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Discurso del Presidente de la Asociación Rural del Uruguay en el cierre de la centésima edición de la ExpoPrado

En el marco de la Centésima exposición ganadera que está culminando, deseamos destacar la importancia que la muestra tiene como punto de encuentro, resaltando la vigencia y la repercusión de un evento que cada año hace historia por todo lo que ha aportado al desarrollo de la cadena agro exportadora y productiva del país.

Es un ejemplo claro de un país productivo. Es una suerte de fiesta del trabajo, es el campo en la ciudad, representación del esfuerzo de la agropecuaria,  columna vertebral del desarrollo de  nuestro país. 

La Rural del Prado mantiene esa mágica vigencia, a través de tres siglos como máxima expresión de la dinámica de nuestro sector, siendo reflejo fiel de la realidad que vive el Uruguay.

Los motivos que inicialmente impulsaron a nuestros pioneros dirigentes allá por 1883, se mantienen hasta nuestros días. Es la llama viva que se expresa en la organización de exposiciones que a través de la competencia, de la demostración de los procesos tecnológicos y del trabajo, impulsan el desarrollo y progreso de nuestra principal actividad económica.

Decía Domingo Ordoñana, a quien le objetaban la realización de la primera exposición.
"Haremos la exposición ganadera; si los elementos con que contamos no alcanzan para hacerlo bajo galpón, la haremos al aire libre, pero la haremos". Según el Dr. Julio Arocena Folle, ex presidente, refiriéndose a  este hecho decía "los varones de aquellas épocas, nunca suficientemente recordados nada los arredraba y solo buscaban el bien nacional, el labrar el futuro de esta Patria que hoy, debido a sus esfuerzos gozamos y nos enorgullecemos de pertenecer a ella".

Hemos vivido 12 días de intensa actividad con mas de 500 mil visitantes, una de las mayores relaciones de concurrencia respecto de la población total del país para cualquier evento de esta naturaleza. Resaltamos la presencia de niños y estudiantes venidos de todas las localidades de la República, con más de 600 escuelas e institutos de enseñanza que recorrieron la muestra acompañados por nuestro servicio de visitas guiadas.
 
También destacamos la masiva presencia de los medios de comunicación con más de 800 periodistas acreditados, factor fundamental de difusión del mensaje de la agropecuaria al resto de nuestra sociedad. A ellos nuestro reconocimiento por el esfuerzo realizado.

En relación a la muestra ganadera, no podemos dejar de referir el esfuerzo de la cabaña uruguaya y de las gremiales de criadores de nuestra Asociación Rural, con una concurrencia récord en número de animales inscriptos, que ofrecieron un verdadero espectáculo en materia genética en las pistas del Prado. Felicitamos a los cabañeros por la constancia a través de 100 exposiciones, en el desarrollo continuo del mejoramiento genético, base del progreso de nuestra ganadería, auténtico patrimonio nacional.

Celebramos la concurrencia del comercio, la industria y los servicios de nuestro país con su masiva presencia en los distintos stands de la muestra. Valoramos el empeño demostrado en las más variadas propuestas dónde a través del ingenio y la creatividad, se ofrece al público un producto, una iniciativa, una tecnología o la utilidad de un servicio.

No queremos pasar por alto la presencia de las Cámaras de Comercio de distintos países, no solo aquellas que año tras año nos acompañan, sino también las que por primera vez concurren, como ha sido el caso de México, que tan gratamente  valoramos.


Salgamos del marco de la exposición. Ingresemos al agro negocio, concepto amplio y más ajustado a la realidad, que comprende el conjunto de actividades económicas que constituyen las cadenas productivas, industriales y de servicios vinculadas al sector agropecuario.

Significan más de una tercera parte de la generación de la riqueza del país, es responsable por el 75% de nuestras exportaciones totales, y genera 350.000 empleos, muestra suficiente de la dinámica y trascendencia del sector en nuestra economía.  Como dice nuestro amigo Roberto Rodriguez, Ministro de Ganadería y Agricultura de Brasil, que mucho nos honra con su presencia, hechos cotidianos de nuestra vida, nos vinculan permanentemente con el agro negocio, la alimentación, la vestimenta, los tapizados. Los valores e idiosincrasia de nuestra cultura se originan en usos y costumbres originados en la simbiosis campo ciudad, el asado, el mate, la música y otras expresiones del arte, el amor por los animales, por la  naturaleza, o tantas otras cosas que nos caracterizan.

