Entrevistas

Preocupa intensidad de las lluvias por sus efectos en el suelo

Luego de una de las sequías más duras de los últimos tiempos, y como viene siendo habitual, Uruguay se encuentra azotado por una racha de lluvias abundantes y particularmente intensas. Contactada por En Perspectiva, la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa, coordinadora de la Tertulia Agropecuaria, alertó sobre este fenómeno y sus consecuencias negativas, la saturación y el arrastre, que están afectando diferentes tipos de cultivos. "Todos los expertos dicen que estos eventos climáticos extremos van a abundar de aquí en adelante [...] realmente tenemos que ser mucho más conscientes de la importancia y la responsabilidad social que tenemos para con los que vienen", enfatizó.


(emitido a las 8.38 hs.)

EMILIANO COTELO:
La lluvia se ha convertido en el gran protagonista del tiempo en estos días en Uruguay. En Montevideo sí, claro, pero sobre todo en algunos lugares del interior, que han resultado ser los más afectados. Por ejemplo Durazno, donde este fin de semana estuvo la ingeniera agrónoma Rosanna Dellazoppa, coordinadora de la Tertulia Agropecuaria. Ayer nos contabas de tu preocupación por lo que viste, ¿qué encontraste concretamente?

ROSANNA DELAZOPPA:
La verdad es que fue impresionante. Nosotros viajamos por un asunto familiar el sábado en la tarde y en el transcurso de la carretera había momentos en que directamente no se veía para adelante por la intensidad de la lluvia.

Es preocupante por lo que ya han venido hablando ustedes, pasamos de tener la primavera más seca el año pasado a tener ahora la primavera más lluviosa en no sé cuánto tiempo. Pero sobre todo la intensidad. Me decían en Durazno que en tres días iban 246 milímetros, es imposible que suelo alguno, por características más fantásticas que tenga, sea capaz de absorber esa cantidad de agua caída con esa intensidad, evidentemente eso deriva en consecuencias negativas.

EC – ¿Podemos explicar cuáles? Porque es un hecho que a esta altura en el campo no están pidiendo más agua. La lluvia ahora sí es una mala noticia uniforme, creo que salvo por el lado de las represas de generación hidroeléctrica y algún otro ángulo en general esto se ha complicado. Según lo que tú viste y lo que charlaste con los productores en Durazno, ¿cuáles serían los perjuicios?

RD – Uno es que el suelo está saturado, no tiene más capacidad, cualquier persona que viaje por la carretera va a ver que hay acumulación de agua por todos lados. Lo segundo es el arrastre; al no tener un paisaje plano como en Argentina sino quebrado la consecuencia es el arrastre y el arrastre se lleva suelo, que es lo que se ve que queda en la parte baja de los campos.

Eso uno lo ve claramente en la carretera, y conversando con algunos colegas de la Unión Rural, incluso con el decano de la Facultad de Agronomía que es edafólogo, decían que según la situación de chacra hay diferentes situaciones preocupantes en el país. En este momento en el campo tenemos los trigos, que están muy cerca de ser cosechados. Al llover con esta intensidad no se puede ingresar en las chacras. A pesar de toda la tecnología, del cero laboreo, etc, es tanta la cantidad de agua que evidentemente por más firme que esté el suelo está saturado. Para los cultivos de invierno, como el trigo o la cebada, es una situación realmente preocupante por las consecuencias que puede tener el no poder levantar algo que está pronto para ser cosechado, sobre todo este año que ha sido espectacular para el trigo, que se está esperando una cosecha récord, con saldos de exportación que no tienen antecedentes.

Y en las chacras de cultivos de verano hay diferentes situaciones.

EC – Recordemos cuáles son los cultivos de verano.

RD – En este caso estoy pensando básicamente en la soja, que es el área más importante. Las situaciones ahí también son diferentes. Los campos que vienen de campo natural, que nunca habían tenido chacra, tienen un pequeño movimiento, un mínimo laboreo. Si a ese suelo desnudo le caen 250 milímetros en 3 días el impacto y la fuerza de esa gota de lluvia en el suelo es un daño importantísimo.

EC –  ¿En qué etapa se está exactamente? ¿Por qué es un daño?

RD – Porque ese es un suelo que aún no se pudo sembrar, por ejemplo, recién se le hizo el primer mínimo movimiento para después realizarle el primer cultivo. Las situaciones más alentadoras son las que ya tienen el cultivo nacido y el suelo está más protegido, los que pudieron sembrar a mediados o fines de octubre. Pero hay muchísimo campo que aún no se ha sembrado. En la Ruta 5 se puede ver desde la carretera un color medio amarillento donde se aplicó herbicida, ese color de pasto seco, quemado, y el cultivo todavía no nació porque no se sembró o porque no tuvo tiempo de nacer. Esas son las situaciones, el impacto de una gota de lluvia con esa fuerza e intensidad es lo que determina el arrastre y la erosión del suelo.

Yo simplemente quiero generar una reflexión y contribuir a tener masa crítica socialmente preocupada con el tema, porque todos los expertos dicen que estos eventos climáticos extremos van a abundar de aquí en adelante.

EC – Sí, ese es un buen punto. Tú estás describiendo el panorama que hoy encontraste y que se está dando en alguna parte del territorio nacional pero lo que estás poniendo sobre la mesa no es una inquietud coyuntural sino al mismo tiempo un llamado de atención, porque si esto va a ocurrir –como ha estado ocurriendo últimamente– con cierta frecuencia, da la impresión de que se requiere un replanteo del manejo de los suelos ¿no?

RD – Exactamente, preocupémonos por realmente pensar que tenemos que estar siempre cubiertos, no pueden existir los planteos de laborear o de sembrar a favor de las pendientes, no pueden existir los planteos de suelos que estén descubiertos entre un cultivo y otro; hay una cantidad de situaciones que, si esto va a ser lo común –aunque ya antes debería estar bien hecho–, realmente tenemos que ser mucho más conscientes de la importancia y la responsabilidad social que tenemos para con los que vienen.


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