Entrevistas

Comienza la fiesta de los sabaleros

Juan Lacaze se prepara para el acontecimiento más importante del año: la ya tradicional Fiesta Nacional del Sábalo. En su séptima edición, la celebración mantiene el sentido original de financiar el funcionamiento del CAIF de la ciudad, el único del país que es administrado por un sindicato. Hernán Etcheverry, dirigente del sindicato de Fanapel, afirmó que este año hay más de 200 niños inscriptos para esa guardería. "Es una tarea no fácil, porque nosotros somos empleados, sindicalistas, y tenemos que operar como patrones. Hay muchas cosas que se cruzan y hay que tener la cabeza muy abierta para poder seguir adelante", explicó.

(Emitido a las 8.37)

EMILIANO COTELO:
Desde mañana y hasta el domingo, en Juan Lacaze tendrá lugar la séptima edición de la Fiesta Nacional del Sábalo.

Se trata de una conmemoración muy particular. Por un lado, por lo que esta fiesta significa para la reafirmación de la identidad de esa ciudad del departamento de Colonia –no en vano a los habitantes de Juan Lacaze les dicen "sabaleros"–, y por otro, porque los fondos que se recauden van para financiar el funcionamiento de un centro CAIF que cumple un papel fundamental en la zona.

Por esas y otras razones, vale la pena conocer un poco más sobre esta Fiesta del Sábalo.

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EC - Estamos con Hernán Etcheverry, directivo del sindicato Centro Unión Obreros Papeleros y Celulosa, y responsable del funcionamiento del centro CAIF Olof Palme.

Vamos primero a ubicarnos en Juan Lacaze, vamos a situar esa ciudad: está en el departamento de Colonia, sobre el Río de la Plata, a 144 kilómetros de Montevideo; tiene una población de 14.000 habitantes y una impronta industrial tradicional, a través de dos marcas, de dos empresas, la Fábrica Nacional de Papel (Fanapel), que a esta altura tiene...

HERNÁN ETCHEVERRY:
Tiene 106 años.

EC - ...y Campomar y Soulas, que ya no existe más, pero en cuyas instalaciones funciona ahora la textil Agolán, perteneciente a la Corporación Nacional para el Desarrollo.

Ese es el contexto. ¿Cómo se presenta la mañana en materia de tiempo?

HE - En Juan Lacaze, espectacular, un clima excelente, poco viento, muy lindo.

EC - ¿Cómo nació la Fiesta Nacional del Sábalo?

HE - Nació en 1999, cuando se empezó a ver que el sindicato no podía absorber los recursos que estábamos destinando al centro CAIF. Esto se debe también a un cambio de estrategia, antes esto funcionaba como un jardín donde se abonaba una cuota mensual, pero en el año 90 en Fanapel hubo 116 despidos y Campomar cerró sus puertas, la cuota se hizo insostenible para los padres. Entonces se buscó un aliado, que fue el INAME, hoy INAU. Viendo las necesidades de la gente, se resolvió hacer un festival, y como se buscaba que fuera parte de todos los lacazinos, de todos los sabaleros, se la denominó Fiesta Nacional del Sábalo.

EC - ¿Qué es el sábalo?

HE - El sábalo es un pez que abunda en esta zona. En esta fiesta, aparte de panchos, hamburguesas, chorizos al pan, el plato característico es el sábalo frito, usted puede comerlo con la mano y pan, como se come en esta zona.

EC - ¿Cómo es el sábalo? ¿Qué tamaño tiene?

HE - Ronda los dos kilos, es un pescado con escamas, con un olor característico, uno lo distingue enseguida de otros pescados. Y es muy rico.

EC - ¿Es sabroso? Porque hay pescados que no tienen mucho gusto.

HE - Este es sabroso.

EC - ¿Desde cuándo les dicen "sabaleros" a los habitantes de Juan Lacaze?

HE - No le podría decir exactamente desde qué fecha, pero desde hace muchos años. Incluso las canciones de José Carbajal nombran a Juan Lacaze como el "pueblo sabalero".

EC - ¿Todos los habitantes de Juan Lacaze son pescadores?

HE - Yo no lo viví, pero en otra época se juntaba gente a tirar redes en la playa sur, eran 20 o 30 personas tirando redes y sacando sábalos, que se regalaban, no se vendían. Era algo muy característico de esta zona, de este pueblo.

EC - También les dicen "lacazinos", ¿no?

HE - Sí, también; pero respondemos más a "sabaleros" que a "lacazinos".

EC - Hablemos del centro CAIF, que fue lo que disparó esta Fiesta Nacional del Sábalo. ¿Qué papel juega ese centro de atención a la niñez en esa zona del departamento de Colonia? ¿A cuántos niños atiende?

HE - Atendemos desde a mujeres embarazadas hasta a niños de tres años. Este año tuvimos un promedio de entre 150 y 160 niños. A partir de 2004 empezamos a focalizar en las familias que más lo necesitan, que se encuentran en la periferia de la ciudad, en un barrio que se llama Villa Pancha.