RELACIONAMIENTO CON EL GOBIERNO

En estos seis meses transcurridos hemos tenido siempre un fluido acceso a las máximas jerarquías, resaltando la apertura al diálogo. Se han generado innumerables instancias de interacción a través de grupos de trabajo y nuestro compromiso de estar presentes en todas ellas para colaborar, aunque en algunos casos, superando nuestra capacidad física de plena presencia. Todo lo cual se ha visto reflejado en esta exposición con la visita de 10 ministros, algunos de ellos en más de una oportunidad.

Asimismo destacamos las dos visitas del señor Presidente de la República, lo que para nosotros significa una clara señal de respaldo del gobierno a la actividad productiva y agropecuaria que aquí se expresa.
 
 SITUACIÓN DEL SECTOR AGROPECUARIO

Estamos viviendo en general un buen momento de la agropecuaria nacional, sin desconocer que algunos rubros enfrentan importantes dificultades vinculadas a temas de mercado, como es el caso de la producción ovina y del complejo arrocero.

Luego de las profundas crisis vividas, una de origen sanitario y la otra como consecuencia del descalabro financiero de la región, la agropecuaria, como parte del agro negocio,  fue la gran locomotora que lideró la recuperación de la economía nacional. Se ha verificado un crecimiento histórico en el sector agropecuario a partir del 2002 y ya estamos en el cuarto año consecutivo de recuperación, donde se obtuvo un incremento acumulado del producto sectorial superior a los 30 años anteriores.

Varios factores fueron determinantes para este proceso. La consolidación del status sanitario, la consecuente apertura de mercados para nuestra producción, la reducción de la carga tributaria, la importante ganancia de competitividad ocasionada por la fuerte variación del tipo de cambio, y el gran volumen de inversiones recibidas de otros sectores de la economía nacional y desde el exterior.

El esfuerzo mancomunado entre los sectores público y privado en aquellas circunstancias, hicieron posible la superación de uno de los momentos más difíciles para nuestro país. Hacemos nuestro reconocimiento a las autoridades de la anterior administración de gobierno que supieron comprender el valor estratégico de nuestro sector.

Una vez más se comprueba que cuando al sector agropecuario le va bien, le va bien al país, y por lo tanto todos debemos trabajar en ese sentido para que este proceso de crecimiento continúe en el tiempo y sea sostenido y sustentable, en beneficio de nuestra sociedad. Para ello debemos asegurar una serie de parámetros.

Es fundamental mantener el crecimiento; para lo que se deben establecer reglas claras y permanentes, en un negocio agropecuario que históricamente estuvo a la intemperie en el sentido más amplio, desde el real al figurado. A la intemperie porque nuestra producción es a cielo abierto y también porque nunca se han instrumentado  políticas públicas que amparen al sector y lo protejan de su fuerte exposición a variables como las climáticas, las de mercados o las macroeconómicas, que en sus profundas oscilaciones y en reiteradas oportunidades nos han sumido en distintas crisis que bien podrían haber sido evitadas.     

Resulta impostergable la instrumentación de herramientas efectivas para la mitigación del riesgo sobre la producción, como una estrategia de Estado. En ese sentido se hace necesaria la utilización de seguros agropecuarios  que den cobertura a una producción que recurrentemente se ve enfrentada a riesgos que terminan comprometiendo años de esfuerzo y sacrificio.

Los seguros agropecuarios en el mundo son apoyados por el propio Estado en función del elevado  costo de sus primas. Hemos propuesto al gobierno que utilizando el período en que le corresponde ocupar la presidencia pro tempore del Mercosur, lleve adelante la iniciativa de coordinar un seguro agropecuario global, de cobertura regional, minimizando así el riesgo para las empresas aseguradoras, y así reducir los costos de los mismos.

Es mucho más conveniente para el país respaldar este tipo de instrumentos y no verse obligado a solucionar emergencias de carácter económico y social que siempre llegan tarde y parcialmente a los damnificados.

Otros factores de inestabilidad se refieren a las políticas macro económicas. Los productores nos vemos enfrentados permanentemente a enormes dificultades de previsión, dadas las fuertes oscilaciones que en esta materia hemos tenido que enfrentar. Como ejemplo citamos el tipo de cambio, que entre julio de 2004 y julio de 2005 pasó de $ 30 a valer $ 24, afectando severamente la competitividad del sector exportador.

Esto ha significado un incremento en los costos de producción, lo que en muchos casos, sumado a la reducción de los precios en los mercados internacionales, terminan comprometiendo la inversión y el desarrollo  futuro.

ENDEUDAMIENTO

La agropecuaria en su conjunto ha debido soportar uno de los mayores niveles de endeudamiento relativo al producto generado, pero también ha demostrado un grado de cumplimiento superior a cualquier otro sector de la economía. En ese sentido es necesario resaltar y premiar el esfuerzo realizado.

