El foco de aftosa en la región siempre es malo por más que esté a 1.100 kilómetros de la frontera con Artigas. La imagen de la región a nivel internacional baja cuando un hecho de este tipo ocurre.

Para Uruguay, las consecuencias comerciales son muy pocas. Tal vez para algún mercado marginal podría significar algo, pero Uruguay no comparte mercados con Brasil. Uno de los más importantes para las carnes uruguayas es Estados Unidos, cuyas colocaciones son del 80%.

La disposición del Ministerio de Ganadería uruguayo prohibe el ingreso de carnes vacunas y de cerdo, pero entran los cortes envasados, sin hueso, y que pertenecen a negocios de la Unión de Vendedores de Carne.

El asunto más importante está en la carne de cerdo. La industria chacinera tiene stock para dos meses aproximadamente. Si en dos meses no se soluciona el tema de la aftosa y se vuelve a abrir la frontera, el productor local será quien tenga que abastecer a la industria. Habrá que esperar y ver si puede hacerlo.

Rusia, uno de los principales mercados de Brasil, cerró sus fronteras a la carne norteña.

En primera instancia, puede pensarse que Argentina sería el gran beneficiario de la problemática brasileña. Estos países comparten el mercado ruso y Argentina podría cubrir esa cuota vacante. Aunque es difícil para Argentina que no tiene margen de crecimiento en su saldo exportador.