El especialista en Biomecánica y físico Ernesto Blanco, en colaboración con el biólogo Washington Jones, explicaron el estudio científico que realizaron sobre los animales que habitaban en la zona dur

Análisis y recreación de la prehistoria en la región

De un estudio científico, que se hizo mediante un modelo físico matemático que se aplica para calcular la resistencia de los huesos y las velocidades mínimas y máximas de las especies, se calculó la velocidad con la que actuaron algunos animales que vivían en esta zona. El trabajo fue realizado por el especialista en Biomecánica y físico Ernesto Blanco, en colaboración con el biólogo Washington Jones, quienes explicaron sobre este estudio.

MAURICIO ALMADA:

Dicen que hace algunos millones de años aquí en la esquina de Uruguay y Río Branco hubo una tremenda pelea entre un gigantesco armadillo y una especie de ñandú grandote al que le decían ave del terror, que causaba pánico. Asolaban por aquí los carnívoros a los herbívoros, toda una población de dinosaurios que no es muy conocida por la población de estas tierras y que empieza a serlo a medida que los estudios sobre estos animales empiezan a hacerse y difundirse.

Esta tarde nos vamos a detener en un estudio científico que se hizo mediante un modelo físico-matemático que se aplica para calcular la resistencia de los huesos y las velocidades mínimas y máximas de las especies, con el que se calculó la velocidad de algunos dinosaurios de estas zonas. El trabajo fue realizado por el especialista en biomecánica y físico Ernesto Blanco en colaboración con el biólogo Washington Jones. Ambos nos acompañan.

¿Qué dinosaurios existían en la región?

ERNESTO BLANCO:

Primero una aclaración, si bien en un sentido coloquial uno habla de dinosaurios para referirse a cualquier animal extinguido, fósil, en realidad los dinosaurios se extinguieron hace unos 65 millones de años, mucho antes de que anduvieran estos armadillos y aves del terror que tú mencionabas.

MA - ¿Estos no son dinosaurios?

EB - No son dinosaurios. Actualmente se piensa que las aves son descendientes de los dinosaurios, en ese sentido si uno mira por la ventana hacia fuera ve un montón de dinosaurios. Desde un punto de vista zoológico podríamos decir que las aves también están incluidas dentro de ese grupo. Los armadillos y la gran fauna espectacular que hubo hasta hace 10.000 años básicamente fueron mamíferos gigantes y algunas aves gigantes muy espectaculares.

MA - De los cuales quedan algunos rastros, quedan huesos, y el resto es mucha imaginación.

EB - Exactamente, nosotros no somos paleontólogos de campo, de salir a buscar huesos y demás, más bien nos dedicamos a la tarea de tratar de inferir o deducir cómo habrán sido el modo de vida y los hábitos de estos animales. Ahí es donde entra la física como una herramienta para acercarse a eso.

MA - ¿Ustedes se preguntaron cómo corrían, cómo atacaban, cómo se defendían?

EB - Exacto. En particular respecto de las aves del terror, eso fue parte de la tesis de maestría que hizo Washington, que fue codirigida por mí en el área física y por el paleontólogo Richard Fariña.

JUAN MIGUEL PETIT:

¿Cómo eran esas aves?

WASHINGTON JONES:

Eran unas aves gigantes, algunas mucho más grandes que un avestruz africano. Un avestruz africano macho puede andar por los dos metros y estas aves andaban por los tres metros de altura.

JMP - ¿Tres metros de alto?

WJ - Sí.

JMP - Eran malos, se comían...

WJ - Uno asocia el tamaño con la fiereza, pero no siempre es así.

MA - Patas largas...

WJ - Patas largas, y las alas, los miembros superiores, los brazos, habrían sido reducidos, por lo tanto no habrían volado, habrían sido aves exclusivamente terrestres, con patas grandes, en general fuertes, con dedos fuertes y grandes, lo cual induce a creer que eran muy buenas corredoras. La fiereza va por los impresionantes picos, las cabezas gigantes, muy grandes, con unos picos ganchudos muy parecidos a los de las águilas pero como 30 veces más grandes, y garras muy curvadas en los pies, algunas bastante impresionantes.

JMP - Tenían unos picos como de dos metros.

