Dodera: juego y experimento
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En la Casa Municipal de la Cultura se estrenó el nuevo espectáculo de María Dodera, Los Macbeth's, una versión libre de la tragedia de William Shakespeare con la dramaturgia de Marina Custelli.
Por Nicolás Batalla, de Espectador.com
En esta oportunidad la dramaturga María Dodera reincide en varios aspectos característicos de su obra: el trabajo en espacios no convencionales, el abordaje de un clásico para resignificarlo a través de una estética moderna y el empleo de la "dramaturgia del actor" como la metodología apropiada para enriquecer los textos que representa. Una serie de pasos sobre los que sigue sustentando propuestas originales y que le brindan margen para la experimentación.
- En la pasada Feria del libro en Buenos Aires, estuvo el dramaturgo y novelista sueco Henning Mankell, creador del Inspector Wallander. Allí fue consultado sobre cuál es su policial favorito y respondió, justamente, La tragedia de Macbeth. ¿Aparece algo de eso en su puesta en escena?
- Tiene algo de policial, inclusive a mí me hizo pensar en Agatha Christie, en algunos momentos...puede llegar a tener algo de policial o de Tarantino... no sé si lo definiría como tal, pero tiene reminiscencias.
- ¿Y si tuviera que encasillarla?
- En este caso, es un drama hiperrealista, tiene sus toques humorísticos pero es un drama hiperrealista.
- La "dramaturgia del actor"...
- La "dramaturgia del actor" se basa en juegos teatrales que yo hago de improvisación apoyada en un encuadre de (Javier) Daulte, un teórico y director argentino. Planteo reglas claras y objetivos claros con la matriz lingüística que es el texto de Shakespeare. Juegos de improvisación. Los actores improvisan, escriben según una escritura automática y todo ese material se lo lleva la dramaturga. La dramaturga hace desde su poética una versión y va transformando la matriz lingüística original y todos (los actores, yo e inclusive los técnicos si están) vamos aportando y así, día a día, va surgiendo lo que se llama el "guión para la repetición". Al día siguiente se toma ese guión como punto cero y se hace el mismo proceso hasta llegar a un tope. El texto espectacular, se escribe el último día con la totalidad de los signos semióticos (como luces y los diferentes lenguajes); pero el texto dramático, la matriz lingüística textual, termina a los 6 meses, en los cuales tuve un guión para la repetición cada día distinto.
- No es la primera vez en el que trabaja ni con la dramaturgia del actor ni con Marina Custelli...
- Con la dramaturgia del actor hemos estado trabajando mucho con Gabriel Peveroni, que hicimos Berlín, Exterminio y ya habíamos empezado en Groenlandia. Con María Custelli ya había trabajado anteriormente. En el 93 hicimos Electra, de Sófocles, que ahí sí fue una dramaturgia de ella (sin la dramaturgia del actor) y Zaratustra, en la cual adoptó todo su compendio filosófico e hizo un texto dramático. Es un encuentro muy lindo.
- ¿Cuáles son los aspectos interesantes que encuentra en esta metodología que la invitan a seguir trabajando con ella?
- La dramaturgia del actor es como otro tejido aparte de la matriz lingüística. El actor aporta una visión más subjetiva desde su personaje y desde la historia. Entonces son como diferentes tejidos que se superponen y que enriquecen el texto dramático. A la vez lo disparan para otros lugares y por eso es una versión totalmente libre, pero siempre está diseccionado y tiene la base shakesperiana porque de ahí partimos.
- ¿Cuál es esa base shakesperiana que va a encontrar quien vaya a verla teniendo presente el texto clásico?
- El hilo conductor, la historia, está versionada. Es la señora Macbeth, el señor Macbeth, un mayordomo y la niña que nunca puede dormir, que es como el fantasma. Las Brujas no están, es decir que el aspecto de la superstición, el aspecto sobrenatural está muy presente en la pieza teatral, pero no están las Brujas como personaje. Sí están presentes a través de las voces del coro Upsala. Están presentes entonces en la comunicación con los personajes. Shakespeare está en el carácter de los personajes, en el de Macbeth y en la historia. Y en el signo trágico también. Lo van a ver, lo van a visualizar en una forma moderna y desarticulada. Está el olor a Shakespeare y está el clima, está el tono. Tu entras a esa casa (hay 8 escenografías) y está toda intervenida por el escenógrafo César Rodríguez Ávila que fue quien hizo Berlín e hizo el Hueco. También apoyó con unas luces muy buenas Martín Rodríguez y un vestuario muy lindo de Florencia Rivas. Y ahí está la tonalidad shakesperiana, porque hacemos una mezcla moderna con la época victoriana.
