La Tertulia Agropecuaria analiza la soja en el mercado uruguayo
¿Cuál es la situación actual de la soja en Uruguay, un grano que en buena medida ha sido el motor del crecimiento del agro en la última década? En una nueva edición de la Tertulia Agropecuaria Romina Andrioli y Rosanna Dellazoppa analizaron el tema junto al ingeniero agrónomo y gerente de Agroterra, Gonzalo Reynoso. En la Tertulia el ingeniero destacó que con la coyuntura actual "la soja va a volver a ser el motor de verano". Además resaltó la importancia del uso de la biotecnología en este cultivo dado que se mitigaron efectos reductores de rendimiento.
(emitido a las 8.54 hs.)
ROMINA ANDRIOLI:
En el mundo cada vez son más las personas que requieren de más y mejores alimentos. Y en ese contexto, el maíz y en especial la soja, productos ricos en proteínas, se consolidan al frente de la demanda.
Y si bien los requerimientos son cada vez mayores, al mismo tiempo se reduce el área cultivable por habitante en el mundo.
Esta situación genera la necesidad de encontrar la forma de aumentar los rendimientos de los cultivos por unidad de superficie. Para ello todos los actores en el sector coinciden en destacar que la biotecnología, el mejoramiento genético y las prácticas agronómicas sustentables juegan un rol clave.
Vamos a conversar un poco de todo esto, de la situación actual de la soja y qué está pasando con este cultivo en el mundo y en Uruguay.
Rosanna, presentemos a nuestro invitado…
ROSANNA DELLAZOPPA:
Nuestro invitado es Gonzalo Reynoso, ingeniero agrónomo, muy joven, 33 años, gerente técnico de Agroterra y radicado en la zona de Young.
RA - Los precios que impulsaron un fuerte crecimiento del área sembrada de soja en los últimos años ya no son tan altos. El precio de la soja a futuro, para el año que viene, ronda los 380 dólares la tonelada, cuando hasta hace un tiempo se manejaban cifras del entorno de los 500 dólares o incluso más. Las cifras ya no son tan importantes pero siguen siendo buenas. ¿Cómo impacta ese cambio?
GONZALO REYNOSO:
Sin duda es un cambio importante. Porque cuando uno trabaja sobre precios altos –y si vemos la historia, veníamos trabajando con los precios más altos de la historia de estos granos– está muy cerca de que en algún momento los precios tengan que caer, porque en algún punto la oferta y la demanda los regula, por más que hay una demanda muy sostenida. En ese sentido era lógico que en algún momento, después de cuatro zafras buenas –dos años seguidos en el hemisferio sur y en el hemisferio norte– de cosecha de soja, hubiera una oferta importante, que lógicamente va a bajar los precios.
Yo no lo veo tan alarmante, me parece que la superficie cultivada en el Uruguay se va a mantener. Además estamos en un momento en que ya están renovados los contratos, que se renuevan en mayo, junio, y los contratos están hechos para respetarlos, por tanto eso sigue adelante.
Y frente a la posición de pararnos y preguntarnos qué alternativa tenemos, cuando tenemos una renta agrícola que ya es importante, desarrollar ganadería en esa superficie prácticamente te deja fuera del negocio ya por la renta en sí. Si encima le vamos a sumar una pastura e invertir quizás 400 dólares por un animal, por un novillo, es una inversión muy alta, la rentabilidad ya está condicionada.
En ese sentido la soja hoy sigue siendo el cultivo con el cual seguir adelante. Obviamente los equilibrios, los costos que uno tiene que producir para pagar todos los gastos son un poco mayores, pero de todas maneras es un buen negocio.
Quizás se comprometa un poco más en las zonas marginales. Hay dos tipos de zonas marginales. Son zonas marginales las que están muy distantes del puerto, y eso encarece algo los costos. Si uno trabaja un poco los números, al pasar de 450 a 380 dólares en zafra hay que sacar 80 kilos de soja más para pagar ese diferencial de flete referido al precio de la soja.
RD - Lo compensás solamente produciendo bien.
