Las mayores pérdidas provienen de machucamientos y problemas de PH, pero fueron los aspectos en los cuales se mejoró más.

Fabio Montossi, director del Programa de Carne y Lana de INIA, señaló que la posibilidad de medir las pérdidas es lo que permite mejorar y aseguró que las reducciones que se lograron son difíciles de conseguir.

"Medimos las pérdidas, parece como que vino un bajón. Pero en este caso es al revés. Porque medimos, sabemos donde estamos parados. Segundo, después que ves las pérdidas, las identificaste y a los cinco años medís las mismas cosas y viste que hay una reducción de las pérdidas, pienso que estamos bien. Lo que más nos llamó la atención al cuerpo técnico vinculado con esto, es que nosotros estamos siguiendo de cerca las auditorías de la calidad de la carne en Estados Unidos y reducciones de esta magnitud es difícil de conseguir en un período tan corto. Realmente nos llamó la atención y somos honestos en decir que no creemos que se deba a las auditorías. Es un trabajo que uno lo ve en ese período en que hubo un crecimiento de la ganadería bovina y hubo planteos fuertes de inversión en la industria frigorífica".     

Montossi señaló que en el caso de las pérdidas por machucamiento se pasó de 18 a 10 dólares por cabeza y al tiempo que se constató mayor proporción de canales con valores de PH inferiores a 5,8.

A partir de este trabajo, se decidió desarrollar un Programa Nacional de Aseguramiento de la Calidad que comenzaría a trabajar en abril de 2010.