La Tertulia Agropecuaria

La ganadería y el efecto invernadero

La ganadería y el efecto invernadero

Las vacas y las ovejas emiten gases como metano y óxido de nitroso que contribuyen al deterioro de la capa de ozono y a la formación del efecto invernadero. Uruguay, que cuenta con un rodeo de 11 millones de bovinos y ocho millones de ovinos, ¿debe preocuparse por este asunto? ¿Cuál es el impacto de las emisiones que salen de este sector en nuestro país? ¿Es necesario tomar medidas para cuidar nuestra marca Uruguay Natural? Para intercambiar opiniones sobre el tema, la Tertulia Agropecuaria reunió a María Methol, ingeniera agrónoma, consultora privada y técnica de Opypa en el MGAP, Daniel Martino, ingeniero agrónomo, gerente general de Carbosur, una empresa que brinda servicios en el área de mitigación del cambio climático, Magdalena Preve, ingeniera química, asesora técnica de la Unidad de Cambio Climático de la DINAMA, y Rodolfo Irigoyen, miembro permanente de La Tertulia. Como es habitual, la mesa estuvo coordinada por Rosanna Dellazoppa y conducida por Emiliano Cotelo.


(emitido a las 9.40 hs.)

EMILIANO COTELO:
Si yo les pregunto cuáles son las principales fuentes de emisión de gases que contribuyen con el efecto invernadero, ¿a ustedes se les ocurre incluir el ganado?
 
Pues resulta que las vacas y las ovejas emiten metano y óxido de nitroso, dos de los gases que generan calentamiento global.  
 
El dato no es nuevo pero últimamente se ha ido generando una preocupación creciente en torno al tema en algunas partes del mundo. Incluso Paul McCartney se metió en la polémica. En diciembre este ex Beatle presentó ante el Parlamento Europeo la campaña "Lunes sin carne", que ya existía en Estados Unidos y en Australia, y que procura que la gente disminuya el consumo de carne vacuna para reducir estas emisiones y la incidencia en el calentamiento global.
 
Paul McCartney no es el único que habla del tema. El propio presidente del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Rajendra Pachauri, viene advirtiendo que según estudios de la FAO –la agencia de la ONU para la agricultura y la alimentación– la producción de carne es responsable de casi una quinta parte de todas las emisiones de gases de efecto invernadero, incluyendo las del transporte.
 
Con estos antecedentes, ¿cuánto debemos ocuparnos los uruguayos de estos debates? ¿Hay que preocuparse por este asunto? Si tenemos en cuenta que nuestro país posee ¿cuántas cabezas de ganado Rosanna?
 
ROSANNA DELLAZOPPA
Once millones de vacunos y 8 millones y poquito de ovinos.
 
EC – En esas condiciones ¿cuál es el impacto de las emisiones que salen de este sector en nuestro país? ¿Esto se está estudiando a nivel académico, a nivel del gobierno? ¿Es necesario tomar medidas para cuidar nuestra marca Uruguay Natural?
 
De esto es que vamos a discutir en los próximos minutos, abriendo el ciclo 2010 de la Tertulia Agropecuaria.
 

***
 

EC – Rosanna presentamos a quienes nos acompañan en la mesa esta mañana.
 
RD – A mi derecha, María Methol, ingeniera agrónoma, consultora privada y técnica de Opypa en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP). A la derecha de María, Daniel Martino, ingeniero agrónomo, gerente general de Carbosur, que es una empresa uruguaya que brinda servicios especializados en el área del cambio climático, con particular énfasis en las actividades de mitigación de esta problemática ambiental. Continuamos con Magdalena Preve, ingeniera química, asesora técnica de la Unidad de Cambio Climático de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama), en el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) y que ha trabajado como negociadora en la Convención de la ONU sobre cambio climático. Y por último, Rodolfo "Catalán" Irigoyen, que es miembro permanente de la tertulia.


***


EC – A ver quién contesta esta primera pregunta que yo creo que es una pregunta que tienen que hacerse mucho oyentes: ¿cómo se entiende que una producción aparentemente tan natural como la ganadería aparezca ahora sentada en el banquillo de los acusados como una de las responsables del efecto invernadero y el calentamiento global?

DANIEL MARTINO:
Lo primero, yo creo que no es una producción natural. Es una actividad humana destinada a producir un alimento, que es un tipo especial de alimento, pero que es a su vez necesario.

Lo que sí es natural es el proceso que ocurre en el rumen de los vacunos y de los ovinos, por el cual se digieren ciertas sustancias, por ejemplo la celulosa legnina. Son productos compuestos que otros animales no están capacitados para digerir y cumplen un rol muy importante en convertir estos componentes que no son utilizables directamente, por ejemplo por los humanos, en proteínas.

Estamos hablando de un proceso que sí es natural pero que está adaptado por el hombre para una finalidad productiva, para satisfacer una necesidad humana.