EB - En algún artículo de divulgación que comentaba trabajos nuestros se decía que estos animales habrían sido capaces de tragar entero un perro mediano, la apertura de esa boca era suficiente como para que entrara entero un perro de tamaño mediano.

WJ - Sí, eso va por lo que se sabe, las aves actuales no mastican la comida, en general la procesan muy levemente y después directamente la tragan, por lo tanto un ave de ese tamaño, con un pico de ese tamaño, no afirmo que haya sido así pero puede ser que tragara presas enteras.

MA - Esos picos no tenían dentadura.

WJ - Claro, no hay dientes, no hay un procesamiento de masticación. Pero es posible.

MA - Qué tremendo... ¿Y las garras? ¿Qué hacían con esas garras?

WJ - Eso es parte de mi proyecto de doctorado, saber en qué se utilizaban esas garras. En principio observé que son muy curvadas y muy grandes, lo cual plantea un cierto problema: si estos animales eran muy buenos corredores, como estimamos a partir del modelo que estábamos describiendo, ¿cómo podían correr? Esas garras tan afiladas incomodarían la carrera a gran velocidad, las garras se desgastarían con el suelo.

MA - Y quedarían enredadas en los pastizales.

WJ - Problemas de ese tipo también. Ese es el proyecto en el que estoy ahora.

EB - Hemos propuesto que usaban las patas en forma agresiva, que no sólo usaban el pico sino que también pueden haber golpeado con las patas, cosa que hacen algunas aves corredoras actuales, los ñandúes si uno los arrincona pueden dar patadas muy complicadas. Estos animales tenían unas garras muy importantes, nuestros cálculos mostraron que los huesos de sus patas eran lo suficientemente resistentes como para dar patadas capaces de quebrar huesos de un animal de tamaño mediano.

Para llegar a esa conclusión estudiamos la física del karate, los rompimientos que hacen los karatecas actuales, el tipo de fuerzas involucradas en romper un hueso de tamaño mediano. Y vimos que estos animales podrían haberlo hecho sin problema y sin lastimar su pata. Esa puede haber sido una forma de procesar el alimento, quebrar huesos de presas muertas para acceder a la médula, al caracú tan preciado por nosotros en la sopa.

JMP - ¿De qué fecha estamos hablando, más o menos?

WJ - El biocrón, el período de tiempo en que vivieron esas aves, fue bastante prolongado. Son aves con origen sudamericano que después se extendieron hacia América del Norte, pero los restos más antiguos que se conocen son de hace 60 millones de años y llegan más o menos hasta un millón de años atrás. Algunas especies vivieron incluso aquí en Uruguay, se encontraron restos aquí y en América del Norte.

EB - Para fijar la idea, las primeras aves del terror vivieron hace 60 millones de años, poquitito después de que se extinguieron los dinosaurios. Cayó un meteorito, se extinguieron los dinosaurios y estas aves del terror empezaron a dominar como carnívoros en América del Sur. Y hace un millón de años ya había homínidos.

MA - Seres humanos.

EB - Sí, seres humanos, antepasados nuestros ya muy cercanos.

WJ - No en América del Sur.

MA - ¿Era todavía un continente único el mundo?

WJ - No, la disposición de los continentes en general, en rasgos muy generales, ya era muy parecida a la actual, por lo menos hace 60 millones de años. Quedaría un detalle muy importante con Sudamérica, que era un continente isla, un continente aislado, porque el istmo de Panamá todavía no estaba formado, se formó y se volvió a sumergir en el océano varias veces. Por varios millones de años América del Sur estuvo aislada y esa es una de las ideas que dan a entender por qué se formó este tipo de fauna tan particular, especialmente estas aves gigantes.

MA - ¿Lograron calcular a qué velocidad corría esta ave del terror?

EB - Sí, estudiamos varias especies, porque así como hoy cuando uno habla de los felinos tiene el tigre, el león, el leopardo, que son todos parientes pero de diversos tamaños, con diversas características, también había diversas especies de aves. Calculamos las velocidades desde las más grandes, esas de 300 kilos y tres metros de altura, hasta algunas de la altura de una persona, 1,60 metros y alrededor de 100 kilos, un poco menos. Eran velocidades altas, del orden de 40, 50 kilómetros por hora, comparables con las de un carnívoro actual que persigue a su presa.