GR - Ahí va, el punto de la marginalidad depende de si es marginal por la productividad. Si es marginal por la productividad estamos en un problema, porque estamos manejando equilibrios. Si estamos en torno a los 2.500 kilos de soja, ese nivel de productividad que ya te limita de entrada o te condiciona la ganancia, sobre todo cuando los márgenes de esta actividad dependen directamente de los ingresos, y sobre todo está dado por el rendimiento y el precio. Pero el rendimiento juega un rol muy importante aquí y determina mucho del margen, no son tanto los costos. Hay que diferenciar esas cosas.
RD - Cuando hablás de contratos, te referís a que el dueño de tierras ya estableció un contrato con el que va a sembrar. Eso se hizo en mayo, entonces salvo que no seas una persona responsable o seria, ya está establecido que va a ser así.
Por otra parte, cabe aclarar que la baja del precio sigue siendo un desafío para el empresario, tratar de sacar lo más posible, o sea aumentar la productividad, cuidando el suelo y disminuyendo los costos fijos por unidad de superficie. Afinar números en eso.
Mi percepción es que la mayoría, sobre todo los grandes grupos y la gente que hace las cosas bien, ya ha dejado bastante de lado los suelos marginales. Entre el plan de uso y manejo de suelos y que la alteración de la cuenta viene dando que hay que afinar más, los suelos que son marginales para producir –no por distancia– son no digamos cero, pero se han reducido bastante.
GR - Es cierto, se han reducido. Los planes de uso han forzado a ajustar sobre todo ese tipo de suelos, y lógicamente estos pequeños ajustes en los valores también van llevando a que alguna zona que todavía quedaba, para este año no creo, pero sí para el año que viene, posiblemente vaya tomando otro destino.
RA - Recordemos en qué consiste el plan de manejo de suelos.
RD - El plan de uso y manejo consiste en que se debe presentar un proyecto para el campo en el que se planifica la secuencia de siembra de cultivos, que después se pasa por un modelo de erodabilidad, la ecuación universal de pérdida de suelo. Esa propuesta técnica de sucesión de cultivos debe pasar un número tal que implique que el suelo que se pierde es lo mínimo posible.
GR - El patrón es el campo natural. El campo natural tiene una pérdida natural de suelo que es normal y corriente. Cuando uno genera una actividad genera cambios, entonces ese plan de trabajo tiene que buscar que la actividad que uno genere no sobrepase determinado valor que ocurre naturalmente. Si se ajusta a esos rangos está perfecto. Hay que tener definida una secuencia de cultivos aprobada por un técnico de manera anticipada y en caso de hacer cambios se deben notificar. Es interesante ver y puntualizar que es un plan que contempla la erosión, que es una parte muy importante de la sostenibilidad de los sistemas de producción.
RD - Es el cuidado del recurso suelo, que es un recurso finito.
RA - ¿Cuánto incide este factor del manejo del suelo en la producción de soja en general?
GR - Este factor a priori debería bajar la proporción de soja con relación a los otros cultivos, o aumentar la participación sobre todo de los cultivos gramínea de verano como el sorgo y el maíz. Me parece que va a ir conduciendo a eso. Recién vamos en el primer año de elaboración, entonces uno puede poner el cultivo gramínea en el primer año, lo puede poner en el segundo, en el tercero, en el cuarto, hay que ver en qué momento se ubicó para que vaya sucediendo. Sí me parece que este año, con estas coyunturas que tenemos puntualmente, la soja va a volver a ser el motor de verano.
RD - Sobre todo pensando que hay mucha gente que dejó área de trigo sin sembrar y que va a haber mucha soja de primera. En cierta forma lo que me preocupa es la diferencia entre el ideal y lo que en realidad está pasando en las chacras.
GR - Lógico. Después están las inclemencias del tiempo, que son difíciles de prever en este tipo de planes. Cayó muchísimo el área de invierno, que es muy importante porque mantiene cubierto el suelo una gran cantidad de tiempo y a su vez con una muy buena productividad, porque uno lo fertiliza, le corrige las malezas, entonces cuanto mayor sea la producción por unidad de superficie, más beneficioso para el suelo. Eso es muy importante en ese sentido, por tanto tener poco invierno obliga a tener cultivos de cobertura, que son aquellos que se siembran sin interés económico.
