Parásitos en la ganadería, la alternativa del control integral
Los parásitos son casi una obsesión para los ganaderos y, muchas veces, su resistencia los lleva a aplicar un exceso de drogas. El veterinario Armando Neri, que trabaja Sanidad Animal de la FAO, recomendó que con asistencia profesional se busque el "control integral de parásitos". Es decir, un equilibrio entre seguridad alimentaria, inocuidad, ambiente y equidad que permita crecer pero con cuidado.
(Emitido a las 8.55)
EMILIANO COTELO:
En la producción ganadera de América Latina, los parásitos son una de las principales causas de pérdidas económicas.
Allí, nomás, hay una buena razón para ocuparnos del tema. Pero hay otra razón que lo vuelve interesante.
Resulta que el exceso de celo en el cuidado de la salud del ganado termina siendo también un problema. Hay especialistas que ya advierten que en los animales se da una "sobredosis de fármacos", mientras los parásitos, a su vez, se las ingenian para ir mutando para eludir cada nuevo químico.
Un diagnóstico preocupante, que obliga a replantear algunas cosas y sobre el cual les propongo hablar esta mañana.
Y para eso recibimos al doctor veterinario Armando Nari, uruguayo, toda una referencia en esta área, Master of Science de la Universidad de Pretoria (Sudáfrica), y que desde 1998 trabaja en el Servicio de Sanidad Animal de la FAO, con sede en Roma.
El doctor Nari está por estos días en Montevideo participando en seminarios y conferencias en el marco de los 100 años de la Sociedad de Medicina Veterinaria.
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Doctor Nari, para empezar vamos a ubicar brevemente a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). ¿A qué se dedica precisamente?
ARMANDO NARI:
La FAO es una organización internacional que tiene múltiples actividades con relación a la agricultura (incluimos en la agricultura a la ganadería), que van desde bosques a pesca. En el caso nuestro, estamos trabajando en la División de Producción y Sanidad Animal, que se ocupa de todas las enfermedades relacionadas con la producción animal, para ayudar y asistir a países en desarrollo.
EC - ¿Cuáles son hoy las principales preocupaciones de la FAO? Se habla de seguridad alimentaria, de inocuidad alimentaria, de cuidado del medio ambiente y de equidad. ¿Cómo se conjugan estos conceptos?
AN - Es muy buena la pregunta. Nuestra División maneja dos palabras clave, una es seguridad alimentaria, que es el derecho que tiene el ser humano a producir y obtener su propio alimento; y la otra es inocuidad alimentaria, que es el derecho que tiene el ser humano de cualquier país a comer alimentos de calidad y que no impliquen riesgos para la salud pública. Ambiente es una palabra un poco más amplia que puede ser afectada por esas otras dos palabras clave. Y equidad, a pesar de que yo no estoy en el país desde hace unos años, es una palabra muy utilizada y que representa algo en lo cual Uruguay está tratando de tener logros importantes.
Si me permite, cuando un país en general aumenta la seguridad alimentaria se tiene que tecnificar, y muchas veces la tecnificación desordenada, como ha pasado en algunos países, produce contaminación (imaginemos un gran criadero de cerdos, un gran criadero de aves, un gran feedlot, animales mantenidos en pesebre). Entonces el crecimiento o la mejora de la seguridad alimentaria tiene que hacerse con cuidado, con equilibrio, porque puede producir contaminación del ambiente, afectar al ambiente, y afectar también la equidad, porque esos grandes emprendimientos empresariales pueden llegar a terminar con los pequeños y medianos productores, a los que la FAO siempre ha tratado de defender (lo que supongo que también es un importante objetivo para los gobiernos).
EC - Supongo que no es fácil para usted contestar esta pregunta desde dentro: ¿la FAO es eficiente en la persecución de estos objetivos, en la tarea en procura de estos equilibrios? Se lo pregunto porque hay mucha gente escéptica a propósito de estos organismos internacionales tan grandes y a veces tan burocráticos. ¿Cómo lo ve usted?
