Ayer, en la inauguración del stand del Instituto de Carnes, en la Rural del Prado, Mujica cuestionó el cambio de hábitos que se ha dado en la alimentación de los niños y jóvenes.

"Ahora nosotros nos tenemos que mascar las porquerías de Mc Donalds... ¿por qué no construir parrilladas en París o Berlín para vender la calidad de la carne nacional?", preguntó el ministro.

Entre los asistentes estaba el titular del Frigorífico Tacuarembó, proveedor de Mac Donalds –Fernando Secco- quien prefirió no hacer comentarios al respecto.

Desde la Cámara de la Industria Frigorífica, Daniel Belerratti, consideró hoy que las declaraciones de Mujica encierran un "agravio gratuito" hacia ellos. Defendió el trabajo de su gremial y dijo que se "rompen la cabeza" para desarmar el animal y vender cada parte al mejor precio.

Para Beleratti, los dichos de Mujica deben interpretarse como una "actitud de incentivar a que seamos más creativos, y dejarlo por ahí".

Reconoció que tienen una excelente relación con el titular de Ganadería y que se sintió sorprendido por las declaraciones de ayer.

Y relativizó la conveniencia de las sugerencias del ministro.  Explicó que en algunos lugares no se puede introducir parrillas como las uruguayas. Los chinchulines, en muchos países, "escandalizan", aseguró. Y señaló que ese tipo de productos no es lo que esperan comer "desde el punto de vista de la calidad".

En ese sentido, insistió en que la exhortación de Mujica no es tan sencilla, pues hay que "vender todo". Por eso, dijo, hay que buscar los "mejores nichos" de mercado para cada uno de los trozos de carne que componen el animal.
 
Sobre las hamburguesas, dijo que si venden a esas "enormes cadenas", es porque allí se paga el mejor precio. "La única alternativa de precios hoy se llama Estados Unidos y se llama hamburguesa", afirmó.

Luego de las declaraciones de Beleratti, Mujica aclaró sus dichos sobre Mc Donalds: "No me refiero a las hamburguesas. Digo que todo el ritual de comida frita, todos sabemos que es chatarra y es malo para la salud", precisó.

Y añadió que "la lucha por otro tipo de comida es la diferenciación de una cultura distinta que no tenemos que resignar".