Entrevistas

El campo neocelandés piensa en Uruguay

La tierra en Nueva Zelandia es escasa y cara. Seducidos por la similitud climática y el menor precio de la tierra, varios empresarios neocelandeses buscan ampliar su producción en Uruguay. Un "megaproyecto" de inversiones con un fondo de más de 100 millones de dólares que Emiliano Cotelo describió en el siguiente contacto.

(Emitido a las 8.32)

ANDRÉS GIL:
Emiliano, seguís en movimiento.

EMILIANO COTELO:
Sí, estoy saludándolos con -2ºC. Se vino de golpe el invierno y además aquí donde me encuentro hoy se siente más aún que en Auckland, porque estoy bastante más al sur, en el centro de la Isla Sur. Es la primera vez que estoy en la Isla Sur, estoy en Christchurch, que es la tercera ciudad en población, con 350.000 habitantes, fue fundada en 1850, es la capital de la provincia de Canterbury. Dicen que es la más inglesa de las ciudades ubicadas fuera de Inglaterra, está plagada de edificios antiguos, de estilo neogótico, por ejemplo. En algunas esquinas cuesta pensar que estamos en Nueva Zelandia.

AG - ¿Qué fue lo que te llevó a Christchurch?

EC - La agenda empezó en Auckland, de mañana temprano estuve en la sede de Fonterra, esta macrocooperativa láctea propiedad de 11.000 socios (en ese sentido se parece bastante a Conaprole). Es un monstruo, es responsable de 95% de la producción de leche de Nueva Zelandia y es el primer exportador mundial de lácteos.

Luego la agenda siguió en el New Zealand Investment, que es la agencia del gobierno dedicada a promover las inversiones extranjeras en el país y también a promover la asociación de capitales extranjeros con empresas neozelandesas en sectores estratégicos.

Al mediodía estuve en un almuerzo ofrecido por el Latinamerican-New Zealand Business Council (Consejo de Negocios América Latina-Nueva Zelandia). Luego fue el momento del viaje en avión entre Auckland y Christchurch, que llevó una hora y 20 minutos, para llegar a la Lincoln University. La Lincoln University es una de las ocho universidades estatales de Nueva Zelandia, tiene 125 años, está especializada en actividades relacionadas con la tierra, en particular con el agro, tanto en cuanto a formación como en investigación. Allí tuvimos una reunión con las autoridades y con varios profesores, más la visita al tambo modelo de la Lincoln University, un tambo donde se lleva adelante investigación sobre el sistema de producción lechera aplicado a la Isla del Sur, una zona que tiene sus particularidades.

Por ejemplo, aquí en Christchurch llueve bastante menos que en la Isla Norte, unos 660 milímetros por año, y la producción lechera ha tenido un crecimiento muy fuerte en los últimos años a partir de la reconversión de campos que estaban dedicados a la producción ovina. En un pasado no muy lejano esta zona, la Isla Sur, era responsable de 7% de la producción total de Nueva Zelandia en el sector lácteo, y hoy es responsable de 30% de un total que a su vez ha crecido.

AG - Con el desafío de hacerlo sin agua, porque la diferencia en la cantidad de lluvias respecto de Uruguay también es muy importante.

EC - Una de las herramientas principales para lograr este despegue ha sido el riego artificial. Por eso digo que el método neozelandés en el caso de la Isla Sur tiene sus especificidades; el riego es una de ellas, el manejo de pasturas, la inversión en tecnología, que están presentes también en la Isla Norte.

AG - Ya llevás una semana de estadía en Nueva Zelandia. Te voy a pedir que me cuentes tus impresiones a propósito de esto que solemos comentar en Uruguay: Nueva Zelandia como un país referencia para Uruguay. ¿Ya te has metido un poco más? ¿Tenés algunas claves de por dónde están las líneas a seguir?

EC - Algo que quedó muy claro hoy (aunque ya había ido apareciendo en días anteriores), es que si bien ya existen vínculos y contactos entre Nueva Zelandia y Uruguay, hay mucho más para avanzar en esta materia, con resultados que seguramente serán muy provechosos para las dos partes.

