"Entre dos conjuntos vigorosos, Uruguay siempre dio la impresión de ser más peligroso y profundo. Con las armas conocidas, porque el equipo de Tabárez está armado desde hace un par de años. Le sigue sacando provecho a sus recursos y potencialidades. El desgreñado Forlán es una avispa por todo el frente de ataque. Les zumba a los marcadores y se les escapa. Y siempre tiene la pierna cargada de pólvora para probar al arco. No se lo puede descuidar. Lo hizo Perú, que le dejó espacios para sacar el derechazo de media distancia; la pelota parecía irse por un costado, pero Fernández igual la quiso sacar y no hizo más que dejarla para la arremetida de otro predador del área: Suárez. Fue el 1-0 y un pie en la final", escribió Mauri.

"Cinco minutos después puso los dos, ya con un Perú abierto y sin anticipo. Uruguay se dio el gusto de trenzar una jugada que no es prioridad en su repertorio, con pase, descarga y distracción. Combinaron Forlán y Alvaro Pereira, que puso el pase al vacío para la carrera de Suárez; eludió la salida de Fernández y clasificación en el bolsillo", agregó.

"A Uruguay no le pesó la chapa de favorito y se metió en la final", tituló Clarín. El periodista Federico Kotlar escribió: "Es Uruguay, y no le pesa. Este equipo de Tabárez volvió a mostrar en las instancias decisivas de la Copa América un valor que no abunda en ningún equipo del mundo: su historia, sus pergaminos, no son una carga sino un argumento a favor. Porque siempre, en un partido por momentos muy chato, el equipo uruguayo dio la sensación de ser más a partir, sobre todo, de esa camiseta celeste que tanto vale".

"Por esta causa, y también porque tiene a Suárez en un momento mágico similar al de Forlán en Sudáfrica, Uruguay se metió otra vez en la final de la Copa América. Y el sueño de festejar en el Monumental, como en 1987, está bien vivo".

"Celeste monumental", tituló el deportivo Olé. En su crónica señala: "Esta clase de partidos se pide por la aparición de las individualidades y a los siete minutos Forlán dijo presente con un zurdazo furioso desde 25 metros que Fernández no pudo contener y que Suárez capitalizó mandando la pelota a la red, pegada al palo izquierdo. Perú quiso salir rápido a empatar, pero se mandó al ataque sin tomar recaudos atrás, se desacomodó y a los 12 minutos Alvaro Pereira le puso una pelota bárbara a Suárez, quien sin marcas quedó mano a mano con Fernández, a quien eludió, dejó en el camino y definió suave al gol".