RD - ¿Los puentes verdes?
GR - Los puentes verdes. Dadas las inclemencias del tiempo que tuvimos en los momentos de siembra, que fueron otoño, principios de invierno, se pudieron sembrar pocos cultivos de cobertura. Eso genera tener suelos descubiertos, y no es la mejor manera de llegar preparado para el siguiente cultivo, como es la soja. La proporción de soja de primera va a ser muy alta este año nuevamente, el año pasado ya fue importante y este año va a ser aún más importante con relación a los últimos años.
RD - O sea que el productor, independientemente de los precios y de los mercados a futuro, va a seguir apostando a este cultivo y tratando de mejorar las cuentas en eso.
GR - En el escenario actual no tiene muchas más alternativas atractivas desde el punto de vista económico. En estos escenarios, cuando el horizonte de futuro bueno, y se dan estas circunstancias de bajas en los precios, con una inercia de insumos un poco caros y de rentas que todavía no se han ajustado mucho, muchas veces el objetivo de las empresas es subsistir o pasar un año sin aspirar a altas ganancias, tratando sobre todo de no tener pérdidas.
RD - Reacomodar los aperos.
GR - Reacomodar los aperos, ajustarlos y ordenarlos para quedar bien posicionado para los años siguientes.
RD - Esa es una estrategia empresarial clave. Por otro lado a veces prima el cortoplacismo, el dueño de campo que quiere ya ya ya la renta alta y es difícil esa comprensión de que no todos los años son de margen grande.
GR - Ese es el punto que se choca un poco de frente, es una realidad que está pasando muchísimo, y creo que los planes de uso del suelo todavía no están reflejando las rentas que deben pagar por el campo. El dueño de los campos hoy tiene un costo oculto, por muchos años de soja, que es la pérdida de calidad del suelo. No la están valorando y están condicionando la productividad futura de esos campos. Hoy, con los planes de uso, la rotación es la que tiene que tener valor para el campo, porque cambia los ingresos económicos de quien realiza la actividad, porque hay cultivos que no son de gran renta y hay cultivos que sí generan buena renta. En ese sentido es importante ver el mediano plazo, hay cultivos que se hacen condicionando una renta, pero porque en el futuro se va a recoger un buen beneficio, sobre todo con la soja.
RA - Hablando de rotación, Pablo del Cerrito pregunta: "¿Es cierto que después de plantar soja el suelo no sirve para plantar otra cosa?";.
GR - No, eso es un mito urbano, lo he escuchado muchas veces. La soja en sí es un cultivo más, no es distinto del resto. Tiene sus diferencias como especie, lógicamente. La soja tiene una extracción de nutrientes importante por unidad de grano producido, pero produce tres toneladas. Un cultivo de maíz o sorgo requiere menos nutriente por tonelada producida, pero produce quizás más del doble por hectárea. En definitiva la cuenta neta da la misma extracción por hectárea de un cultivo y otro. No hay diferencias en cuanto a la extracción de nutrientes, y lógicamente después de la soja se puede sembrar cualquier cultivo sin ningún problema.
RD - También depende muchísimo de quien esté al frente del manejo del cultivo. Porque si lo que hacemos es sacarle y sacarle nutrientes al suelo y no hacemos la devolución, lógicamente la cuenta va a ser difícil. No sé por qué trasmite ese mensaje, ese mal marketing de la soja de que saca, saca, saca. Eso lo hace es el que tiene mirada cortoplacista, el que maneja para sacar lo máximo en el momento sin preocuparse de la mirada futura.
RA - Otro factor que incide es el tema climático.
RD - Estuve en una jornada en la que se hizo una especie de puesta al día en el tema de cómo mitigar los aspectos referidos al cambio climático. Estuvo el doctor Baethgen. Me interesa que Gonzalo cuente cómo hoy a la hora de definir una estrategia empresarial y una planificación también el tema clima es una herramienta importante. Cambio climático es más a nivel global, ahora se habla de cambios decádicos y de variaciones interanuales. Veamos como herramienta cómo se aplica específicamente a la hora de planificar.