WJ - Y comparables también con las velocidades de las aves que estudiamos para tabular el modelo, las aves terrestres no voladoras más grandes que hay hoy, el avestruz, el ñandú y el emú australiano. Las velocidades son comparables, es decir que algunas especies tuvieron una capacidad de carrera considerable.

JMP - ¿Aquí qué restos se han encontrado?, ¿en qué zonas? Después de tantos años, por lo menos un millón de años.

EB - Aquí se encontraron unos restos particularmente interesantes, porque serían de una de las aves del terror más grandes que hayan existido, y además es el registro más moderno, de las últimas aves del terror. El resto es un tibiotarso, lo comparable con la tibia nuestra, uno de los huesos largos de la pierna, de un tamaño...

WJ - De 72 centímetros.

EB - Bastante grande. Fue lo que nos permitió calcular el tamaño del animal y la fuerza con la que pudo haber golpeado y demás. Se encontró en San José.

WJ - En San José, en Kiyú, en la playa donde están las barrancas.

JMP - ¿Era una pieza grande?

WJ - Un tibiotarso, como una tibia pero considerablemente más grande que la de muchas aves actuales, no existe un tamaño así. Se encontró en el sedimento, el hueso sobresalía de la barranca.

MA - Qué bárbaro... ¿Y de armadillos también hay rastros aquí?

EB - Sí.

MA - ¿Son como mulitas gigantes?

WJ - Armadillos y gliptodontes. Los gliptodontes son animales muy similares a los armadillos, a las mulitas actuales, pero gigantes, del tamaño de un rinoceronte, acorazados también. Y muchos de ellos con una cola terminada en un hueso bastante grande, en algunos casos de más de un metro de longitud, armado con púas, al estilo de una maza medieval. Estaban acorazados y tenían sus mazas medievales para luchar entre ellos, seguramente. Los armadillos y estas aves del terror son los dos grupos típicos de esta isla que fue América del Sur durante mucho tiempo, esos grupos evolucionaron, se desarrollaron en América del Sur y luego, cuando América del Sur se unió mediante el istmo de Panamá con América del Norte, algunos de ellos emigraron hacia el norte. Pero evolucionaron en conjunto aquí en América del Sur.

Pensamos que puede haber habido una suerte de carrera armamentista entre esos dos grupos, los gliptodontes y los armadillos herbívoros acorazándose, volviéndose cada vez más resistentes y más grandes para protegerse de las patadas y de los potentes picotazos de las aves del terror, y las aves del terror aumentando su tamaño y su poder de dar golpes para vulnerar esas corazas. Es una idea un poco especulativa.

MA - Una carrera armamentista que acompañó.

EB - Hay un punto muy importante: en América del Sur, al estar aislada, no había grandes depredadores, los grandes depredadores que conocemos hoy, por ejemplo el jaguar de las selvas brasileñas, no existía en esa época, los grandes depredadores eran estas aves gigantes, estas aves del terror.

JMP - ¿Y qué pasó después de esa guerra? ¿Quién ganó? ¿Por qué se extinguieron, por qué estas aves no andan circulando? Estamos nosotros, que somos peores.

EB - Si queremos verlo desde el punto de vista de quién ganó, que es un poco particular (en biología en general uno trata de no ver las cosas de esa manera, en la evolución no hay ganadores o perdedores, estamos los que estamos ahora que en algún momento ya no vamos a estar y cada época tuvo su fauna), los gliptodontes sobrevivieron y los armadillos sobrevivieron, los armadillos existen aún hoy y los gliptodontes subsistieron hasta hace unos 10.000 años, convivieron con los primeros humanos que llegaron a América del Sur, los antepasados de los charrúas vieron a esos monstruos. Las aves del terror la quedaron mucho antes, así que si queremos ver un ganador... Hay quienes piensan que los rivales de las aves del terror en ese momento fueron los depredadores mamíferos como los jaguares, los tigres diente de sable, que también llegaron desde el norte y que pudieron haber sido la competencia que los exterminó.

MA - Es increíble, el herbívoro le ganó al carnívoro. ¿O esto no tiene nada que ver?

EB - Seguramente en una lucha individual...

MA - Su estrategia de defensa fue mejor que la capacidad de ataque del otro.

