Para comenzar ¿cómo ha sido su desempeño en el último año?

En el año 2016, la inversión extranjera directa fue de U$S 950M, un 25% menos que en 2015. Es el menor nivel de inversión extranjera de la última década, y es bastante menor que los 3.000M de IED recibida en 2013.

Recordemos que, en estas cifras que surgen de la Balanza de Pagos del BCU, se incluyen aportes de capital, reinversión de utilidades, financiamiento neto de la matriz, así como inversiones en tierras y en inmuebles en Punta del Este.

Esta cifra de inversión extranjera representa el 2% del PBI. Esto significa una caída respecto al 5% del producto recibido en la última década, que situó a Uruguay dentro de los principales países receptores de inversión (luego de Chile).

Debemos considerar que esta caída de la inversión extranjera de 2016  no es exclusiva de Uruguay. A nivel global cayó más de 10%, y en la región disminuyó por tercer año. 

¿Cuáles están siendo las determinantes de este descenso?

Varios factores:

• Descenso rentabilidad: según información de BCU la rentabilidad sobre la inversión fue 3%, menor que 2015, que era casi 4%, y bastante menor que 2013 y 2014 (6%).
• Desaceleración de la economía, que ha frenado el impulso inversor destinado al mercado interno (comercio y servicios).
• Disminución de precios de los commodities, que desestimularon la inversión extranjera en agronegocios exportadores.
• Coyuntura económica recesiva de los países vecinos, que son los principales orígenes de inversión extranjera de nuestro país.
• También incidió que se terminaron de implementar las inversiones eólicas.

¿Qué importancia tiene la inversión extranjera para la economía? ¿Y para la actividad agropecuaria?

En general, la IED tiene incidencia positiva sobre la economía receptora: sobre PIB, mercado laboral, tasa de inversión y desempeño exportador. La dimensión de estos beneficios dependerá de las características de la inversión.

Una parte de las ganancias de la inversión extranjera se reinvierte en el país. Por ejemplo, estudios muestran que en Uruguay se ha reinvertido en la última década el 60% de las utilidades de las inversiones extranjeras (con México son mayores porcentajes región).

El Ministerio de Economía destaca la importancia de recibir inversión extranjera para el nivel de actividad y la generación de empleos de mayor calidad (mejor pagos).

Para el agro, la inversión extranjera ha sido clave, ya que en la última década casi el 20% se destinó a ese sector. También ha sido relevante por la incorporación de innovación y tecnología, así como en el sistema de gestión productiva y empresarial (factores que han incrementado la productividad). Además ha sido clave en la cadena forestal.

Y en particular, ¿cómo es el comportamiento de la inversión agropecuaria?

Dos indicadores representatativos del desempeño inversor del agro son las compraventas de campos y las importaciones de maquinaria agrícola.

En 2016 volvieron a bajar las compraventas de campos, tanto en número de operaciones (27%), como en las hectáreas (23%), y en valores en dólares vendidos (27%).

Por su parte, en un marco de altos precios la inversión en equipos agropecuarios hasta 2013 alcanzó valores récord, pero cambió la trayectoria con caídas significativas en 2015 y 2016 (las importaciones de equipos agrícolas disminuyeron 40% el año pasado).

El índice de avance de inversión en maquinaria agrícola muestra que se moderó la caída en los últimos doce meses a marzo. Incluso las importaciones de maquinaria en este primer trimestre de 2017 son algo superior a igual período del año anterior.

¿Cuáles son las expectativas para la inversión extranjera este año? ¿Y el próximo?

Los motivos por lo que los inversores deciden instalarse en países extranjeros pueden ser: contar con factores relevantes de producción no disponibles en su país, ampliar  mercados, menores costos producción, calidad de infraestructura y estabilidad económica e institucional. En algunos factores, como estabilidad de la economía, ley de promoción de inversiones y seguridad institucional, nuestro país es bien valorado.

Globalmente, si bien en 2016 cayeron flujos de inversión entre países, para 2017/18, con mejor desempeño económico mundial, se espera que la inversión vuelva a crecer.

Para Uruguay incidirá la efectiva recuperación de Argentina y Brasil, y los flujos de Estados Unidos y países europeos. También impactaría en las cifras futuras de IED la posible inversión en una nueva planta de celulosa, que actualmente se negocia.

En particular, la inversión en agronegocios en el mediano plazo va a depender de la rentabilidad esperada por los productores, precios internacionales y costos de producción, por lo que es clave recuperar competitividad.