Los planes de OSE para el verano y la llegada del agua potable a La Cerrillada
En el mundo 1.100 millones de personas no tienen acceso al agua potable. En Uruguay un 98% de la población urbana y suburbana abre una canilla y puede beber tranquilamente. Pero hay algunos que recién ahora están por conocer esa comodidad. Les proponemos conocer cómo viven en el pueblo Cerrillada, justo en el límite con Brasil, la inminente llegada del agua potable. Además, hablaremos de los planes de OSE para mejorar su gestión. Informe de Mauricio Erramuspe
Mientras en el mundo el acceso al agua potable es un problema y cada vez mayor, Uruguay goza de una situación privilegiada. Según datos de OSE, el 98% de la población urbana y suburbana puede abrir la canilla y beber tranquilamente agua de óptima calidad. Hay problemas sí de infraestructura, ya que muchas inversiones no fueron realizadas a tiempo y no se puede satisfacer los picos de demanda en la zona metropolitana.
La última Cumbre Iberoamericana, por iniciativa española, puso el acceso al agua potable como uno de los principales problemas a atender en la región. Es una buena oportunidad para conocer los planes de OSE para satisfacer esos picos de demanda y, además, acercarnos al pueblo La Cerrillada, en Rivera, justo sobre el límite con Brasil. Desde el 7 de diciembre, al menos la mitad de sus 800 habitantes podrá abrir la canilla y acceder al agua potable.
En Uruguay se habla de una cobertura de agua potable que alcanza al 98% de la población urbana. El acceso al recurso agua no es un problema. Sí el abastecimiento de la demanda. Las autoridades de OSE han aclarado desde su asunción que el diagnóstico es que no se hicieron las inversiones necesarias para, por ejemplo, lograr atender la demanda en los días de intenso calor en la zona metropolitana.
Sobre todo el problema se da entre el 15 y el 31 de diciembre. Por qué en esos días la actividad aún es normal en Montevideo y, en general, se registran altas temperaturas. Entonces, hay una fuerte demanda de agua que la red, en las actuales condiciones, no puede satisfacer plenamente y las zonas altas quedan sin servicio o con muy baja presión.
El año pasado, ese pico de calor y consumo se dio en noviembre. Y OSE ensayó un remedio que terminó siendo peor que la enfermedad. Se aumentó la presión en la red, provocando mayor desprendimiento de los materiales adheridos a las cañerías. Esto, junto a otros factores técnicos, provocó el color desagradable que el agua tuvo en las zonas centrales de Montevideo, donde están las tuberías más viejas.
Esta es una historia que los uruguayos ya conocen. Y su solución llegará mediante planes que OSE ya está poniendo en práctica. Pero las autoridades insisten en que hasta dentro de tres años no se podrá decir que el problema está solucionado y, por tanto, la falta de agua en las zonas altas y la turbiedad, pueden reaparecer.
Los problemas se dan tras cuatro o cinco días de calor intenso. En el área metropolitana -Montevideo, La Paz, Las Piedras, Pando, Ciudad de la Costa- OSE atiende a una población de 1.700.000 personas y esos días la demanda puede alcanzar los 600.000 metros cúbicos de agua. Para atenderla sin problemas se puso en marcha el plan de obras que llevará unos tres años y una inversión total de 80 millones de dólares, según nos explicó el presidente de OSE, Carlos Colacce.
"Este sistema actualmente no está en condiciones de cubrir los picos de consumo. Esto hace que cuando se presenten tres, cuatro días de temperaturas elevadas, tres, cuatro días consecutivos, tenemos problemas de poder dar agua potable a los barrios más altos que son los primeros que sufren esa situación (...)
Esa situación solamente se va a poder cubrir, se va a poder resolver, una vez que se realicen las inversiones necesarias porque estamos hablando de que hay que hacer una serie de obras que el organismo ha implementado, el Directorio ya ha ordenado la ejecución de todo ese plan de inversiones para la zona metropolitana que abarca: obras en Aguas Corrientes, algunas de ellas ya en ejecución como el aumento de la capacidad de bombeo. Otra obra que va a licitarse en el próximo año que es el aumento de la capacidad de filtrado que es parte del proceso de la potabilización del agua. Una obra que es la inversión en si misma más importante, estamos hablamos de 50 millones de dólares, que es una nueva línea de abducción, una nueva tubería, sería la sexta tubería que trae agua de Aguas Corrientes a toda la zona metropolitana. Sumado a todo esto otras obras en la red de distribución de Montevideo con cambio de viejas tuberías que incluso va a solucionar varios problemas de roturas que se dan constantemente todos los inviernos", dijo Colacce.