Y que cumple un rol natural –si se quiere- muy importante que es convertir celulosa –vamos a decirlo en términos simples– en proteína, algo muy necesario para combatir por ejemplo el problema de la seguridad alimentaria en el mundo.

EC – La pregunta yo la hacía porque una cosa son los motores de los automóviles o las centrales de generación de electricidad a partir de combustibles fósiles, ahí estamos hablando de creaciones del hombre que terminan afectando el medio ambiente. Pero resulta que las vacas y las ovejas no son un invento del hombre, son animales que creó la naturaleza. ¿Dónde está el problema? Está en cómo nosotros usamos a esas vacas y esas ovejas para producir carne? ¿Es por ahí donde aparece la huella del hombre?

DM – Yo creo que las vacas y las ovejas, tal como existen hoy, no son naturales, son creaciones del hombre. Y, como yo decía, hay una función que es necesaria y que se puede cumplir de muy distintas maneras. Por ejemplo, si producimos carne usando animales monogástricos –como los cerdos o las aves–, las emisiones de gases son muy inferiores a las que resultan de la producción vacuna.

EC – ¿Quién quiere tomar la volada y seguir?

MARÍA METOL:
Yo quería complementar lo que decía Daniel. Yo creo que es muy importante resaltar esa capacidad que tienen los rumiantes, que son estos animales que tienen un estómago adicional –el rumen–, que les da la capacidad de digerir alimentos fibrosos como las pasturas y los forrajes y transformarlos en alimentos de alto valor nutritivo, como carne, leche, etcétera.

Creo que ésa es una condición natural, y más allá de que por la genética se haya modificando la capacidad de producción y la productividad de estos animales, es inherente a ellos.

Por esa razón, por su capacidad de digerir la fibra en condiciones anaeróbicas en el rumen, se genera el metano que es un gas que resulta de esa digestión como una especie de residuo y que es eliminado por las fosas nasales y por la boca de los animales.

RD – Yo vuelvo a la pregunta de Emiliano, porque en la pregunta él decía que la ganadería parecería estar puesta en el banquillo de los acusados y sin embargo ustedes me decían que este es un tema que ya se viene tratando desde los 90 acá en Uruguay.

RODOLFO IRIGOYEN:
Hay una discusión previa a ésta que es si el problema del calentamiento global es de origen antropogénico, como se dice habitualmente, o sea creado por el hombre, o no. Ahí hay una discusión muy grande porque como es totalmente probado, durante todo el desarrollo del planeta, mucho antes de la presencia del hombre, ha habido enormes cambios climáticos sin que el hombre obviamente fuera causante de los mismos.

Y la pregunta de Emiliano dejaba traslucir que esa discusión está laudada cuando no es así. No son sólo las cosas producidas por el hombre las que producen efecto invernadero, y eventualmente cambio climático. La naturaleza es la gran responsable, porque por ejemplo el vapor de agua –y seis séptimos del planeta son agua– produce efecto invernadero, los gases de la actividad volcánica hay quienes dicen que son responsables de la mitad del efecto invernadero de todo el mundo.

O sea que una primera discusión es: ¿el hombre realmente influye o no influye? Una segunda discusión es: aceptando la parte que el hombre influye –que hay quien dice que es ínfima respecto al resto– veamos qué pasa con los motores, con las fábricas, con las vacas y con las ovejas. Son dos planos.

EC – Está buena la observación para ir dándole a este tema el marco que corresponde, pero seguimos. Magdalena.

MAGDALENA PREVE:
El efecto invernadero en principio es un efecto natural, hay gases de efecto invernadero naturales como el vapor de agua, las emisiones volcánicas y demás y eso es lo que ha permitido la vida en la tierra tal cual la conocemos. De lo contrario, la superficie del planeta estaría a 32ºC por debajo de la temperatura global media del planeta.

Ahora, sí es verdad, y esto es aceptado internacionalmente, estudiado por los paneles de expertos de la ONU, por paneles de científicos, y esto es aceptado por la comunidad internacional, que los cambios que se han dado en los últimos años son debido a la actividad del hombre. El aumento de la concentración de estos gases de efecto invernadero en la atmósfera se debe a las actividades del hombre desde la era industrial.

EC – Y en ese paquete de causas de origen humano, ¿cómo es que termina pesando esta actividad en particular, la ganadería?

RI – Ahí entramos en el tema de los porcentajes, que siempre genera mucha confusión.

EC – A ver, ¿quién tiene los números claros?

DM – La agricultura globalmente, en su concepto amplio, o sea el sector agropecuario, es responsable por el 14% de las emisiones de gases de efecto invernadero; con la aclaración de que este número surge de una serie de convenciones con respecto a los potenciales de calentamiento de los distintos gases.

