A la fecha se lleva cosechado cerca del 25 a 30% del área de primera, o sea las sembradas de forma temprana, es decir octubre y noviembre fundamentalmente.

Las chacras presentan condiciones muy dispares según las zonas y en función de las lluvias recibidas en los períodos más importantes del cultivo, como el llenado del grano. Granos más chicos explican el porqué de la caída en los rendimientos aunque esto no implica el grano sea de mala calidad.

A nivel sanitario fue una zafra muy buena, no presentándose grandes problemas.

Los rendimientos pueden llegar a ser menores en el caso de los sembrados de forma tardía, porque la diversidad de la situación del cultivo es mayor. Las segundas, que se siembran luego de las cosechas de invierno, generalmente sobre el mes de diciembre, tuvieron el grueso de la siembra en enero, por las condiciones climáticas.

Recordemos que la última encuesta de la Dirección de Investigación y Estadísticas Agropecuarias había arrojado que la intención de siembra de los productores, en primavera, rondaba el 1 millón de hectáreas,  el máximo histórico alcanzado por un cultivo agrícola a nivel nacional. Pero la falta de lluvias en esos meses provocó una caída del área sembrada y si bien no hay datos oficiales, los productores estiman que estuvo en el eje de las 900 mil hectáreas.

En la campaña anterior, se logró una producción récord del grano que totalizó 1,8 millones de toneladas, a partir de una siembra de 860 mil hectáreas.

Si bien este año como decíamos se estima que se llegó a sembrar cerca de 900 mil, es probale que producto de la caída que se está registrando en los rendimientos, la producción alcance solo a 1,5 millones de toneladas.