La Tertulia Agropecuaria: análisis del desempeño del agro en 2014 y proyecciones para el año que viene
Fin de año es tiempo de balances y resoluciones. La Tertulia Agropecuaria no quedó ajena a esto, y en su última edición del año 2014 decidió analizar cuáles fueron las grandes novedades de este 2014 que afectaron al agro, y cuáles son las proyecciones para el 2015 en esta materia. En esta edición, Emiliano Cotelo y Rosanna Dellazoppa conversaron con Rodolfo Irigoyen y Guillermo Villa.
(emitido a las 9.34 hs.)
EMILIANO COTELO:
El 2014 se termina. Ya quedan solo nueve días para que se inicie el 2015. ¿Qué les parece, entonces, si en esta última edición de La Tertulia Agropecuaria miramos para adelante?
¿Cómo afecta a la producción uruguaya la baja que los precios de los commodities y del petróleo registraron este año?
Después de habernos acostumbrado a crecimientos sin precedentes, ¿hay que preocuparse por el enlentecimiento que se produjo en 2014 no solo en el agro, sino en la economía en su conjunto?
¿Cómo afecta a los productos uruguayos la situación en los mercados externos?
¿Cuál debería ser la actitud de un empresario del agronegocio? ¿Y del productor chico?
¿Qué pasa con las políticas de Estado?
De todo eso vamos a conversar con Rosanna Dellazoppa, coordinadora de La Tertulia Agropecuaria, y con los integrantes titulares de esta mesa: Guillermo Villa y Rodolfo "Catalán" Irigoyen.
¿Cuáles fueron las grandes novedades de este 2014 que afectaron al agro?
RODOLFO IRIGOYEN:
No hubo nada muy espectacular, más allá del inicio de la declinación –no quiero decir tobogán para que no suene muy catastrofista– del impulso de crecimiento que tenía el agro, por varias razones. En primer lugar, la caída sustancial de la mayoría de los precios de los productos agropecuarios; con excepción de la carne vacuna y la carne ovina, todos los demás tuvieron caídas muy importantes, del orden del 20, 25, 30%...
ROSANNA DELLAZOPPA:
Hasta del 50% en la leche.
RI - Sí, pero no quiero comparar el día del máximo con el día del mínimo. Cuando por otro lado no hay ningún atisbo de una disminución sustancial de los costos de producción, eso sin duda enrojece los números. Como anunciamos más de una vez acá, los ciclos no son eternos y en algún momento empiezan a terminar.
EC - Estamos hablando de enlentecimiento, no de caída. Se vuelve a crecer, pero a menor ritmo.
RI - Sí.
RD - A bastante menor ritmo.
RI - A bastante menor ritmo. Hay que tener en cuenta –a veces cuesta entenderlo con una mirada urbana– que los emprendimientos agropecuarios son bastante inerciales, no podés pararlos de un momento a otro. Si uno está arriba de una bicicleta de piñón fijo tiene que pedalear; no vas a desmontar un tambo porque la leche bajó a la mitad, se requiere un tiempo de reacomodo. Entonces el tren puede venir frenando pero sigue avanzando. Lo vería más bien en esos términos.
RD - Decís que la caída fue en el entorno del 20-30% a nivel general. ¿Cuáles fueron las causas principales de eso?
RI - Siempre son fenómenos multicausales.
EC - Hablás de caídas de precios.
RI - Caídas de precios en dólares corrientes. Siempre hay múltiples motivos, en los granos los principales han de haber sido las buenas cosechas que hubo en gran parte del mundo, lo que hizo que hubiera un aumento importante de los stocks, y por lo tanto un aumento de la oferta en el corto y el mediano plazo. La desaceleración (caso de China y otros) o incluso el detenimiento (caso de Brasil) del crecimiento de economías que eran muy demandantes también colaboraron en la disminución de la demanda. Y la caída –esa sí estrepitosa– de los biocombustibles, que ya eran de dudosa rentabilidad con el petróleo a los precios anteriores, con los valores de hoy son totalmente inviables. Por ahí pasa lo principal.
RD - Hoy escuchábamos a Javier, de Deloitte, que hablaba del caso de Rusia.
RI - La caída de la economía rusa y del rublo es enorme. Y nos habría afectado mucho más hace tres o cuatro años, cuando Rusia llegó a ser el principal importador de nuestras carnes.
GUILLERMO VILLA:
Se le vendían más o menos 120.000 toneladas en carcasa.
RD - ¿Y ahora?
GV - Más o menos 30.000.
RI - Andará en 8-10% del valor de las exportaciones.