Hoy el endeudamiento con el BROU y su Fideicomiso, mayores acreedores de la agropecuaria, representa un volumen de aproximadamente US$ 700 millones.

La deuda global del sector con los bancos, pasó de U$S 1.600 millones en 2002, a alrededor de U$S mil millones, con un producto sectorial en crecimiento.

Están dadas las pautas para el recálculo y refinanciación de la deuda con el BROU, en un plazo superior a 10 años. Entendemos que son parámetros que atienden a buena parte de los productores endeudados, a los que instamos presentarse en las agencias correspondientes, a los efectos de la aplicación de las condiciones acordadas.

Esto implica que necesariamente debe introducirse un criterio de justicia, contemplando a todos aquellos productores que ya cumplieron sus compromisos y no han podido acceder a estas condiciones beneficiosas. Muchos han sido los que pagaron al costo de su sacrificio y  patrimonio,  en muchos casos con tasas de interés significativamente más elevadas de las que surgen de estas nuevas pautas.

Queda pendiente la resolución de la banca privada intervenida en el fideicomiso Thesis.  Entendemos que las condiciones aplicadas por el BROU son adecuadas para muchos productores que pueden solucionar su endeudamiento con un plan de pagos acompasado con su propia capacidad financiera. Aspiramos a que la banca privada acompañe esta iniciativa.

Reclamamos un pronto retorno del crédito en el sector agropecuario, aspecto imprescindible para la inversión productiva. Se necesita de forma urgente implementar una efectiva recategorización de los clientes que han tenido que acogerse a distintos planes de financiación, para que vuelvan a ser objeto de crédito.

Al mismo tiempo, reclamamos responsabilidad tanto del productor como de la entidad financiera en cuanto a la nueva oferta de recursos e instrumentos de crédito que están disponibles en el mercado, evitando en el futuro nuevas situaciones críticas por mal manejo técnico.

TRIBUTOS
Deberá existir una definición clara de la política tributaria. Estamos atentos a las convocatorias que desde el gobierno se hagan para discutir sobre ideas ya expresadas por el Ministro Danilo Astori, las que compartimos, y que apuntan a un  sistema tributario más sencillo, de base más amplia, dónde más uruguayos paguen menos impuestos, y que no castigue la inversión productiva ni incremente la presión fiscal sobre el sector. Sistema que no deberá reincidir en viejos preconceptos erróneos que buscaban gravar  la tierra, impuesto regresivo, el que, al reducir el valor de la misma, promovía la extensividad en lugar de intensificar la inversión productiva, que agrega valor y dinamiza la economía.

Cuando muchos dicen que en el Uruguay la agropecuaria no paga impuestos, nosotros decimos que lo hace por tres vías distintas:
1. La tributación directa, que este año se viene incrementando por el propio crecimiento del sector, alcanzará los US$ 150 millones en tributos;
2.  Transferencia de recursos a través de la inflación en dólares, donde seguramente se están beneficiando otros sectores de la sociedad, así como el propio Estado;
3. El tercer "impuesto" que afrontamos es para acceder a los mercados externos. La producción de la cadena agropecuaria  paga en el exterior, derechos a través de los aranceles  y además sufre las distorsiones de precios que provocan aquellas economías industrializadas que vierten importantes recursos subsidiando a sus productores. El agronegocio paga anualmente cerca de 200 millones de dólares para poder vender su producción.

SANIDAD

Hacemos referencia expresa a la sanidad como principal condición a consolidar, cuando apuntamos a la permanencia en los mercados externos. Es un compromiso inclaudicable, la defensa de nuestro status sanitario a través del permanente fortalecimiento de nuestra estructura institucional, articulando los aspectos técnicos con los jurídicos y económicos, acordes a las exigencias propias de un sistema moderno de vigilancia.

Asumimos como patrimonio  el reconocimiento internacional a la credibilidad que en la materia tiene nuestro país. Debemos reconocer la eficiencia de las estrategias implementadas apuntando a la recuperación de la condición sanitaria requerida para volver a colocar nuestra producción en los mercados más exigentes.

Son políticas que deben ser calificadas "de Estado", trascendiendo la siempre saludable alternancia de los distintos partidos políticos en el poder.

La crisis de la aftosa significó  una pérdida en el 2001 y 2002 de más de mil millones de dólares para la economía nacional. Hoy no es sólo la aftosa, sino que hay que tener en cuenta las numerosas enfermedades emergentes que amenazan al mundo. El fenómeno de la globalización, las crecientes relaciones de intercambio, que tan beneficiosas resultan, son también una  mayor exposición al riesgo. Como bien lo expresara el Dr. Alfonso Torres en su conferencia sobre Sanidad e Inocuidad Alimentaria, la amenaza que se cierne sobre la producción primaria, tanto animal como vegetal, requiere no sólo la capacidad técnica, sino los recursos correspondientes para que demos respuesta a través de la profilaxis,  campañas de vigilancia y defensa sanitaria efectivas, a la no  introducción de enfermedades que irremediablemente afectarán el acceso de nuestros productos a los mercados mundiales.