AN - Es oportunísima la pregunta. La FAO, como cualquier organización en la que interviene el hombre, es perfectible, y en este momento está llevando a cabo una profunda reforma. En Uruguay ha tenido una actividad muy importante desde hace muchos años. Y seguramente puede mejorar, sobre todo en aquellas zonas donde más se necesita, como por ejemplo África.
Hay un artículo muy interesante para comentar a la audiencia, de un científico hindú que decía que si Naciones Unidas no existiera, habría que crearla. No por lo extraordinariamente perfecta que es, porque es perfectible, sino porque es el único forum donde los países se juntan. Yo lo estoy viendo permanentemente en la FAO, nos obliga a todos los países, a todas las culturas, a todas las religiones a tratar de entendernos. Perfectible sí, y necesaria también.
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EC - ¿De qué hablamos cuando hablamos de parásitos en el ganado? Hay parásitos externos y parásitos internos...
AN - Antes que eso, qué es parásito: parásito es un ser vivo que vive a expensas de otro. (A veces embromo con que puedo llegar a tener cara de parásito con tantos años en esta actividad, como el dueño que adquiere la cara del perro). Hablando en serio, parásito externo, por ejemplo, es la garrapata, que es un problema importante al cual los Servicios Ganaderos de Uruguay le están dando una importancia prioritaria. Parásitos internos son aquellas pequeñas lombrices que a veces el productor no ve, pero, como decía Martín Fierro, hasta el pelito más fino hace su sombra en el suelo, y a veces uno no afecta, dos no afectan, pero diez mil pueden producir un verdadero enchufe a tierra de la energía que está tomando el animal del pasto e incluso producir su muerte.
EC - ¿Efectivamente son una de las principales causas de pérdidas económicas en la ganadería en esta región del mundo?
AN - Sin duda. Los parásitos, por ejemplo la fiebre aftosa, tienen connotaciones sobre todo en la exportación, y por ahí el país pierde.
EC - ¿Algunos ejemplos de pérdidas económicas por parásitos?
AN - La muerte del animal es un extremo, pero la pérdida de producción si el animal no crece adecuadamente, si no llega a reproducirse adecuadamente, si no llega a la edad de reproducción. Y el productor obtiene menos kilos, menos lana o menos leche.
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EC - Estábamos empezando a profundizar en el problema de los parásitos en el ganado. Parásitos internos y parásitos externos, por ejemplo las tenias y las garrapatas.
AN - La mosca de los cuernos...
EC - Precisamente, de la audiencia le piden que diga algo sobre el problema de la mosca de los cuernos. En Argentina llegaron a la conclusión de que lo que se gasta en medicamentos contra la mosca es lo mismo que se pierde en carne, etcétera; o sea que en particular ese parásito es muy complejo en cuanto a su combate.
AN Sí. Depende de qué país se mire y qué tipo de producción tenga. Por ejemplo, en Estados Unidos la indican como un importante hectoparásito que produce hasta 700 millones de dólares de pérdidas. Pero en nuestros países, con una producción más extensiva, es más un problema estético que el productor trata de eliminar de sus animales. Además muchas veces ayuda a producir resistencia a la garrapata.
EC - Los parásitos muestran una creciente adaptabilidad genética a los químicos que se usan para combatirlos. ¿Cómo es esto? A ustedes esa situación los lleva a hablar de "falsa sensación de seguridad en los productores".
AN - El advenimiento de drogas modernas ha sido uno de los avances tecnológicos más importantes del Siglo XX. No se trata de sacarle importancia a la droga, la droga es un recurso no renovable.
EC - ¿Cómo es eso?
AN - No estamos diciendo que la penicilina no le sirvió a la humanidad, estamos diciendo que el mal uso de esos medicamentos (tomar tanto antibiótico, dosificar a los animales, tratarlos en forma indiscriminada) lleva a que el parásito nos venga ganando desde hace años. Nos gana por dos causas, la primera por genética, porque tiene los genes capaces de desarrollar resistencia, y la otra, aunque parezca increíble, por su potencial reproductivo. Dando charlas a productores hace años les decía que ojalá tuvieran una majada de ovejas que pudiera producir diez mil huevos por día, como un parásito. Estaríamos en una producción incontrolada de animales.
