Cultura

Desde Rusia con humor

Desde Rusia con humor

Este sábado la Comedia Nacional estrena "El Suicidado", una obra del escritor y dramaturgo ruso Nicolai Erdman, cuya versión y dirección estuvo a cargo Imilce Viñas.

Por Nicolás Batalla, de Espectador.com

Si bien el texto data de 1928, habrá que esperar a 1982 para que El Suicidado pueda ser representado en la URSS. Es que ese mismo año la obra fue prohibida por el Repertkom (departamento encargado de la censura teatral). En los primeros tiempos, la revolución soviética intentó utilizar el teatro con fines proselitistas e impulsó nuevos modos de experimentación dramática que se vincularían a la larga tradición del género en el pueblo ruso.  Eran los tiempos de Konstantín Stanislavski y de Vsévolod Meyerhold, en que la Unión Soviética lideraba la vanguardia teatral del mundo. 

Sin embargo en 1928, el panorama ya había comenzado a cambiar. Los comités controlaban y eliminaban cualquier tendencia sospechosa que se encontrara en las artes y muchos artistas comenzaron a ser silenciados por el régimen. Fue en ese contexto que Nicolai Erdman (1902 -1970) presentó el Suicidado y la obra fue prohibida por tratarse de una "pieza vacía y perjudicial". Pocos años después el escritor sería arrestado por escribir un poema satírico sobre Stalin.

En una Rusia muy similar a esa, pero perteneciente al mundo de la ficción, vive Simón Podsekalnikov, quien en 1928 se encuentra desocupado a la espera de los beneficios de la revolución que no llegan. Vive en Moscú, en un apartamento comunitario con su mujer y su suegra. Una noche, discute con la primera tras despertarla en un antojo repentino por comerse un salchichón y desaparece bruscamente. Aterrada por la hipótesis de que haya salido para suicidarse, su esposa alerta a los vecinos quienes comienzan a especular con los beneficios que podrían conseguir para sí, con su autoeliminación.

La encargada de llevar esta historia a los escenarios montevideanos de la mano del elenco de la Comedia Nacional, será Imilce Viñas, quién consideró a Erdman como "un hombre muy inteligente que supo ver la realidad de su país desde el punto de vista político y lo demuestra en su obra". Dicha traducción cobra vida en un vodevil "ligeramente desfasado de la realidad"; licencia artista que seguramente no convenció a los inspectores del Partido Comunista.

Entre sus valores, Viñas entiende que es una pieza "con un fondo importante porque permite salir del teatro discutiendo de cosas que pasaron ahí, sobre un momento de la historia muy importante". "Van 10 años de la Revolución soviética y todavía hay desorden, desempleo, no se comenzaron a construir casas... (La obra) te plantea todas esas cosas y también cómo hay gente que prefiere que le resuelvan los problemas los demás, sin animarse a solucionarlos por ellos mismos", explicó la directora.

De todos modos, Viñas aclaró que no buscó utilizar el espectáculo para expresarse sobre el presente. "La obra ocurre en un momento histórico de otro país y lo que resulta actual es el tratamiento que Erdman hace de los personajes: la relación del ser humano con el trabajo y con la vida: cómo el hombre defiende su vida y cómo toma conciencia de que es lo realmente importante. No le estoy buscando un paralelo con nada de aquí, (aunque) el paralelo está en ese amor por la vida que siente el personaje y que lo va descubriendo a lo largo de la obra" adelantó.

Su interés por el texto estuvo vinculado principalmente a la dramaturgia del ruso, a la forma en que este va construyendo la historia y cómo juega con los estados de ánimo de los personajes. Además, la obra cumple un requisito fundamental para convencer a Viñas de trabajar sobre ella y es la cantidad de actores en escena que requiere el espectáculo (18).  Ese es el tipo de desafío artístico que le gusta enfrentar como directora. De hecho, reconoció que es esta preferencia la que la lleva a no trabajar con dramaturgos uruguayos: "en general no hago autores nacionales, no porque no me guste como escriben, sino porque lo hacen para muy pocas personas. A mi me gustan los espectáculos grandes, donde hay mucha gente y que transcurren en otra época", contó.

Ésta es la primera vez que la artista dirige al elenco de la Comedia Nacional. Su experiencia en el teatro independiente donde los directores además de la dirección de los espectáculos deben enfrentar su producción, le volvió la tarea más cómoda. El proceso de montaje de la obra duró en el entorno de dos meses y medio,  en el cual, "con calma", fueron compartiendo opiniones sobe cómo veían a cada personaje. "No acostumbro, por mi formación y por mi edad, a hacer trabajos de improvisación. Hago un análisis del texto y cuando voy a trabajar, prácticamente tengo en la cabeza cómo va a ser el espectáculo. Ellos se adaptaron", contó Viñas que valoró el profesionalismo de los nuevos integrantes del elenco (Leandro Núñez, Diego Arbelo y Jimena Pérez) y su disposición para adaptarse a su forma de trabajo   

Sin duda uno de los fuertes del espectáculo (y que caracterizaron a Erdman en su breve pasaje por la dramaturgia) será el humor. Las crónicas de 1925, sobre su obra anterior "El Mandato", describían que los espectadores se reían más de 350 veces durante cada función.  "Es un vodevil muy divertido con situaciones muy descacharrantes por momentos. Un autor imprescindible, fantástico" aseguró Viñas.

Ficha de la obra

Estreno: sábado 4 de julio
Lugar: Teatro Solís.
Funciones: Jueves, viernes, sábados 21 horas. Domingos 19 horas (Funciones del domingo 5 y domingo 12 cambian la hora para las 20:00)
Elenco: Leandro Núñez, Jimena Pérez, Isabel Legarra, Pepe Vázquez, Oscar Serra, Diego Arbelo, Juan Worobiov, Cristina Machado, Elisa Contreras, Claudia Rossi, Jorge Bolani, Daniel Spinno Lara, Pablo Varrailhon, Fabricio Galbiati, Miguel Pinto, Andrea Davidovics, Alejandra Wolf y Filomena Gentile (actriz invitada).