GV - Sí, pasó de ser el primero en volumen a estar en cuarto lugar.
RI - Con los lácteos pasa algo similar. Lo destacaba el economista de Deloitte, que no solo está el impacto directo, sino que también hay un impacto directo sobre los otros proveedores de esos mercados, que, por consiguiente, van a quedar con una posibilidad de oferta sin colocar y van a salir a competir con nosotros en los otros mercados a los cuales también accedemos. Entonces hay un efecto directo de corto plazo, pero un efecto también indirecto, básicamente en carnes y lácteos, en el mediano plazo.
RD - Guillermo, y en una mirada un poco más micro, directamente a nivel de la empresa agropecuaria, ¿cuál sería la fotografía hoy? Termina el 2014, terminamos la cosecha de cultivos de invierno, la soja está implantada, ¿cómo entramos al 2015?
GV - El 2014 fue el año despertador, porque se venía funcionando muy bien, con un buen nivel de inversiones, con bastante eficiencia productiva, la suba permanente de los precios venía ocultando cualquier ineficiencia. Por ejemplo, en el caso de las rentas agropecuarias, tanto ganaderas –que recibieron un aumento enorme de precios por derrame de lo que pasaba en la agricultura– como agrícolas, eran precios muy difíciles de sustentar en el tiempo. Nos parece que los precios han caído en forma brutal porque los comparamos desde donde estábamos, pero si hablamos de la soja, estamos en valores parecidos a los de hace cuatro años, cuando veníamos creciendo.
El 2015 lo defino como un año de ajuste. Lo que veníamos diciendo todos que había que hacer, que era mirar los números a pesar de que los resultados eran muy buenos, ajustar la economía de producción, ajustar las rentas, todos lo decíamos pero cuando llegaba el momento de competir por una renta nos arrancábamos la cabeza.
EC - ¿De qué renta estás hablando ahí?
GV - En la parte agrícola, prácticamente el 80% de la producción se hace en campos que no son propios. Es alguien que alquila –por hablar en términos urbanos– su campo para que alguien haga lo que él no está dispuesto a hacer o no conoce. Los valores que se cobran por esos alquileres –que son de mercado, y en una soja estábamos hablando normalmente de 600 a 1.000 kilos de soja con un promedio de Uruguay de 2.400-2.500– eran prácticamente el 30-40% del ingreso bruto. Y con todos los demás insumos pasaba lo mismo.
En el 2015 hay que hacer ajuste de número. Para el 2014 ya es tarde, lo que ya no se hizo no se hizo. Para el 2015 hay que ajustar, en la parte agrícola se van a empezar a centrar en los campos que tienen mayor aptitud y mayor potencial. Y hay que ajustar los números de toda la ecuación.
Creo que estamos a tiempo de que evitar que la sangre llegue al río. Pero hay que trabajar en esa línea.
RI - En el 2014 ya hubo ajustes a la baja en el área sembrada en trigo, en arroz, en otros productos. No es que va a empezar, ya empezó.
GV - Claro, pero hay realidades. En el 2014, pasó una situación que no era fácil de prever, que fue que la empresa agrícola más grande del Uruguay, El Tejar, que había empezado a retirarse a fines del 2013, se retiró definitivamente. Y los campos que tenía arrendados El Tejar, con rentas que no eran baratas, se volvieron a arrendar a las mismas rentas. A la sombra de la desaparición de esas empresas hubo gente que pagó esos valores; hoy se debe de estar arrepintiendo, pero es de las cosas que hay que empezar a ajustar.
RD - Ahí tiene mucho que ver el tema dueño del campo, que no está empapado en el negocio, pero que estuvo disfrutando de toda esa escalera de suba importante de precios que no terminaba de resolverse de manera un poco más sostenible en el tiempo, porque siempre había otro que estaba dispuesto a pagar lo que el agricultor decía que empezaba a valer menos.
GV - Hay un tema que no es menor. En los últimos tres años, aparte de tener muy buenos precios, tuvimos un clima absolutamente favorable sobre todo para la producción pecuaria (ganadera). En 2013-2014, si sacamos diciembre, que fue muy duro –prácticamente no llovió en todo ese mes, con unas temperaturas altísimas que generaron una coyuntura preocupante; había pasturas y los campos estaban bien, pero nos asustamos todos–, venimos teniendo veranos prácticamente atípicos en Uruguay con las pasturas naturales y las pasturas artificiales sobreviviendo al verano. Históricamente las praderas, en Uruguay, sobre todo el trébol blanco, funcionaban como anuales, se morían por diciembre y empezaban a brotar en febrero o marzo cuando llovía, pero hace tres años que tenemos un clima absolutamente atípico. Este año en diciembre ha llovido muy bien…
RD - Impresionante, el campo está impresionante.
