Entrevistas

Claeh: 50 años desalambrando conocimiento

Su nombre es Centro Latinoamericano de Economía Humana, pero no nació para investigar solamente economía. Prueba de ello es la recién inaugurada carrera de Medicina que ofrece en Punta del Este. Con una vasta trayectoria académica, el Claeh se prepara ahora para los nuevos retos. Su director Pablo Cayota y el rector Romeo Pérez repasaron logros y adelantaron los planes de un instituto que ha buscado el lado humano del saber.

Emitido a las 9.11.

EMILIANO COTELO:
Medio siglo de historia.
En realidad, medio siglo de historia, de ciencia, de investigación, de divulgación, de asistencia técnica y, ya más recientemente, de formación académica

Esto es un intento, nada más, por resumir lo que el CLAEH ha significado en los últimos 50 años para nuestro país.

Por estas horas, el CLAEH (Centro Latinoamericano de Economía Humana) está cumpliendo medio siglo de vida. Es un buen momento para repasar sus orígenes, revisar su actualidad y conocer sus planes a futuro.

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EC - Para ello nos acompañan el profesor profesor Pablo Cayota, director director general del CLAEH, y el doctor Romeo Pérez, rector rector del Instituto Universitario CLAEH.

Vamos a los orígenes, a 1957. Allí se fundó esta organización no gubernamental, ¿para qué exactamente? ¿Qué necesidades del Uruguay de fines de los 50 apuntaba a cubrir aquel CLAEH?

ROMEO PÉREZ:
Querría ser breve y muy concreto en la respuesta: para unir la investigación social empírica, la investigación social de campo, con la intervención social, con el respaldo a iniciativas de cambio existentes en medios sociales concretos. Con esto, el CLAEH se inscribía dentro de la orientación del movimiento internacional Economía y Humanismo, Economie et Humanisme, en francés, porque sus iniciadores fueron de esa nacionalidad, entre ellos el padre Louis-Joseph Lebret.

EC - ¿Qué quiere decir "economía humana"? ¿Es un concepto que surge como oposición a otra economía quizás no tan humana en la visión de aquellos fundadores del CLAEH?

RP - Hay de eso y hay de otra cosa. Economía humana concebida como una aproximación a la complejidad social, una aproximación que pretendía reconstruir todas las dimensiones de la convivencia, que a esa altura, en los años 40 del siglo XX, cuando se crea Economía y Humanismo, en los años 50 cuando surge el CLAEH, se reconstruía por separado, de modo excesivamente especializado pero fragmentado, a juicio de Economía y Humanismo y a juicio de los fundadores del CLAEH.

EC - Es por eso que el CLAEH se llama así, Centro Latinoamericano de Economía Humana, pero no nace para investigar sólo economía.

RP - De eso se trata. Llamar al intento de trabajar interdisciplinariamente, con vistas a abordar en su integridad compleja la sociedad. "Economía humana" es un tributo al predominio que tenía, desde los años 30...La economía en el cuadro general de las ciencias sociales.

EC - ¿Podemos mencionar a algunos de los fundadores del CLAEH?

RP - Era un grupo numeroso. Una veintena de personas de distintas formaciones y distintas profesiones, gente joven en la época. Lo encabezaba el arquitecto Juan Pablo Terra y lo integraban (voy a omitir nombres) a título de ejemplo: Dionisio y Beatriz Garmendia, el ingeniero Juan Enrique Camous, Esperanza Martínez, Dora Paiva, el ingeniero Pígola y otros.

EC - ¿Cuál era el común denominador de todos ellos?

PABLO CAYOTA:
Desde su origen, había una especial vinculación entre los estudios serios, rigurosos, con la acción. No hay compartimentos estancos en los fundadores, entre su vocación académica y su vocación de acción social. Ellos (y los que continuaron luego) no vieron contradicción, sino al contrario. Es una de las notas de identidad del CLAEH a lo largo de su historia: vincular la investigación con la intervención social, con el compromiso social. Esa tríada "investigación, compromiso social y formación" hace que la academia no se vaya de los problemas sociales y la acción social no entre en un mero intervencionismo sin sentido.

EC - En los orígenes del CLAEH también hay una impronta muy latinoamericanista. El propio nombre del centro lo dice: "Centro Latinoamericano". Esa vocación era tal que en su fundación participaron profesionales de nuestro país pero también de Brasil, Chile, Perú, Venezuela y Argentina. ¿Qué fue de aquel empuje inicial que apuntaba a llevar el CLAEH más allá de las fronteras de Uruguay?