No debemos vacilar en adoptar medidas definitivas que eviten cualquier tipo de riesgo, ni dudar ante sus costos, sean económicos o políticos. El uso de harinas de origen animal como aporte proteico de bajo costo en las raciones de no rumiantes, aún cuando se controle su elaboración y comercio, representan un riesgo al destacado status sanitario que los mercados más exigentes nos han conferido en materia de Encefalopatía Espongiforme Bovina. No podemos poner en riesgo nuestra categorización privilegiada ya resignada por Brasil y Chile. En ese sentido, es necesario aguzar el ingenio y no claudicar en los controles, para seguir siendo creíbles ante el mundo.

Durante su visita a la Expo Prado, el Ministro Danilo Astori nos aseguró que no faltarán recursos para la Sanidad, hecho que queremos resaltar y que nos reconforta.

TRAZABILIDAD y CERTIFICACION

Las carnes son nuestro principal producto de exportación. La dinámica cadena de la carne alcanzará la cifra récord de más de 800 millones de dólares en generación de divisas este año.

Debemos asumir que nuestra presencia en los mercados mundiales de la carne se destaca a partir de su calidad ya que no es posible que lo hagamos con volumen. Esta diferenciación solamente es alcanzable  a partir de la adopción de  procesos certificados que aseguren al consumidor, las cualidades que se requieren y a su vez queremos promover.  Cuando se plantean distintas formas de promocionar nuestras carnes, existe un importante camino recorrido que no se está aprovechando en su totalidad. Nos referimos al programa de Carne Natural Certificada impulsado por INAC, el que fue reconocido por el USDA como primer y hasta ahora único protocolo extranjero aceptado.

Celebramos que el gobierno, como autoridad competente en los temas sanitarios, haya hecho expresa su disposición a establecer en el país un sistema nacional de trazabilidad obligatoria con dispositivos individuales de identificación. Instamos a que los mismos  sean adoptados conforme a la más moderna tecnología disponible internacionalmente. O sea, doble juego de dispositivos, uno electrónico y otra visual de acuerdo a lo aplicado en el Sistema Nacional de Identificación Ganadera.

La trazabilidad es hoy un derecho del consumidor, y lejos de ser una amenaza es una oportunidad de diferenciación. No debemos demorar más su implementación.

Debemos trabajar en la definición de como financiar el sistema, el que indudablemente no debe recaer sobre el criador, sino asumido por la totalidad de la cadena cárnica, incluyendo en la misma la industria del curtido de cueros.

CADENA PRODUCTIVA

Es el espíritu de la Asociación Rural del Uruguay promover la actividad agropecuaria a partir del concepto de la integración consolidada entre los distintos eslabones de la cadena. No concebimos ningún rubro productivo aislado de sus procesos de transformación ni de los exigentes esfuerzos en materia de captación de mercados. La  complementación de intereses hacen a una visión integradora en el concepto moderno de cadenas productivas, con el espíritu de "ganar – ganar" antes que la estéril confrontación disociativa.

Con esa vocación es que hemos venido trabajando a través de distintos grupos de trabajo, sobre diferentes temas, como el sanitario, mejoramiento genético, dinamización de la cadena productiva de la carne, reforma tributaria, para luego elevar a las autoridades nacionales propuestas concertadas entre los distintos actores del sector privado.

No estamos en la fácil tarea de reclamar, hacemos nuestra la responsabilidad de ser actores pro activos en la difícil tarea de realizar propuestas efectivas.

Como ejemplo destacamos el documento elevado al Sr. Ministro de Ganadería, dónde por primera vez se llega a un consenso entre productores y  frigoríficos.

Del mismo destacamos la coincidencia en cuanto a rechazar cualquier tipo de intervención por parte del Estado en los mercados propios de la cadena cárnica.

POLITICAS DE ESTADO

No escapa a nadie que cualquier estrategia de desarrollo agroindustrial requiere de políticas de Estado que trasciendan a los gobiernos de la República.

En ese sentido destacamos el ejemplo del sector forestal. Con la aprobación de la denominada Ley Forestal, en diciembre de 1987, primer gobierno desde el retorno a la democracia, se da inicio a un proceso que se continúa con la implementación del subsidio a las plantaciones forestales a plantarse a partir de enero de 1989.