GR - Es muy importante, hay que tenerlo bien presente, hay que seguir de cerca tanto los cambios decádicos como los interanuales. Nosotros año a año tenemos informes de caracterización del año como Niño, con una probabilidad de lluvia por encima de lo normal; normal, en el que llueve lo normal, y Niña, que es el más seco. Eso es un pronóstico grande que nos da una idea de cómo va a ser la campaña de cada cultivo. Después hay que darles mucha atención a todos los informes regionales, zonales, que nos van diciendo cómo pasó, cómo está viniendo y cómo va a pasar el clima para adelante.
Eso nos va a llevar a hacer distintas gestiones del riesgo. Uno puede planificar, según el tipo de año, qué cantidad de cultivo realiza, por ejemplo maíz de primera o soja; si lo hace más temprano o más tardío; qué variedades puede incorporar, porque hay variedades que tienen un comportamiento muy bueno cuando las condiciones son muy buenas, pero cuando las condiciones son muy restrictivas son muy inestables, y la fertilización.
RD - Y la fuente de información, Baethgen insistía en que hay mucho "bolazo";. Se está trabajando mucho con el instituto de Columbia, con el ministerio, con el INIA y con el Inumet (Instituto Uruguayo de Meteorología) para tratar de mejorar la herramienta. El Inumet va a perfeccionar mucho esto para asistir al productor en la toma de decisiones.
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RA - En la charla que mencionaste también se habló de la biotecnología como uno de los factores que inciden en el resultado final de la decisión tomada en la siembra.
RD - Sí, y es importante traerlo porque estamos en los momentos de definición de la compra de semillas y de insumos para la zafra de este año. Se presentó un paquete que se llama "Intacta";, que ya estaba presente en el mercado, pero me interesaba más la biotecnología como herramienta en sí misma. Yo he participado en algunos congresos en Argentina y siempre he quedado impactada por el potencial de esta herramienta.
Entonces me gustaría que Gonzalo explicara cómo vemos la biotecnología en el cultivo de soja, qué novedades hay en ello, sobre todo porque aquí hay otro mito: todo lo que proviene de esta ciencia es malo, contamina, hace mal. Cuando en realidad no existen pruebas científicas y de hecho hay un montón de aplicaciones de la biotecnología, por ejemplo en la medicina, y hasta ahora no hay información científica que avale nada de eso. Entonces me parece importante ver cómo repercute esto, qué permite en lo que hace a aumentos de productividad en general, cómo lo ves para adelante y qué les dirías a los que tienen miedo a los resultados de la biotecnología.
GR - La biología en general, en los cultivos que nosotros sembramos normalmente –que la tenemos en maíz y soja en Uruguay–, lo que hace básicamente es proteger al cultivo de factores reductores del rendimiento. Los factores reductores del rendimiento son las malezas y los insectos, que nos deprimen, nos sacan rendimiento. Normalmente combatimos las malezas con distintos herbicidas y los insectos con distintos insecticidas.
El problema que tenemos es que cuando usamos herbicidas tenemos efectos colaterales sobre el resto de las especies. La biotecnología en este caso lo que hace es incorporar el gen de una especie, introducirlo en la especie de interés, para regular específicamente una característica que queramos mejorar, en este caso crear resistencia a determinados insectos. El beneficio sobre una tecnología convencional es que la proteína que la planta produce es muy específica del insecto, no es masiva, está solamente en la planta y no afecta a muchos de los insectos que pueden estar circundantes de un cultivo, dentro del cultivo. Es muy específica, y con eso disminuye muchísimo el impacto ambiental que tiene esta práctica sobre el resto de los insectos.
En el caso de las malezas, hoy tenemos las sojas RR, que son resistentes al glifosato. Para el cultivo de soja se puede usar otro tipo de herbicidas que tienen efecto más residual, que incluso no son degradados en suelo tan rápido como el glifosato, entonces pueden, a través de las lluvias, ir hacia ríos o aguas subterráneas y generar contaminación. En ese sentido la biotecnología ha permitido no solamente evitar reducción o mitigar efectos reductores de rendimiento, sino, a su vez, disminuir la presión de agroquímicos más tóxicos en los sistemas.