EC – Una precisión que vale la pena hacer antes de continuar es que la pregunta la hemos formulado a propósito de la ganadería, pero en realidad toda la actividad agropecuaria emite gases de efecto invernadero, también la agricultura, en particular el cultivo de arroz.

DM – Por eso, hay que relativizar las cosas.

EC – Estamos hablando de tres gases: dióxido de carbono, metano y óxido nitroso.

DM – Exacto. El dióxido de carbono en la agricultura es prácticamente neutro y se origina principalmente en el uso de energía, las industrias de energía y también el transporte y otras actividades...

EC - ...de todos modos siempre se podrá decir, y creo que forma parte del debate, que cuando se retira la cosecha de trigo se utilizan camiones que contaminan o que emiten gases de efecto invernadero, etcétera...

DM – Pero eso es ínfimo, además está muy sobreestimado en los medios el consumo de combustibles para actividades como ésa. Todo el transporte en el mundo pesa más o menos igual o un poquito más que la agricultura, pero no es lo relevante.

RD – Cuando tú hablas de agricultura ¿siempre hablas del sector en su conjunto?

DM – Agricultura en el concepto amplio, que incluye la ganadería.

RI – Pero en la acepción inglesa del término, la agricultura abarca todo.

DM – "Agropecuaria", llamémosle.

RI – Ahora sí.

DM – Dentro de la agropecuaria hay dos fuentes principales que son: la ganadería y el uso de fertilizantes nitrogenados. Esos son los principales responsables.

El arroz, en realidad, es responsable por algo así como 2 o 3% de las emisiones globales, es muy poquito.

Lo relevante acá son las emisiones de metano por la fermentación entérica, principalmente del ganado vacuno, y el uso de fertilizantes nitrogenados que en Uruguay no es una fuente demasiado importante. En Uruguay, 80% de las emisiones totales provienen de la ganadería. Uruguay en eso creo que es el país con mayor proporción de la ganadería o de la agricultura en el total de las emisiones, y de ese 80% la gran mayoría –poco más de la mitad– es metano de los rumiantes y el resto es óxido nitroso que también proviene del ganado.

RI – En el mismo sentido de lo que decía Daniel, pero agregando otra cosa, lo importante es el tema de los balances, porque hasta ahora hablamos de las emisiones, pero todo es relativo. Los vegetales a través de la fotosíntesis fijan carbono, hacen el proceso inverso. Entonces, las formas de producción son muy importantes. Nosotros tenemos ese nivel de emisiones pero tenemos un enorme nivel de fijación porque es un país que es una pradera y que además tiene bosques, entonces lo que importa es el balance. Pero las metodologías de medición, que son básicamente establecidas en los países desarrollados, se fijan en las emisiones mucho más que en los balances, entonces nosotros tenemos que reivindicar esas cosas.

Por ejemplo, el caso del arroz es bien sintomático. Por cierto produce efecto invernadero, pero nuestra forma de producción de arroz –alternando dos años de cultivo con cuatro años de pradera– es la forma de producción menos contaminante del mundo, donde el balance es el menos negativo en el mundo. Hay que ver las cosas en esos términos, porque si lo vemos en el término absoluto de sólo una de las dos partes, absolutamente todo es contaminante, todo produce efecto invernadero y tendríamos que dejar de comer carne y comer pan y morir de inanición probablemente.


***


EC – Quedan varias intervenciones pendientes.

RD – Sí, Daniel tenía algo atrás de lo que dijo "Catalán".


DM – Yo solamente quería hacer una aclarción con respecto a lo que dijo Irigoyen. No comparto el concepto de que las metodologías estén hechas por técnicos de países desarrollados, de hecho yo he participado junto a muchas otras personas de países en desarrollo en el desarrollo de las metodologías. Y las metodologías de medición, o mejor dichos de estimación, contemplan la totalidad, no solamente las emisiones sino que también las remociones de dióxido de carbono, por ejemplo de atmósfera. De hecho, los inventarios de gases de efecto invernadero –como el que hace Uruguay periódicamente y todos los países– utilizan estas metodologías y allí se estiman tanto las emisiones como las remociones de gases.

EC – ¿Te deja conforme esa aclaración "Catalán"?

RI – No, yo acepto que lo que dije es una generalización, creo que los pesos relativos son diferentes, pero no quiero meterme en una discusión y menos con Daniel que sabe mucho más del tema.