Hoy, transcurridos 18 años de la aprobación de la ley y 16 años de iniciada realmente la forestación con destino industrial, el país cuenta con 700.000 hectáreas forestadas y una serie de emprendimientos para la transformación de la materia prima en productos con valor agregado.

Solo en inversión industrial la sociedad uruguaya recupera con creces recursos de algo más de 50 millones de dólares en subsidios directos o por exenciones impositivas, con el beneficio creciente de ocupación laboral e incremento en las exportaciones. Muy posiblemente en poco tiempo, este sector será el segundo renglón exportable con más de 700 millones de dólares de exportación por año.

Esto es un ejemplo de los beneficios de un subsidio utilizado con criterio de inversión, dónde el retorno se proyecta en el tiempo para beneficio de toda nuestra ciudadanía.

Con la próxima puesta en funcionamiento de las plantas de celulosa, nuestro país multiplica por dos veces y medio el valor de exportación de la madera en rolos.

Estamos ante un ejemplo contundente de cómo operan las políticas de Estado en beneficio de nuestra sociedad. Otros esfuerzos en el mismo sentido que el forestal, se requieren hoy para consolidar el desarrollo agroindustrial de nuestro país.

INTEGRACION REGIONAL

Ya que hacemos mención  a las controvertidas plantas de celulosa, éstas son un claro ejemplo de lo mal que funciona nuestra integración regional.

Los socios regionales se han enfrascado en una polémica poco creíble, carente de fundamentos técnicos y excedida en motivaciones políticas. Inversiones como las de Botnia y Ence significan una apuesta al país constituyéndose en la mayor inversión privada de su historia.  Permitirán explotar toda su riqueza forestal, generando un enorme impacto económico y social  en el interior del país, históricamente ajeno a los efectos beneficiosos de la inversión agroindustrial.

Sin embargo, sufrimos ataques por una parte de la sociedad de un país hermano con el argumento de riesgo de contaminación que pudiera generar. Aún cuando se ha demostrado hasta el cansancio de que se trata de técnicas industriales de última generación, dónde el impacto ambiental es minimizado y se aplicará la más avanzada tecnología para su control y mitigación. No han respetado nuestra soberanía. Hemos debido soportar actitudes agresivas incluso con denuncias improcedentes ante organismos de crédito, de modo de trabar los mismos. 

Por otro lado, nadie puede pensar que la producción arrocera nacional sea un factor de distorsión frente al mercado brasileño, donde no se justifica que los propios productores de ese país estén levantando barreras de comercio que socavan el principio fundamental de la integración comercial y hacen que el Tratado de Asunción de 1981, creador del MERCOSUR,  sea una proclamación de buenas intenciones, pero con un nivel de concreciones muy bajo.

Otras desinteligencias marcan la falta de coordinación regional, como lo fue resignar en una instancia crucial para la liberalización del comercio agrícola mundial, la posibilidad de designar un experto de nuestra región como Director General de la OMC,  permitiendo que se eligiera en su lugar a un conspicuo representante del conjunto de países defensores de prácticas distorsivas del comercio agrícola. 

Como contrapartida de lo anterior, el Mercosur también perdió la posibilidad de elegir  al presidente del BID, echando por tierra otra candidatura regional al principal banco de inversión y desarrollo.

Sin duda que el MERCOSUR falla una y otra vez siendo hoy un tratado sin mayores avances visibles. Hay que tratar de superar esos problemas por todos los medios, por lo que proponemos un esfuerzo de la sociedad civil, responsable solidaria de este momentáneo fracaso.

Reclamamos menos cumbres y declaraciones altisonantes, en su lugar se hacen impostergables definiciones de mayor coordinación y armonización de políticas.

MERCADOS

El mercado regional sigue siendo un compromiso ineludible en la expansión de  nuestras fronteras. Sin embargo, las reiteradas deficiencias en su funcionamiento exigen una agresiva política exterior en procura de una imprescindible inserción internacional de nuestro país. Necesitamos una política de Estado en materia de relaciones internacionales más clara  y  contundente.

Tenemos instancias cruciales en curso en la  negociación y liberalización del comercio agrícola, tanto bilateral como multilateral en la que debemos ser protagonistas, para lo que ofrecemos toda nuestra colaboración y apoyo en la búsqueda de condiciones más justas y equilibradas.

En materia de Política Exterior es necesario separar claramente los aspectos ideológicos de los aspectos comerciales. En este sentido entendemos que el Servicio Exterior debe redoblar esfuerzos en la búsqueda de oportunidades y de acuerdos de integración comercial que posibiliten el más fácil y mayor acceso de nuestra producción en los distintos mercados externos.