RP - El proyecto inicial, que es el que tú señalas, el de formar activamente una red de investigadores e interventores sociales, todos ellos inscritos en la orientación de Economía y Humanismo pero radicados en diversos países de la América del Sur, no se pudo cumplir. Sin embargo, lo que surgió de aquel emprendimiento fue un centro uruguayo, de dinámica uruguaya, pero íntimamente asociado, en permanente comunicación y en algunas ocasiones con labores conjuntas, aunque fuera de docencia. Pero también se hicieron algunas en el plano de la investigación, con sociólogos, economistas, asistentes sociales de Brasil, Argentina, Chile, aunque en su origen también los hubo de las naciones sudamericanas que tú mencionaste.

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EC - Desde la audiencia llegan varios mensajes. Leandro dice: "El CLAEH es uno de los grandes aportes que los católicos hicieron a la sociedad uruguaya. Su apertura y pluralismo es una clara muestra de las relaciones modernas posconciliares entre católicos y no católicos. Todos los fundadores eran destacados miembros de la Iglesia Católica e integraban los equipos del Bien Común, germen que antecedió al CLAEH. Muy buena parte de la financiación obtenida por el CLAEH durante la dictadura fue posible gracias a la Iglesia Católica de Montevideo y en especial a monseñor Carlos Partelli. Felicitaciones a sus actuales conductores y larga vida al CLAEH".

¿Están de acuerdo con este enfoque?

RP - Sí, es correcto. El oyente alude a los 10 años previos a la fundación del CLAEH, del 47 al 57 del siglo XX, en que actuaron en Montevideo y otros medios de Uruguay los equipos del Bien Común.

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EC - Otro oyente dice: "Habría que resaltar la contribución del CLAEH a la educación en derechos humanos".

También habría que resaltar el papel de los Cuadernos del CLAEH, toda una institución en el ambiente académico uruguayo y no uruguayo. ¿Qué son los cuadernos?

RP - Los Cuadernos son una revista de ciencias sociales. El CLAEH la ha publicado desde su propio origen. El número primero saló en el año 1957; año de fundación del CLAEH. Era también desde su primer número una revista bilingüe, en castellano y en portugués, justamente por aquella vocación latinoamericana de la que hablábamos antes. La primera época de los Cuadernos va del 57 al 66. Hay una segunda época que llega a nuestros días, que arranca en el año 1973, si bien disimulaba, por las circunstancias notorias, porque estábamos en dictadura, la condición de revista periódica, y se publicaban cuadernos monotemáticos, monográficos, pero desde el año 1976 a la fecha es una publicación que tiene todas las características de una revista de ciencias sociales que se difunde en el país y mucho fuera del país. No sólo en América Latina: cantidad de bibliotecas universitarias (especialmente de Europa y de Estados Unidos) la tienen.

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EC - Si continuamos recorriendo la historia del CLAEH podemos detenernos algunos minutos en el período de la dictadura. Porque después del golpe de Estado del año 73 el CLAEH tomó un impulso nuevo en sus investigaciones y actividades. El CLAEH apareció como un lugar donde la academia hacía muchas de las cosas que ya no se podían hacer en la Universidad de la República. No fue el único instituto que jugó ese papel, pero fue uno de los que lideraron esa tendencia. ¿Cómo ven aquel período?

PC - Fue un período muy difícil pero a la vez muy fermental. El CLAEH se transformó en un espacio de pensamiento libre, en un espacio donde se podía investigar, en un espacio donde se daban cursos, más allá de los controles y más allá de ciertos niveles de persecución. Siempre es posible en los resquicios de los regímenes autoritarios encontrar las semillas de la libertad. En esa época se desarrollaron cursos, programas de investigación en ciencia política, en historia, en economía, en sociología, en desarrollo local, que es un concepto que hoy está extendido en el país y en América Latina, pero hace 20 años no había un concepto vinculado a este paradigma que hoy se ha extendido a lo largo y ancho del país y de América Latina.

Sabemos que hay archivos e investigaciones sobre las actividades que realizaba el CLAEH en esos años, como todos los ciudadanos democráticos de este país de aquel entonces. Desde el CLAEH se formaron generaciones vinculadas con el libre pensamiento, el pensamiento democrático, el compromiso ciudadano. Es una de las cosas que históricamente le ha costado al CLAEH.

EC - ¿Le ha costado? ¿Por qué?

PC - Le ha costado que otros actores entiendan su propia identidad, y a veces se confunden. La dictadura creyó que el CLAEH estaba a favor de ideologías extrañas, etcétera, y en realidad su compromiso era con la democracia.