MM – Yo al respecto de todos estos temas quería dejar en claro para la audiencia la pregunta inicial. ¿Por qué parece ser que el metano pesa tanto en nuestras emisiones? En términos de gases emitidos, sin considerar el poder de calentamiento de cada uno, nuestras mayores emisiones son de anhídrido carbónico y después de metano. El asunto es que en los inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero, que son directrices realizadas por el IPCC (Panel Intergubernamental para el Cambio Climático, por sus siglas en inglés), el sector agricultura está separado de los cambios de uso de la tierra y la forestación. Uruguay tiene su mayor fuente de emisiones de anhídrido carbónico en términos absolutos pero, dado que hay sumideros a través de los bosques y el cambio del uso del suelo que están contados separados de la agricultura, el balance de anhídrido carbónico en Uruguay es cero. Ahí queda en evidencia que se ha demonizado un poco –a mi entender– el tema del metano y las emisiones de la agricultura

EC - Aclaremos el término "sumidero" porque no sé si todo el mundo lo domina.

MM – Los sumideros son las remociones de carbono de la atmósfera fijadas en el suelo o en los bosques. Por ejemplo, en los árboles en crecimiento se fija el carbono.

RD – ¿Tu querés decir que estas emisiones quedan sobrevaluadas?

MM – No sobrevaluadas, capaz que Magdalena, que es especialista, puede explicar el tema.

EC – Lo que tú estabas diciendo es que se está poniendo el ojo en un solo lado de la moneda, en la parte de emisiones, y no se está contabilizando por otro lado la captura de esos gases de efecto invernadero que se da por ejemplo por el lado de la forestación.

MM – Más bien es en la forma de contabilizar en los inventarios, la agricultura queda como separada de las remociones. Como decía el "Catalán", si uno piensa en los sistemas de producción de forma global o integradas, con sus pasturas, con su producción de carne, con su forestación, etcétera, los inventarios lo miden en categorías distintas, la agricultura está separada de los cambios de uso de la tierra. Entonces queda como que en Uruguay el sector agricultura, tal cual está medido a nivel internacional, aparece como un gran emisor de gases de efecto invernadero por el metano, que es prácticamente lo único que Uruguay emite porque el carbono se fija por los árboles.

MP – Me gustaría complementar lo que dice María y aclarar también algunas cosas. En la metodología desarrollada por el IPCC –con metodologías con participación de técnicos de todo el mundo, de los países desarrollados y en desarrollo, como decía Daniel– es verdad que para los inventarios que se han hecho hasta ahora en Uruguay tiene categorías separadas. Para el inventario, las emisiones del sector agricultura –agropecuario para Uruguay– se contabilizan, por un lado, como emisiones de gases y, por otro lado, como "cambio en el uso de la tierra", silvicultura, que para Uruguay son "absorciones".

Eso es una realidad, creo que Daniel lo puede aclarar más. Hay una metodología nueva, que todavía no ha sido utilizada por Uruguay, donde estos dos sectores se unen, o sea que se podrían reportar estos números.

Pero a mi entender esto es relativo, las emisiones del sector agropecuario van a seguir siendo las mismas, el sector silvicultura y uso de la tierra va a tener esas absorciones. Aunque las sumemos y digamos que esas son las emisiones netas del sector, a la hora de mirar los números y decir "por qué contabilizo yo para saber dónde estoy emitiendo, qué acciones puedo tomar o no", igual tenemos que mirar quiénes son los que emiten y dónde están las absorciones. Quizá a los efectos de un reporte y de decir cuáles son los responsables de estas emisiones sí importe, pero también es importante mirar las emisiones por separado.

RD – Yo quiero volver al origen, y sigo sin convencerme si al final debo preocuparme o no debo por el tema de las emisiones de la ganadería en Uruguay.

EC – Yo agregaría que esa preocupación posible tiene dos ángulos. Uno, si con nuestra principal producción estamos contribuyendo al calentamiento global. Dos, si por este motivo vamos a tener perjuicios comerciales, si podemos llegar a ser sancionados.

DM – No tenemos que engañarnos a nosotros mismos, tenemos que tratar de ver la realidad. Si las emisiones de la agricultura están reportadas bajo una forma o bajo otra no importa, como decía Magdalena, son emisiones y punto. Y el hecho es que Uruguay tiene emisiones muy altas y nuestra producción de carne es con emisiones relativamente más altas que las de otros países.

Producir un kilo de carne en Uruguay cuesta 60, 70 kilos de dióxido de carbono en términos de emisiones. Esto es mucho más alto que, por ejemplo, Nueva Zelandia, donde cuesta apenas 10 o 15 kilos; estamos cuatro veces arriba. Eso sí debería de ser motivo de preocupación.

RD – ¿Esos números están asociados a los sistemas de producción, a la alimentación?

DM – Sí, claro. Básicamente es porque las pasturas en las cuales se produce carne en Uruguay son pasturas de relativamente baja calidad, mientras que en Nueva Zelandia, con el sistema más intensivo, pasturas con leguminosas, con buen balance entre fibra y proteína, las emisiones son menores. Eso es algo que acá se puede lograr.