RA - Quizás valga la pena puntualizar las diferencias de la biotecnología con los transgénicos. Un oyente plantea: "Lo que no se mira cuando se habla de la soja es la contaminación masiva que genera su cultivo transgénico. ¿De qué sustentabilidad hablan?";. Firma: un ingeniero agrónomo.
RD - No sé a qué contaminación masiva se refiere.
GR - Parte de lo que trataba de explicar es que cuando uno tiene biotecnología en la planta justamente disminuye el impacto en insectos que no son blanco específico o plaga para el cultivo. En ese sentido se baja la presión de agroquímicos. Hace poco leí un informe que decía que desde el año 1996 hasta la fecha se redujeron en el mundo más de 500 millones de kilogramos de pesticidas gracias al efecto de los cultivos biotecnológicos. Eso es un impacto ambiental fortísimo, favorable y que por supuesto va a contribuir a la salud ambiental.
Otro efecto de la biotecnología, al evitar los factores reductores de rendimiento, es que el aumento de los rendimientos ha generado ingresos adicionales en la producción de alimentos que equivaldrían a más de 120 millones de hectáreas que si se cultivaran con eventos tradicionales. Eso también tiene un efecto extraordinario en el impacto ambiental. Específicamente, hablaban de que en el año 2012 ese aumento en la productividad equivaldría a reducir 12 millones de automóviles de las calles por todo un año, con todo lo que contribuye la emisión de CO2 al calentamiento global.
Esos son los impactos que tiene la biotecnología que nos dan la capacidad de producir más en nuestra hectárea, que es la manera de hacer sostenibles los suelos por más tiempo. Cuanto más produzcan los suelos, más sostenibles en el tiempo van a ser, porque más residuos les vamos a dejar, porque más raíces les vamos a incorporar. Es la manera de seguir trabajando para la seguridad alimentaria de la que tanto habla el mundo hoy día.
RD - Claro, porque la pregunta alternativa sería: si la reducción de área por habitante en el mundo es clara y va en descenso y hay que producir más, ¿cuál es la alternativa, si no es la mejora del rendimiento? Y la mejora del rendimiento tiene que ver con los avances de las ciencias biológicas. Hay una contraposición ahí, pero parecería que no hay otro camino. Acá siempre hemos dicho que la sustentabilidad nos preocupa en sus tres patas, ambiental, social y económica. En eso estamos trabajando el ministerio, el INIA y todos los que estamos aquí. Pero pasar a lo tradicional o a lo netamente orgánico, pensando con eso alimentar al mundo, es una utopía. Es un sueño que todos querríamos.
GR - El cultivo de soja tiene muchas plagas, las plagas son lepidópteros, lo que normalmente llamamos la lagarta, que se comen la hoja. La manera alternativa es controlarlas con agroquímicos. Y si bien los agroquímicos han evolucionado muchísimo y ya no son de tanto impacto global, una buena porción de ellos tienen un espectro de control sobre muchos insectos benéficos, por ejemplo abejas. En el caso de un cultivo con biotecnología y protección de insectos va a ser muy específica para la plaga y no va a tener impactos en el resto.
RD - En la charla mencionaban que el paquete para la soja permitía aumentar el rendimiento cerca de 220 kilos por hectárea.
GR - El Uruguay tiene habilitada lo que se llama soja Intacta, que protege de insectos lepidópteros, las lagartas, y a su vez mantiene los beneficios de control, la tolerancia hacia el glifosato. Las nuevas técnicas de desarrollo de biotecnologías han permitido posicionar mejor el gen dentro del genoma de la planta, y eso ha producido un incremento de los rendimientos de 9,4%. Eso significa, en las condiciones de producción nuestras, 220 kilogramos por hectárea adicionales por este valor que tiene la tecnología, con todo lo que implica a su vez de tranquilidad logística por no tener que estar haciendo aplicaciones en momentos muy complicados, cuando llueve mucho por ejemplo, que no se puede ingresar a los campos y las plagas siguen comiendo los cultivos. Tener la seguridad del control específico para la plaga, los siete días de la semana las 24 horas. Y sobre todo los beneficios del control de las malezas. Al país eso le hace ganar muchísimo en la disminución de agroquímicos.