EC - Quizás sin ir a lo que la dictadura evaluó, mucha otra gente, a partir de lo que fue aquella actividad del CLAEH en aquel período, tendió a etiquetarlo como una institución de izquierda. Existió esa opinión, esa calificación. ¿A algo de eso aludías?

PC - El CLAEH es un ejercicio de pluralismo inédito. Es posible el pluralismo, es posible la discusión. Dentro del CLAEH hay discusiones muy fuertes, pero siempre con un compromiso común.

EC - Si repasamos los nombres de los académicos que hoy integran el CLAEH vamos a encontrar de todo, políticamente hablando.

PC - Es cierto.

EC - ¿Hay algún tipo de definición ideológica?

RP - Hay una doctrina, más que una definición ideológica. Y no una definición ideológico-política. En eso reina el pluralismo. El CLAEH tiene valores, pautas, impulsa un cambio social personalista, democrático, detrás del cual sin duda hay una inspiración cristiana; aunque no es un centro confesional. No se necesita profesar la fe cristiana para formar parte del CLAEH, aunque es innegable que Economie et Humanisme era un movimiento de cristianos, los fundadores del CLAEH lo eran y eso se ha mantenido, pero en un ambiente de libertad. Hoy y desde hace ya mucho mucho tiempo, junto con la pluralidad política, hay pluralidad religiosa en el CLAEH.

PC - También decimos que muchas veces, cuando hablábamos de economía humana en otros períodos, algunos economistas un poco radicales con una sonrisa decían "economía humana no existe, existe la economía a secas". El tiempo nos ha dado la razón. No es posible pensar la economía desatada de sus connotaciones sociales. Eso ha sido un aporte del CLAEH en su historia. Y cuando decimos que el CLAEH es una institución privada, no responde a un Estado, a un partido, a una iglesia...Sin embargo tiene un muy fuerte compromiso social y público. Esa es una discusión muy difícil en Uruguay.

EC - ¿Por qué?

PC - Porque todos tenemos un pequeño batllista metido dentro e identificamos lo estatal con lo público. Entonces una organización privada que tenga un compromiso con lo público no cierra. Y como no cierra no existe. Sin embargo, el CLAEH en sus 50 años ha demostrado una trayectoria de compromiso con los temas públicos. La primera investigación sobre pobreza en este país la hizo Juan Pablo Terra cuando publicó aquella enorme investigación Creciendo en condiciones de riesgo; la infantilización de la pobreza. Juan Pablo Terra decía que 40% de los niños nacía en hogares por debajo de la pobreza.

Lástima que no se lo escuchó y hoy más de 50% de los niños nace en hogares por debajo de la línea de pobreza. Se siguieron investigaciones sobre las familias pobres urbanas, se introdujo el paradigma del desarrollo local, se renovó la investigación sobre la ciencia política en el país...El CLAEH, a la vez que realiza investigación sobre las políticas sociales, desarrolla el primer posgrado en políticas sociales en Uruguay, el posgrado en desarrollo local en Uruguay. Desde su compromiso también público desarrolla los primeros posgrados sobre el objetivo de recrear la profesión docente en este país. Hay más de 500 docentes formándose desde este esfuerzo privado pero con el interés público de transformar la educación...Cuando no hay posgrado a nivel público.

El CLAEH ha tenido una muy íntima relación y logra articular el diálogo entre lo privado y lo público. No hay compartimentos estancos. Es capaz de intermediar, quizás por su experiencia en haber articulado diversos sectores sociales. Sobre esto habría mucho más para decir. Por ejemplo, la transición universitaria de la dictadura a la democracia se gestó en un seminario en el CLAEH. El Instituto de Ciencia Política de la Universidad de la República nació en los estudios de Ciencia Política del CLAEH. La cátedra de Medicina Social de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República nació con la doctora Égole en el CLAEH. No es hora de alambrar el conocimiento ni los aportes entre el Estado y los actores privados. Es hora de desalambrar. Es hora de desalambrar el conocimiento entre las disciplinas, que es otro aporte del CLAEH a lo largo de su historia...La interdisciplinariedad, la posibilidad de intercambiar acumulaciones de diversas disciplinas es otro de los aportes históricos del CLAEH.

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EC - Hablemos de otro punto de inflexión en la historia del CLAEH. 1997, cuando el CLAEH entra de lleno al mundo de la formación universitaria. Hoy el CLAEH es un Instituto Universitario con reconocimiento oficial, dicta cursos de posgrado (básicamente, maestrías y diplomas de especialización). Se están cumpliendo 10 años de esa experiencia. ¿Cómo la evalúan?