GV - … Agradezcamos que nos tiraron las orejas solamente por la parte de los precios y de arriba se vienen acordando de nosotros y climáticamente nos siguen acompañando.
RD - ¿Compartís, Catalán?
RI - Sí, lo que dice Guillermo es parte de un ajuste fiscal que le cayó del cielo a este gobierno.
EC - ¿Cómo? No entendí.
RI - Creo que era Javier de Haedo que decía –y comparto plenamente– que en estos momentos se está dando un ajuste fiscal sin ningún costo político, porque nadie siquiera menciona la palabra. Le cayó del cielo en un sentido literal, por las lluvias, y en un sentido figurado, por el precio del petróleo.
Llevamos dos o tres años de precipitaciones bastante por encima de lo normal y además con concentraciones muy fuertes, lo que favorece la acumulación en las represas. Las reservas de agua han estado a pleno durante dos años, lo que implica una gran economía para UTE. Si bien hubo alguna pequeña disminución a mediados de este año, en general en términos reales las tarifas prácticamente se han mantenido, mientras que los costos han caído sustancialmente.
Y en términos figurados, ajuste fiscal por lo del petróleo. No quiero hacer cuentas tomando pico de mínima y pico de máxima, pero tomando como referencias generales el último ajuste que hizo Ancap a 110 dólares el barril, con un tipo de cambio de 19 pesos, y ahora un barril a 60 con un tipo de cambio a 24 pesos, una cuenta de almacenero sobre las rodillas, que es lo que estoy haciendo, indicaría –si ajustáramos por esa variable únicamente– que habría una disminución de 30-32% en los combustibles. Esto implicaría un precio del gasoil y de la nafta algo inferior a 28-29 pesos. (Es una simplificación, no se trata de que solo el petróleo sea en dólares y todo lo demás sea en pesos, la paramétrica de costos es bastante más complicada.)
EC - Y el gobierno todavía no resuelve una caída del precio de los combustibles.
RI - Dicen que el 1 de enero va a haber una disminución, han anunciado, pero sin duda va a ser muchísimo más baja que eso.
Si se corrigiera esto, que le está permitiendo al gobierno tapar en alguna medida el agujero fiscal, sería de gran impacto a nivel productivo. Porque los combustibles en todas las actividades, y cuanto más intensivas con más razón, son un componente básico de los costos. Por tanto, para compensar en algo esa caída de precios este sería un instrumento muy idóneo, pero lamentablemente no se está haciendo uso de él porque se prioriza el disminuir el déficit fiscal, que es creciente año a año.
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EC - Queda por averiguar sobre el agro en el capítulo agricultura. Rosanna, tú tenías una inquietud con respecto a eso.
RD - Más que nada desde el punto de vista social y del empleo. Hay una cantidad de gente vinculada a los servicios.
GV - La sustentabilidad.
RD - Comentábamos fuera de micrófonos que en esta tertulia durante bastante tiempo estuvimos hablando de toda esa vorágine que había respecto a la soja y la agricultura y su sustentabilidad. Entonces, qué pasa con eso y con el endeudamiento. Porque esto había comenzado con un agro totalmente saneado y ya habíamos vivido períodos difíciles antes.
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EC - Llegan consultas de los oyentes a propósito de los comentarios de la primera parte. El Catalán habló de la caída en el precio de una cantidad de rubros, y mencionó al pasar biocombustibles, como correlato de la caída del precio del petróleo en los mercados internacionales. Consultan: "¿Y esto de qué manera impacta en ALUR, la empresa subsidiaria de Ancap?".
RI - Hace un tiempo le oí decir –creo que acá mismo– al presidente o director de ALUR que el etanol y el biodiésel que compraba Ancap le estaba saliendo en general un 50% más de lo que le costaba producirlo a partir de petróleo. Le estaba dando un fuerte subsidio. Y resalto que la base del cálculo no es baja, los costos de Ancap –no es porque Ancap produzca muy barato– son muy altos, pero, a pesar de eso, tenía un 50% más.
Se pasó a tratar los biocombustibles más como una creencia que como un dato técnico. En primer lugar, en todas partes del mundo estaba en duda o había distintas versiones sobre el saldo neto de energía; para producir un litro de biocombustible de repente se utilizaba un litro de un combustible cualquiera, entonces no había un ahorro.
A eso tenemos que agregarle que la caída sustancial del precio del petróleo hace que disminuyan sustancialmente los costos de la producción del combustible convencional.
