos de los rubros más importantes; también en el arroz, y en los últimos tiempos la parte forestal. Su recurso suelo, su recurso clima, sus recursos humanos, que no están del todo como uno quisiera para enfrentar el futuro pero hasta ahora han sido muy buenos. El tema institucional, que a veces no tenemos en cuenta, pero institucionalmente Uruguay tiene la Dicose (División Contralor de Semovientes), el INAC, el INIA. Tiene un marco económico que en los últimos años se ha mantenido, que ha permitido, sobre todo en los últimos 10 o 15 años, un cambio importante en su inserción. Incluso el propio tamaño es una ventaja, nosotros lo vemos como un país expuesto, con una población de tres millones y poco de habitantes, pero eso hace que todo lo que produce a partir de determinado punto va a la exportación, y en esos rubros, una vez que se han destrabado algunos elementos que existían, ha sido altamente competitivo.

Por ejemplo, Uruguay produce carne de calidad a los niveles de menor costo variable del mundo. Me animaría a decir que no hay país que produzca a 40 o 45 centavos de dólar el kilo de carne. Capaz que Brasil en algunas zonas, pero otro tipo de carne, de otra calidad.

Con esto no quiero decir que la competitividad no deba mantenerse e incrementarse, ni que desde las políticas públicas no haya muchas herramientas para mejorarla si queremos preservarnos, porque vamos a estar cada vez más expuestos a la competencia de un mundo cada vez más complejo.

EC - De modo que hay que seguir mejorando la competitividad.

ML - Sin duda.

FERNANDO MATTOS:
Tenemos una competitividad estructural, comparto con Lázaro que existe una competitividad natural de Uruguay por los recursos naturales, por el clima, pero existen afectaciones tanto externas como internas. Muchas veces se simplifica el análisis de la competitividad y se analiza mucho el tema del tipo de cambio, que incide bastante en el resultado de la capacidad de competencia de las empresas. Pero un factor fundamental es que Uruguay es un país caro, con una estructura de tarifas públicas, de gasto público muy pesada, que termina incidiendo en el costo de producción.

El tipo de cambio ha sido no sólo un factor de ajuste de la economía, es decir, un impuesto encubierto para los sectores productivos y agroexportadores, que ha tenido una incidencia muy fuerte a lo largo de varias administraciones. Lo curioso es que el tipo de cambio se analiza con una óptica distinta según se esté en el gobierno o en la oposición. Muchos de los personajes que hoy analizan desde el punto de vista académico si hay atraso cambiario, y que afirman que lo hay, en el pasado, en el gobierno, decían que no había, y viceversa. Entonces tenemos que definir claramente cuál es la incidencia del tipo de cambio. Si bien comparto que hay otros factores como la productividad, la rentabilidad, la capacitación, el acceso a los mercados, que son aspectos fundamentales, pero, para dar un ejemplo en números redondos, en el caso de la carne en 2004 teníamos un dólar a 28 pesos y el kilo de novillo a un dólar, nos ingresaban 28 pesos por kilo de novillo vendido; hoy nos ingresan aproximadamente 23 pesos, casi un 20% menos, con la diferencia  de que en este período hemos tenido una inflación de más de 30%, que afecta la competencia.

LUIS ALFREDO FRATTI:
Si tengo que sintetizar, sí tenemos competitividad. Uruguay es altamente competitivo en muchos sectores de la agropecuaria, tal vez no en todos, pero en muchos, y en el buque insignia, que es la carne, totalmente, sobre todo en el tipo de explotación que tenemos. Habrá que ver qué pasa con nuevas modalidades.

La gente que escucha dirá "estos dicen que tenemos competitividad y yo tengo problemas". Hay que diferenciar dos cosas, competitividad en el mundo y competitividad en el negocio agropecuario son dos cosas distintas que hay que analizar por separado. En el mundo tenemos competitividad, eso es por la estructura que tiene el país, porque hemos ido avanzando en calidad, en abrir nuevos mercados. Si pasamos una línea, en la década de los noventa andábamos en 60 o 70 mercados, y hoy estamos en más de 100, eso da mucha diversificación y posibilidades de acceder a otros mercados.

Y lo otro, hay que observar a los otros jugadores del mundo de la carne. Hoy Uruguay está vendiendo en dólares más caro que Australia, que siempre fue la ‘vedette’ en los precios de carne en el mundo entero. Por eso afirmo que hay competitividad.

RD - Ahora me quedé con la duda sobre cómo podemos ser competitivos en el mundo si no lo somos internamente en el negocio agropecuario.

LAF - Porque tenemos valores de exportación, y esa competitividad no siempre se ve reflejada ni corre hacia los sectores de la producción. Claramente no le va igual al dueño de un frigorífico o al invernador que al criador de terneros. Basta salir a caminar por el país para darse cuenta de que el criador tiene problemas bien distintos, económicos, rentabilidades menores que los otros eslabones del sector agropecuario.

EC - Vamos a la pregunta siguiente. A partir de lo que varios de ustedes señalaron en la primera respuesta, ¿qué hay que hacer, en la medida que se coincide en que hay que seguir trabajando por la mejora de la competitividad? ¿Cuáles serían los instrumentos, cuáles serían las medidas?

JP - Yo listé una serie de medidas que deberían tomarse disciplinadamente. Mencioné la apertura comercial, es decir que Uruguay no logró en todo este período abrir un solo mercado nuevo, no en el sentido que menciona Fratti, que es real, que la carne accedió a nuevos mercados, pero la política exterior de Uruguay no logró ningún tipo de acuerdo comercial que abata aranceles, que mejore las condiciones de acceso. Eso hay que hacerlo, eso hace a la competitividad.

Repetía lo de los monopolios estatales, el atraso cambiario, todo el juego que se está haciendo con el combustible: el fideicomiso del boleto, el biodiesel, la experiencia de ALUR, experiencias que todos sabemos que van a ir a pérdida y que van a pagar los que cargan combustible y los consumidores de azúcar. Los que cargan combustibles son exportadores y van a vender su producto fuera de fronteras, enfrentando barreras comerciales no arancelarias.

La devolución de impuestos es una medida que se ha manejado mal, en contra del exportador. La política salarial desligada de la productividad es un costo adicional a la producción, quita competitividad. Las restricciones al acceso a la tecnología, lo que se ha hecho emblemáticamente con los transgénicos; aunque ahora el gobierno se declara enamorado de los transgénicos, durante cinco años vetó el acceso a la tecnología, y, más allá de los transgénicos, es una sombra, una duda que el empresario tiene, si podrá acceder o no a nuevas tecnologías o se lo van a prohibir.

Todo proteccionismo, toda barrera. La política automotriz de este país es antiexportadora, compromete la competitividad del sector exportador, porque encarece el nivel de vida. La intervención en los mercados, lo que se hizo con la leche, esa especie de detracción que se le impuso lo que hizo fue cargarle al sector productor un costo, absorber un menor precio al consumidor.