Y como ya estoy bastante veterano me voy a volver un poco filosófico en este asunto: la muerte en los parásitos, como dijo Darwin, es el determinante de la conservación de la especie. Usted tiene tanta cantidad de parásitos, en un animal o en una población tiene miles y miles de parásitos, con la droga mata a los más sensibles y quedan los más resistentes. Esos parásitos más resistentes tienen alto potencial biótico, se pueden reproducir de tal manera que en poco tiempo se restablece una población nueva totalmente diferente que es resistente a la droga que el productor está usando.
EC - Por eso lo de falsa sensación de seguridad.
AN - Exactamente.
EC - En algunos de sus trabajos usted hace notar que a veces el productor cree que tiene resuelto el problema con sólo comprar y suministrar tales o cuales productos químicos, pero no analiza el caso concreto, la situación concreta a la que se encuentra enfrentado, cree que arregló el problema y con el tiempo se da cuenta de que ocurrió lo contrario. ¿Entonces cómo se puede resolver ese inconveniente?
AN - Más que engaño (no creo que el vendedor de productos lo haga, por una razón de ética comercial) es simplemente falta de información. A veces el productor no está suficientemente informado sobre eso y es importante que recurra al veterinario, tiene que asesorarse con el veterinario.
EC - A su vez, ¿el veterinario está suficientemente actualizado, aggiornado como para prestar ese servicio de asesoramiento que, por lo visto, es dinámico, no va a ser el mismo hoy que dentro de cuatro años?
AN - En Uruguay en general el veterinario está bien informado. A veces en el campo las cosas entran un poco más lentamente, la gente de campo, incluido el veterinario que se mueve en ese ambiente, a veces es un poco menos receptiva o más conservadora. En la época en que yo estaba en Uruguay, hace nueve o diez años, hicimos una buena campaña tratando de prevenir sobre este problema, pero aún existe y la tendencia, lamentablemente, es a seguir aumentando.
El problema va a ser cuando el ser humano (porque el fin último de la veterinaria es atender al ser humano) se quede sin antibióticos, cuando los animales se queden sin garrapaticidas, cuando las ovejas se queden sin drogas para tratar los parásitos internos, ahí vamos a tener un problema mucho más serio. Por eso tenemos que tener cuidado.
EC - Puede ocurrir que el ser humano termine consumiendo carne sobrepasada de productos químicos. ¿Ese es uno de los riesgos de toda esta situación?
AN - El riesgo siempre existe.
EC - En algunos de sus trabajos usted llega a hablar de "sobredosis de fármacos".
AN - Exactamente. Esos productos en general son muy inocuos y el productor los da según una estimación de peso, pero cuando hay resistencia, cuando ve que no funcionan, la tendencia natural es a aumentar la dosis o a bañar al ganado más seguido para matar a la garrapata, a la mosca de los cuernos. Ahí viene la sobredosis. Eso puede llevar por el lado de los garrapaticidas a una contaminación del ambiente (hay un peligro potencial de contaminar) y por el lado de las dosificaciones a dejar residuos en la carne, y tenemos que recordar que somos un país exportador.
EC - Somos un país exportador y hemos machacado últimamente con el eslogan "Uruguay Natural". ¿No está en riesgo ese emblema que tanto pregonamos si pasa ese tipo de cosas?
AN - Hablamos de cuatro palabras clave, seguridad alimentaria, inocuidad, ambiente y equidad. Suponga que es una frazada con un nombre en cada extremo, es muy difícil para el Estado mantener un equilibrio, pero ahí yo ubicaría al país, al Uruguay natural y al Uruguay productivo. Se puede obtener producción creciendo pero con cuidado, y para eso una de las técnicas en mi área es el control integrado de parásitos.