Todo esto lleva a que en la actualidad el tema de los biocombustibles no digo que esté siendo abandonado, pero sí que está perdiendo importancia en el mundo.
RD - Eso, bajado a tierra, quiere decir que los cultivos que antes se destinaban a la producción de combustible ahora van para grano.
RI - No sé, van a tener en gran medida otro destino, grano o el que sea.
EC - La pregunta era si una empresa como ALUR se justifica.
RI - A eso voy. No se justificaba, a mi modo de ver, por varias razones, y mucho menos se justifica ahora. En primer lugar, por la razón política que se esgrimió en su momento, en el gobierno anterior, en 2005, para la creación de ALUR. El doctor Vázquez dijo que tenía un compromiso político con los trabajadores de ALUR –léase con los "peludos", como se los llama vulgarmente– que estaba por encima de un cálculo económico por rubro.
Hay una buena noticia: los peludos como tales no existen más. No hay cultivo manual de la caña, ya hace años que están todos felizmente reconvertidos a funcionarios administrativos, pequeños productores, etcétera. Toda la cosecha de caña se hace con el mayor grado de tecnificación, con unas gigantescas cosechadoras que valen más de medio millón de dólares cada una, de las que ALUR tiene al menos dos.
Obviamente está significando un costo enorme, pero no sabemos cuánto porque no se presentan balances y Ancap no lo dice. Hay estimaciones que no voy a mencionar porque son descabelladas, porque se hacen sobre la base de una serie grande de supuestos. Pero sin duda es un componente muy importante de los costos de Ancap y que recae en los precios.
EC - Rosanna decía que este año la carne volvió a ser el rubro de mayor ingreso para el país. ¿Qué pasa entonces con quienes apostaron a la agricultura con inversiones en maquinaria, camiones, galpones, etcétera? ¿Cómo se reciclan?
GV - No olvidemos que el agricultor es un empresario que toda la vida estuvo acostumbrado a trabajar con el riesgo. Hablamos de una agricultura de los últimos 8-10 años con rentabilidad, pero de la década del 80 a la fecha la historia indica que se perdía durante tres o cuatro cultivos y se ganaba en uno, y eso terminó en todo el endeudamiento que tuvimos, de eso ahora no hablamos más. Hoy la situación es al revés. Cada tres o cuatro años buenos venía uno malo, y el saldo era absolutamente favorable.
Está habiendo un cambio, que hoy es coyuntural, no sé si es estructural. Nuestro clima se está tropicalizando, desde hace tres años estamos teniendo lluvias por encima de lo normal, temperaturas más altas, hay mucha variabilidad. Y una consecuencia es que nuestros dos grandes ciclos de cultivo, el de invierno y el de verano, están teniendo comportamientos absolutamente distintos.
El trigo y la cebada, que son los que tenemos por naturaleza como cultivos de invierno, son contrarios a esta situación. A estos cultivos les gustan climas fríos, más bien secos, entonces, sobre todo por el momento en que se están dando estos cambios, en la primavera, con primaveras cálidas y mucha lluvia, se ve enormemente afectada su calidad.
El trigo debe tener determinadas características para poder ser molido y hecho harina para consumo humano, no porque si no sea tóxico o malo, sino porque no cumple con determinadas condiciones que requieren la panadería y la repostería para su funcionamiento. Y cuando se caen esas condiciones pasa a ser lo que se llama forrajero, hay que dárselo a un animal para que lo consuma y se pueda aprovechar. La diferencia de precio en este momento anda por encima del 20%, es muy grande.
RD - Eso fue lo que pasó específicamente este 2014: exceso de lluvias, trigo con calidad panadera baja…
GV - Este año muy fuerte, el año pasado en un porcentaje menor que este año y hace dos años fue casi todo el trigo a forrajero. Los números este año en general van a ser rojos para todo el mundo. Podrá haber alguna excepción puntual, pero van a ser rojos y rojos fuertes para todo el mundo. La gente está reaccionando y está haciendo cada vez menos área de trigo. Ya este año cayó enormemente el área de trigo, y para el año que viene va a seguir cayendo.
Yo lo refería hoy a las rentas. Hace 8-10 años Uruguay era plantador de cultivos de invierno y algo de verano, pero eso se fue revirtiendo y en los últimos 10 años hemos sido plantadores de cultivos de verano –soja, maíz y sorgo, en grandes líneas– y algo de cultivos de invierno, para ayudar al cultivo de verano a pagar la renta. La renta se paga en forma anual; si yo hago dos cultivos, si el de invierno me paga la renta y me deja algún peso, ya me ayuda a trasladar la rentabilidad al de verano.