RP - Positivamente. En realidad la experiencia comienza antes. Durante la dictadura, con la Universidad intervenida el CLAEH desarrolla grados en ciencias sociales. Pero es cierto que del 97 en adelante, reconocido como instituto universitario y al regularse el sector privado terciario, el CLAEH se empeña ulteriormente, con mayor intensidad y mayor amplitud, en la docencia de ese carácter. Docencia, como es la universitaria, que no puede desprenderse nunca de la investigación y de la intervención social o extensión universitaria.

En estos 10 años han pasado por la oferta del CLAEH, por las aulas universitarias del CLAEH, varios centenares de cursantes. La mayor parte de ellos en posgrados, especializaciones y maestrías. No hemos abierto doctorados por el momento, aunque desde hace dos años, desde el año pasado, tenemos también un grado, nada menos que en Medicina, una carrera de medicina situada fuera de Montevideo, en Punta del Este y Maldonado. A esta altura, el CLAEH ofrece más de 15 posgrados, algunos se dictan durante unos años, se hace una pausa de un par de años y se retoman, dentro de las características del mercado uruguayo. El grado en Medicina nos está proyectando, además, por encima de las fronteras uruguayas, a la región e incluso al mundo. Porque en el grado no sólo hay cursantes de nuestro país sino también de Argentina, de Brasil, de Chile, de España, de Alemania, de Israel.

EC - Lo de la Facultad de Medicina fue un paso particularmente audaz del CLAEH. Porque implicaba instaurar la primera facultad de medicina privada del país. Además con ese componente: en el interior del país, en Maldonado, Punta del Este. ¿Qué le aportó al brazo universitario del CLAEH ese paso?

RP - Le aportó madurez. Justamente porque se trataba de un desafío mayúsculo. En primer lugar, el CLAEH estaba ligado con la Medicina desde mucho tiempo atrás, pero en su condición de centro de ciencias sociales unidas a la intervención inspirada o respaldada en los enfoques de las ciencias de la sociedad. Implicaba llevar al CLAEH a la formación médica, en la cual no había incursionado hasta ese momento. Pero ocurrió algo muy importante: estábamos muy comprometidos con un proyecto que aportaba, desde nuestro punto de vista (me refiero a la segunda carrera de medicina de la historia del país), a la descentralización, porque se radicaba fuera de Montevideo. Aportaba a la renovación universitaria. Porque siempre vimos esta carrera como beneficiosa para todos; incluso para la histórica y muy apreciada carrera de Medicina de nuestra Facultad de Medicina de la Universidad de la República. Y lo veíamos en tercer lugar abierta a la región. Uruguay puede "exportar" servicios universitarios, es decir, recibir estudiantes.

EC - ¿Los resultados estuvieron a la altura de las expectativas?

RP - Estamos todavía en pleno esfuerzo de arranque. Pero ya hay dos generaciones: los que entraron el año pasado y los que entraron este año; aproximadamente 50 cada año, en las aulas. Nos proveímos -como CLAEH- de un plantel estupendo de formadores médicos, partiendo de una convocatoria a incorporarse a este proyecto, que fue magníficamente respondida: más de 150 docentes de diversas categorías y de diversas edades, con experiencia, son los que nutren nuestra carrera de medicina.

PC - Decías que CLAEH dio un paso audaz. Eso hace a la historia y a la identidad del CLAEH. El CLAEH está comprometido con la innovación desde sus orígenes. Quizás porque su inspirador, el padre Lebret, era un navegante que decía "embarcarse, uno no sabe qué naves encontrará, qué tempestades enfrentará, en qué puertos deberá hacer escala, uno parte sin tenerlo todo previsto y sin embargo llega. Hay un riesgo y sin embargo esto no impide partir". Esta ha sido la historia del CLAEH: innovó con la primera investigación sobre el Uruguay rural, innovó con las primeras investigaciones sobre la pobreza. Fue muy audaz en la dictadura, ha sido muy audaz en este período para comprometerse con la innovación. Innovamos también en los posgrados, porque todos los posgrados que se han ofrecido de desarrollo local, documentación digital, políticas sociales, investigación en historia contemporánea, gestión de servicios de salud, ocuparon lugares que la sociedad Uruguay no tenía cubiertos.