RI – Pero ahí entran otra serie de factores que también tienen que entrar en la cuenta, porque en la medida que se intensifica la producción, se agriculturiza la ganadería, también aumentan los gastos en combustibles, en fertilizantes. Nueva Zelandia tiene problemas ambientales mucho más graves que Uruguay debido a la producción agropecuaria, aunque el nivel de emisiones de anhídrido carbónico pueda ser menor.

EC – ¿No está contabilizado?

DM – Por supuesto, incluye todo el ciclo de vida y la cuenta es muy favorable. Si nos negamos a reconocer eso, vamos a perder. Esto no es una amenaza inmediata, es una amenaza que está en el horizonte y hay que tenerla presente. Se pueden hacer cosas, incluso convertir esa amenaza en oportunidad.


***


EC – ¿Con quién seguimos, Rosanna?

RD – Magdalena.

MP – Yo tenía un comentario sobre el tema de las emisiones por unidad de producto de nuestros productos, comparados con los de otros países, sin entrar en la discusión de cuánto es el producto de Uruguay, cuántas son las emisiones de los productos de Uruguay y cuántos son las de otros países. Creo que por eso es importante que Uruguay trabaje en la caracterización de las emisiones de nuestros productos teniendo en cuenta los diferentes sistemas productivos que hay.

Y también teniendo en cuenta que es algo que los mercados están pidiendo. Por ejemplo, en Francia ya hay una ley que indica que en 2011 se va a pedir a todos los productos que ingresen a su país "la huella de carbono", o sea cuántas son sus emisiones de dióxido de carbono por unidad de producto.

Eso es algo en lo que tenemos que pensar y para eso tenemos que conocer cuánto emite la producción de nuestro kilo de carne, nuestro kilo de leche de productos lácteos. La mayoría de nuestras exportaciones vienen de la ganadería: productos lácteos, cuero, carne y lana, y creo que eso es importante.

El Ministerio de Agricultura de Chile, por ejemplo, está trabajando en la caracterización de las emisiones de sus principales productos de exportación, por eso creo que es un tema en el que debemos trabajar.

EC – ¿Acá cómo estamos? ¿Hay un esfuerzo coordinado proveniente del gobierno, hay esfuerzos individuales de empresas o de sectores?

RD – Para mi fue una sorpresa encontrar en mi trabajo previo una institucionalidad bastante fuerte en el tema, dado que yo no conocía nada. Hay bastante adelantado, ¿no?

MP – En Uruguay, en lo que refiere a los inventarios de emisiones de gases de efecto invernadero se está trabajando desde el año 90, los inventarios se han hecho para el año 90, 94, 98, 2000, 2002 y 2004. Pero específicamente en lo que refiere a estas caracterizaciones por unidad de producto, y sobre todo viendo que las emisiones de este sector tienen una alta participación en las emisiones de Uruguay, en el año 2007 se conformó un grupo de expertos en el tema en el que estaban Daniel, María y representantes de diferentes instituciones del sector privado, del sector académico, para empezar a trabajar en el desarrollo de factores de emisión específicos para Uruguay. Eso tiene que ver con los factores de emisión del sector, pero esto que estamos diciendo va más allá, es ver las emisiones por unidad de producto de estos productos.

RD – Tú que has estado en negociaciones internacionales, ¿cómo está Uruguay en eso? ¿Estamos avanzados? ¿Cuál es la medida de lo que se ha hecho y lo que se ha caracterizado hasta ahora?

DM – Yo creo que Uruguay ha hecho muy bien algunas cosas en esta área. Creo que es importante hacer notar que a nivel internacional, en el ámbito de las negociaciones de la Comisión de Cambio Climático, hasta el año pasado siempre se manejaba el concepto de emisiones per cápita como la medida de cuán bien o cuán mal posicionado estaba un país. Uruguay en eso estaba pésimamente posicionado, tiene emisiones per cápita tan altas como las de Japón, España o Francia.

EC – ¿Per cápita qué quiere decir?

DM – Por habitante.

EC – Por habitante humano.

DM – Ahora, el año pasado Uruguay lideró la negociación en proponer un nuevo concepto, que es el de promover que las emisiones en la agricultura en particular –la agropecuaria– no se midan en términos per cápita sino en términos de unidad de producto. La lógica de esto está dada por el concepto que también está incluido en el artículo 2 de la Convención de Cambio Climático, que es que las medidas de mitigación del cambio climático que se implementen no deben afectar la seguridad alimentaria. Y si se le ponen topes a las emisiones de la agricultura en un contexto en el cual debemos duplicar la producción de alimentos en los próximos 30, 40 años entonces podría pasar que como medida de mitigación algunos países, especialmente los desarrollados, reduzcan sus emisiones para cumplir con sus obligaciones. De ahí, Uruguay junto con otros países, Nueva Zelandia en particular, propuso y Magdalena finalmente quedó como presidenta de la comisión de negociación de esta área debido a la fuerza de Uruguay en esta idea. Hoy la convención se está encaminando hacia el concepto de que la agricultura no tenga emisiones topeadas sino que tenga objetivos de reducción de emisiones por unidad de producto.