En la carne hicieron exactamente lo mismo, afecta al sector exportador. La alteración sobre la marcha del régimen de impuestos al trigo implica un gran desaliento. Y podemos seguir, pero, para ser bien sintético, fui listando como en un telegrama.

EC - Miguel Lázaro.

ML - Ya nos escucharon la vez anterior decir que nosotros aspiramos a tener una buena participación parlamentaria en un Parlamento equilibrado.

EC - Recordemos que Lázaro representa al PI.

ML - A partir de esa posición, no es sacar un cúmulo de medidas sino acciones en las cuales estamos dispuestos a trabajar con el resto de los partidos en el Parlamento para fortalecerlas. Partimos de la base de que estamos relativamente bien, pero hay que mejorar porque el mundo también avanza.

Voy a dictar algunos aspectos en los que pondríamos acento junto con otros que estén dispuestos. Acceso a mercados; hay que trabajar fuertemente en ese aspecto, en los convenios con países. Uso equilibrado de la política cambiaria; es clarísimo, cada vez que ha sucedido –y lo han usado varios– nos resta. En el sector rural debe haber un gasto público en educación y capacitación, que no lo hay y hace más disímil la sociedad urbana de la sociedad rural, quitando posibilidades. Un Estado que continúe velando por el estatus sanitario, por el cuidado de los recursos y por la mejora institucional, que es un tesoro que hay que mantener y fortalecer. En quinto lugar, mejorar los servicios, por ejemplo de vías férreas y de puertos, es decir, la infraestructura, para hacer más competitivo el país. Algunas acciones estárter, de las que ha habido ejemplos, cuando el mercado no resuelve un tema, una intervención corta para destrabarlo, como Pronadega (Programa Nacional de Desarrollo Ganadero), del Proyecto Ganadero Fase II en la etapa anterior, con la integración de algunas cadenas como el caso de los corderos pesados con el grupo de Rosario, como el caso de Vaquería del Este; el anterior proyecto Prenader (Programa de Manejo de Recursos Naturales y Desarrollo del Riego), que ahora se está pensando en reflotar y hacer un nuevo proyecto; el enfoque de los clusters de Pacpymes, y finalmente la política impositiva, mantener y acrecentar todo lo que es política de reinversiones y la ley de Inversiones. En todo lo demás, no meterse.

EC - Fernando Mattos.

FM - Resolver o mejorar la competitividad no es una medida aislada, es un conjunto de medidas, comparto plenamente lo que han dicho Juan y Miguel. Pero me quedo con el tema de reducir el costo país. Es un tema estructural, tenemos un Estado excesivamente pesado, tenemos un costo del Estado y una administración de la deuda pública y de los equilibrios fiscales que muchas veces van en contra de los intereses de la producción. Ahí está el tema medular, y estructuralmente a lo largo de varios gobiernos cuando los gobernantes o los partidos están en la oposición critican la política de manejo de las cuentas públicas, y hacen lo contrario cuando asumen el poder. Este es el gran factor que Uruguay tiene que tratar de encarar, cómo manejamos un Estado más eficiente, un Estado más económico, y descargar el peso que ejerce sobre la propia economía. Porque si tenemos una política monetario-cambiaria que apunta fundamentalmente al combate a la inflación, a usar el tipo de cambio como variable de ajuste para aliviar, y no atacamos el volumen del gasto del Estado por la ineficiencia de su accionar, terminamos con un factor de peso del Estado y de las empresas públicas, porque no podemos escapar de las tarifas de Ancap, de UTE, que hacen a la competitividad. Tenemos tarifas excesivamente caras que terminan haciendo parte del costo de la producción, porque si el costo de la producción es alto no vamos a ser competitivos en el exterior.

EC - Completamos la ronda con Fratti.

LAF - En cuanto a los mercados, estamos todos de acuerdo en que para un país netamente exportador, casi único en el mundo que exporta mucho más que lo que consume, a la inversa de lo que pasa en la mayoría de los países, los mercados juegan un papel fundamental. Y Uruguay ha aprovechado los mercados, cuando digo que pasamos de 60 o 70 a 102, cualquiera que esté escuchando puede imaginarse que no vino nadie a preguntarnos si teníamos carne para vender, hay una cuestión agresiva desde el gobierno, desde las instituciones que tienen que ver con el gobierno en ir a buscar mercados, con o sin arancel. En 2005 el 70% de nuestra producción iba a Estados Unidos, si Estados Unidos habría explotado ahí estaríamos liquidados. Pero se fue a buscar a Rusia, a la que se le vendía 1%, era absolutamente marginal.

EC - Recuerdo que la pregunta es qué se puede hacer para continuar mejorando la competitividad.

LAF - Pero tenemos que reconocer lo que hacemos para ver cómo vamos para adelante. Hay que abrir mercados, pero si abro los mercados y me decís que estos que abrí no sirven para nada, ¿qué hacemos? Eso es lo primero.

Segundo, en cuanto a la devolución de impuestos, lo que se hizo fue adecuarla a los impuestos que se pagaban, porque no se pueden devolver impuestos por una cosa que no pagaste. Quedaron algunos que no pagan y se devuelven igual, como el 1% que pagan por los semovientes los productores, que se lo devuelven a la industria pero el que paga es el productor.

Lo otro es avanzar en tecnología. Más que volumen, ahora precisamos avanzar en calidad. Otra cosa que nos había quedado: si alcanzamos todos los récords de volumen de exportación y de precios quiere decir que se han hecho cosas que tienen que ver con la competitividad. Si no, sería imposible.

Y lo último, qué se está haciendo y habría que continuar. Mattos decía que hay que bajar costos; por ejemplo, desde la reforma tributaria el gasoil que se usa en la actividad agropecuaria no tiene impuesto, se descuenta del IRAE, eso es dar mayor competitividad.

EC - A partir de lo que hemos escuchado en las respuestas anteriores me da la sensación de que hay puntos en los que podrían coincidir los cuatro partidos. De todos modos, ¿qué dicen ustedes?, ¿qué impresión tienen? ¿Podremos encontrar consensos en cómo seguir mejorando la competitividad?

ML - Repito, en una situación en la cual todos tengamos posibilidades de representación y las cosas no sean impuestas mayoritariamente, sí, cómo no las vamos a tener. Habrá que hacer un poco más primero en definir el objetivo, después en diagnosticar, para con ese diagnóstico, si es correcto, usar la herramienta correcta.

RD - Estamos más que diagnosticados.

