- ¿Es el regreso, no?

- Es volver después de muchos años, después de una experiencia bárbara que fue en los años de dictadura. En esa época trabajamos intensamente con los Diablos Verdes, con Jorge y Daniel Scheck, el "flaco" Denevi, Yañez. Allí  hice una experiencia muy fuerte, donde por primera vez Mary Da Cunha salió en una murga, donde por primera vez se cambiaron los trajes por unos largos como una túnica. Fue un momento muy especial porque no se podían decir cosas, había que decirlas con el vestuario o con lo que pudieras. Una vez hice un traje, que está en el Museo del Carnaval, que tenía el mapa del Uruguay. Cuando se abría se venía abajo el teatro de verano porque estaba diciendo muchas cosas.

- En parodistas hay que confeccionar para muchos cambios de vestuario, mucho más que para murgas, ¿no?

- Acá en los parodistas me mintieron un poco (risas). "Pinocho" Sosa me dijo: "Nelson quiero que me hagas los trajes de Boulevar Sarandí". Y yo dije: "bueno, perfecto, lo hago". Pero terminó siendo toda una parodia de todos los personajes de época que es muy especial hacerlo, personajes que son creíbles, el público tiene que conocer esos personajes, entonces no se puede hacer una gran fantasía. Tuve que recrear una cosa de la época con la fantasía que tiene carnaval.

- Con tanta experiencia teatral, todo esto es estar a otro mundo.

- Es un mundo que ya conocía. Es un mundo muy sorprendente, es el mundo de carnaval que todo tipo de gente viene a ver y es la presencia popular muy importante de la que no quiero estar ausente, de la que no me gusta estar ausente, me gusta estar integrado. Los trajes, los actores que salen al escenario a decir cosas... Todos los ámbitos en los que sé.

- ¿Este es tu regreso?

- No, no. Totalmente circunstancial. Vengo a hacer esto pero el año que viene vuelvo a Punta del Este. Para mí es volver cada tanto pero no como una forma de hacerlo todos los años.