Cultura

Expediente Nardone: una trama de novela...y de película

Escuchas telefónicas, intervención de correspondencia, espionaje, inteligencia, contra- inteligencia, sabotaje, infiltración en grupos de izquierda, seguimientos... Parecen elementos de una ficción extranjera pero son de un trabajo periodístico nacional, que llevó adelante Raúl Vallarino y que plasmó en el libro "La CIA en Uruguay: el Expediente Nardone" . Ahora, el realizador español Pablo Álvarez se apresta a llevarlo al cine. Ya hay una actriz asegurada: Maribel Verdú.

GONZALO SOBRAL:

A fines de la década de los 40, la Agencia Central de Inteligencia se instaló en Montevideo. La forma de operar en Uruguay no estaba distante a lo que la CIA realizaba en otros países: un estrecho acercamiento a los servicios policiales de seguridad e Inteligencia para el trabajo de escuchas telefónicas, intervención de correspondencia, espionaje, inteligencia, contra- inteligencia, sabotaje, infiltración de grupos de izquierda, seguimientos, y lo primordial, el acceso a las personalidades del país que pudieran servir a sus fines. En algunos casos se estudiaba si podían ser captados por medio de afinidad ideológica. De no resultar, se intentaba utilizarlos sin que se enteraran de que estaban colaborando con la CIA. Así, arranca el segundo capítulo que está en la página 11 de "La CIA en Uruguay: el Expediente Nardone", de Raúl Vallarino.

Un libro absolutamente fascinante, de 200 páginas, que más allá de ese título de Expediente Nardone (que Raúl ya nos contará por qué) trata la historia de la CIA en Uruguay. Yo diría que en esas 200 páginas logra compendiar cosas que sucedieron en 20 años de los últimos 40 de la historia política de este país. A partir de entrevistas y de un montón de documentos desclasificados y no desclasificados. Uno puede pensar cómo se desclasifica: desclasificado con algunas cosas tachadas sin posibilidad de acceder a ellas, pero que cuentan un montón de partes finales de historias que a veces no cerraban.

Por que este libro es como una consecuencia lógica, después de haber hecho "Nombre clave: Patria". Quedaron un montón de informaciones. Claro, uno en el momento que hace un libro de investigación histórica y periodística dice "yo cortó acá". Porque el libro en algún punto tiene que cerrar. Pero después que lo lee, un montón de gente empieza a arrimar otra información... Y con lo que quedó pendiente y esto otro (no hago la segunda parte porque no soy J. K. Rowling) pero puedo generar otro libro que cuente otra historia.

RAÚL VALLARINO:

Exacto. Hay un hecho que es puntual. Cuando yo investigué un hecho para "Nombre clave: Patria. La espía de la KGB en Uruguay", me di cuenta que había algo que nunca se había contado respecto a los servicios de espionaje. Que Uruguay no había sido ajeno a la Guerra Fría que se libraba en el mundo después de la Segunda Guerra Mundial. Que Uruguay era centro operativo de la KGB, de los servicios soviéticos de espionaje, de la CIA. Una CIA que se creó como consecuencia derivada de otras agencias con otros nombres en el año 1947 y que inmediatamente vino, a finales de esa década, y se instaló en Uruguay. ¿Qué importancia tenía Uruguay para que dos servicios de inteligencia foráneos, con ideologías diametralmente opuestas se vinieran a "enfrentar", por decirlo de alguna manera, en territorio uruguayo?.

GS - Alguna cosa aparece en el libro y hay explicaciones. Uno piensa en el caso de la KGB. Uruguay tenía como partido político legal a uno de los partidos comunistas más importantes del mundo. Entonces, parecía natural que, por algún tipo de relación, por allí se podía encontrar una manera de operar.

RV – Sí, pero además hay otra cosa. El Partido Comunista uruguayo era uno de los pocos partidos comunistas que operaba legalmente, pero además tenía libertades y facilidades que no se daban en otras partes del mundo. Incluso en países cercanos en Latinoamérica. Eso llevaba a que Uruguay fuera tierra fértil para poder trabajar desde Uruguay hacia toda la región. Diría, además, hacia toda América. Esas libertades daban la facilidad de creación de distintos grupos afines de izquierda, que en otros lugares no se podían crear o no se podían manifestar. ¿Quién tenía que luchar contra eso? La CIA, que ya estaba atenta a lo que ocurría en América y era primordial para ellos fijar lo que ocurría en distintos países. Uruguay venía de ser o estaba siendo todavía la Suiza de América en muchos aspectos. En esos años sí lo era: era la década de los 40. Entonces, las importaciones, el nivel internacional que tenía Uruguay, aunque parezca mentira, era más importante que otros países de la región como los colosos de Argentina o Brasil. Así fue tierra fértil para que esos dos equipos lucharan, esas dos agencias de Inteligencia se enfrentaran, KGB y la CIA, y cada uno tenía sus sectores.