RD - ¿Estamos tendiendo a un solo cultivo?
GV - Desde el punto de vista económico, estamos tendiendo solo a cultivos de verano. Los planes de uso y manejo del suelo del ministerio –que se están haciendo en forma muy aplicada por los productores y que vinieron muy bien, porque si no esto sería mucho peor– están llevando a que se siga haciendo un área de trigo, pero los números no van a resistir.
Frente a esta situación de cambio de clima, se están dando las lluvias y el mayor calor, que es lo que precisan los cultivos de verano, pero aparte el año pasado, a partir de enero –lo sabrá la gente que veraneó y lo sabemos la gente de campo–, fue un año absolutamente atípico: llovió prácticamente 1.000 milímetros entre parte del verano y los primeros días del otoño, que es lo que llueve en un año…
EC - La temporada turística se estropeó.
GV - Claro, un año de exceso absoluto de agua. El rendimiento cayó, por falta de luz, por exceso de agua, por falta de temperatura, pero la calidad de la soja se mantuvo hasta el último día en condiciones, prácticamente no hubo rechazos por calidad de la soja; puede haber habido alguna excepción, pero no fue ni el 5%. Lo cual demuestra que ese cultivo se está comportando en forma mucho más adecuada a nuestra variabilidad climática que los cultivos de invierno.
EC - La pregunta era a propósito del retroceso de la agricultura en el agro uruguayo, qué impacto tiene en la gente que apostó a ese sector, y venía a propósito de los precios. Tú introdujiste ahora la otra variable importante, que es el clima y cómo está impactando en algunos cultivos en particular.
Con todo ese contexto, ¿qué pasa con los precios?
RD - Creo que van de la mano, qué pasa con el tema de la maquinaria si vamos a un solo cultivo.
GV - Lo dijo el Catalán. La maquinaria tendrá tiempo ocioso durante el invierno.
RI - Para oídos urbanos puede sonar al revés. El doble cultivo desde el punto de vista de la sostenibilidad es mejor que el cultivo simple.
GV - Está recomendado en los planes.
RI - Es lo recomendado en los planes. El que no conoce el asunto puede pensar que es un proceso muy extractivo, pero lo importante en los planes es que no quede el suelo desnudo en ningún momento del año por los temas de erosión y demás. El doble cultivo asegura que el suelo está cubierto prácticamente en todo momento.
RD - Con alternancia de nutrientes, con agregado del suelo, con todo lo que implica eso.
GV - En cuanto a lo que planteabas del panorama, hay realidades distintas. En el caso del trigo, los precios internacionales no son tan alentadores, el trigo está con precios muy bajos. Pero no olvidemos que la mayor parte del trigo en el mundo se produce en el hemisferio norte, que todavía está produciendo con subsidios, gran parte del trigo se produce en lo que era Europa oriental, que sigue plantándolo. Hay un stock muy grande de trigo y la perspectiva en el mediano plazo es que puede haber pequeños ajustes. Pero no va a cambiar sustancialmente, el precio del trigo va a seguir siendo malo.
En el caso de la soja hay otra discusión. Hay gran cantidad de gente, sobre todo analistas, que piensan que la caída de precios es más coyuntural que estructural. La soja cayó de 4,70 a 3,40; hoy está en 3,70 y subiendo. Se nos explicó a todos que bajaba porque Estados Unidos tenía una cosecha absolutamente excepcional en área y en rendimientos, que se cristalizó tal cual se pronosticaba. Fue la zafra récord de Estados Unidos.
No llevamos dos meses de terminada la cosecha de la zafra americana y Estados Unidos lleva más del 85% de su plan de venta anual de soja cumplido, para los 10 meses restantes de su calendario le queda solo el 15% de la soja por vender, y gran parte está entregada.
Pasó lo que decía el Catalán: la desaceleración de países con economías emergentes llevó a bajar el precio, y esto llevó a aumentar el consumo. El consumo fue proactivo a la baja de precios.
La discusión de fondo es si es coyuntural o es estructural. Yo como empresario agrícolo-ganadero si me mido en economía y ganadero-agrícola si me mido en volumen, quiero pensar, quiero analizar y quiero organizar y proyectar mi empresa pensando que va a ser estructural.
EC - La caída del precio de la soja es estructural.
GV - Claro. Hoy los números, si se ajustan cosas, cierran todavía. Para dueños de campo pueden seguir cerrando los 3,70, para los arrendatarios los número son otros. Esta coyuntura nos debe llevar a reflexionar sobre lo que estamos haciendo y a ordenar nuestras finanzas.