ML - No en algunos de estos puntos. Por ejemplo, el tema del gasto en educación, ¿estamos capacitando bien a la gente del sector? Si consideramos que el objetivo es correcto, ¿el diagnóstico es correcto? ¿Cuáles son las herramientas? ¿Es que las escuelas rurales tengan los maestros menos calificados? Esa no es una herramienta. ¿Es que las escuelas rurales tengan dos alumnos? Tampoco es una herramienta. En esas cosas, si diagnosticamos bien el problema, seguro que nos pondremos de acuerdo, siempre y cuando haya un ambiente de participación, que es lo que reivindicamos.

EC - Fernando Mattos hablaba de los comportamientos contradictorios de los partidos políticos con respecto a algunos temas según estén en el gobierno o en la oposición. Ahora que todos han pasado por la experiencia del gobierno, ¿se puede lograr más fácil algún tipo de acuerdo?

FM - Sí, el aspecto fundamental es tratar de alcanzar un Parlamento que no tenga mayorías, porque si repetimos la experiencia de esta legislatura, vamos a tener una aplicación en la letra perfecta, sin una variación de coma, del programa del partido vencedor. Y para mejorar el diálogo, la discusión y buscar los consensos tenemos que tener la posibilidad de debatir los temas en democracia. Hoy tenemos un consenso un poco mayor, si bien con algunos matices. Eso es natural que exista en las distintas corrientes de opinión, pero es fundamental que en la decisión del 25 de octubre la ciudadanía no le conceda el aval a un solo partido en cuanto a la mayoría parlamentaria.

RD - Les voy a pedir que se jueguen más y digan si en esta mesa podemos decir, por ejemplo, que en acceso a mercados estamos de acuerdo, que en educación estamos de acuerdo.

FM - Surge de las manifestaciones de cada uno. En acceso a mercados sí.

EC - Fratti.

LAF - Lo que pasa es que si abrimos mercados y alguien dice que esos mercados deberían ser mejores eso no es ponerse de acuerdo, pero todos estamos de acuerdo en que tenemos que tener mercados. Cuanto más diversifiquemos, mejor.

En cuanto a lo que dice Mattos de no tener mayorías, yo quiero tener la mayoría para poder hacer las cosas y que nos vaya tan bien como nos fue hasta ahora. No quiero tener minoría y repartir entre todos, porque eso no es, la política es tratar de convencer a la mayor cantidad de gente posible. No creo que sea malo que un partido tenga mayoría, la gente dice: "Creo que este partido va a hacer las cosas mejor que el otro, por lo tanto voy a pelear por que tenga mayoría", por ejemplo para que se vuelvan a dar estas cosas, que podamos seguir batiendo récords de exportación. ¿Cuál es el tema? ¿En qué nos podemos poner de acuerdo? Bajar el gasto del Estado, ya lo estamos haciendo. ¿Por qué no se dice que el gasoil no tiene impuesto, que por el IRAE se descuenta todo, que el Imeba se bajó para compensar la cuestión del gasoil? En esas cosas vamos a estar de acuerdo.

EC - Peyrou.

JP - Las exposiciones dejan bien claro que hay posibilidades de acuerdo con algunos grupos políticos. Bien mencionado está el hecho de haber gobernado –el PI aún está en el debe–, es bueno recordar que una cosa es lo que se dice y otra es lo que se hace. Hemos atravesado un período en que los agravios al derecho a la propiedad han sido frecuentes, cotidianos, permanentes, la actividad antiempresa ha sido muy fuerte, los agravios a las sociedades anónimas. Son cosas que limitan la competitividad, más allá de que hoy se esté enamorado de los transgénicos o se diga que se va a respetar el derecho de propiedad o que la tierra va a ser toda del Estado. Son cosas que no ayudan a generar consensos, porque objetivamente ninguno de los tres partidos está de acuerdo en que la tierra sea estatal. No podemos pasar cinco años agrediendo a las empresas argentinas o a las empresas agrícolas por ser argentinas esencialmente, aunque no exclusivamente, y ahora, al final del mandato, decir que se está enamorado de este estilo de trabajo y que los que tienen que desaparecer son los chicos. Son cosas que limitan la posibilidad de acuerdo, no tengo ninguna duda.

***

EC - Hablemos de la tierra. En los últimos años, los cambios que se han registrado en el agro uruguayo han modificado fuertemente ese factor del negocio. Hoy, con el avance de algunos rubros como la forestación y la agricultura, los precios de la tierra han crecido de manera muy significativa.

Entonces, ¿cómo creen que seguirá evolucionando este fenómeno en los próximos años?

LAF - No sé, no va para atrás, pero no sé si va a seguir creciendo, no tengo elementos.

FM - Tengo la impresión de que la tierra va a continuar subiendo, porque es un bien escaso, y porque además la población mundial crece, aumenta el poder adquisitivo, las costumbres de consumo varían y la demanda de alimentos se va a incrementar. Y hay otro factor importantísimo: que el mundo desarrollado trató de reducir la dependencia de los combustibles fósiles a través de la producción de biocombustibles, por lo tanto la tierra tiene además aplicación en la provisión de energía para un mundo que también está escaso de este recurso. Por tanto, si bien hay cada vez menos tierras agrícolas por un tema climático en el mundo, hay más población, más demanda, y la tierra es cada vez más escasa. En esa relación, tengo la impresión de que la tierra va a continuar subiendo.

JP - Coincido, y diferenciaría dos tipos de factores que inciden en el precio de la tierra. Uno externo, mundial, coincido plenamente con Fernando, la tierra en el mundo es escasa, la oferta de bienes que provienen de la tierra va a derivar solamente de la productividad, y la demanda necesariamente va a ser creciente, gracias a que crece más el mundo pobre que el rico, gracias a algunos cambios que se han hecho en el mundo.

Pero hay un conjunto de factores internos que también determinan el precio de la tierra. Quiero recordar que en Uruguay, si bien la tierra se ha encarecido, está la tierra más barata de la región y tal vez la más barata de los países competidores. En Nueva Zelandia vale 20.000 dólares. Y es un hecho positivo que la tierra sea cara.

EC - ¿Es correcto que de 2002 a hoy se ha triplicado el valor de la tierra?

JP - Sí, en ese entorno. Pero ¿por qué nuestra tierra es más barata que las otras? Porque refleja las políticas internas que deprimen o agravian el negocio agropecuario. El viejo Improme (impuesto a la producción mínima exigible), que todos comulgamos con que mejoraba la productividad, lo que hizo fue deprimir el precio de la tierra, hacer extensiva la producción e ir en contra del negocio agropecuario. Todo lo que se haga en contra del negocio agropecuario va a deprimir el precio de la tierra y va a poner a Uruguay en desventaja con respecto a sus competidores.

EC - Lázaro.