No debe ser nuestra participación en el Mercosur como miembro pleno, un obstáculo para la búsqueda soberana de acuerdos comerciales bilaterales con otros países.

Celebramos que el gobierno, a través de su vicepresidente, esté dando señales de que prontamente estaremos ratificando el Tratado de Protección Recíproca de Inversiones con los EE.UU.  No solo que Uruguay no pierde soberanía con este tipo de acuerdos, sino que da señales claras de que las garantías a las inversiones serán respetadas, tanto al inversor nacional como al extranjero.

COMPETITIVIDAD

Retornando a los temas internos que preocupan a la producción, no podemos dejar de mencionar todo lo referido a los temas de competitividad. Mucho se ha hablado en estos meses respecto a la misma y está plenamente justificado, dado el impacto que ha tenido la fuerte revaluación del peso, básicamente en los últimos meses y la importante inflación en dólares que se cierne sobre la economía.

Esta inflación en dólares ha incidido fuertemente en el resultado de las empresas agropecuarias en el último ejercicio. Como ya mencionamos, en el mes de mayo pasado y tomando el año móvil, se puede estimar una inflación en dólares anualizada del 26%.

Este fenómeno afectó la rentabilidad del sector exportador, ya que significó un aumento de los costos de producción que se suma a que, en algunos rubros, hubo una caída internacional de precios. Mayores costos y  menores ingresos ocasionaron un severo impacto en los resultados económicos de muchas empresas agropecuarias, en el último ejercicio.

Lo que preocupa, es la persistencia del fenómeno, aunque la competitividad no es solo un tema del tipo de cambio, pero nadie puede negar que es el factor que más ha incidido en la historia y es por el cual todos los sectores exportadores están atentos.

La competitividad, en su sentido más amplio, tiene que entenderse como la capacidad de competir en terceros mercados con productos de otras procedencias.

Debemos mencionar otros factores que hacen a la competencia, como las tarifas públicas, el "costo Uruguay", el peso del Estado sobre la economía, la política tributaria, crediticia y laboral.

También hay que hablar de otros componentes que hacen al costo de la producción como todo lo que se refiere a la incorporación de tecnología, factor fundamental para modificar nuestros históricamente pobres índices de productividad.

Cuando se comparan costos tenemos que hacer referencia al combustible, uno de los más caros del mundo. La producción agropecuaria que tiene en el gasoil uno de sus insumos más importantes, ha sufrido el impacto de su incremento, de acuerdo a las paramétricas aplicadas por Ancap y las autoridades económicas. Los combustibles productivos, gasoil y fuel oil, son los que han recibido incrementos diferenciales más importantes.

Cuando se habla de las tarifas de comunicación, recordamos la anécdota de un uruguayo que en viaje de negocios por Europa, adquirió una tarjeta telefónica y consultó sobre cuanto tiempo le permitía hablar a  distintos países por el mismo valor. Como resultado,  a  Chile podía hablar 35 minutos, a Argentina 30, y a Uruguay 20.

Nos queda pendiente en la sociedad uruguaya, la necesaria y sincera discusión estratégica sobre que país queremos en los próximos 20 o 50 años.

Ineludiblemente deberemos analizar la  profunda reforma del Estado que entendemos se requiere y que por muchos años no se ha encarado con responsabilidad, por el costo político que puede representar.

LEY DE PRESUPUESTO

Se ha presentado al Parlamento la Ley de Presupuesto por parte del Poder Ejecutivo. Se trata de un evento de singular importancia que determinará la asignación de recursos, definiendo el gasto y los niveles de inversión y sus fuentes de financiamiento para los próximos cinco años.

Hemos tomado conocimiento del mismo hace muy pocos días. Entendemos que la propuesta del Poder Ejecutivo contempla los principios fundamentales de no generar aumento de gastos que  no estén financiados.

No obstante ello, la evolución económica proyectada parte de algunos supuestos que nos generan preocupaciones.

El presupuesto prevé un incremento del gasto de 530 millones de dólares para el quinquenio. Dicho incremento, sin ingresar en su distribución, se financia a partir de dos supuestos: un incremento acumulado del PBI del orden del 20 por ciento, y una mayor eficiencia de la recaudación fiscal por la vía de la reforma del régimen tributario y menor evasión.

Entendemos que la reforma de la DGI implica una gradualidad en la obtención de resultados tangibles cuyo efecto recaudador puede estar dilatado en el tiempo.  Pero aún más, nos preocupa un supuesto de crecimiento económico cuya sustentabilidad es altamente sensible a variables externas no previsibles ni manejables.
 