WJ - Estos armadillos fueron aumentando de tamaño, a medida que nos acercamos a sus épocas finales vemos tamaños más grandes, el tamaño de un auto. Quizás esos animales con ese aumento de tamaño se estuvieran defendiendo de esos depredadores, con ese tamaño no había con qué darles.

MA - Y esa cola-garra, las púas eran bravas, no sólo se defendían, pasaban al ataque también.

EB - Pasaban al ataque, seguramente.

MA - En el segundo round pasaban al ataque.

EB - En este momento estamos haciendo un trabajo sobre las colas de los gliptodontes utilizando una técnica física similar a la que se usaba para analizar los bates de béisbol y las raquetas de tenis. Los jugadores de béisbol saben que el bate tiene algo que se llama el "punto dulce", un lugar que cuando se golpea se siente muy bien, el jugador no se lastima la muñeca, siente muy bien el golpe, por eso el nombre de "punto dulce". Estamos tratando de aplicar las mismas técnicas físicas que permitieron entender ese concepto de punto dulce a las colas de los gliptodontes y estamos empezando a encontrar algunas cosas interesantes.

JMP - Ustedes también estudiaron la forma de las alas de algunos de estos animales.

EB - Sí, hemos pensado un poco en eso.

JMP - ¿Y a qué llegaron?

WJ - Yo empecé mi pasantía con el estudio de la primera ave conocida por la paleontología, un fósil muy clásico, el arqueoptérix. La forma de las alas da una idea de las estrategias de vuelo, de cómo vuela un ave, las alas finas de la gaviota o las alas un poco cuadradas de un planeador como puede ser un buitre. Es un tema muy estudiado en el mundo de la paleontología, de los que estudian la paleobiología de los fósiles, cómo vivieron. Se estudió mucho cómo volaban las primeras aves, cómo era el vuelo, qué diferencias había con respecto a las aves actuales.

EB - En el caso de las aves del terror parece bastante claro que no volaban, eran alas muy pequeñas.

MA - Algo así como tranco de pollo.

EB - Sí, sin embargo en la misma época, conviviendo con muchas de estas aves del terror, existió un ave, la más grande que ha existido, por lo menos de la que tenemos registro fósil, que se llamó Argentavis. Era un gran buitre, de unos siete metros de envergadura de punta a punta de las alas abiertas, con una masa estimada de aproximadamente 70 u 80 kilos, como la de una persona.

MA - Y sin embargo volaba.

EB - Y sin embargo volaba. Con respecto a Argentavis tuvimos una historia un poco interesante, hace un año teníamos un manuscrito de algunos estudios que habíamos hecho, que por distintas razones que no vienen al caso dejamos un poquito en el congelador, y hace un tiempito unos estudiosos norteamericanos sacaron un trabajo en el que estudiaban las características aerodinámicas de Argentavis, aunque con conclusiones un poco distintas de las nuestras. Nos habría gustado ser los primeros pero ya no lo vamos a ser.

MA - ¿Qué planteaban ustedes?

EB - Varias cosas, primero la dificultad de este animal para despegar, algo que ya otra gente había planteado, pero planteábamos algunas soluciones a eso, tomando en cuenta algunas características de los vientos de la zona en que este animal habría vivido. Por ejemplo, los vientos son bastante más intensos cerca de un cerro, de una elevación, el aire cuando tiende a subir aumenta un poco su velocidad, y eso habría facilitado el despegue de un animal de estos.

MA - Se tirarían desde la cima como con un ala delta.

EB - O aprovecharían vientos fuertes de frente para despegar. La idea nuestra es que este animal seguramente volaba largas distancias, era carnívoro, carroñero, como los buitres actuales, pero no bajaba cada vez que veía una presa, si el cadáver estaba en una zona plana desde la cual le costara mucho despegar no bajaría, bajaría únicamente en aquellos lugares desde donde después pudiera arrimarse, aunque fuera caminando, hasta algún cerro para volver a despegar. Esa era la idea, seguramente volaba distancias mucho más largas que otros animales de menor tamaño. Un animal de ese tamaño y con las características de ala que habría tenido Argentavis habría podido volar a muy alta velocidad y de forma muy eficiente, recorriendo grandes distancias en poco tiempo y con ese tipo de hábito. Los norteamericanos no planteaban eso, pero hicieron otras cosas que habíamos hecho, se nos adelantaron por haber dejado dormir un año ese tema.