La pieza del error

Este fin de semana estrena Ararat, la nueva puesta en escena de la Comedia Nacional. Un texto de Santiago Sanguinetti, con la dirección de Alberto Rivero.
Con 24 años, el actor, director y dramaturgo Santiago Sanguinetti pasa un momento dulce en el teatro. Actualmente está en la cartelera con Las Julietas y Fuga de Ángeles (que él mismo escribió), prepara la vuelta de Gatomaquia y hasta editó un libro, Dramaturgia imprecisa. Este fin de semana suma otro mérito: el elenco de la Comedia Nacional, dirigido por Alberto Rivero, estrena una de sus obras.
En Ararat, hace cuatro años que llueve torrencialmente. Nuevamente la humanidad se ve obligada a la construcción de un arca para conseguir salvarse. Allí, solo podrán entrar parejas. Pero no cualquier pareja. Sino parejas fieles, de "amor probado", capaces de instaurar sobre la tierra una nueva época de purismo. Sólo así se podrá salvar la humanidad. O, al menos, esa es la idea.
Esta es la excusa de la que se sirve Sanguinetti para plantear algunos de los grandes temas de la humanidad: la religión, la fe, el amor y el miedo a la muerte.
- ¿Cuál es la historia de Ararat?
- Ararat cuenta la historia de las parejas que no van a entrar al arca. De las parejas que son absolutamente disfuncionales y que responden a un estado del alma propio de 4 años de lluvia. Están todos buscando desesperadamente la salvación. Buscando pareja, porque solo pueden entrar acompañados. Muchas de las personas que están en la obra son personajes solitarios, entonces arranca la obra y empiezan a buscar a alguien.
Esa lluvia además, borra la memoria. Estos son elementos mágicos que permanentemente se van introduciendo en la obra. La lluvia durante cuatro años, cuatro meses y 19 días. Eso responde a 40 por 40, que son los 40 días que llovió en el Génesis, multiplicado por 40 y eso dio los 1600 días de lluvia permanente. El segundo elemento mágico, es que esa lluvia borra la memoria. Y toda la gente se olvida de todo lo que acaba de pasar. La idea es esa: parejas buscando desesperadamente un lugar para sobrevivir. El estado al que se llega es de animalidad absoluta. En ese sentido, Ararat busca volver a los orígenes de la esencia humana. La competencia más feroz para sobrevivir, refleja también el mundo que se vive día a día.
- ¿Cuál es ese concepto de "purismo" pretendido en las parejas que sí pueden entrar al arca?
- Va a ser la Iglesia, ni más ni menos, la que elija a las parejas. La historia está inspirada en el Génesis bíblico y hay quien dice que en las épocas de mayor vuelta hacia el polo conservador, se vuelve a lo religioso. En este sentido, yo afirmo (en un artículo que escribí para la Comedia Nacional) que esta "es la pieza del error". En la que nos volcamos hacia eso (el polo conservador) y nos equivocamos, no significa que sea didáctico, simplemente es una visión. Se salvan los seres que son absolutamente puros, que en definitiva no existen. Esa también es la idea que está de fondo en toda la obra.
- La idea de fondo... Apocalipsis, miedo a la muerte, la pareja y el amor, y vos agregas el tema de la memoria que también parece merecer un capítulo aparte. ¿Cómo fuiste armando la obra para ir pasando por todos esos temas que querías abordar?
- Los temas se fueron dando, más a posteriori que a priori. Nunca me propuse escribir una obra sobre la memoria. Simplemente en un momento apareció y lo necesité. Cuando terminé la obra, me di cuenta de que estaba hablando sobre la revolución rusa, el deseo desesperado de vivir (en ese sentido Ararat es una obra muy vitalista), en el temor desesperado de la muerte. Estaba hablando de la religión, del Apocalipsis, pero no a priori. No me dije "voy a hablar de todo esto". Lo mismo que la memoria y el olvido.
- Y en ese primer impulso de la pluma... ¿qué buscabas?
- El primer trazo de la pluma fue el título. Creo que todo vino a partir de ahí. No me acuerdo qué estaba mirando pero de repente veo algo que se llama Ararat y me encantó el título. Ahí repasé el Génesis en la Biblia y empecé a imaginar quiénes podrían ser los personajes de esto. Y apareció una película... y dije bueno, acá tengo que cortar este clima que viene pesado con algo que no sea tan pesado como lo que se acaba de vivir... una película que hable sobre el agua y la posible construcción de un barco ¡El Acorazado Potenkim! (que había visto hace poquito) y ahí apareció Rusia. Una línea me fue llevando a otra....
- ¿En qué te aporta y en qué te limita trabajar sobre las intertextualidades con un tema bíblico?
