Vicecampeona de 2008, la Salgueiro se impuso en un emocionante final con 399 puntos contra 398 de Beija Flor, detentora de los dos últimos títulos, con lo cual volvió al lugar más alto del podio que no alcanzaba desde 1993.

Sus seguidores, enfervorizados con la vuelta al título, habían abarrotado desde temprano la sede en el Morro de Salgueiro, en el barrio de Tijuca (zona norte), para ver por pantalla gigante el proceso de votación que se celebraba por la tarde (local) en el Sambódromo.

"¡No es fácil no, llegó la hora de gritar 'es campeona'!", exclamaron a coro miles de simpatizantes apiñados en la sede al conocer el veredicto, en paralelo al festejo de sus representantes en el Sambódromo.

Los nervios estuvieron a flor de piel mientras los jurados evaluaban en diez categorías (incluidas vestimentas, percusión y armonía) lo exhibido por las 12 principales escuelas que desfilaron del domingo al martes de madrugada.

La directiva de Salgueiro había organizado una fiesta con música en vivo y compró 3.000 cajas de latas de cerveza para la ocasión.

Además, fueron cerradas algunas calles de esta área norteña carioca, uno de los principales escenarios de la violencia endémica que afronta Rio de Janeiro.

Al son de históricos sambas de la escola, la muchedumbre no paraba de saltar y corear el "¡Es campeona, es campeona!", mientras agitaba banderas rojiblancas, camisetas de clubes de fútbol como Flamengo o Vasco da Gama, sombrillas, carteles diversos y hasta una muñeca inflable tamaño natural.

"Yo ya 'salbía'", rezaba un cartel exhibido por un fanático en medio de la multitud, manifestando un presagio que hacía juego con el nombre de la escuela.

La presidenta de Salgueiro, Regina Duran, se desahogó pasados los nervios: "Es una gran victoria, la precisábamos....".

El arribo del trofeo y de la reina de la batería (percusión), la bella modelo Viviane Araújo, a la sede de Salgueiro, pusieron en éxtasis a los presentes mientras bailaban al son de "Tambor", el samba enredo (tema desarrollado) de esta edición. Araújo se lesionó un hombro durante su desfile pero continuó firme hasta el final.

"Es una victoria irrefutable y una emoción indescriptible", dijo Melquisedeque 'Quinho' Marins, de 51 años, un ex feriante e intérprete del pegadizo samba "Tambor".

Tambor", que porta sobre la influencia del instrumento a lo largo de la historia de la humanidad, fue el segundo show desplegado el lunes por 4.100 personas que desfilaron en 36 alas junto a ocho carros que mostraban tambores de diferentes tamaños y tipos.