Mientras estas obras avanzan, OSE prevé cubrir eventuales problemas de abastecimiento con camiones cisterna como se ha hecho hasta ahora. Además, se mejoró el sistema de monitoreo de la red para poder reaccionar antes, si es que surgen problemas, según nos dijo Colacce.
"Quiere decir que recién para entonces vamos a poder decir que tenemos un sistema de agua, de abastecimiento de agua potable a toda la ciudad y sus zonas aledañas acorde a lo que realmente la ciudadanía merece y demanda. Entre tanto tenemos que estar trabajando con lo que tenemos. El organismo conoce plenamente los puntos flacos, las dificultades (...) Y estamos enfrentando de todas formas la situación de este verano con algunas mejoras concretas que se han podido implementar como es un mejor sistema "Scada" de monitoreo distintos parámetros del agua en varios puntos de la red que permite justamente conocer bien la situación, sumado a todo el control que se hace mucho más basto en verano de lo que calidad de aguas y análisis de muestras, etcétera", señaló Colacce.
Eso es lo que se prevé para Montevideo y su área de influencia. Pero en el resto del país, donde vive la otra mitad de la población, hay dos zonas que el ente atendió especialmente este año. Una es La Paloma y los balnearios que la rodean en el departamento de Rocha. Allí, son muy frecuentes las faltas de agua en los primeros días de enero, cuando se da la mayor concentración de turistas. Este año esos problemas no deberían existir ya que se puso en marcha un sistema para sumar agua de otro arroyo al caudal del que tiene la principal toma. De esa manera, se mejoró la capacidad de extracción de agua a potabilizar y bombear a la red.
Otro punto de permanentes quejas por parte de la población era la ciudad de Dolores, en Soriano. Allí existían problemas en la calidad de las aguas subterráneas que se potabilizaban. Ahora se instalará una planta UPA pero en este caso será la de mayor capacidad que se haya puesta en funcionamiento y se extraerá agua del arroyo San Salvador. Según OSE, este sistema cubrirá las necesidades de esa ciudad y la intención es que todo el proceso tenga el sello de calidad del LATU.
Ya en el plano del saneamiento, otra área de competencia de OSE en el interior del país, se prevén importantes inversiones en Ciudad de la Costa y en Punta del Este, donde se culminarán las obras que no realizó el antiguo concesionario Uragua. En cada una de las localidades, la inversión será de 50 millones de dólares.
Además, antes del verano estarán funcionando las plantas de tratamiento de afluentes en San José y Durazno y, en distintas etapas de obras están las de Melo, Canelones, Paysandú, Salto y Colonia. Así OSE cubrirá siete capitales departamentales que no tenían estas plantas de tratamiento y ahora incorporan las de mejor tecnología.
Este es un panorama bastante amplio de obras en todo el país. Todos con la ventaja natural que tiene Uruguay respecto del acceso al agua. Pero hay algunas zonas en las que el recurso no está y sólo se puede esperar que caiga del cielo. Esa era la situación en La Cerrillada, Rivera. En el próximo bloque les propongo que conozcamos cómo viven allí la inminente llegada del agua potable.
En La Cerrillada, Rivera, se da un caso muy raro en Uruguay. No había cómo obtener agua de arroyos cercanos ni del suelo. Se estudiaron todas las alternativas y la única viable era la recolección de agua de lluvia. Así vivieron durante décadas los 800 habitantes del pueblo. Son trabajadores rurales, alambradores, esquiladores, peones de estancia, cocineras y niños, muchos niños, que viven en un caserío disperso sobre el límite mismo con Brasil. Igual que en la ciudad de Rivera, cruzando la calle cambiamos de país y de idioma.
A un lado y otro del límite, el tema es uno sólo desde hace años: el agua. Es que si no llueve, los pozos comienzan a secarse y la gente a preocuparse. Entre fines de 2004 y comienzos de 2005 por ejemplo, hubo una gran sequía en la que durante varios meses no se registraron lluvias intensas y no quedaba agua en ninguna cachimba. Había que abastecer al pueblo primero con un camioncito de la Intendencia de Rivera y luego con uno más grande de OSE.