RD - De todas maneras, quiero que me contesten si es para preocuparse, si podemos hablar de un posible endeudamiento del sector agropecuario.
RI - Es difícil hacer futurismo…
RD - No es futurismo, hace tiempo que venimos hablando de eso.
RI - … las condiciones están dadas para que haya necesidad de recurrir a un mayor nivel de financiamiento externo a la empresa. En qué medida eso va a ocurrir, no se sabe.
Respecto a eso, una cosa que a veces se pasa por alto pero que es muy básica es que los grandes países exportadores de alimentos son también grandes consumidores. Son países grandes con enormes poblaciones. Por ejemplo China, siempre hablamos de lo que importa, pero es un gran productor de alimentos. Ni hablar de Estados Unidos, que es el principal exportador del mundo y tiene 250 millones de habitantes con un alto poder de compra.
Esto genera un hecho bastante atípico en la economía: que los volúmenes exportados son un porcentaje muy bajo del volumen total producido. La excepción son Uruguay y tal vez nueva Zelanda, que tenemos un porcentaje muy alto de exportación respecto al total de lo producido. Pero en los principales países, que son los que determinan los resultados del mercado, es al revés.
Veamos un ejemplo numérico muy sencillo. Si un país produce 100 y consume 80, con una caída de 10% en la producción –cosa que es totalmente factible por la variabilidad climática básicamente– pasa a producir 90. La caída de la producción es el 10%, pero la caída en la exportación es del 50%, exportaba 20 y pasa a exportar 10. Esto explica la gran volatilidad que tienen los precios agropecuarios. Consecuencia del clima, pero también de la estructura del mercado. Y hace tremendamente difícil la proyección de resultados hacia delante. Uno puede marcar tendencias, poner los elementos que están en juego arriba de la mesa, pero cómo van a jugar esos elementos después es algo bastante aleatorio año a año.
RD - Justamente, basados en esa volatilidad y en el objetivo del mensaje que queremos trasmitir en esta tertulia, que era cómo me paro frente a 2015, más vale planificar con una actitud conservadora.
RI - No sé si conservadora, pero sin duda más cautelosa, hacer mejor las cuentas, afinarle la punta al lápiz, intensificar aquellos rubros que den mejores resultados. Son cosas de sentido común.
RD - Sentido común que tampoco es tan claro, porque en 10 años de bonanza se podría haber tenido un comportamiento como el de Conaprole, generar un colchón y no tentarse y sacar todo en retiros personales. La actitud empresarial en los años de crecimiento y de mantener reservas es parte del mensaje para cuando la cosa no funciona tan bien.
RI - No creas que los demás no conocen ese mensaje. Todo el mundo lo conoce, lo que pasa es que las actitudes de la gente son diferentes.
EC - Han hablado de ajuste varias veces a lo largo de esta charla. Y cuando se habla de ajuste de costos, aparece el temor de que ese ajuste termine pegando en el empleo, o en los salarios de los trabajadores. ¿Qué prevén en esa materia?
GV - Primero, los salarios se ajustan básicamente por un tema de oferta y demanda. En el agro ha habido una demanda muy grande de mano de obra calificada, en dos rubros básicamente, uno es quien opera las maquinarias y otro quien maneja los camiones, hay una participación muy grande de los fletes en la producción agrícola. En los dos casos ha sido mayor la demanda que la oferta. Eso en parte asegura que la caída de sueldos no va a ser tal, porque el que sabe trabajar, el que sabe operar, el camionero responsable, ese está por encima de la coyuntura.
En cuanto al tema endeudamiento, no veo una alarma inmediata. En la parte agroindustrial, en la agricultura es muy poco lo que se procesa en Uruguay. Prácticamente el 100% –algo se exporta de harina, pero de soja nada– se exporta tal cual se produce. Al no haber un proceso industrial fuerte, la incidencia de la mano de obra es menor.
RI - En las producciones animales es al revés, tanto en la carne como en los lácteos la mano de obra tiene una incidencia mayor, pero básicamente a nivel industrial. En general cuando se mide directamente el agro, se pasa por alto el hecho de que sus efectos principales son siempre indirectos. Hay que medir el empleo agroindustrial, porque es allí donde está, al menos en algunos sectores –por eso hacemos la diferenciación–, el grueso de la mano de obra. Por suerte los sectores que tienen más mano de obra nacional incorporada son los que están aparentemente un poco más firmes.
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EC - El balance y las perspectivas han quedado desarrollados. Estamos en la última Tertulia Agropecuaria del año y Rosanna, Guillermo y el Catalán no querían dejar pasar ese punto.