- Aporta mucho en el sentido de que uno ya cuenta con una estructura. Por ejemplo, todos los títulos de las escenas (esto el espectador no lo ve, pero sí quien lea la obra) están vinculados de alguna manera al Arca de Noe. La Bilbia, junto con todo el pensamiento griego, fundaron las bases de nuestro pensamiento occidental. Ahí ya supe que me iba a meter con los grandes temas, pero no porque fueran grandes temas de por sí, sino porque son los temas que nos construyeron como hombres occidentales: Grecia y La Biblia. En realidad, a Grecia la dejé un poco de lado, aunque vino después con la segunda parte de la obra que ya está escrita y que habla de una época de sequía, ahí ya me metí con el tema de la moral...
Yo comentaba con "Coco" (Alberto Rivero) que el pensamiento religioso occidental debe ser de los más frustrantes para el hombre, porque la Iglesia Católica sometió como a una especie de descreimiento general al hombre de esta parte del mundo y no sucede lo mismo con otras religiones. La fe en el hombre es muy importante, es una parte del pensamiento que no puede estar ausente de cada uno de nosotros y yo siento que hoy eso está faltando. En esta segunda parte de la obra, se habla permanentemente de los huérfanos de fe. Nos robaron la fe, y nos robaron la posibilidad de creer en algo más. Más allá de creer si existe un dios o no.
- Algo que comentabas en el artículo que escribiste para la Comedia Nacional a propósito de la obra, era que esta historia, al igual que todas las demás, está impulsada por el enfrentamiento entre el amor y el miedo a la muerte... ¿Cómo está concebido esto en Ararat?
- En cada uno de lo personajes. Uno siempre tiene que tener el modelo de Shakespeare. Una de las cosas más importantes que hay en él, es que el bien y el mal luchan en cada uno de los hombres por partes iguales. Lo interesante de Shakespeare, a veces, no es tanto la historia en sí, sino ver el conflicto dentro del personaje. Por eso siempre elige personajes encumbrados. En esa manera que tiene de ver la realidad que es como una pirámide, abajo están los campesinos y los más poderosos en la punta. Cuando esos reyes o poderosos se dejan vencer por el mal, las repercusiones de lo que hacen se dejan sentir en toda la pirámide. Me quedo con ese concepto, el bien y el mal luchando en la mente de los hombres y no juzgar a los personajes. En Ararat hay personajes terribles, odiosos y sin embargo, terminan dando lástima. Uno se compadece y hasta se puede sentir identificado.
- El otro concepto que aparece en el artículo es el de "siempre se sobrevive". ¿Cómo planteaste eso? ¿Qué correspondencia tiene esto con el mundo real?
- Ya te vas a enterar cómo se sobrevive... no te quiero decir que siempre gana el más fuerte porque termino siendo nietzscheano al palo. Si bien tengo mucha influencia de él porque me resulta muy atractivo en la lectura, no hay que olvidar además que Nietzsche era además un fuerte vitalista. Creo que va en ese sentido, la vida ante todo. Siempre se busca la manera de sobrevivir y esa manera depende de nosotros y nadie más.
- Al comienzo decías que no crees en el teatro pedagógico. A propósito de esto ya habías afirmado que "no podemos darnos el lujo de que la gente abandone la sala sin conmoverse". ¿Para vos cual es el fin último del teatro?
- Es eso. Está dicho en el prólogo de la obra. La gente debe sentir la necesidad de ir al teatro. El teatro se debe sentir como una necesidad. No debería perder nunca el fin con el que nació. Esa búsqueda de la catarsis, de alimentar a través del sufrimiento o del goce de quién se ve en escena. Y en ese sentido creo que los actores hacen grandes sacrificios en cada noche. Y esto requiere mucha honestidad. Lo vinculo con lo que decíamos antes, el teatro no debe revelar las verdades a priori, deben nacer a posteriori. Sino, es teatro muerto. Yo creo que nadie tiene, o al menos yo no tengo, ninguna verdad iluminada. El teatro pedagógico, siempre esconde la idea de un dramaturgo, un director o un actor iluminado. Un tipo que ve algo mejor que uno y te lo trata de enseñar. Yo creo que no es eso lo que hay que tratar de hacer.
Ficha de la obra:
Estreno: 25 de setiembre
Lugar: Sala Zavala Muniz, Teatro Solís
Funciones: viernes y sábados a las 21 horas y domingos a las 19 horas
Entradas: $80
Autor: Santiago Sanguinetti
Dirección: Alberto Rivero
Elenco: Jorge Bolani, Lucio Hernández, Catherina Pascale, Jimena Pérez, Claudia Rossi, Alejandra Wolff, Juan Worobiov y Florencia Zabaleta
(Fotografía: s/d Comedia Nacional)