ML - Informaciones recientemente publicadas muestran que entre 2000 y 2008 se vendieron 5.800.000 hectáreas, a un precio promedio de 889 dólares, de las cuales en 2008 se vendieron 683.000, a 1.844 dólares promedio. La tierra en Uruguay subió porque Uruguay es un país competitivo, le faltan muchas cosas por hacer, pero es un país donde se pueden producir rubros en cantidad y calidad muy interesantes; desgraciadamente a veces no los descubrimos nosotros, que estamos un poco aletargados, y aparecen otros que nos mueven. Estos cambios vienen porque se han instalado producciones muy potentes en Uruguay, lo que ha pasado en el país en los últimos años ha sido realmente positivo. Basta recorrer el interior, ver lo que pasa en Lascano, en Velásquez, en Pueblo Gorgoroso, en Casa Malán, que se estaba cerrando, en el kilómetro 105 de la ruta 15. Se ha conseguido esa dinámica porque rubros altamente competitivos están invirtiendo y están levantando la tierra, que es un bien escaso, como decía Fernando.

RD - ¿Y va a seguir?

ML - Pienso que va a seguir, no sé hasta cuánto, pero estamos lejos de los países competidores.

EC - Como algunos de ustedes han mencionado, ese aumento de los precios ha venido en paralelo con un aumento en la demanda de tierras por parte de inversores extranjeros. ¿Qué opinan sobre este asunto, la tierra en manos de extranjeros? ¿Se debe restringir el acceso de la inversión extranjera a la tierra en Uruguay?

FM - Creo que no, no estamos de acuerdo con esa restricción. La valorización de la tierra tiene aspectos muy positivos porque obliga a que la inversión en los recursos y el aumento de la productividad y la eficiencia sean mayores, y eso implica una mayor respuesta de ese bien que es de propiedad privada pero es del país. Y entre los factores negativos de la valorización de la tierra está que mucha gente que no logra obtener rentabilidad se ve atraída a dejar el negocio. Hay un tema de flujos de capitales muy importantes, de conglomerados con mucha disponibilidad de capital, con tecnología, que terminan desplazando a aquellos productores, principalmente a los pequeños y medianos, que no encuentran, en función de su escala o de la tecnología disponible, o de su grado de capacitación y educación, por las limitaciones que la escala impone, una salida de la rentabilidad. Entonces encontramos muchos productores con un gran capital, pero que tienen un ingreso neto –es decir, el dinero que ganan de su propia explotación en función de la tecnología que aplican– que no les permite un nivel de vida mínimamente digno, y en definitiva la valorización de la tierra. Si no solucionamos esos temas con políticas públicas específicas, terminamos con un desplazamiento.

RD - Ahí entran políticas públicas.

FM - Políticas públicas específicas para contribuir a que la brecha entre la aplicación tecnológica y los recursos disponibles no ocasione que la mejor opción para el productor sea abandonar su explotación, vender la tierra e irse, tal vez para la ciudad o para algún otro negocio que no conoce, lo que implica un desarraigo muy importante.

EC - Peyrou, ¿hay que restringir el acceso del extranjero a la tierra en Uruguay?

JP - No, para ser sintético, coincido plenamente con Fernando, el inversor extranjero sometido a leyes igualitarias con el inversor nacional tiene el mismo derecho que los demás. Pero creo que en la actual situación estamos promoviendo la extranjerización de la tierra, porque hay un beneficio adicional para el extranjero. La política de sociedades anónimas nos impide a los productores uruguayos de mediano y pequeño porte acceder a la sociedad anónima, mientras no tienen ninguna limitante ni Botnia, ni El Tejar, ni los neocelandeses. Estamos flechando la cancha a favor de la extranjerización de la tierra.

No estoy en desacuerdo con que el extranjero invierta, pero reclamo que el inversor nacional tenga las mismas condiciones, en la forma jurídica, en el cumplimiento de la conservación de los recursos, en el pago tributario. La ley de Inversiones demuestra el costo que paga Uruguay por su falta de amigabilidad con la inversión extranjera. Todos los sacudones del derecho que se hacen diariamente en este país se pagan con esa ley de Inversiones por la cual se nos ha calificado como paraíso fiscal. Es tan grande la inestabilidad que le generamos al inversor extranjero, tal es la tasa de riesgo que le ponemos, que le tenemos que pagar, y eso va contra el uruguayo, que paga todos los impuestos y tiene que absorber los regalos que el Estado tiene que hacer para corregir sus desvíos, sus desbordes, sus agravios a la inversión.

EC - Peyrou alude a la ley que impone que en el caso de la propiedad en el sector agropecuario las sociedades anónimas deben tener acciones nominativas, pero se han establecido excepciones que permiten que Botnia y otras multinacionales hayan mantenido propiedad con sociedades anónimas lisa y llanamente.

¿Qué dice Fratti?

LAF - Si no encuentro consenso en la mesa, voy a encontrarlo aunque sea en otra época. Voy a leer una cosa ilustrativa para la audiencia:

"La propiedad de la tierra requiere indispensablemente que al título jurídico se agregue una relación personal, yo diría de amor del hombre para con la tierra. Esta no puede ser jamás un mero objeto de inversión al modo de una industria cualquiera. Por eso, se excluirán determinados tipos de sociedades del objeto de explotación agropecuaria, desde luego, con las excepciones que taxativamente se fijen, pero siempre se exigirá la individualización de los socios accionistas".

Esto dijo Wilson Ferreira Aldunate en el año 63 en la clausura de la Exposición Rural. Con ese coincido, con lo que se dice ahora no coincido, porque creo que lo que lo llevó a él a decir estas cosas fueron los mismos problemas que tenemos hoy. Y no es verdad que no se permita.

RD - ¿Cuáles son esos problemas?

LAF - Los problemas de extranjerización de la tierra de los que todos nos quejamos y después no sabemos qué hacer el día que se toma una medida como esta de derogar las sociedades anónimas, que es el medio por el cual se vendió la mayor cantidad de tierras a extranjeros, porque no se vendió cantidad de tierras en sociedades anónimas a productores uruguayos. Entonces, como algunas explotaciones requieren el interés nacional en la producción, generan empleo, generan riqueza, se harán las excepciones que correspondan, pero comprar campos por comprar, no, y sobre todo ante la expectativa, como dicen los compañeros –yo no me arriesgué porque no sé– de que el precio de la tierra va a seguir subiendo. Si tenemos un discurso más o menos coherente, precisamos frenar la hemorragia de la emigración de la campaña a la ciudad, para eso precisamos tierras, y para eso tenemos que conocer quién está al frente de la explotación. Entre otras cosas, también tiene que ver con temas de sanidad y de soberanía.

EC - Lázaro, ¿qué dice sobre regular o no el acceso de extranjeros a la tierra?

ML - No estamos a favor de regular el acceso de extranjeros por extranjeros en sí. La historia del país muestra que en distintas oleadas los extranjeros han traído adelantos: la mestización del ganado fue hecha por determinada gente de Inglaterra, las colonias valdenses de Colonia trajeron un avance que se ha mantenido, y los cambios que se han producido en los últimos años, si los uruguayos los sabemos aprovechar, han sido removedores, y nosotros estábamos –lo digo con respeto a todos nosotros, yo también pertenezco al sector– un poco quietos.

