Atractiva obra infantil
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Este domingo estrena en Nuevo Arteatro, bajo la dirección de Laura Echenique, la obra infantil "El día en que el día se hizo noche", el debut como dramaturgo de José Alberto Díaz.
Por Nicolás Batalla, de Espectador.com
"El día en que el día se hizo noche" es la historia de Noctámbulo, un personaje que no puede dormir por las noches y en vano intenta de todo para cambiar esa realidad que le molesta. Entre sus múltiples fracasos, se cuenta la fabricación de un súper imán con el que pretendía atraer a la luna, provocar un eclipse y confundir así al resto de las personas sobre cuándo estaba sucediendo el día y cuándo la noche. Tras su última frustración escuchó en la radio un aviso de un tal Señor de Todo y lo Contrario que le ofrece acceder a su pedido de acabar con el día a cambio de un pago y una prueba. Una vez acontecido el pacto, el día queda en las tinieblas y una detective en compañía de su ayudante intentará devolver todo a la normalidad.
Esta trama policial es el nuevo espectáculo infantil que llega a la cartelera montevideana con la dirección de Laura Echenique (Premio Florencio a la mejor actriz en 2007) en base al guión de José Alberto Díaz, en su primera incursión en la dramaturgia.
El autor proviene de la literatura fantástica y su obra se remite principalmente a relatos cortos dentro de ese género. Una de las motivaciones para entrar al mundo del teatro llegó, al margen de su inclinación por la literatura, por su condición de padre. Cuando lo explica parece claro cómo a través de sus experiencias ha elaborado un precario marco teórico a partir del cual intuitivamente coloca a la diversión como el eje central que debe mover a todo espectáculo. Esa diversión podría tener un carácter "simplista" o "complejo", según explicó. "Tengo dos hijos y uno de ellos tiene siete años. Hace tres o cuatro que los llevo al teatro en vacaciones de julio y por lo general (sin despreciar las propuestas en particular) salía con ganas de más... de que no los subestimaran tanto, de que no fuera algo muy simple. De que tuviera una trama interesante, de que hubiese tensión, de que estuvieran atrapados en esa magia del teatro", contó a Espectador.com antes de entrar de lleno en su teoría acerca de la diversión compleja.
"Este tipo de diversión que planteo es una diversión compleja porque maneja momentos de tensión, momentos de amargura, de éxtasis, frustración, reflexión... Vos te estás divirtiendo igual viendo como se resuelve eso pero con climas distintos. No es una cosa que es "pum" para arriba todo el tiempo, cantemos una canción y se terminó. Acá hay toda una trama atrás que me parece interesante. Cuando la escribí, la pensé con el respeto, el formato y el rigor de una obra para adultos. El teatro para niños, por lo que he visto (salvo excepciones) es un mensaje directo, una reflexión sobre un tema y alguna cancioncita que la acompañe. Yo lo que quise hacer fue una obra de teatro de verdad: un principio, un desarrollo, un desenlace y un final, lo más creativos que se pudiese", dijo.
En este sentido, Díaz se propuso romper con muchas de las fórmulas que convencionalmente utilizan las obras infantiles, como por ejemplo, el abuso de las canciones. "Esta obra tiene una sola, simple y directa, básicamente un rock and roll, que para los chiquilines también está bueno" adelantó.
El día en que el día se hizo noche se promociona como "una obra de teatro para chicos no tan chicos y grandes no tan grandes". Esta intención trajo desafíos importantes para el dramaturgo, en relación a qué decir y cuánto contar a sus espectadores. "Los deseos, la frustración, la cuestión de que el cambio está en uno y no en los demás; hay un montón de temas que se tratan acá, pero ninguno dicho como un título. El mensaje va de la mano de la acción y del discurso, no está explícito. Lo saca el que quiera, está en el diálogo. Qué decir y no decir, fue un desafío interesante porque era una oportunidad para expresarme, para decirle a los chiquilines lo que no les dicen en otros lados y para decirlo de otra forma. A mi lo que me interesó mucho siempre en esta obra y en todo, es crear climas. Crear un clima de tensión en un niño, es un asunto interesante porque hay que manejar esa ansiedad, ese momento de descubrimiento en el que hay misterio y curiosidad. La parte del humor me parece crucial y se dibuja por todos lados. Por supuesto que mandé un par de mensajes para los grandes no tan grandes", avisó.
La llegada a la dramaturgia de Díaz desde la literatura fantástica tiene un sentido. Su narrativa se vio enriquecida al escribir desde el punto de vista del personaje. Ese aspecto se transluce desde la complejidad de los seres que cobran vida a través de su escritura y en el final de la obra, que no necesariamente termina en un "y fueron felices por siempre". "Él (Noctámbulo) no resolvió muy bien muchos temas. Lo gobernó la impotencia y la frustración. Es muy pasional pero claro, esa pasión mezclada con la frustración lo llevó al egoísmo y yo no sé si va a entender lo que le pasó. En una parte de la obra, en la última escena, la detective (que es un personaje muy reflexivo, muy mental) le explica un poco cuál es su error, pero esa amargura que tuvo siempre, mezclada con la soledad que implica la exclusión, lo encegueció. Aunque a los demás les cambie toda la vida, a él no le importa que los panaderos en vez de abrir la panadería a las cinco de la mañana la tengan que abrir a las cinco de la tarde, que los gallos canten a la tarde o que los patos no vean lo que pescaron. Solo quiere eso. Él es el dueño de esa opción. Eso es lo que tiene enfrente: su desafío y su oportunidad. Yo no sé si él va a aprender de esto, capaz que el año que viene aún no aprendió y sigue en la misma", explicó.
En este sentido, quienes vayan a ver la obra deben tener presente que se enfrentan a una espectáculo del cuál no conoceremos su resolución definitiva. "Tengo una historia que continúa a ésta, sé como sigue y qué puede pasar. Pero también me gustaría hacer otra cosa, desafiarlos más todavía. Acostumbrarlos a que en vacaciones de julio tengan una propuesta interesante para ver. Es como cuando Pixar saca una película, sabes que va a estar buena porque la piensan. Es una forma de decir las cosas y de proponer una cuestión artística. Un desafío hacia el interés, una provocación a la curiosidad y un estímulo a la imaginación", concluyó.
Ficha técnica de la obra:
Lugar: Nuevo Arteatro (Canelones 1136)
Estreno: Domingo 21 de junio
Funciones: Sábados y Domingos 15.00 horas
Elenco: Gustavo Suárez, Patricia Vinik, Gastón Torello, Silvana D´Alessandro, Amparo Testagrosa
(Lea la cartelera de Teatro)