Y en cuanto al rendimiento, si comparamos el 9,4% de incremento de rendimiento por esta tecnología con el mejoramiento tradicional, convencional, significaría prácticamente nueve años. Estamos frente a un salto cualitativo en el aumento de los rendimientos. La ganancia por mejoramiento genético es del orden del 1,3% anual. Si la comparamos con esta tecnología de 9,4, estamos ganando prácticamente nueve años de un salto, lo cual es fantástico para la producción.
RD - Si todos los productores agrícolas de Uruguay quisieran sembrar esto, hay semillas suficientes en todas las empresas que tienen hoy Intacta en el mercado.
GR - La Intacta hoy no es una imposición, es una opción más de la tecnología y una opción que está creciendo, que arrancó apenas el año pasado. Las empresas semilleristas se van preparando para ir consolidando una demanda que se cree que va a ir aumentando, pero para los niveles de prueba, y más que eso aún, hay buena producción de semilla en los distintos semilleros que hoy participan en el mercado.
RA - Un oyente plantea: "Por favor, expliquen el efecto de los transgénicos";.
RD - Siguen pidiendo pruebas científicas o sacar dudas de que hay resultados negativos.
GR - A ver si lo puedo aclarar. Yo soy ingeniero agrónomo, no especialista en transgénicos. Cuando uno hace un mejoramiento tradicional, del mismo padre nacen hijos que son hermanos pero distintos entre sí. El mejoramiento genético convencional genera más mucha variabilidad que cuando el mejorador trata de combinar determinadas características de un lado y del otro y después elige la mejor que le salió. Cuando uno habla de biotecnología moderna, lo que hace es seleccionar un gen de interés, un gen que codifica para una determinada característica, e introducirlo específicamente en el germoplasma que uno cree que es correcto. Entonces no hay otros cruces, como puede haber en una reproducción sexual, en la que en definitiva hay una diversidad muy amplia en cuanto a los individuos que salen. Es mucho más específica y apunta directamente a esa característica que uno quiere lograr. Mantiene un germoplasma interesante para el ambiente que quiera producir, y le introduce esa característica que le va a traer un beneficio específico para lo que quiere lograr.
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RD - Venís de participar en el Congreso Nacional de Suelos, en Colonia, lo que denota la importancia que se le está dando en este momento al recurso suelo, y justamente la idea central fue intensificar el conocimiento del suelo para producir más y mejor, pero siempre sobre lo sustentable.
Con todo esto que venimos hablando del desarrollo de la soja, aumentos de productividad, pedirle al suelo, ¿qué conceptos grandes podés sacar de esa participación en la que estuvieron los mejores?
GR - Generalmente los agrónomos tenemos la particularidad de trabajar arriba del suelo. Nos importa mucho qué es lo que se produce arriba, y no prestamos mucha atención a lo que pasa abajo. Lo que pasa abajo es tan importante como lo que pasa arriba, porque uno produce buena cantidad de residuos, pero si no produce un buen desarrollo radicular que permita generar canales para que el agua infiltre y haya una buena aireación, eso podría restringir todos esos avances en genética y biotecnología que se están dando.
Entonces es muy importante ver qué pasa con las propiedades físicas del suelo. En Argentina la relación soja-maíz es de alrededor de 8 a 1, y nosotros tenemos una relación incluso más alta. La soja es un cultivo que por ahí no tiene tanto desarrollo radicular como una gramínea de verano, como un maíz, un sorgo. En ese sentido vamos quedando un poco deficitarios al ingresarle input de raíces al suelo, y en la medida en que vamos adicionando años de agricultura vamos viendo que los suelos comienzan a perder algo de calidad, y ahí empiezan los desafíos de ver cómo seguimos.
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Transcripción: María Lila Ltaif
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