Ensaya concierto
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Juanes ensaya con otros 14 artistas extranjeros y cubanos su controvertido concierto del domingo en la Plaza de la Revolución, con el que busca bajar la confrontación entre Cuba y Estados Unidos.
"En Miami hay mucho dolor y en parte estamos aquí por eso, no quisiéramos que eso (la separación entre cubanos) fuera parte del futuro. Este concierto es un gesto de paz, es una manera de empezar a tejer lazos de unión", dijo Juanes la noche del viernes, en una conferencia de los músicos al llegar a La Habana.
El concierto, segundo tras uno en la frontera entre Colombia y Venezuela el año pasado, concitó las iras del sector más radical del exilio cubano en Miami -donde vive Juanes-, que incluso llegaron a amenazas de muerte.
"Ha sido un camino no muy fácil, bastantes tropiezos, pero yo creo que todos hemos logrado vencer el miedo y hemos llegado hasta aquí hoy", afirmó el colombiano.
Constructores, técnicos y sonidistas retocaban el escenario en la Plaza de la Revolución, donde se esperan unas 600.000 personas, vestidas de blanco en señal de paz como pidió Juanes y a quienes los medios locales piden llevar agua, gorras, sombrillas y caramelos por el fuerte sol de la tarde.
"Lo más bonito de este evento es que todos los que estaremos el domingo hemos dejado a un lado nuestros pensamientos, ideologías y religiones y estamos unidos porque creemos que la paz es importante", dijo Juanes, promotor de la iniciativa.
Juanes, los españoles Miguel Bosé y Víctor Manuel, el italiano Jovanotti, el ecuatoriano Juan Fernando Velasco, los miembros del grupo cubano Orishas y otros músicos fueron a la Plaza y valoraron el escenario como "muy bueno".
"Creo que no vamos a tener represalias por parte de nadie, podemos tener desacuerdos, tener confrontamientos por parte de la gente, pero represalias no. Lo que van a ver el domingo es una enorme fiesta, es un concierto muy esperado", dijo Bosé.
El artista español estimó que "venir a cantarle a la gente en Cuba es un gesto muy claro de solidaridad y de paso adelante", mientras Juanes dijo ver el concierto como "un granito de arena más en este proceso de mejorar las relaciones a través del arte", según publica AFP.
Más de 160 periodistas extranjeros llegaron atraídos por la polémica y varios canales de televisión y sitios de internet transmitirán en vivo el concierto, que como ingrediente fundamental tiene la Plaza de la Revolución, tribuna política de la isla.
El ministro de Cultura, Abel Prieto, estimó que el concierto es un "golpe" a la intolerancia y que el hecho de que canten en Cuba "no quiere decir para nada que ellos comparten nuestras ideas".
Para quitar el matiz político, el fondo será la Biblioteca Nacional, como se hizo con la histórica misa de Juan Pablo II en enero de 1998 en la Plaza de la Revolución.
Foto: www.flickr.com