RD - Fundamentalmente me gustaría –por eso la hicimos con el equipo base, que somos nosotros cuatro, tú incluido, Emiliano, más el jefe de producción– que los oyentes recordaran que esto empezó hace ocho años como un proyecto conjunto contigo, Emiliano, cuando dijiste de hacer una tertulia de las de la semana y resolvimos que el agro merecía un espacio aparte para no mezclarlo con el conjunto. No por ser el "malcriado", como me dicen algunos economistas, sino porque tiene sus particularidades.
Entonces pensé en el Catalán, a quien ya conocía por familia, por facultad, por profesor, por analista y por un montón de cosas, y en Guillermo, a quien también conocía, pero no tanto, como referente de una cooperativa, radicado en el interior –justo en mi pueblo–, una cantidad de cosas. Y les hice una llamada sin saber si me iban a contestar que sí o que no, pero aquí estamos después de ocho años.
Para mí el objetivo se ha cumplido. Una persona que para mí también era un referente en un momento de estos ocho años dijo: "La Tertulia Agropecuaria ya es un referente de opinión, les guste o no les guste". Estoy muy contenta y orgullosa de mis compañeros. Y quiero agradecerle a la audiencia que nos siguió, a los productores que nos abrieron las puertas, a los que nos criticaron, que nos sirvió también para mejorar.
RI - Yo tengo una posición más ambivalente, si se quiere. ¿Cómo evaluamos el resultado? Por los mensajes que nos llegan, ya sea a través de Emiliano, de los oyentes, de los amigos o de gente con que uno se encuentra que dice "estuviste bien", "le erraste en tal cosa".
Pero al interior de esas dos cosas a su vez haría otra división. Hay mensajes que llegan, que a veces son aprobatorios y a veces son reprobatorios de una determinada opinión, pero que hablan el mismo idioma. Es gente con la cual uno puede hablar, discutir, quizás convencerla o ella puede convencernos a nosotros, habla con algún conocimiento de causa. Pero también llegan mensajes que incluso a veces nos apoyan: "Loco, qué bien la que metiste", pero que lo hacen a partir de un prejuicio, a partir de un preconcepto. Entonces la crítica es un panfleto fuera de lugar o la aprobación es como la de la Ámsterdam. Con esa gente pocos resultados podemos esperar.
Entonces la evaluación global me genera dudas. Creo que es un aporte en la medida de nuestras limitaciones, un aporte a gente que valora, pero hay otra gente a la que no le entran ni las balas, por lo tanto menos le va a entrar un argumento.
GV - Discrepo en parte con el Catalán. Si bien comparto lo de los mensajes, cuando empezamos este emprendimiento uno de los argumentos que nos dio Rosanna era que quería generar una instancia de intercambio de opiniones sobre un rubro que es muy importante para el país, si no el más importante, que es la agropecuaria, con el contenido que eso pueda llevar a la gente que está en el rubro. Pero más que nada lo que se buscaba como un objetivo no sé si primario o secundario…
RD - Primario.
GV - … era que la gente de la ciudad que tenía un concepto de la agropecuaria totalmente distante, que no sabía de su importancia como rubro en el país, que no le daba bolilla, empezara a entender algo. Uno tendría que ser brillante para lograr eso en un 100%, pero creo que se logró en mucho. Hay mucha gente que sigue sin entender con detalle lo que es la producción agropecuaria, pero empezó a entender más o menos la problemática del sector y la importancia que el sector tiene para el país.
En el fondo, lo que tenemos que tener en cuenta es que, por ser el principal sector del país, lo primero que tiene que pasar –y creo que eso es lo que más cuesta entender– es que le vaya bien, para que en mayor o menor medida, a mayor o menor velocidad, se desparrame eso y se derrame a toda la sociedad. Si eso no sucede, el derrame no va a llegar nunca.
Y veíamos en los mensajes lo que decía el Catalán, que hay mucha gente que, lejos de alegrarse de que aumente la producción de trigo, de que aumente la producción de soja, de que aumente la cantidad de terneros, desea que al sector le vaya mal porque está encasillada en un sector equis. Y todos los uruguayos tenemos que entender que si le va mal al principal sector, nos va a ir mal a todos.