Con relación al tema de las sociedades, que es un instrumento para que gente se junte y tenga una forma jurídica, el PI acompañó la posición del gobierno en una ley votada en enero de 2007. Pero el PI pretende que sea igual para el resto de la economía, porque en el fondo no es un problema contra los extranjeros, es un problema contra el lavado de dinero, que es por lo que presiona la OCDE.

EC - Ustedes entienden que en estas sociedades anónimas las acciones deben ser nominativas.

ML - El mundo va hacia allí. Pero debe ser igual, porque ¿qué diferencia hay entre que coloquen capitales espurios en la tierra, en cines o en supermercados? Debe ser parejo para todos. Y en cuanto a que haya excepciones, Uruguay debería buscar caminos de entendimiento con los gobiernos donde están situadas estas empresas para tratar de, como ellos van en ese camino, tener lo mismo. La herramienta es buena, pero encubre determinada forma de escapar los capitales en el mundo. En ese aspecto es que creemos que debe ser aplicada, pero no contra los extranjeros.

LAF - Yo no hablé de extranjeros, me refería a sociedades anónimas. Capaz que se entendió que estoy en contra de los extranjeros.

EC - Vamos a tener una segunda ronda en este tema. Mattos.

FM - Fundamentalmente lo que no tiene que haber es un régimen discriminatorio del sector agropecuario, y mucho menos que el administrador o el gobierno que esté en el poder se arrogue, no importa de qué partido sea, el derecho de dar excepciones. Eso es muy peligroso, entraríamos en una discrecionalidad que puede ser la puerta abierta a un acto de corrupción indeseable, y claramente tenemos que poner los temas en pie de igualdad. Así como decimos que las condiciones –y comparto plenamente el concepto– para la inversión extranjera tienen que ser iguales que para la inversión nacional, tenemos que poner en pie de igualdad el derecho de captar inversiones en un sector de la economía como en otro.

EC - Eso conduce a que todas las sociedades anónimas en el agro puedan tener acciones al portador.

FM - No veo ningún impedimento. Y no comparto el concepto que defiende el FA con la visión de Wilson Ferreira de hace casi 50 años, que obedecía a otra lógica y a otra época.

LAF - No considero la inversión en la tierra igual que en cualquier otra industria, la tierra es un bien finito, basta ver lo que han hecho los japoneses para ganar un pedacito así de tierra al mar. Eso no puede estar en discusión. Por eso Wilson en aquella época decía "esta no puede ser jamás un mero objeto de inversión al modo de una industria cualquiera". Porque es un bien finito, porque es la única riqueza que tiene el país, Uruguay no tiene cobre, no tiene petróleo –por ahora, capaz que aparece–, no tiene oro, lo único que tiene como sociedad es la tierra. Por lo tanto tiene que ser muy celoso en cuidarla, en protegerla, y no ser un país bananero absolutamente agujereado en el que no sepamos quiénes son los dueños, si hay que tomar una medida sanitaria no se sabe adónde ir a buscar al dueño de la tierra. Esta discusión ya la dimos, cuando estaba Bensión y discutíamos el endeudamiento recuerdo que nos decía: "Para mí la tierra, una heladera y una bicicleta son lo mismo". Para nosotros es absolutamente diferente, la tierra es un bien social.

EC - Lázaro.

ML - Ya lo dije, acompañamos la idea de las acciones nominativas, pero en todos los sectores de la economía, que no haya discriminación con el sector agropecuario. Y que se vaya tendiendo a que las empresas extranjeras que son excepciones no sean excepciones sino que se plieguen a eso. Me importa recalcar que como uruguayo, como técnico que hace 36 años que trabajo directamente con los productores, y esa ha sido mi vida –y en alguna institución–, me impactó toda esta conmoción que trajo la aparición de empresas neocelandesas que descubrieron Uruguay, de forestales que descubrieron Uruguay, y de empresas agrícolas que han traído unos cambios formidables; hay que recorrer el interior para ver los cambios que se han producido. Vamos a tratar de ayudar a que los uruguayos capitalicen esto. Yo me pongo la camiseta para tratar en medidas de política, pero no para impedir que vengan, no para impedir que venga el avance, sino para tratar de utilizar ese avance y esas ideas nuevas para capacitar a nuestra gente, posicionar a nuestra gente, para aprovechar esa ventaja. Ese es el desafío que yo siento y que desde el PI sentimos.

EC - Cerramos con Peyrou.

JP - Queda de manifiesto el nuevo papel que de aquí en adelante tiene la tierra en la economía para Uruguay y para el mundo. Como bien dijimos, va a ser un bien escaso, su valor va a seguir subiendo, y es notorio que el tipo de emprendimiento, viendo lo que decía Fernando, va a requerir un nivel de inversión creciente. Los neocelandeses nos plantean el desafío de hablar de una inversión de 2.000 dólares por hectárea arriba de la tierra. Eso habla de otro tipo de empresa. Esa es la competitividad futura, empresas que puedan poner mucho capital arriba de la tierra. Hay que sacarse de la cabeza el sueño bucólico de la pequeña granjita, de los farmers; ese esquema no es el futuro, el futuro va hacia otro lado. La empresa neocelandesa llegó a perder 40 millones de dólares este año, pérdida que es impensable que una empresa tipo farmer pueda soportar. Miremos las empresas agrícolas, que ante la caída mundial de la economía respondieron con un aumento del área. Eso solo es posible teniendo una espalda del tamaño de la que tienen esas grandes empresas.

***

***

EC - Los pequeños productores representan el 80% de los productores del país. Para ellos, que desarrollan su actividad en todos los rubros de la agroindustria del país, ¿qué planes tienen los diferentes partidos?

ML - En primer lugar, esta siempre es una definición arbitraria. En este momento tenemos la definición de un trabajo que hicieron Bruno y Tomasino, para quienes los productores familiares son los que tienen máximo dos asalariados, 500 hectáreas Coneat y su principal ingreso es la explotación, para después ahí construir una serie de cosas.

Se ha confundido siempre un problema económico con un problema social, por tanto el PI quiere diferenciar lo que es un problema económico de lo que es un problema social. El 79% de los productores, concretamente en los ganaderos 39.000 productores, cae en esta categoría de productores familiares. El grueso de ellos son productores empresariales que compiten en el mercado externo, que tienen situaciones de patrimonio muy importantes si las comparamos con la de cualquier escucha del resto de la sociedad, de modo que tienen el privilegio de tener una parte importante de la economía en sus manos, y al grueso de esos productores lo vamos a ayudar, o me parece que tenemos que ayudarlo con políticas de competitividad. Y cuando hay problemas sociales, por ejemplo gente que está por debajo de la línea de pobreza, con una capacidad en el campo absolutamente baja, se atacan con políticas sociales. Esa es la gran diferencia.