Imaginemos que pasaría si se confirma la tendencia de crecimiento de las tasas de interés internacionales, las que afectarían fuertemente nuestro costo en el servicio de deuda externa, o bien el continuo incremento en los valores del petróleo, o tantas otras variables que nos son dadas, y en las que no podemos incidir. Dicho de otra manera, el incremento del gasto a partir de la aprobación de la ley de presupuesto es un hecho dado, las bases sobre las que se sustenta su financiamiento son un supuesto sujeto a una diversidad de aspectos imponderables.

Todos esperamos que el proceso de crecimiento del país sea constante. Si esas circunstancias no se dan, nuevamente será el sector privado quién  tendrá que financiar un importante incremento del gasto público. Entendemos y compartimos los compromisos del gobierno relacionados a la emergencia social y la necesidad de asistir en forma temporaria a los sectores que, como consecuencia de la profunda crisis del 2002, han sido fuertemente castigados.

No deja de preocuparnos también el asistencialismo –que hoy es necesario para mejorar las condiciones de mucha gente-  pero que no puede perpetuarse, lo que significaría una mala señal para todos aquellos que mantienen un afán de superación, espíritu de sacrificio, vocación hacia el trabajo y la propia reacción ante circunstancias adversas que a todos nos ha tocado vivir.

La crisis financiera del 2002 nos dejó la enseñanza que el ajuste en momento de dificultades lo hizo el sector privado, con una caída de la economía tan brutal, que el Estado resultó una carga demasiado pesada para un sector que debió soportar las peores consecuencias. Reducción de utilidades, pérdida de rentabilidad, falta de inversión, todos fueron factores que llevaron a muchas empresas uruguayas a la quiebra.

Durante el tratamiento parlamentario de la Ley de Presupuesto, debemos ser responsables, no dando lugar a reclamos de grupos corporativos que miran en forma egoísta su propio sector, perdiendo de vista el interés colectivo.

Debemos dar tiempo a que la situación económica se consolide y que el proceso de recuperación de a poco permita volver a la normalidad a muchos sectores de la sociedad, aún sumergidos, que legítimamente elevan sus reclamos.

CLIMA DE INVERSION

Hay otros aspectos generales que nos preocupan en el país como los temas vinculados a la seguridad, el combate al abigeato, y el respeto a la propiedad privada.
 
Acá queremos destacar algunas manifestaciones de jerarcas de gobierno que no han sido muy claros en asumir la responsabilidad de asegurar los derechos de propiedad, principio fundamental e irrenunciable para la convivencia democrática y el desarrollo económico y social del país.

No claudicaremos ni escatimaremos esfuerzos en reclamar este derecho fundamental expresado en nuestra Constitución y que además fue asumido como uno de los puntos de compromiso que se firmó por parte de los candidatos a la presidencia de la República, en la declaración signada en la pasada Expo Prado. Hoy es un compromiso de gobierno y estaremos atentos a cualquier intento de avasallamiento que se pretenda realizar.

La derogación del decreto que faculta a la fuerza pública a desalojar los locales de trabajo cuando estos son ocupados por trabajadores en conflicto, el proyecto de ley de fueros sindicales ya aprobado en la Cámara Baja, así como la actitud contemplativa frente a la proliferación de piquetes, son una amenaza a los principios fundamentales de nuestra convivencia, pudiendo a partir de ellos alentar expresiones de intolerancia reñidas con las más caras tradiciones del pueblo uruguayo.  Estas prácticas no contribuyen a generar un clima adecuado de inversión, aspecto imprescindible para un crecimiento que asegure la mayor cantidad y calidad del empleo que necesita nuestro país.

NEGOCIACION COLECTIVA

Entre tantos temas en los cuales hemos establecido ámbitos de trabajo con el gobierno, no podemos dejar de mencionar las negociaciones colectivas laborales en el ámbito de los Consejos de Salarios. Por primera vez el sector agropecuario discute en un ámbito tripartido los niveles salariales y condiciones laborales. Hemos puesto desde el principio nuestra disposición y esfuerzo, dado que esta preocupación ha sido  histórica en esta Institución, expresada en el Art. 1º de nuestros Estatutos, donde la defensa de los intereses del trabajador rural, están específicamente expresados.

Nos preocupa que en el ámbito de la negociación  quieran introducirse ciertos principios de generalización que no se compadecen con la naturaleza de una relación laboral en el medio rural que difiere sustancialmente de la que se practica en el medio urbano. La vinculación entre empleado y patrón rural, compartiendo el mismo espacio vital, el mismo techo, las mismas actividades y limitaciones, genera de por sí una relación distinta, resultando con el transcurso del tiempo en una muy baja  conflictividad laboral.

