Agro: ¿Coyuntura o estructura?
Bajo esa pregunta se desarrolló en la Universidad ORT la charla sobre la situación y perspectivas del agro, por parte de Javier de Haedo, Darío Andrioli y Lautaro Pérez. Conversamos con Andrioli sobre la evaluación económica del sector, donde la soja tendrá un rendimiento un 50% menor que el año anterior, y un 40% con respecto al promedio.
¿Cómo evaluaron la rentabilidad y los costos del sector agropecuario?
La rentabilidad del agro es compleja ya que inciden condiciones de la demanda internacional (precios), condiciones de factores productivos (costos), variables macroeconómicas (dólar y precios internos), factores climáticos (por ej reciente sequía) y por supuesto la gestión productiva y financiera del productor.
Si bien es diferente para cada subsector, la importante rentabilidad que tena el agro hace 5 años (por superprecios) se erosionó como lo muestra la reducción de recaudación del IRAE (+de 70%), e indicadores indirectos como caída de 25% de área agrícola e incremento de morosidad de préstamos bancarios.
En 2014 cayeron los precios, algunos costos se adaptaron a la baja como arrendamientos e insumos, mientras que otros crecieron como mano de obra, servicios agrícolas y energía, incididos por la trayectoria descendente de la cotización del dólar que se dio a partir de marzo 2016. Además incidieron nuevos impuestos sobre la tierra (patrimonio, primaria) y el costo de intereses por mayor endeudamiento.
Y en este panorama de dificultades de rentabilidad ¿qué impacto tiene la caída de producción de soja de esta zafra, debido a la sequía?
Por los efectos climáticos (sequía antes y lluvia ahora con dificultades para entrar a cosechar) en esta zafra tendremos menor rendimiento de soja respecto a un año promedio, del orden de 1.000 kilogramos por hectárea (40% menos).
Y el descenso comparativo es mayor aún respecto al año 2017 que había sido récord, con una baja de más de 50%.
Los menores ingresos por menor producción determina que los sojeros pasen de una ganancia media por hectárea de U$S 150 a una pérdida de U$S 150.
El desmejoramiento de su rentabilidad de esta zafra determina dificultades financieras de los productores tanto para pagar sus deudas en el sistema bancario, como para financiar la próxima zafra.
¿Cómo se puede afrontar esta coyuntura de dificultad financiera?
El tener que financiar pérdidas determina una dificultad importante. Ante este panorama el BROU anunció hace algunos días algunas medidas para los cultivos de verano para pagar hasta en cuatro años sus vencimientos de 2018.
Las condiciones de la reestructuración dependerán por ej. del monto y calificación crediticia. Los productores deberán presentar flujos de fondos proyectados, garantías, cesión de seguros, además de comprometerse a seguir plantando y operando con el BROU.
También los bancos privados consideran la posibilidad de reprogramación caso a caso. Además se habla de un eventual Fondo Sojero, aunque no resultaría de fácil implementación.
¿Cómo puede incidir para el agro el aumento del petróleo y del dólar?
Se ha dado un aumento significativo del precio internacional del petróleo (U$S 77 barril, 50% respecto al año pasado). Se ubica 20% por encima del valor utilizado por Ancap en su paramétrica.
El combustible es un insumo importante para el agro (en el consolidado tiene una participación de más de 10% de sus costos), por lo que hay que esperar qué pasará con los precios de los combustibles.
Respecto al aumento de la cotización del dólar que se ha dado, el agro puede mejorar algo de la rentabilidad perdida en los últimos años. Percibe ingresos por su producción en dólares y una parte de sus costos son en pesos por ej salarios, contribución al BPS, contribución inmobiliaria.
Ante un mayor valor del dólar, estos costos en pesos bajan en la moneda estadounidense. Hay que ver como evoluciona el dólar luego de la volatilidad de los últimos días.
A largo plazo ¿qué aspectos pueden ser claves para el agro?
Desde el punto de vista económico serán clave, además de la cotización del dólar, temas como incrementos de salarios y energía. En particular Lautaro Pérez destacó la importancia de la inserción internacional para tener mayores ingresos netos para la producción y posibilidad de inversión.
Para el futuro de los agronegocios entendemos que será importante monitorear el entorno relevante, la capacidad de adaptación a la volatilidad de los mercados y la incorporación de inversión en tecnología e innovación en procesos para incrementar productividades y eficiencias en la operación.
Estará en mejores condiciones el productor capacitado para los nuevos desafíos.