En el contexto del sector agropecuario el PI propone que para hacer más equitativa la sociedad rural, el esfuerzo en educación y en capacitación, en lo que la sociedad pone mucho, que lo ponga en los pequeños pueblos del interior donde se concentra mucha pobreza, y en las escuelas rurales y en los centros de enseñanza media. Ahí hay que poner el dinero para ser más equitativos.

Pero lo social es lo social y lo económico es lo económico. ¿Cómo defendemos frente al resto de la sociedad que les vamos a dar ayuda desde el punto de vista social a los productores familiares, que en su gran mayoría son competitivos y producen para el mercado? Son dos cosas diferentes, hay que diagnosticar bien el problema y atacarlo con herramientas diferentes.

EC - Mientras Lázaro hablaba, Juan Peyrou asentía.

JP - Le agradezco a Miguel la precisión y la síntesis; me sumo a todo lo que dijo. Recuerdo que 500 hectáreas hoy son un millón, dos millones, tres millones de dólares. Hablemos con Marina Arismendi, preguntémosle cuánto precisa para su gente y relativicemos esa definición que es bastante errónea.

EC - No debería ser un pequeño productor alguien con 500 hectáreas, dices tú.

JP - Puede serlo o no, no pasa por ahí; 500 hectáreas es mucho. Me importa destacar esta absoluta coincidencia con lo que plantea Miguel que intenté definir en la semifrustrada tertulia del Prado como el objetivo del PN, que es separar en dos áreas del ministerio las políticas de competitividad, las tradicionales políticas agropecuarias, y las políticas sociales. Este gobierno dio un gran paso –lo destaqué siempre– al crear la Dirección de Desarrollo Rural dentro del ministerio, una vieja aspiración del cuerpo técnico del ministerio. Lo vació de contenido por la confusión de ideas que hay en esta administración, pero ya tenemos avanzada la herramienta, y el trabajo va a ser en el sentido que dice Miguel: descubrir cuál es la vulnerabilidad de cada población objetivo: ¿es conocimiento?, ¿es salud?, ¿es infraestructura?, ¿es tierra?, ¿es crédito? No todos los problemas son iguales, entonces que el gobierno diseñe herramientas específicas para atender esa vulnerabilidad o el conjunto de vulnerabilidades de esa población objetivo. La otra cosa, por ejemplo atender el consumo de carne de la población, desde un solo problema, desde el productor de carne, es la política más equivocada, porque afecta la competitividad, es injusta, arbitraria, es lo inverso de lo que plantea el PN.

EC - ¿Qué dice Luis Fratti?

LAF - Me toca cada vez que habla Peyrou, no sé qué problema tiene conmigo. Primero dice que estuvo muy bien este gobierno en crear una Dirección de Desarrollo Agropecuario que salió por ley; y después dice que lo vaciamos de contenido. La ley tiene un año, ¿y la vaciamos de contenido? Está arrancando, una cosa que se debería haber hecho hace muchos años nunca se hizo, comienzo quieren las cosas.

JP - Cinco años de gobierno.

LAF - Cinco años de gobierno, pero ¿cuánto tiene la ley? Un año.

JP - Tiene mayoría absoluta.

EC - Vamos a hablar cada uno en su tiempo. Siga, Fratti.

LAF - Primero hay que definir qué es productor familiar si querés tener políticas diferenciales. Podemos estar de acuerdo con el monto, pero no trabajaron solo dos personas, ahí estuvo la Universidad de la República. Si lo hicieron bien o mal es otra cosa, es discutible, si tienen que ser 500, 400 o 300, pero yo he estado más de productor rural, de arrendatario de 800 hectáreas Coneat 70, que no llegan a 500 pero están cerca, y con 500 hectáreas Coneat 100 uno puede ser rico en capital, pero en el agro no es como en otra actividad en que tengas que contar lo que vale la tierra, porque lo importante es lo que le sacás de arriba, y con 500 hectáreas si estás en Cerro Largo no mandás dos hijos a estudiar a Montevideo ni por decreto de gobierno, hagas lo que hagas, por más inteligente que seas. Por lo tanto yo personalmente estoy bastante de acuerdo con esa definición.

Lo otro son minifundios, que es otra cosa. Cuando hablás de 50, 60 hectáreas Coneat 100, con producciones agropecuarias, no estamos hablando de producciones intensivas como puede ser un viñedo. Ese tipo de producciones son minifundios, es otro problema y otra realidad social. Por eso entiendo que está bien lo de la Dirección de Desarrollo, hay que categorizar para individualizar, para hacer políticas diferenciales, como las que se han estado haciendo.

EC - Fernando Mattos.

FM - Fratti aportó un concepto que comparto plenamente: el productor no vive de lo que vale el capital de la tierra. Eso no se entiende mucho –los mensajes muchas veces van en ese sentido y son críticos, "están llenos de plata"–. Es muy fuerte la proporción de capital que tiene el propietario en la tierra, un propietario de 500 hectáreas puede estar sobre un capital de dos o tres millones de dólares, pero lo que arroja el resultado financiero-económico de la explotación no le da para vivir una vida digna. En muchas áreas del país muchos productores están sacando 5.000 o 10.000 dólares netos por año de esas 500 hectáreas. Viven como pobres y en definitiva son ricos en capital. Eso es lo que tenemos que revertir.

Comparto muchas de las cosas que se dijeron, tiene que haber políticas específicas para fortalecer a ese productor para que tenga un nivel de vida digno, porque si logramos unas políticas específicas que lo posicionen en un nivel de vida llevadero, con esperanza para sus hijos en el futuro, ese productor no se va a alejar de la actividad, mientras que si se aleja trae un problema social, trae un problema de identidad cultural, trae un problema de nueva inserción en la sociedad.

Tenemos que hablar de infraestructura, de vivienda rural, de educación para capacitar a esa gente para que tenga más oportunidades, tenemos que hablar de políticas para la mujer rural, que es muy importante como núcleo y centro de la familia en el medio rural, y una cantidad de políticas que hay que diferenciar desde el punto de vista social. Es muy importante mantener la identidad cultural de la familia rural en la campaña y paralelamente atender los temas económicos, porque si el productor no logra mantener un nivel de vida mínimo, vamos a tener una brecha cada vez mayor entre aquellos que tienen oportunidad en las ciudades y aquellos que van a optar por alejarse de su centro de actividad, que es el medio rural.

RD - Para seguir disparando preguntas, me pongo en el lugar de alguien que está fuera del negocio, escucha y dice: hay un señor, una señora, una familia, dueña de dos millones de dólares, uno y medio, tres, en ese entorno. Para el resto de la sociedad no vinculada al sector agropecuario sorprende que alguien que esté sobre ese monto no pueda vivir, ya no digo ni feliz ni desarrollándose, al menos dignamente.