Patrono y empleado rural  han compartido por años las mismas carencias  de infraestructura y servicios básicos, las que muchas veces no se conocen en el medio urbano, tales como el aislamiento, la falta de comunicaciones o de energía eléctrica. 

DICOTOMIA CAMPO CIUDAD

El crecimiento armónico de nuestra sociedad hace imperativo el mandato de reducir la brecha entre dos realidades de país con ciudadanos a los que en definitiva les asisten  los mismos derechos pero no gozan de las mismas oportunidades. Sigue habiendo ciudadanos de primera y de segunda y aquí hacemos el reclamo para que exista una mayor ecuanimidad en la asignación de recursos cuando hablamos de salud, o de educación, o de comunicaciones, o de tantos servicios básicos que debe proveer el Estado, sea en el medio urbano como el rural.

Cuando tenemos un problema en una escuela rural son la Comisión Local y los vecinos los que con frecuencia proporcionan los recursos para reparar una pared caída o un techo que se llovió.

Cuántas veces, a través de la Comisión de Apoyo Policial, se ha provisto de cubiertas o de gasoil para la camioneta de la seccional, o cuando en emergencias o ante tratamientos médicos de cualquier integrante de la familia rural, hay que buscar ayudas solidarias para su efectiva atención.

En la capital estos sucesos serían objeto de escándalo y tal vez una interpelación parlamentaria, que podría afectar a algún Ministro.

No podemos dejar de mencionar la alarma generalizada ante el tremendo vendaval que afectó a Montevideo semanas atrás. Cuando esto ocurre en el interior del país y levanta techos, destruye cultivos, o causa muertes, es motivo de indiferencia de buena parte de la ciudadanía. 

RECONOCIMIENTOS

No quiero finalizar sin hacer un homenaje a todos aquellos que han hecho un gran esfuerzo para concurrir a esta muestra.

También a los invitados internacionales, en particular la presencia de nuestros buenos amigos,  productores de la región, con quienes compartimos en la FARM un ámbito permanente de trabajo en beneficio de la agropecuaria y de nuestras sociedades. Con ellos, en el día de ayer, hemos dado pasos importantes en la institucionalización de la FARM y la instalación de su sede en la ciudad de Montevideo, capital del Mercosur. Un intento más en el ámbito privado en la construcción de una mejor coordinación de las políticas e iniciativas en el ámbito Regional.   

Quiero terminar con un mensaje de optimismo hablando de la exposición del Prado. Es un reflejo del país,  de la situación de la agropecuaria, que en su centésima edición, porfiadamente se expresa como en la primera.
Agradecemos el esfuerzo de tanta gente: expositores comerciales, industriales, servicios,  entes públicos y expositores ganaderos que son la gran atracción.

 Nuestro reconocimiento a las gremiales de ARU, con quien trabajamos duramente por varios meses para realizar esta fiesta fantástica de nuestra genética nacional. Expo Prado que renueva año tras año,  el estímulo hacia la superación, la mejora productiva y que por medio de la comercialización de los reproductores, continuará construyendo la calidad de nuestra ganadería en los rincones más lejanos de la República.

Nuestro tributo al esfuerzo de directivos y funcionarios de la Asociación Rural, sin los cuales no seria posible la realización de una exposición  tan importante. Nos ha puesto a prueba a todos, exigiéndonos al máximo en nuestra capacidad, y  donde pudimos dar respuestas parciales a todas las exigencias que implican una empresa de estas proporciones.

Hago expreso nuestro fraterno abrazo a las gremiales rurales de nuestro país aquí presentes. A nuestros amigos de la Federación Rural, de Cooperativas Agrarias Federadas, de la Comisión Nacional de Fomento Rural con quienes compartimos una misma razón y un mismo sueño, la consolidación de la agropecuaria como soporte de la economía, el bienestar de la población de nuestro país y en particular de la familia rural.

No tenemos ninguna duda que a partir de mañana, cuando se empiecen a desarmar los stands y  retornen los animales a los establecimientos, cada uno de nosotros tendrá una visión optimista en la certeza de estar conviviendo en un país que alienta la producción, y vaya si esto es un ejemplo de país productivo, que por centésima vez lo estamos celebrando.

A los rincones más lejanos de la República, que llegue nuestro mensaje de fe en un futuro más próspero para todos los Uruguayos.      

Para finalizar, evocamos a Robert Kennedy,  un gran Americano víctima del terrorismo, en el día en que el mundo también recuerda y rechaza este flagelo internacional.

"El futuro no les pertenece a quienes se conforman con el presente".


Muchas gracias, y viva el Uruguay!

 
100ª Expo Prado, 11 de setiembre de 2005