"Donde yo vivía era una cachimba chiquita y los vecinos tenían que cuidar. Cuando uno sacaba el agua, el otro tenía que esperar unas dos o tres horas para ir a buscar porque la cachimba se secaba. Era poca agua. Y los vecinos que tenían las cachimbas más grandes no le daba, cuidaban... Entonces después empezó a venir el camión, empezaron a pedir agua, a hacer una nota y empezó a venir el camión y traía agua para acá", explicó Carmen Benítez, quien viven desde hace 15 años en La Cerrillada.
Carmen llegó a La Cerrillada desde Tacuarembó y por eso quizás su acento no se tan marcadamente "abrasilerado". Ella dice que no se acostumbra a hablar así aunque entiende todo del portuñol típico de la frontera. Las conversaciones en el pueblo, según ella y otras personas con las que hablé, siempre están teñidas del tema agua. Es muy duro vivir con ese recurso contado y pensando en qué hacer, según el agua que quede en el tanque.
El 7 de diciembre esas preocupaciones en buena medida serán un recuerdo. Con una inversión de poco menos de 300.000 dólares, OSE inaugurará una red de agua potable que, en principio, llegará a la mitad de las familias. En las casas más apartadas, el servicio demorará un poco más.
"En ese pueblo tenía un eterno problema de abastecimiento de agua dado que no tenía aguas superficiales y tampoco a través de perforaciones. Entonces, OSE implementó y esto quizás muestre la inversión que puede realizar solidariamente una empresa pública porque imaginen que nunca se podría estar viabilizando una inversión en términos económicos para un pueblito tan pequeño una inversión de casi 300.000 dólares como se ha realizado en ese lugar para finalmente en este verano esta gente va a tener agua", explicó .
La Cerrillada está sobre piedra y no se encontró manera de extraer agua del subsuelo. Tampoco se podía sacar desde ningún arroyo cercano. Entonces, hubo que remover tierra para crear un embalse que vaya recogiendo el agua de lluvia. Así se formó un tajamar que, por ejemplo ahora, está lleno ya que este año llovió lo suficiente. OSE instaló una de sus famosas plantas UPA. Una sigla que quiere decir Unidad Potabilizadora Autónoma y es muy famosa, no sólo en Uruguay, según las autoridades de OSE.
"Esto realmente es un símbolo de lo que era un lugar de Uruguay que, a diferencia de casi todo el territorio no tenía agua, no tenía el recurso de agua, tenía dificultades en ese sentido e implicó esta fuerte inversión pero quedó solucionada esta situación", dijo Colacce.
Esa UPA potabalizará el agua que luego llegará a todo el pueblo. Un agua "curada", destaca Carmen. "Un agua curada. Porque el agua de la cachimba nosotros la íbamos a buscar, la tapábamos bien, la lavábamos bien, le poníamos un poquito de Agua Jane y todo, pero después cuando íbamos a ver al rato igual estaba destapada, las vacas, los animales, locos de sed... destapaban. Entonces cuando iba a sacar estaba sucia", señaló.
Para la mayoría de los uruguayos, por no decir casi todos, es muy difícil pensar en no tener una canilla a mano y que de ella no salga agua de excelente calidad. Quizás debamos pensar en algún veraneo por ejemplo en Cabo Polonio, un campamento o una ida al campo. Claro, ahí estamos de paseo y no tener agua forma parte de ese "salir de la rutina". En La Cerrillada la rutina era no tener agua potable. Y tenerla, junto a la luz que llegó hace unos ocho años, puede cambiar algunas decisiones. Ese es el caso de Carmen.
"Yo pensaba irme de vuelta para Tacuarembó, ahora acá tengo mi casa propia, que salí trabajando para acá me vine, por ahora estoy bien acá con el agua y la luz. (...) Era bravo allá no tenía mi casa propia y acá ahora tengo mi casa propia y entonces todo cambia, con el agua y la luz ya queda más cómodo todo. Muy lindo está", aseguró Carmen.
Claro que no sólo ella vive el impacto y la expectativa por la llegada de este servicio. "Hay unos viejitos acá... Hay uno que tiene 84 años, está bien contento, ¿no? Dice que es un progreso muy grande para La Cerrillada porque la luz y el agua que nunca había eso acá. (La luz) hace como ocho años. (...) Están bien contentos, no? Sabe lo que es toda la vida cargando agua, lavando en buracos, en las cachimbas, por ahí... Y ahora sabe lo que es un descanso para toda esa gente mayor, para todos claro, pero le digo esa gente que crió un mundo de hijos lavando en las cachimbas, por ahí. Bien contentos", señaló Carmen.