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Una recalada en el carnaval del paisito

Una recalada en el carnaval del paisito

Oscar Umpiérrez representa a la generación que se tuvo que ir al exilio. Es un viejo murguista que luego de mucho tiempo encontró en la murga De Recalada su regreso al Teatro de Verano. Fue uno de los que le contó a los jóvenes argentinos y uruguayos que integran esa murga lo que iban a sentir sobre el escenario y lo que era participar del carnaval. Por eso cuando bajó no podía contener las lágrimas y la emoción.

- ¿Qué se siente después de bajar del Teatro de Verano para alguien con tantas batallas encima?

- Son muchos años de carnaval y haber vuelto después de 23 años es muy fuerte. Nosotros nos sentimos dentro de esta humildad representantes de todos los uruguayos que están en el exterior, que es como que estuvieran a nuestro lado, nosotros logramos el sueño de todos. Sentimos esa dicha. Y es impagable, es muy fuerte.
 
- ¿En qué conjuntos saliste antes de La Recalada?

- En Diablos Verdes, en la Gran Muñeca, en una murga del Cerro. Este año con De Recalada no solo pasamos la prueba de admisión, sino que estamos acá cantándole al pueblo uruguayo.

- Vos fuiste de los que le contaste a los más jóvenes todo acerca de esto. ¿Cómo fue antes y cómo fue después de actuar?

- Tratamos de trasmitirle y darle aliento. Este era un desafío muy enorme. Y que la satisfacción iba a ser lo que le iba a devolver el público, y el público respondió amorosamente bien. Todavía no he conversado con los más jóvenes. E inclusive argentinos, porque nosotros somos solo nueve uruguayos, el resto son argentinos. Nos sentimos como hermanos.

- El público los despidió de pie, además. 

- Fue increíble, emocionante. Durante la parte cómica se rieron y en la despedida la gente del Teatro de Verano, el templo de dios momo, nos despidió de pie.

- ¿Con esto ya se paga todo lo que hayan hecho?

- Estamos chochos, estamos gordos, gordos de felicidad. Teníamos hambre de carnaval y nos vamos empachados en el buen sentido de la palabra.