EC - Y es chocante que haya que subsidiar.

RD - Es muy chocante que haya que tomar medidas. Entonces me gustaría seguir escuchando opiniones sobre ese problema.

EC - El problema está entendido, la pregunta es cómo se lo enfrenta para evitar este tipo de contradicciones.

ML - Insisto, es un problema mundial, cualquiera que viaje se da cuenta de que la gente va saliendo. Nos guste o no nos guste, pasa por ahí. Pero como queremos que la mayoría de los uruguayos que están en el sector pueda luchar y quedarse, vamos a hablar de aquellas empresas que son familiares porque están definidas como familiares, pero no están bajo la línea de pobreza. Es decir, no política social, sino política económica. Una persona que tiene un millón de dólares se siente en la obligación de sacar un ingreso de por lo menos 100 dólares por hectárea, porque se lo paga la forestación o porque se lo paga el doble la agricultura.

EC - Cuando hablamos de 100 dólares por hectárea...

ML - Son 100 dólares de ingreso por hectárea por año. Hasta ahora sacábamos 20 y con eso no vivíamos, es cierto, pero estos cambios provocan una cantidad de oportunidades para que la gente cambie hacia estas cosas. El Estado tiene un papel que jugar cuando tratamos la parte de competitividad, es importante apuntalar todo lo que se haga en educación en el sector, todo lo que se haga en fondos estárter para provocar uniones que los hagan más competitivos. Pero no apuntalar desde el punto de vista económico a esa gente, porque la obligación de una persona que tiene un bien con ese valor es ser competitiva, cuando hay posibilidades en el mercado de serlo.

EC - ¿Qué responde Fratti a la pregunta de Rosanna?

LAF - No estoy de acuerdo, se hace una simplificación. Sí estoy de acuerdo con lo que decía Mattos, se puede estar arriba de un montón de plata y no ser rentable y no tener ninguna obligación. El problema es que en el país no se entiende que hay gente que tiene vocación de ser productor rural, que tiene derecho a serlo, y que el Estado y la sociedad tienen una deuda con ella porque ha mantenido el país durante años. Después si le va mal y se funde, no me importan las leyes del mercado. No estamos de acuerdo con eso.

Y ahora voy a discrepar con mi amigo del PI, que dice 100 dólares por hectárea. Es otra simplificación; depende, no se le puede hacer creer a la gente que vos tenés un campo y lo arrendás en 100 dólares. Por el campo en el que yo estoy, por ejemplo, que es campo duro y no permite agricultura, nadie te paga 100 dólares, ni 80, ni 70, te pagan menos, porque para lo único que sirve es para criar alguna vaca y alguna oveja. Punto y aparte. Y como esos hay muchos suelos en el país. Así que esa historia de que tenés un campo y lo arrendás en 100 dólares no es cierta, por lo tanto hay que tener políticas diferenciadas y hay que apoyar. Podés subsidiar de diferentes maneras, no hay que tenerle miedo al subsidio. Lo decía Matto en la tertulia pasada, hay una deuda social con el campo.

EC - Desde la audiencia, Luis, de Rivera, dice: "Si alguien tiene ese capital y no sabe sacarle renta para vivir, que venda a quien sí sepa sacar rédito".

RD - Esa es la discusión de fondo, y ahí está la discusión de fondo campo-ciudad.

EC - Peyrou.

JP - Quiero aclarar que soy farmer también –porque sé que hay algún mensaje que discrepa con mi visión– y tengo gran problema para subsistir en este mundo sin pedirle a una sociedad con dificultades que me subsidie.

Quiero recordar lo que dice Miguel, con quien he tenido más coincidencia hoy que la vez pasada. La tendencia en el mundo es a la reducción del número de productores, los países desarrollados han gastado millones y millones de dólares y de euros, han poluido los mercados intentando detener ese proceso y no lo han conseguido. China ha declarado ilícito irse del campo a la ciudad y se despobló igual, hay una tendencia. La única década en la que no hubo pérdida de productores en Uruguay fue la de los noventa, entre 1990 y 2000 aumentó el número de productores, fue un milagro mundial, no hay antecedentes en el mundo, en un proceso de gran cambio no se perdieron productores. La agricultura familiar es parte del complejo agropecuario, pero no hace a la competitividad de la ganadería y de la agricultura uruguaya.

FM - No tenemos que avergonzarnos de decir que tiene que haber políticas específicas, porque hay un tema de identidad cultural y de deuda social. Estamos hablando de llevar energía eléctrica a este señor que tiene problemas, pero feliz de él que la tiene, porque hay muchas familias rurales, principalmente en el norte del país, que no cuentan con ese recurso, y si quieren contar con él tienen que hacer pesadas inversiones. Hay caminería a la que no hay acceso parte del año porque los caminos no dan, hay que comprarse un vehículo de mejor calidad para poder entrar al predio. Tiene una cantidad de limitaciones. Ni hablar de los niveles de educación y de servicios de salud, que son mucho más menguados. Todo el mundo identifica que es muy importante mantener al productor agropecuario, porque es un valor cultural intangible, invalorable, realmente importantísimo para la trama social del campo. Hay países que destinan miles de millones de dólares a mantener a ese individuo allí.

EC - ¿Por más que sea propietario de un capital de un millón, dos millones de dólares?

FM - No importa, porque él no vive del capital, la única oportunidad que tiene de hacerlo es realizarlo y vender la tierra, que no es la idea, porque no quiero que la propiedad de la tierra sea del Estado, pero tampoco de cinco o seis empresas privadas que concentren todo el capital.

***

EC - Rosanna, ¿qué pregunta te queda sobre este tema, producción familiar, a partir de las intervenciones de los cuatro invitados?

RD - Avanzar en propuestas. Dado que está creada, como decía Fratti, hace un año, la Dirección de Desarrollo Rural, les pido una opinión a cada uno sobre cómo llenarla de contenido, acciones concretas a desarrollar en ese lugar.

EC - Juan Peyrou.

JP - La gran insistencia del PN en este tema es la separación de ambos campos de políticas, la competitividad y las políticas sociales, sin perjuicio de atender los temas del desarrollo rural, temas sociales, con herramientas concretas. No hay por qué anticiparse y caer en posturas demagógicas de 250.000 hectáreas para este y 350.000 hectáreas para el otro, hay que pensar en cada población objetivo, en sus problemas, sus propias vulnerabilidades, y atacarlas ahí. La Dirección de Desarrollo Rural del ministerio tiene que ser el eje que articule las diferentes instancias del Estado –el Ministerio de Desarrollo, las instancias de la educación, primaria, la Universidad, los servicios públicos–, si la vulnerabilidad de este grupo social es la educación, desarrollemos un plan para ello; si es la infraestructura, como mencionaba Fernando, es notorio que la infraestructura de Uruguay se está destruyendo ante la pasividad de la sociedad, lo que seguramente va a generar pérdida de competitividad y problemas de desarrollo rural, el ministerio debe tener un papel protagónico en identificar esos problemas y articular la solución con el Ministerio de Transporte o con quien corresponda.

