El primero apareció en los límites entre Mato Grosso y Paraguay; y hasta ahora se creía que el riesgo se concentraba en esa frontera, caracterizada por la falta de control y el contrabando de ganado.

Si se confirma este nuevo foco, sería una amenaza para el circuito agropecuario del sur brasileño (que comprende a Paraná, Santa Catarina y Río Grande del Sur) y mueve grandes volúmenes de carne para exportación.  Se estima que los perjuicios serán de por lo menos 1.000 millones de dólares; la sexta parte de las ventas de la primera mitad del año.

El gobierno de Brasil ha sido responsabilizado por la falta de recursos que podrían haber evitado el surgimiento de la aftosa. En las últimas horas, las críticas contra Lula se han reavivado, con la sospecha de este nuevo foco.

Las entidades rurales acusan al gobierno por la "fragilidad" de los controles sanitarios. Dicen que se destinaron menos recursos que los prometidos a la "defensa animal y vegetal" (de los 40 millones de dólares previstos para vacunación y medicamentos, sólo se canalizaron 22 millones).

El presidente Lula respondió que el Estado "no puede todo" y que tiene muchas limitaciones. Además, recordó las exigencias legales y tramites burocráticos para librar recursos. Parece que la gente trabajara para que las cosas no sean fáciles, lamentó.