MM – Yo quería complementar lo que venían diciendo Magdalena y Daniel respecto a la medición por producto, que obviamente es la forma mejor y más real de medir la emisión de un país.

EC – ¿Qué quiere decir en términos concretos "por producto"?

MM – Por kilo de carne, por kilo de leche producida. Respecto a lo que decía antes Daniel, él tiene unos números; mis números me dan más bajos de cuánto metano en carbono equivalente por kilo de carne. Coincido con Magdalena en que tenemos que tratar de trabajar en estos temas sumando en cada sistema de producción todos los gases de efecto invernadero; además de metano el óxido nitroso, por ejemplo, o sea como carbono equivalente por kilo de carne producida o kilo de leche producida.

Entonces ahí me da la impresión –no conozco tanto los números de otros países– que no estamos tan mal posicionados porque hay como un "trade off" de gas efecto invernadero según los sistemas de producción. Al aumentar la fertilización nitrogenada de las pasturas, al aumentar la fijación de nitrógeno por las leguminosas, también aumenta el óxido nitroso, que es muy importante. Entonces me parece que hay una cantidad de prácticas de manejo de pasturas, de manejo animal, de alimentación animal, que llevan a aumentar la productividad y la eficiencia de producción y a su vez a disminuir en lo posible las emisiones por kilo de carne producida o kilo de leche producida. Y esa es un área que tenemos que empezar.

EC - ¿Hay alternativas? ¿Existen paquetes tecnológicos que permiten que la producción de carne del Uruguay emita menos gases de efecto invernadero?

MM – Exactamente, si no tendríamos que matar los animales, esa es la otra opción...

RD – Intensificás los sistemas y aumentás los kilos de producto obtenido, ¿cómo juega eso con el aumento de los gases?

MM - Claro, en esto que decían Magdalena y Daniel sobre la huella de carbono se consideran todos los gases, entonces hay que tener cuidado con las recomendaciones o las comparaciones con países. De pronto se están emitiendo emisiones de metano al manejar los residuos –la bosta– en los feed lot y eso concentrado emite metano porque hay fermentación anaeróbica de materia orgánica. Pero también hay formas de mejorar ese manejo.

A su vez, al mejorar las pasturas hay fertilización y ésta debería ser la exacta o la necesaria, no debe haber exceso, para que no haya fugas o mayores emisiones por óxido nitroso.

Lo otro que quería aclarar, es que acá vine a título personal por mis trabajos desde La Estanzuela, donde trabajaba anteriormente en la parte de nutrición animal. Y seguí muy vinculada a estos temas, pero en el ministerio también se está comenzando a trabajar estos temas

RD – Aclaremos que es el Ministerio de Ganadería.

MM – Yo también soy técnica del Ministerio de Ganadería y el futuro ministro está muy interesado en trabajar estos temas, en calcular la huella de carbono, en tratar de incentivar en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente, los técnicos, la investigación y el desarrollo de estos temas.

EC – Es algo que tenemos que hacer por esas dos razones: para perjudicar menos al clima contribuyendo menos al calentamiento global y para no exponernos a sanciones comerciales. ¿Efectivamente esos son los dos motivos?

MM – Exactamente. Hay una cosa muy buena que es lo que se llama el "win win", el "ganar ganar". Normalmente, el aplicar todas esas prácticas más eficientes lleva a un aumento de la productividad; por supuesto que todo depende de los precios externos en los mercados pero puede haber ganancias.

RI – Una cosa en que los cuatro estamos obviamente en total acuerdo es que debemos trabajar, debemos objetivizar lo más posible el problema. Creo que se está haciendo, el INIA está trabajando en estos temas, el ministerio está trabajando, hay instituciones privadas que lo están haciendo, hay mucho para avanzar pero estamos avanzando. Por ese lado estamos todos de acuerdo, si de mis palabras previas surgió otra cosa fue porque me expresé mal.

Ahora, la otra parte que considero muy importante es que no podemos dejarnos acorralar por la discusión sobre cómo se plantea desde los países desarrollados. Por ejemplo, Alemania también tiene vacunos, que también emiten gases, probablemente más que los nuestros porque están mejor alimentados. Sin embargo, es el 2% del total de emisiones que realiza Alemania. En nuestro caso la ganadería es el 85%. Inglaterra también tiene vacunos y ovejas, y las emisiones son el 4%. Entonces ¿por qué no discutimos sobre el otro 96-98%% y centramos la discusión en el tema que es para nosotros vital desde el punto de vista económico?

EC – Algo de ese estilo decía más temprano un oyente a raíz de la campaña de Paul McCartney: "Paul McCartney se queja por el tema de la carne y su contribución al efecto invernadero, pero al mismo tiempo se traslada permanentemente en aviones que ¿cuánto contaminan y cuánto contribuyen al efecto invernadero? Seamos coherentes en todo caso".