- En relación a las cuestiones en las que se concentraron, ¿se mantienen los temas shakesperianos como la traición?
- Se mantiene el tema de la traición, el poder, la avaricia y la necesidad de insumos narcisistas que tiene el hombre en esta sociedad para ser querido; para ser, para creer. Esos insumos que te hacen poderoso, a la vez son tan frágiles que te llevan al vacío y a la nada. Todos los personajes también tienen de Shakespeare la humanidad. Shakespeare hace los personajes con la mirada muy humana.
- Hace un par de meses estrenó otra obra que trabaja de manera no convencional sobre un texto de Shakespeare, "Las Julietas" de Marianella Morena. Por lo visto, esta propuesta va por otro lado.
- Aún no he visto la de Marianella. Tengo muchas ganas, pero hace siete meses que estoy encerrada adentro de la casa...
- A propósito de eso, ¿cómo le vino el espacio? Está acostumbrada a trabajar en espacios no convencionales...
- Si, he trabajado desde en la Torre de Antel, hasta la Sala de los Pasos Perdidos en el Palacio Legislativo. Plazas... playas... el subte del Entrevero. En Porto Alegre trabajamos en fábricas, en palacios (un proyecto en España), en castillos (Pittamiglio). Me fascina.
- Eso es algo que lo comparte con algunos dramaturgos de su generación como con Roberto Suárez. ¿Se visualiza dentro de un grupo, como con Cesar Troncoso, Marianella Morena, Sergio y Rosana Blanco?
- Las generaciones de hoy en día, los jóvenes, tienen más conciencia de ella. Nosotros como que lo teníamos a nivel de subtexto. Siempre sentí la pertenencia a un grupo de creadores que me interesaban como son estas personas que me nombras y tal vez me olvide de otros, pero siempre te obligabas a seguir avanzando en tus propuestas.
- Como ve desde ese lugar que ocupa hoy, a 18 años de haber obtenido el Florencio Revelación a la dirección, el momento que atraviesa el teatro uruguayo.
- Hay muchas cosas buenas. Al teatro uruguayo siempre lo valoré muchísimo y lo tenemos que valorar más. Yo he tenido mucha suerte y he tenido mucha experiencia afuera y siempre me sirvió para visualizar los grandes valores que hay acá. Los grandes creadores. Hay mucha diversidad pero eso también está bueno. Y como el arte pertenece a lo subjetivo, hay cosas que te gustan o no, que te identifican o no. Evidentemente el grupo que vos me nombras, es un grupo con el que nos identificamos más, y en esa generación de los 90 hay un grupo que miramos siempre para ese lado... También está Sergio Blanco que ahora no está en el país pero hizo esto en el castillo...
- Él también trabajó con Macbeth. ¿Esta es una propuesta diferente o hay similitudes por esa perspectiva generacional?
- Es una pregunta compleja, el público lo va a ver y cada uno entenderá si tiene parecidos o no. Tiene cosas iguales: que son lugares no convencionales, el texto, que está el olor, la tonalidad. Pero yo, por ejemplo, me basé mucho en lo lúdico, en el vínculo comunicacional entre el espectador y los personajes en el cuál se le presenta un juego y una convención. De esa convención arranca y es como un juego de casilleros y el que entra, entra, y si no, te podés quedar afuera... eso fue una apuesta mía.
- ¿Es la primera vez que la aborda?
- No, es algo que me está gustando mucho y lo estoy investigando...el público y los juegos... El público y los juegos en la comunicación de lo teatral.
Ficha de la obra:
Estreno para el público: 6 de junio
Lugar: Casa Municipal de la cultura, Lucas Obes 897
Funciones: Viernes 21.30 horas. Sábados 19.30 y 21.30. Domingos 21.30 horas
Elenco: Nadia Navarro, Adrián Prego, Nicolás Suárez, Rosana Rey.
Dirección: María Dodera