EC - También famoso por las canciones de Carbajal.

HE - Sí; a eso tuvimos que sumarle mucho trabajo y esfuerzo, porque dista seis kilómetros del centro, entonces hemos introducido en nuestros planes un micro que levanta a los niños en ese barrio. En el año 2004 de Villa Pancha venían no más de 10 niños y hoy tenemos cerca de 60. Y para este año las expectativas han superado con creces las inscripciones, ya tenemos más de 200 niños inscritos para el año que comienza.

EC - ¿Es habitual que un centro CAIF sea creado y gestionado por un sindicato?

HE - No, es el único caso en Uruguay. A raíz de eso hicimos un trabajo que INAU premiaba y ganamos un premio por propuesta innovadora. Es una tarea no fácil, porque nosotros somos empleados, sindicalistas, y tenemos que operar como patrones, como quien dice. Hay muchas cosas que se cruzan y hay que tener la cabeza muy abierta para poder seguir adelante.

EC - ¿Por qué el centro CAIF lleva el nombre de Olof Palme?

HE - Esto surgió cuando en el año 88 la directiva de aquel entonces decidió crear un jardín, una guardería para niños de trabajadores. En Juan Lacaze no existía atención temprana a los niños ni en lo público ni en lo privado, entonces se organizó en una sala del local sindical, que al poquito tiempo quedó chica. Entonces se empezaron a organizar festivales, carnavales, etcétera, hasta que se encontró el apoyo de la Federación Sueca de Papeleros. En el año 90 se inauguró este local donde funcionamos hoy, que cuenta con casi 540 metros cuadrados edificados, y todo con el dinero del apoyo de la Federación Sueca y un acuerdo con el SUNCA, de trabajadores desempleados de la región. Lleva el nombre de Olof Palme en reconocimiento a la Federación Sueca y al primer ministro de aquel momento, Olof Palme.

EC - ¿Fanapel también aporta al centro CAIF?

HE - Fanapel no tiene una participación activa en los presupuestos del centro CAIF, pero ha colaborado cada vez que nos hemos visto en problemas. Por ejemplo, hasta 2006 teníamos problemas de filtraciones en el techo, y se participó en Desafío al Corazón, un programa que emitía un canal de Montevideo, y recaudamos 200.000 y algo de pesos, pero el costo total de un sobretecho de zinc se había ido a 280.000; entonces Fanapel puso lo que nos faltaba para terminar. Si bien somos el sindicato de Fanapel, tenemos una muy buena relación y siempre los tenemos cuando los precisamos.

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EC - Quería preguntarle algo a propósito del sindicato. El sindicato agrupa a los empleados de Fanapel –últimamente llamada Fanapel, antes Fábrica Nacional de Papel–, ¿cuántos empleados y obreros son hoy?

HE - Los empleados directos son 420, y casi otro tanto tercerizados.

EC - La relación del sindicato con la empresa ha sido siempre muy fluida, por lo que yo recuerdo.

HE - Sí, ha habido quiebres, en la década del noventa se hicieron despidos después de una huelga que duró más de seis meses. El sindicato sintió ese quiebre. Y hay que tener en cuenta que la directiva de este sindicato siempre ha tenido la fortuna de tener una cabeza abierta y adecuarse rápidamente a los cambios políticos de la industria, en este caso del papel.

EC - En particular, hubo un tema muy delicado a manejar entre el sindicato y la empresa, que fue la reconversión de la fábrica para mitigar el impacto ambiental tanto en el aire de la zona y como en las aguas del río. Un proceso que era necesario, porque la tecnología de Fanapel no era la más nueva. ¿Se completó toda esa serie de inversiones?

HE - Sí, se completó; faltan algunos detalles. Con el gerente general estuvimos conversando el otro día sobre olores que hay en determinados momentos, que ya no son ni por asomo lo que fueron, porque usted entraba a Juan Lacaze y encontraba ese olor característico, a repollo. Ha cambiado muchísimo, Fanapel hizo una inversión muy grande y está trabajando muy bien en el tema ambiental.

EC - Allí en Juan Lacaze ustedes lideraron una serie de debates y de situaciones que se han vuelto muy populares y mediáticos en los últimos tiempos con la instalación de las plantas de Botnia y ENCE.

HE - Este sindicato tiene un acuerdo con la Federación Finlandesa del Papel, hemos colaborado en la conformación del sindicato de trabajadores de Botnia y ahora estamos en contacto con la gente de ENCE, que se va a instalar aquí en la zona de Colonia. Tratamos, por un lado, de que haya fuentes de trabajo en estos lugares, y por otro, de tener muy presentes todos los problemas ambientales.

EC - Recordemos que Fanapel es una planta de celulosa y además una fábrica de papel, las dos cosas.