EC - ¿Pero está en riesgo el emblema Uruguay natural?
AN - No creo, si hacemos un uso racional de las herramientas que tenemos para el control de los parásitos y de otras enfermedades, no corremos riesgos. Periodísticamente a veces se exagera, el 1 de abril de este año leí en uno de los periódicos de mayor tiraje en España, en una nota que hablaba de la contaminación del ambiente por las vacas (utilizando incluso datos de FAO): "Una vaca puede producir tanto gas como un auto andando 60 kilómetros", y en el medio del texto decía "ojo con las vacas". Si nos vamos al extremo de ser tan absolutamente cuidadosos no nos desarrollamos, tenemos que matar todas las vacas.
EC - Eso está claro, pero su análisis en particular deja un llamado de alerta por ese lado.
AN - Exactamente.
EC - No sólo porque la forma de aplicar los químicos antiparásitos puede llegar a no ser efectiva, sino porque, además, puede llegar a tener consecuencias en el producto mismo y en un valor que como país queremos que sea firme, claro, contundente.
AN - Y en un mensaje que queremos que sea cierto, además. El riesgo existe.
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EC - Estábamos hablando de los parásitos que afectan en forma tan seria a la producción ganadera en esta zona del mundo, en América Latina y en Uruguay en concreto, porque se las ingenian para resistir a los productos químicos que se utilizan para combatirlos. Usted mencionaba algún ejemplo, un productor ve que la presencia de tenias en su rodeo no disminuye y tiende a aumentar la dosis del parasiticida.
AN - O a aumentar la frecuencia de dosificación.
EC - Eso no necesariamente es efectivo y está sobrecargando al animal de ese producto químico, con consecuencias de otro tipo, por ejemplo en la calidad de la carne o de la leche. ¿Cómo se hace entonces? Usted decía que es vital que el productor se asesore, que estudie el caso concreto con el profesional, con el médico veterinario que trabaja con él. ¿Qué tipo de fórmulas van a salir ahí? ¿Cómo es el asunto?
AN - Tradicionalmente el tratamiento de los parásitos se ha hecho a través de la droga, pero existen otras filosofías de trabajo, por ejemplo el control integrado. Es una filosofía o un paradigma que afirma que es necesario utilizar todas las herramientas disponibles, sin que eso produzca un daño al ambiente. Debemos utilizar drogas pero cuidadosamente, no exagerando, y podemos combinarlas con otros sistemas que ayuden a controlar los parásitos.
EC - Por ejemplo, ¿qué otros sistemas?
AN - A veces no son fáciles de desarrollar, es más fácil para el productor ir directamente al tratamiento.
EC - ¿Cuáles son los complementos?
AN - SUL está desarrollando (a través de un proyecto FAO) una línea de animales resistentes a los parásitos. Hay que tomarse el trabajo (lleva su tiempo) de seleccionar los animales que son capaces de resistir más a los parásitos. Otra cosa es, conociendo la epidemiología (cómo se presentan los parásitos a través de las distintas estaciones del año, el veterinario sabe), tratar de dosificar en momentos clave, haciendo dosificación estratégica, no abusando de las dosis.
No quiero entrar en detalles, pero supongamos que un productor tenga una majada preñada en el invierno con un déficit energético y proteico en la pastura, entonces ve mal a la majada, ve ese problema y trata de solucionarlo con dosificación. Yo siempre decía que una dosificación no es una bomba de energía, el animal necesita comida, pasto. El manejo, aunado a algún tratamiento y otras medidas, puede ayudar al control del parásito y, de paso, a no producir residuos.
EC - Usted ha dicho más de una vez en sus trabajos que la tecnología no química disponible actualmente no es capaz de sustituir completamente a las drogas. O sea que los productos químicos van a seguir formando parte de esa canasta de tecnologías de tratamiento a utilizar para enfrentar a los parásitos. Por ahora es inevitable.