Si bien en la CIA había funcionarios diplomáticos norteamericanos encubiertos como funcionarios diplomáticos, también los había en la embajada de la URSS en Uruguay. Pero también estaba la embajada de Cuba, que desarrollaba... Incluso uno de esos agentes cubanos llegó a infiltrar la CIA, Manuel Evia, que estuvo trabajando dentro de la oficina de la CIA que tenía montada en la propia Jefatura de Policía de Montevideo en esos años. Era el enfrentamiento diario que tenía el comisario Botero, que no quería que la CIA estuviera dentro de la Policía uruguaya.

GS – Y que se le metieran en la oficina sin avisar que allí iban a aparecer...

Un dato que es idiomático. Ya aparece en tu otro libro "Nombre clave: Patria"...el tema de llamar a lo que todos decimos "La KGB", que aparece así traducido en el subtitulado en las películas norteamericanas que uno ve, que se hace casi siempre en el sur de los Estados Unidos o en México. Vos decís en los dos libros de este año que es "el" KGB, como dicen los españoles, ¿por qué?

RV – Es ruso, uno lee "komitet", y después otra serie impronunciable, pero dice "el comité". Es el Comité de Seguridad del Estado. Esa es la traducción. Es lo mismo que la CIA, la Agencia Central de Inteligencia, es "la" agencia. En este caso es un Comité de Seguridad del Estado, es el KGB. Sus siglas en ruso. Entonces es el comité y no le podemos decir "la" comité. Por deducción lógica es "el" KGB, Comité de Seguridad del Estado.

GS – ¿Fue difícil obtener la documentación a pesar de que estaba desclasificada?

RV – En algunos casos sí. Yo lo digo públicamente. Tuve que viajar al exterior a reunirme con un ex agente de la CIA que me aportó muchísima información y que trabajó incluso en el Uruguay. Me dio algunos de los elementos y de la forma en que se debía obtener alguna otra información para los documentos. Pero también hoy la CIA ha hecho una "apertura", entre comillas, que no es total.

GS – Algunos nombres desaparecen...

RV – Algunos nombres y datos muy concretos desaparecen. Incluso ha publicado en su página de Internet. Uno va, busca y encuentra. Pero la mayoría ha sufrido, como dicen los americanos, "una limpieza sanitaria". La limpieza sanitaria significa eliminación de nombres o datos que puedan comprometer a personas o entidades, principalmente norteamericanas. O gente que colaboró con la CIA, que fue agente de la CIA no siendo de ciudadanía estadounidense. La CIA cuida mucho de no dar esos nombres o dar sitios, lugares o países donde se pueda identificar de alguna manera a ese agente que ha trabajado con ellos.

GS – Es impresionante. Hay alguna reproducción facsimilar sobre el final del libro... Unas 20 páginas de algunos de los documentos. Y después otros que están reproducidos dentro del texto. Es impresionante el nivel de detalle y precisión con el cual los reportes de la CIA operaban. Estoy pensando en torno a los tupamaros, el funcionamiento del Partido Comunista en Uruguay...

RV – Completísimo el análisis sobre el Partido Comunista del Uruguay. Hay gente que está dentro del Partido Comunista del Uruguay que he conversado, que están extrañados de que la CIA, ya en esos años, hiciera un detalle tan concreto de lo que era. Porque tenía gente infiltrada, debemos decirlo, dentro del Partido Comunista.

GS – ¿Por qué el nombre de Nardone en el título? Quien lea el libro va a encontrar allí que es un libro de relato periodístico, de investigación histórica, no hay ficción de por medio. Llega un momento en el cual "Nardone" llega a ser prácticamente anecdótico.