HE - La celulosa que fabrica Fanapel es para consumo interno, no la vende, es para fabricar el papel, que es su fuerte. Pero cabe recordar que todo el grupo Fanapel fue adquirido por un consorcio yanqui-argentino, Tapebicuá. Hemos tenido un par de reuniones con los nuevos propietarios y nos cayó muy bien lo que nos expresaron, la forma como quieren trabajar. Por un lado estamos tranquilos, porque siempre que se vende algo no siempre hay que esperar algo bueno.

EC - La reconversión que ha llevado adelante Fanapel para incorporar las tecnologías que permiten mitigar el impacto ambiental, entre otras cosas, ha permitido que los pescadores recuperaran plenamente su fuente de recursos, ha permitido que el sábalo volviera a sus condiciones naturales.

HE - Sí, en general los pescadores de acá no pescan en la orilla, van río adentro, pero se había notado una merma en lo que pescaban diariamente, y ahora se está normalizando.

EC - ¿Se nota ese efecto?

HE - Sí, se nota. En realidad no quedan muchos pescadores, porque los pescadores de aquí son pescadores artesanales, no tienen grandes embarcaciones, pero se nota. Incluso en Juan Lacaze hay una cooperativa de pescadores que está funcionando bien. Todo esto debemos suponer que se debe también a los cambios ambientales que ha realizado esta fábrica.

EC - Volvamos a la Fiesta Nacional del Sábalo. ¿Qué ocurre durante estos cuatro días? ¿Qué tipo de actividades se desarrollan?

HE - Hay una programación artística para la noche, que comienza el jueves 7 y termina el domingo 10.

EC - ¿Qué actividades artísticas? ¿Recitales, música, básicamente?

HE - Sí, música; el jueves 7 va a cerrar Pepe Guerra, el viernes 8 Bola Ocho y Klan B, el sábado 9 Pecho e’ Fierro, Chala Madre, La Triple Nelson, y el domingo 10 Trotsky Vengarán y Buitres.

EC - Es un espectro bastante amplio.

HE - Sí, bastante variado, tratamos de que sea bastante variado para que le guste a toda la gente que concurre. Y en actividades paralelas va a haber unos debates, el viernes 8 en los mismos salones del centro CAIF sobre religión y derechos humanos, en la que participarán un pastor metodista, un sacerdote católico y Ernesto Kreimmerman en representación de la comunidad judía; para el sábado 9 hay planeado un trabajo sobre derechos humanos con la participación del doctor Hugo Barretto, abogado laborista y docente de la Universidad de la República, Fernando Casanova, sociólogo asesor de CINTERFOR, y Juan Castillo, del PIT-CNT. A todo esto hay que sumarle que diferentes entidades de Juan Lacaze realizan sus actividades junto con la Fiesta Nacional del Sábalo. Por ejemplo, el Club Ciclista Alas Rojas organiza carreras de bicicletas, el Club Náutico realiza actividades náuticas. Juan Lacaze se mueve mucho en estos días.

EC - Y, ¿se mueve solo con la gente de Juan Lacaze, o la experiencia indica que llega gente de otros lados?

HE - Llega gente de otros lados, en las ediciones anteriores se ha estimado que participaron por noche entre 10.000 y 15.000 personas. Se ven muchas caras que no son conocidas –aquí se conocen los rostros– y un tránsito muy característico de estas fechas entrando a Juan Lacaze.

EC - ¿Cómo se recauda? ¿Hay entradas, por ejemplo, para los espectáculos?

HE - No, las entradas han sido gratuitas en los seis años anteriores. El beneficio que saca el centro CAIF Olof Palme está en la venta de bebidas y comestibles, que se venden a precios muy populares, por ejemplo un vaso grande de chopp directo a 20 pesos, hamburguesas, panchos y chorizos al pan a 15 pesos.

EC - ¿Se han fijado alguna meta de recaudación para este año?

HE - No; tratamos de ir superándonos año a año, pero no tenemos metas. Porque aparte de ser un evento en el que se recaudan fondos, esto ya es algo de Juan Lacaze mismo, cada uno espera para aunque sea cuatro días al año tener un espectáculo de estas características. Vale recordar que casi el 100% de la publicidad que se vende se invierte en la contratación de artistas. Más de 100 personas, trabajadores de Fanapel asociados al sindicato, más padres de niños que concurren al centro, trabajan voluntariamente en el armado y desarmado de toda la estructura de la fiesta.

EC - En esta ocasión, la fiesta va a ser inaugurada por el presidente de la República, Tabaré Vázquez. ¿Es la primera vez que va?

HE - Tabaré, sí, es la primera vez que viene. En eso somos algo particular, porque desde la reapertura democrática han pasado todos los presidentes de turno por este sindicato, desde Sanguinetti, Lacalle, hemos tenido su reconocimiento también por la modernización en las relaciones laborales.

Me voy a tomar el atrevimiento de agradecer a la gente que trabaja con nosotros, porque nosotros lo hacemos porque nos gusta, pero hay gente que deja horas de estar con su familia para venir a armar todo esto. A todos ellos, un agradecimiento muy especial.

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Edición: Mauricio Erramuspe