FM - Tenemos que quebrar la característica, la idiosincrasia del productor, del individualismo, propender a experiencias de asociativismo, de cooperativismo, tenemos que impulsar políticas productivitas que mejoren la productividad del productor, pero con rentabilidad. El PC tiene la propuesta del Plan de Fósforo, que permite acceder más barato a un recurso que es limitante de la producción; también tenemos planes de riego, pero en forma conjunta con un grupo de productores. Hay que eliminar algunas trabas como la ley de tercerización, que muchas veces impide que el pequeño productor acceda a la tecnología porque implica asumir un compromiso de solidario o subsidiario de las obligaciones laborales o de la seguridad social de esa empresa eventualmente contratada. Y otras limitaciones como la ley del segundo empleado, que establece que cuando el productor pequeño contrata un segundo empleado pierde el derecho a la asistencia social de su propia familia, le significa una carga tributaria muy fuerte.

Entonces hay políticas específicas para mejorar los resultados económicos, que van a redundar en una mayor producción, y esa ayuda que eventualmente la sociedad les puede proporcionar en una primera instancia la van a devolver desde el punto de vista social y productivo también.

EC - Fratti.

LAF - Primero, no puedo dejar de hacer una puntualización cuando se dice que el fenómeno mundial es que la gente se vaya del campo a la ciudad, cosa que es real. Pero tenemos que tener en cuenta que en Canadá cuando un joven se va de la actividad agropecuaria a la ciudad se va a colocar chips en una computadora y a ganar mucha más plata, y acá cuando un joven se va de la campaña, va a los alrededores de la ciudad o termina en Montevideo en los suburbios. Por eso es bueno mantener el entramado social de la campaña.

Aumentaron los empleos en el área rural, de 81.000 afiliados que había en el BPS en 2005, hoy se pasó a 101.000. No creo que haya crecido la población, hay regularización, estamos ordenando la casa, una de las cosas que debe hacer el desarrollo social es ordenar la casa. Hay recursos naturales, la Ley de Ordenamiento Territorial fue aprobada también por el PN, está la investigación, hay que innovar, desarrollar tecnología, hacer que esos productores familiares puedan entrar al mercado exportador o fuertemente al mercado interno.

EC - Finalizamos con Lázaro. El fomento de la asociatividad apareció en alguna de las intervenciones. Parece una política elemental.

RD - Usted que tiene experiencia en CREA.

ML - Volvemos a lo mismo. Lo social, lo que esté por debajo de una determinada línea de pobreza, ataquémoslo con políticas sociales; hay instrumentos en el ministerio. A esa gente hay que tratarla no para que se inserte en el mercado productivo y sea competitiva, porque tiene un problema de escala, un problema de capital. Y para la gran cantidad de personas que están como empresas familiares, que producen para el mercado, tenemos que trabajar en las medidas que decíamos, hacer más competitivo al sector, para que esa gente capacitada, con políticas tipo estárter como las de las asociaciones, como las de los clusters, como las de los proyectos de Prenader, etcétera, sea competitiva, porque tiene la obligación frente a la sociedad, tiene un bien muy importante y tiene que ser muy competitiva. El desafío ahora para todos los uruguayos y también para los técnicos –porque si no damos soluciones marchamos– es que el productor que tiene un determinado capital sea competitivo, y si no, desgraciadamente, tiene que salir. Eso no tiene nada que ver con gente que está por debajo de la línea de pobreza.

Tampoco nos queremos poner en el malo de la película. Dimos una serie de detalles de políticas con todo lo de educación, todo lo de comunicaciones, todo de vías férreas, todo lo de puertos, todas políticas específicas, para que sean más competitivos los que deben ser productores. Son productores para el mercado; que hagan eso, para eso están. Yo estoy para trabajar en ese sector, y si no lo hago bien, marcho. Para todo el mundo la misma regla.

***

EC - Avanzamos con respecto a la primera tertulia agropecuaria electoral. Hoy la discusión fue más rica, más sustanciosa.

RD - Profesional, por lo menos.

EC - ¿Cómo nos vamos? Tenemos un par de minutos.

RD - Propongo una rueda final; a 20 días de las elecciones supongo que se quedaron con ganas de decir alguna cosa, un mensaje final, lo más conciso posible.

EC - Teniendo en cuenta que hoy tocamos tres temas, podría ser sobre esos o sobre los que abordamos la primera vez.

RD - Libre.

LAF - 250.000 hectáreas para el Instituto de Colonización, para dar escala a aquellos que no la tienen, en vez de hacer entregas individuales como se hacían, que sea como la experiencia que han tenido los lecheros con campos de recría. Es una forma de llevarles servicios, al estar juntos. Ya se ha estado haciendo eso, en varios lugares se entregaron campos, entonces va MEVIR, les hace la casa, va la luz eléctrica porque hay un agrupamiento, y tienen esa escala para insertarse ya no como depositarios de una asistencia social, sino en el mundo productivo como desean.

FM - Tenemos que tener políticas específicas para el sector agropecuario, fundamentalmente tenemos que despejar los aspectos de incertidumbre que han determinado que a lo largo de la historia tengamos períodos de crecimiento muy cortos y períodos largos de recesión. Por tanto es muy importante que las políticas para el sector agropecuario apunten a todo el espectro de productores, con diferenciación para los pequeños. Y no nos olvidemos de los productores en general, que en conjunto hacen el volumen de la producción nacional y que son los grandes dinamizadores de la economía a través de la agroindustria y de las exportaciones.

ML - Insisto en algo que hemos dicho desde el principio: este debate muestra claramente que los uruguayos tenemos que ponernos de acuerdo en algunos aspectos que hagan a largo plazo sostenible y más competitivo a nuestro país, entre los cuales en este momento el PI cree que un Parlamento equilibrado, sin mayorías absolutas, es un elemento importante que nos obligará a todos a negociar las cosas importantes del país.

JP - El agro tiene por delante, y con él el país, un futuro maravilloso. Lo que se viene es realmente promisorio, si hacemos las cosas bien este país cambia definitivamente de condición, de país en desarrollo a país desarrollado. Hemos atravesado un período de auge durante el cual hemos capitalizado a medias las oportunidades que el mundo nos brindó, tenemos un conjunto de medidas –que mencionamos de pasada hoy– que deprimieron la respuesta que habría sido posible. Si hacemos las cosas correctamente, Uruguay será otro país.

RD - Les agradezco a los cuatro, y a los candidatos ojalá les llegue el mensaje: el agro tiene un futuro maravilloso, pero también tiene gente maravillosa, y que tengan en cuenta todos los pelos a la hora de sacar adelante este país.

***

Transcripción: María Lila Ltaif