Te menciono algunos ejemplos de lo que ya existe. Hay una relación muy fluida entre Fonterra y Conaprole, empezando porque tienen una identidad cooperativa, etcétera; más de una vez Fonterra ha comprado productos de Conaprole (y también de Ecolat, otra empresa uruguaya).

Otro ejemplo, nuestro anfitrión en el almuerzo de hoy ya tiene una línea de negocios con Uruguay, es un hombre que se dedica a la exportación de genética, por ejemplo genética ovina, a la exportación de otras tecnologías neocelandesas para el agro, por ejemplo alambrados eléctricos. Es un hombre que viaja a Uruguay por lo menos una vez por año, en ocasión de la ExpoPrado siempre está en Montevideo.

Otro ejemplo, la relación entre la Lincoln University y la Universidad de la República, ambas participan juntas en un proyecto del Banco Mundial sobre conservación del ambiente en la producción agropecuaria (Responsible Production Project).

AG - Decías que había tierra fértil para avanzar en los contactos.

EC - Es evidente que hay mucho más para hacer en conjunto a partir de las similitudes que hay entre los dos países en materia económica, en cuanto al agro, en cuanto al turismo, etcétera. Y, por lo visto, la nave insignia de esta nueva era será este megaproyecto de inversiones que ya hemos mencionado, más de 100 millones de dólares que se han reunido aquí, de accionistas de distinto porte, para comprar tierra en Uruguay para desarrollar la producción lechera con el método neocelandés, de altísima productividad (New Zealand Farming Systems Uruguay). Ya han comprado tierras en las cercanías de Young y en el departamento de Rocha, pero todavía falta seguir avanzando.

Este desarrollo en particular permite exportar tecnología y know how neocelandeses a los tambos que se están comprando en Uruguay. Por otro lado, este desarrollo va a permitir instalar en nuestro país el método neocelandés de lechería, un sistema que ya es conocido por varios tamberos uruguayos, pero que seguramente de ahora en adelante va a ir ganando terreno entre nuestros productores, con lo cual se abrirían, a su vez, nuevas oportunidades de negocios, tanto para venta de tecnología como para asociaciones entre empresas de los dos lados.

AG - ¿Se pueden esperar nuevas inversiones neocelandesas en otras áreas en Uruguay?

EC - Sí, eso aparecía hoy en lo que nos decía Jerry Williams, que fue quien organizó en nombre del Consejo de Negocios América Latina-Nueva Zelandia el almuerzo de hoy. Nos decía que ve muy probable que detrás de estas inversiones vengan otras similares, tanto para desarrollar más producción lechera como para desarrollar en Uruguay producción ovina, que es otro fuerte del agro neozelandés. Esto es posible por dos razones. Primero, porque hay productores que quieren seguir creciendo pero que se encuentran con que la tierra es muy cara. Ya dimos el precio, 30.000 dólares la hectárea, y en esos 30.000 dólares está incluido el precio de la tierra pero también la incorporación como socio de Fonterra, quien compra tierras para desarrollar producción lechera en Nueva Zelandia, termina afiliándose como socio a la cooperativa Fonterra. Tiene que pagar por ese ingreso, y muchas veces de esos 30.000 dólares que cuesta la hectárea el ingreso a Fonterra es la tercera parte.

AG - Viene con servicios incluidos.

EC - Viene incluida la incorporación a Fonterra como socio cooperativista. Entonces, por un lado hay productores que quieren seguir creciendo pero se encuentran con que la tierra es muy cara, y encuentran que en Uruguay es más barata y más accesible, pero por otro lado existe interés por parte de los productores neocelandeses en diversificar su negocio, por no tener todos los huevos en la misma canasta. Esas son razones muy poderosas para pensar que esto recién está empezando.

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AG - ¿Dónde estarás mañana cuando nos encontremos?

EC - Mañana todavía voy a estar en Christchurch, recién voy a viajar nuevamente hacia Auckland el miércoles. Mañana termina la agenda oficial de reuniones, incluyendo dos muy importantes relacionadas con este proyecto de inversión en tierra uruguaya.

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Edición: Mauricio Erramuspe