RI – Los músicos que se dediquen a mejorar la música y no a mejorar el planeta.

MP – Te estas refiriendo a los otros porcentajes que no son la ganadería; en esta tertulia no estamos tratando sobre ese porcentaje. Por supuesto que esos otros porcentajes se están tratando y en el ámbito de la ONU se le está exigiendo a los países desarrollados que reduzcan sus emisiones ...

RI - ...pero la noticia es lo que dijo Paul McCartney en el Parlamento Europeo...

EC – Vamos a no caricaturizar tampoco porque está de por medio nada menos que el presidente del IPCC.

MP – La segunda acotación es, Cotelo, ¿usted sabe la nacionalidad de Pachauri?

EC – Indio.

MP – Por supuesto. Bueno, para él las vacas son sagradas entonces no es...

RI – ...y hay que medir per cápita por supuesto...

MP - ...y él es vegetariano. Fue ampliamente criticado en el ámbito de la ONU que el presidente del IPCC dijera eso como una opinión personal, porque no eran los resultados del informe de la ONU. Eso es algo importante a destacar.

RI – Si aceptamos que toda la discusión está en ese plano, estamos aceptando una visión totalmente parcial y que no nos conviene. Deberíamos enfrentarlo de otra forma.

Porque hay otra parte del problema. Según la FAO, la economía de 1.000 millones de personas en el mundo depende directamente de los vacunos. De esos 1.000, tres millones son uruguayos. Entonces no podemos analizar el tema con una perspectiva desde el punto de vista ambiental, fijada por otros que tienen una estructura productiva y económica absolutamente diferente; debemos hacerlo en el segundo punto que mencionaba Emiliano, porque esos elementos –al igual que el bienestar animal y otras serie de consideraciones que también tenemos que estudiar y prepararnos– influyen cada vez más en el comercio y en la economía. Entonces, la propuesta del señor McCartney será muy atractiva para un vegetariano pero puede sumir en la más absoluta miseria a 300 o 400 millones de personas en el mundo, cuya economía depende básicamente de esos animales que, según ellos, son más nocivos que una fábrica o un Mercedes Benz.

Y lo que decía Daniel, que me parece un logro muy importante de Uruguay, de no hacerlo per cápita porque si no...

EC - ...no hacer la medición per cápita?

RI – Pero claro. Los chinos y los indios contaminan todo el planeta y no les da nada; nosotros, como somos tres gatos locos, con cualquier cosa que hagamos somos los grandes contaminadores.


***


EC - ¿Cuántas cosas quedan para decir todavía, Rosanna?

RD – Daniel, tú querías hablar algo de las oportunidades.

DM – Sí. Podemos filosofar todo lo que queramos sobre si el calentamiento es real, si es causado por el hombre o no, etcétera, pero hay una realidad: que el mundo hoy está mirando a las emisiones y en todo ese paquete está mirando a la ganadería.

Frente a eso yo creo que Uruguay tiene una muy buena oportunidad. Primero, conviene recordar que desde más o menos la década del 50 –estamos hablando de hace 60 años o más–, con la creación del Plan Agropecuario en Uruguay, se estuvo intentando de muchas maneras distintas importar de alguna manera el sistema de producción de Nueva Zelandia, basado en introducción de leguminosas a las pasturas y la aplicación de fertilizantes fosfatados. Ese esquema creo que sigue siendo muy deseable para muchos y hoy tenemos una oportunidad de implementarlo. Porque la solución al problema de las altas emisiones por kilo de carne –que sean 50, 60 o 70 eso depende cómo se lo mida y qué cosas se consideren– son emisiones que se pueden bajar. La manera de bajarlo creo que existe y es relativamente sencilla, son tecnologías conocidas, básicamente mejoramiento y fertilización de pasturas. Esto permitiría dos cosas. Uno, aumentar la producción de carne en el país. Las emisiones también aumentarían pero aumentarían en menor medida, por lo tanto las emisiones por unidad de producto disminuirían.

Y debemos tener presente que mientras en Europa hay campañas para que la gente se vuelva vegetariana o coma menos carne, por cada vegetariano que surge en Europa surgen dos o tres comedores nuevos de carne en China o en otros países, en África incluso. Entonces, la demanda de carne a nivel mundial va a seguir aumentando y eso es un dato de la realidad. Uruguay tiene ventajas porque hoy hay cosas como el bienestar animal que son temas que el mundo está mirando y muchos consumidores prefieren comer carne que viene de vacas que vivieron en buenas condiciones y no de vacas o novillos que estuvieron encerrados en feed lot. Tenemos las ventajas de la calidad de la carne, y se entiende que la carne producida a partir de pasturas tiene una calidad superior a la que es producida a partir de granos. Y tenemos el concepto de que sería una ganadería que no estaría compitiendo con la producción de alimentos, o estaría compitiendo en menor medida.