RV – Claro, Nardone era un fenómeno de la comunicación. Yo creo que un adelantado a quien hoy piensa en sistemas publicitarios para dar una imagen de algún político con pretensiones de llegar a la Presidencia, al Senado, o a la Cámara de Diputados. Él, en esos años, allá por los 40, en CX4 Radio Rural, hacía (a las 11.30 de la mañana) un programa que paralizaba al campo. El hombre rural dejaba de trabajar con el arado, las tareas propias del campo y se iba a escuchar la palabra de Benito Nardone. Un hombre que le hablaba directamente, que incluso él deliberadamente lo hacía con un estilo gauchesco y campechano, que atrapó a la gente de campo. Y se enfrentó al gobierno de los Batlle, él que venía del Partido Colorado. Eso fue formando - a través del Diario Rural y la Radio Rural- a ese hombre del que Montevideo se burlaba mucho, en su forma de expresión y de hablar. Y cuando se dieron cuenta del fenómeno que se estaba produciendo, muchos dijeron que había que prestarle atención. Es así como Luis Alberto de Herrera se acerca y le abre las puertas de un sector del Partido Nacional. Esto hay que aclararlo porque muchísima gente me dice (gente mayor además, que vivió esos años) que Benito Nardone era blanco. Vamos a aclararlo: nunca fue blanco. Él mismo manifestaba: "podemos transitar juntos, pero a mí no me van a blanquear", en alusión a que nunca sería blanco. Él era un hombre que había abandonado el Partido Colorado y había formado La Liga Federal de Acción Ruralista, junto con Juan José Gari y Domingo Nardone, que era senador del Partido Colorado... El padre de Juan María Bordaberry. Y sucede que después, dentro de la Secretaría de Asuntos Rurales, en todo ese gobierno, Juan María Bordaberry es el secretario o el hombre que trabaja en conjunto con Nardone. O sea, hay que separar bien las aguas. Después se produce la pelea entre Nardone y Herrera, en donde Herrera se da cuenta de muchas de las intenciones que tenía Nardone y, a los pocos días de ganar las elecciones de 1958, en esa coalición Herrero-ruralista, Nardone, junto con Juan José Gari, en la textil Lana Sur, propiedad de Gari, se reúne con el embajador norteamericano y le dice que se quede tranquilo, que Luis Alberto de Herrera ( ese hombre que se había opuesto a la instalación de bases norteamericanas, un hombre odiado por los Estados Unidos) no iba a tener peso ni incidencia en el nuevo gobierno.

GS – Hombre fundamental para el desarrollo, por lo menos de los primeros años, de la actividad de la CIA aquí en Uruguay...

RV – Había un estrecho acercamiento de él con la CIA.

GS – Tampoco nadie puede decir que operaba como agente, facilitaba ...

RV – Facilitaba y recibía. Porque él entendía que los norteamericanos profesaban las mismas ideas democráticas que los uruguayos. Entonces se juntó y se acercó a recibir e intercambiar información, y nadie puede llamarse a asombro porque del otro lado, con los mismos elementos, trabajaba Rodney Arismendi que se juntaba con los servicios secretos soviéticos para intercambiar información. Eran dos hombres que trabajaban con servicios de inteligencia foráneos.

GS – Y está muy bien documentarlos aquí. No puedo dejarte ir sin que me cuentes qué pasa con "Nombre clave: Patria". Está a punto de editarse en España. De aquí a una semana vas a estar en España viendo si se convierte en película.

RV – Sí, prácticamente ya es un 85%. Pablo Álvarez, un joven realizador español que tiene una película maravillosa, "Desalmados" (que incluso se presentó en una muestra en América y ganó algunos premios internacionales) es un hombre que trabaja como rector de la Escuela de Cine de Pedro Almodovar, de la familia Almodovar. Él, que además es el editor de mi libro en España, ya realizó el guión y ya prácticamente está arreglado. La producción ya está definida económicamente, que es el punto primordial. Sólo faltan algunos detalles. Faltaría la concreción de algunos nombres. Ya puedo adelantar, y se me autoriza a decir que Maribel Verdú será quien interpretará el rol de Patria y los otros nombres no los puedo decir porque todavía no están concretos.

GS – ¿Y eso cuándo se estaría filmando? ¿Qué te ha dicho Álvarez?

RV – Se va a filmar mucho en Almería, España. Almería facilita porque hay una ley de cine que colabora con mucho a la realización. Pero mucho se va a filmar en Montevideo y eso está en tratativas. Estaríamos filmando antes de mediados del año próximo las primeras escenas de Uruguay.

GS – Y el libro tiene la particularidad de que en España tiene otro título que no es "Nombre clave: Patria".

RV - Y es otra editorial.

GS – Tu novela, además de cambiar de título, cambia de extensión, porque aparecieron, a partir de leerlo, otros datos que llevan a que hay que retocar.

RV – Agregar hechos, como apareció un documento que muestra que María Luisa de la Heras, o África de las Heras, luego de la Segunda Guerra Mundial, de actuar como guerrillera detrás de las líneas alemanas, apareció en Francia, entró en la sede de la Gestapo como limpiadora y sacó documentos valiosísimos de una manera increíble.

GS- Es un personaje de cine, no hay duda...

El libro se llama "La CIA en Uruguay: el expediente Nardone", de Raúl Vallarino.

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