La superficie sembrada con trigo fue estimada en 546.000 hectáreas, superando en 70.000 hectáreas la siembra del año anterior, manteniendo sin interrupciones una tendencia creciente que se inició a partir de la zafra 2006-2007.

José María Ferrari, técnico de DIEA, aseguró que si bien se están logrando buenos niveles de producción, de no haber sido por las intensas lluvias, los rendimientos hubiesen sido mucho más altos.

"De alguna manera se está demostrando que todavía el tema agrícola se sigue incrementando a nivel de lo que es la explotación del sistema agrícola ganadero. En cuanto al área de invierno, hay un incremento otra vez importante del área de trigo, 545.000 hectáreas. Es decir, aumenta prácticamente 70.000 hectáreas con respecto a la zafra pasada. Un panorama de buenos rendimientos en términos generales, a pesar de algunos problemas que venimos vislumbrando todos en lo que hace a los problemas de cosecha a nivel de chacra, debido a las condiciones climáticas".

Ferrari señaló que con las actuales condiciones, los productores se vieron obligados a realizar trabajos de siembra diferentes a los normales, con el fin de poder realizar las siembras de segunda en buenas condiciones.

"Las siembras de segunda, que son muy importantes a lo que hace el cultivo de verano, vienen arriba de estos rastrojos, donde hay un grandes residuos de cultivos que han crecido muy bien desde el punto de vista vegetativo y que vienen quedando en las chacras. Algunos revolcados, otros pisoteados, más el barro, más las huellas. Entonces, hasta ahora como veníamos viendo, la siembra directa viene superando en 90% de lo que es la mecánica de siembra a nivel nacional. Sin embargo, con estas condiciones, hay distintas opciones planteadas por los productores que generan una marcha atrás en los beneficios del sistema funcional".

El técnico de DIEA señaló que el crecimiento de la agricultura se dio en las empresas mayores a 1.000 hectáreas, mientras que el 50% de las chacras son arrendadas.