AN - Sin duda alguna. En el futuro de corto y mediano plazo no hay una tecnología que pueda evitarle al productor usar drogas. Por eso decía al comienzo que se debe considerar a la droga como un recurso no renovable, no sólo hay que cuidarla porque potencialmente puede producir daño, sino porque sin ella no vamos a poder desarrollar otras estrategias.
EC - Desde la audiencia han llegado muchos mensajes. Por ejemplo, este de Danilo: "El problema, para mí, es que se quiere erradicar al parásito, cuando lo que habría que hacer es mantener un equilibrio". ¿Qué opina de este enfoque?
AN - Está bien, dice lo correcto. En el mundo la tendencia en parásitos es a utilizar el control integrado sin llegar a la erradicación. Se dice que el control integrado no es compatible con una campaña de erradicación de garrapata como la que hay hoy en Uruguay. Me ha tocado trabajar en esa campaña y digo que puede haber zonas donde la garrapata no se desarrolla fácilmente donde el Ministerio de Ganadería y Agricultura decida erradicarla y está perfecto, pero puede haber otras zonas que inviten al desarrollo de resistencia donde se debe mantener el control. La garrapata ha demostrado en estos últimos 50 o 60 años que es como una puerta de vaivén: cuando hay plata, buenos medios y buenas organizaciones, la empujamos, y cuando eso pasa (lo que es muy común en los países en desarrollo), cuando la economía afloja y la organización afloja, vuelve.
EC - ¿Cómo venimos en Uruguay en cuanto al control integrado de plagas? Usted el lunes dio una charla sobre este tema en la Facultad de Veterinaria. ¿Qué impresión ha recogido sobre el ambiente que existe en torno a esta forma de encarar el problema?
AN - He encontrado muy buena receptividad en la Dirección General de los Servicios Ganaderos, en el seminario que tuvimos la semana pasada estaba el director general de los Servicios Veterinarios y fue inaugurada por el subsecretario Agazzi. Se le está dando toda la importancia que tiene. Pero el país tiene sus prioridades.
EC - Los productores y los veterinarios que asesoran a los productores, ¿están empapados de este camino?
AN - Este sistema necesita mayor difusión. Puede haber algún tipo de resistencia porque no es tarea fácil desarrollar un control integrado multidisciplinario, en este proyecto intervino hasta la Dirección Nacional de Medio Ambiente.
EC - Desde la audiencia le apuntan: "Hay que apoyarse en los laboratorios de diagnóstico".
AN - El control integrado tiene un trípode, una pata es el diagnóstico, otra es la investigación y la otra es la extensión. Estoy totalmente de acuerdo, el diagnóstico no sólo ubica el principio sino que ayuda a evaluar si estamos siguiendo los pasos correctos.
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EC - ¿Algún mensaje final para los productores que tengan interés en este enfoque del combate de los parásitos en el ganado?
AN - A través de los años he tratado de demostrar que la resistencia de los parásitos es importante, que es un problema del control y que no hay que desesperar en el sentido de que no hay solución. Los uruguayos somos bastante escépticos para todo, pero con esfuerzo, investigación local y diagnóstico podemos lograr soluciones para no inutilizar las drogas ni aumentar los niveles de residuo y contaminación ambiental.
EC - Siguen llegando saludos de amigos o conocidos suyos. Daniel, por ejemplo, dice: "En el mes en que se cumplen 100 años de la Sociedad de Medicina Veterinaria del Uruguay es un placer volver a escuchar al doctor Nari antes de que se nos vaya de nuevo para Roma". ¿Cuándo vuelve? ¿Viene a menudo a Uruguay?
AN - FAO tiene una regla que es jubilarse a los 62 años. Me obliga a declarar mi edad aquí, a dejar toda coquetería de lado y decir que en agosto cumplo 62 años. O sea que se queden tranquilos los colegas que me van a tener que soportar a partir de setiembre aquí en Uruguay.
Artículos del doctor Nari
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Edición: Mauricio Erramuspe
Fotos: Guzmán Gordillo