RI – Perdón, de otros alimentos.

DM – De otros alimentos, perdón. Creo que hay una oportunidad para aprovechar, hoy hay un mercado de carbono que premia las acciones que se implementen para la reducción de emisiones, se puede acceder a certificación de la reducción de emisiones y a la comercialización de sus certificados. Estamos hablando de un mercado de cientos de miles de millones de dólares a nivel mundial y ahí es donde está la oportunidad para Uruguay.

MP – Sí, en la línea de lo que decía Daniel y lo que se había dicho antes, creo que en Uruguay debemos trabajar en caracterizar nuestros sistemas productivos, en mejorar e introducir las tecnologías que permitan disminuir esas emisiones por unidad de producto, pero sobre todo en principio caracterizar y saber dónde estamos parados. De acá surgió que quizá no sea tan claro cuántas son nuestras emisiones por unidad de producto exportado.

Y por supuesto eso hay que verlo como una oportunidad y no como una amenaza, de forma de posicionar a nuestro país en el mercado internacional.

RD – Magdalena, ¿están trabajando cerca de la industria en esos temas?

MP – Es un debe. Creo que la industria debería participar más de cerca en este tema.

RD – ¿Está invitada?

MP – Sí, en el grupo de factores de emisión que se formó estaba por ejemplo el Instituto Nacional de Carnes (INAC), participando. Hace dos años, en un taller realizado por una red internacional que se dedica justamente a la investigación en estos temas, que fue impulsada por Nueva Zelandia, participó la industria.

Pero sin lugar a dudas que debe participar y estar como nuestro Ministerio de Ganadería, el INIA y la Facultad de Agronomía y una cantidad de actores que deben estar coordinados para trabajar en este tema.

MM – Yo quería hacer un comentario respecto a la famosa huella de carbono que se está poniendo de moda y de la que se está empezando a hablar hace relativamente poco. Es la suma de todos los gases de efecto invernadero que se generan en el ciclo de vida con el proceso de producción de un producto hasta el consumidor, o en algunos productos hasta la eliminación de los residuos que genera al final.

Todavía falta a nivel internacional acordar protocolos que coincidan qué ciclo de vida del producto tomar, hasta dónde vamos para atrás. ¿Cómo se contabilizan los insumos que entran en un establecimiento rural, como los fertilizantes?, ¿se pone ahí o se pone dentro de la emisión de la fábrica?, ¿hasta dónde para atrás o hasta dónde para adelante. Por ejemplo en todo el tema del transporte internacional en el comercio. Lo que quiero decir es que la huella de carbono, además de ser una exigencia ambiental para algunas personas, se puede transformar en una barrera, un proteccionismo "verde", como se llama ahora.

RD – ¿Y deberíamos pensar a futuro que los productos en las góndolas van a tener por ejemplo esos etiquetados que aclaren las emisiones del producto?

MM – Francia, aparentemente a principios de 2011, pondría una ley que exige el etiquetado de los productos que tengan determinada cantidad de carbono.

RI – Miles de generaciones de selección natural en la historia de la humanidad han hecho al hombre omnívoro, come de todo. Entonces un vegetariano, al igual que el que practica cualquier otro tipo de religión, tiene la más absoluta libertad de hacerlo pero lo que no tiene derecho es a tratar de imponer sus costumbres o sus gustos al resto de la humanidad en perjuicio del bienestar de cientos de millones de personas. Yo creo que tenemos que centrar ese aspecto cuando enfocamos este tipo de discusión.

Y en ese contexto debemos estudiar lo más posible, tener los mayores elementos objetivos demostrables para exponerlos ante el mundo, discutir las cosas con la mayor objetividad. Pero no hay que dar por sentado que con eso estamos haciendo un gran beneficio al clima. Es una actitud defensiva por los problemas comerciales, que básicamente derivan de no tener argumentos para demostrar que lo que nosotros hacemos es infinitamente menos grave que lo que hacen los que nos están señalando con el dedo.


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EC – "A Paul McCartney no me lo toquen, hizo que este mundo fuera más vivible", dice Guillermo en uno de los mensajes. Pero también aparece Felipe, de Paysandú, que dice: "Tengo una vieja revista ‘Pelo’ y en la tapa aparece Paul en su campo, rodeado de ovejas".

Cómo seguimos, Rosanna?

RD: La próxima Tertulia Agropecuaria se emitirá desde Soriano en el predio de la Expo Activa el jueves 18 de marzo, de 9.00 a 10.30 horas, con fonoplatea abierta: "La agricultura del Siglo XXI". Debaten un productor local, un asesor especializado, un investigador y un grupo agrícola extranjero.