Y en el caso de medicina también Uruguay necesitaba y necesita una alternativa, otro color en la formación. Los colores homogéneos son grises, son aburridos, no enriquecen. Esto no fue hecho contra nadie, fue hecho a favor y llevando a la práctica los sueños de más de 30 años de muchos docentes, educadores, que no habían podido llevar a la práctica un modelo nuevo, revolucionario (lo digo con toda conciencia). Hoy se está formando un nuevo tipo de médico, de alta calidad técnica y de alta calidad humana, que el sistema de salud del siglo XXI del Uruguay y la región necesitan. Pero también innovamos con la descentralización, de la cual se habla tanto y por la cual se hace tan poco. Hace 20 años el CLAEH fundó la Regional Noreste en Tacuarembó, en la zona más pobre del país, porque pensamos que no podíamos seguir teniendo un programa de interior en Montevideo, que era lo que teníamos. Nos transformamos en un actor local. La Regional Noreste es parte del centro del CLAEH. Hoy esta nueva sede en Maldonado no sólo es sede de la Facultad de Medicina sino que colabora en un proyecto mucho más ambicioso, que es que Punta del Este pueda ser algún día una ciudad universitaria y, sobre todo, que sea una ciudad de salud. Hay una sinergia y un proyecto. En Maldonado, todas las fuerzas vivas del departamento, los servicios públicos y privados, la Intendencia, la Junta Departamental, todos apoyan este proyecto porque es un destino nuevo que fortalece esa sinergia con respecto al futuro.

Y cuando hablamos de descentralización también decimos que estamos trabajando en Colonia. Hemos trabajado en proyectos innovadores desde hace 20 años en Colonia. La descentralización es difícil, genera tensiones, a veces cuesta más dinero, pero tiene que ver con el derecho de los ciudadanos de todo el país a acceder. Y en este sentido, la Facultad de Medicina es una muestra más del compromiso con el interés público del CLAEH.

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EC - Otra pregunta de la audiencia, esta a propósito de la Facultad de Medicina del CLAEH. Alejandro: "Aporta a la elitización de la medicina".

PC - No es así, está equivocado el oyente, a quien agradezco el mensaje. Lamentablemente, la formación universitaria toda en Uruguay es elitista. No nos engañemos, no seamos hipócritas, solo 3% de la población accede a los servicios universitarios, y de ellos un mínimo porcentaje pertenece a los sectores pobres. Cuando doña María y don José en los asentamientos, que conocemos muy bien porque trabajamos en ellos, pagan el IVA de la polenta y el arroz están contribuyendo a financiar la formación de sectores altos de esta sociedad y por tanto debemos decir que en Maldonado hay estudiantes que no podrían haber venido a estudiar a Montevideo, que hay dos becas por año completas para estudiantes de Maldonado.

No definamos el interés público de la educación a través de la manera como se gestiona. Nadie sabe el valor público que puede tener un egresado de cualquier institución en el futuro. Si yo tengo un egresado de la Facultad de Medicina pública que trabaja en cirugía estética en Miami es poco el aporte a la sociedad que está haciendo. Y puedo tener un egresado de la Facultad de Medicina del CLAEH comprometido con la medicina social en este país; que a pesar de haber sido formado en una institución privada, su fin es social. Eso lo dijo Cristóbal Buarque, asesor de Lula, ministro de Educación de Brasil y es una discusión que Uruguay debería dar más profundamente.

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EC - Vamos a finalizar mirando al futuro. ¿Por dónde vienen los principales planes que ya tienen en la mano para los próximos años del CLAEH?

PC - Más universidad, más actividad universitaria...Vamos a seguir profundizando en la actividad universitaria del CLAEH en los campos de la innovación. Más investigación y más trabajo social, que es un capítulo del que no hemos hablado pero que todos los días decenas y decenas de trabajadores sociales del CLAEH están en los barrios, están en el Programa Trabajo por Uruguay, están en el Uruguay profundo, en el Uruguay rural. Permítame mandar un saludo a la escuela Cerro del Arbolito, en Tacuarembó. Eso es el CLAEH del futuro. Estamos próximos a lanzar el CLAEH en línea, una nueva modalidad de formación a distancia, combinada con la presencial. Estamos desarrollando y convocando al concurso de jóvenes investigadores en su tercera edición, Juan Pablo Terra, porque apostamos a la renovación generacional de la investigación, con el apoyo del IRDC de Canadá.

RP - La dinámica generacional obviamente es vital para cualquier institución y estamos muy satisfechos de que el CLAEH la haya logrado. Tuvo que proponerse lograr los relevos generacionales oportunos. De la generación de fundadores muchos ya no están entre nosotros, pero hay otras generaciones y afortunadamente hay gente muy joven cursando sus diversas especializaciones, pero también trabajando en la intervención, en la investigación, en todas las facetas, en el apuntalamiento administrativo. El futuro es también entonces este movimiento de incorporación de nuevas generaciones, cada una de las cuales va renovando al CLAEH, porque entran activa y no pasivamente.

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Edición: Ma. Eugenia Martínez