RD - Comparto con Guillermo. Leía en la prensa al economista Oddone, que es un referente de opinión en su área, que decía "el agro no ha comunicado bien, el agro ha tenido 10 años de bonanza que no ha sido bien comunicada". Ese también ha sido un desafío cuando planteamos este espacio, porque en general hasta ahora los medios de comunicación apuntaban a las caras visibles del agro. Acá no digo que el Catalán y Guillermo fueran desconocidos, pero la Tertulia se preocupó por que pasara mucha gente a la que quizás los micrófonos no llegaban fácilmente porque eran todos trabajadores silenciosos y en sus lugares. Mucha gente que incluso no llegó a los micrófonos y aportó a través de mails, que aportó una cantidad de material para que así fuera. Lo que nos importaba era que llegara la información y no como forma de queja; en eso le doy la derecha al urbano que tiene ese preconcepto con el sector.
EC - Acá tenemos un mensaje de Osvaldo de la Unión que dice: "Yo sabía muy poco del agro y su entorno. Gracias a ustedes ahora y desde la ciudad tengo otra visión, con más conocimiento de causa. Obviamente, me falta mucho, así que espero poder seguir escuchándolos".
GV - Gracias, Osvaldo. ¡Coincidimos!
RI - A todos nos falta mucho.
EC - Esa es una reacción, pero incluso en la que mencionaba Catalán, la de quienes escuchan a partir de visiones sesgadas, con anteojeras…
RD - … la del llanto.
EC - Sí, de un lado o del otro, Catalán hablaba de los dos extremos de esa "sordera". Lo interesante en todo caso es que esa gente está del otro lado del receptor.
RD - Claro, pero si vas con sordera no te entran ni las balas.
EC - Ese es un fenómeno de las audiencias, por lo menos en radio, supongo que también les pasa a otros medios de comunicación. Ese tipo de oyentes que al Catalán le chocan existen en las otras tertulias comunes y corrientes cuando discutimos a propósito de política o de economía o de sociedad. Esos oyentes están, opinan, participan. Pero lo importante es que están, y yo aspiro a que este tipo de tipo de discusiones y este tipo de temas, que no son habituales tratados de esta manera, vayan de a poco horadando esas rocas. Tengo esa esperanza y para eso trabajamos.
RD - Nos falta la opinión de Emiliano, si se quedó contento con estos ocho años.
GV - Un comentario previo que va a traer el comentario de él. A mí ha pasado en todo este último tiempo, desde que Emiliano comunicó que la Tertulia dejaba de estar en El Espectador, sin nunca haber comunicado cuál es el futuro, que la gente permanentemente nos para y nos pregunta: "Che, ¿para dónde se van? ¿qué van a hacer?". Quiero aclarar acá que nosotros no sabemos absolutamente nada, por más que nos pregunten no les vamos a poder decir nada. Y, conociéndolo a Emiliano y respetando su forma de funcionar, que es muy profesional en ese sentido, ni nos animamos a preguntárselo.
RI - Aclaremos que nos llueven las ofertas.
EC - ¡Incluso de países árabes!
GV - Quiero expresarle a Emiliano, porque me lo pidió un montón de gente, que en el interior mucha gente, mucha más de lo que él piensa, los escucha. Y no solo de la Tertulia Agropecuaria, que capaz que tenemos un porcentaje de oyentes, pero de todas las tertulias, y todo el mundo nos dice: "En su nuevo emprendimiento, que no se olvide del interior. El interior lo va a seguir escuchando".
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EC - Sobre qué me dejó a mí la Tertulia Agropecuaria, muy breve: una gran satisfacción, primero porque creo que avanzamos en lo que nos habíamos propuesto, no digo derribar pero sí correr, empujar esa frontera que separa el campo y la ciudad en nuestro país. Pero sobre todo porque a nosotros mismos nos permitió en estos años seguir muy de cerca una época que fue muy dinámica para el agro de nuestro país. Que sin este espacio y sin la costumbre agregada de movernos, de ir a las recorridas de campo, ir a las industrias vinculadas con el agro, ir a hablar con los productores, sin este espacio y su forma de trabajo, no habríamos podido palpar bien. La habríamos estado en todo caso atisbando desde acá, desde la ventana, leyendo los diarios, llamando por teléfono a alguien…
RI - … talenteando.
EC - … talenteando. Fue una época determinante del giro económico que dio nuestro país en estos años, que con base de operaciones en este espacio estuvo en este programa, y estuvo cambiando las cabezas de nosotros, los periodistas, los que habitualmente podemos tener el riesgo de hacer periodismo de escritorio.
Guillermo Villa, Catalán Irigoyen, Rosanna Dellazoppa como coordinadora del espacio, ha sido un gusto trabajar con ustedes en estos años… Y va a ser un gusto seguir trabajando.
Nos reencontramos en En Perspectiva 2015.
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Transcripción: María Lila Ltaif