Cultura

Víctima quiere dar vuelta la página

Víctima quiere dar vuelta la página

Samantha Geimer, la adolescente con la que Roman Polanski tuvo "relaciones sexuales ilegales" en 1977, es hoy una madre de familia de 45 años que pidió a la justicia estadounidense que abandone el proceso contra el cineasta para que "se cierre este capítulo".

En el momento de los hechos, Samantha Geimer era una adolescente de 13 años.

Durante su testimonio ante un gran jurado reunido para juzgar los hechos de 1977, la joven contó que en marzo de ese año Roman Polanski le había preguntado a su madre si podía hacer una sesión de fotos con Samantha en la mansión del actor Jack Nicholson, situada en el barrio de Holywood Hills.

Cuando la adolescente llegó a la casa de Nicholson, Polanski le dio champaña y drogas, explicó Geimer al gran jurado.

Le tomó fotos desnuda en un baño y luego, a pesar de la resistencia que opuso, Polanski logró forzarla a tener una relación sexual, siempre según el testimonio que ella dio ante la justicia.

"Yo decía 'no, no. No quiero ir (a la habitación). No quiero hacerlo. No'", contó Geimer en una entrevista de 2003.

"Estábamos solos y no sabía lo que pasaría si me venía una crisis. Pero tras haber resistido, pensé, bueno, podría volver a casa después de esto", agregó en la misma entrevista.

Detenido tras la demanda de los padres de Samantha, el cineasta, entonces de 43 años, se declaró culpable de mantener "relaciones sexuales ilegales" y pasó un mes y medio en la cárcel. A fines de 1978 y con la amenaza de volver tras las rejas, Polanski se fugó a Francia, donde vivió desde entonces.

Geimer expresó en numerosas oportunidades el asco que sintió cuando tuvo que contar los hechos a la Policía y luego a la Justicia.

Abandonó Los Angeles y en los años 80 se fue a Hawai, donde se casó y crió a sus tres hijos, lejos de la celebridad que adquirió a su pesar.

En enero de este año, sin embargo, se decidió a presentar ante la justicia de Los Angeles un pedido para que se abandonara su anterior demanda contra Roman Polanski.

Explicó que la insistencia con la que los tribunales de la ciudad exigían el retorno del director de cine a Estados Unidos era una "broma de mal gusto" cuya principal perjudicada era ella misma.

A ello se agrega la cólera que siente cada vez que la justicia vuelve a sacar su testimonio durante las audiencias públicas relativas al caso.

"He sobrevivido, he superado incluso (esa prueba) y curado todas las heridas que pudo provocarme Polanski cuando era una niña", dijo, agregando que es tiempo de que "este capítulo se cierre".

Las autoridades suizas esperan un pedido oficial de Estados Unidos para extraditar a Polanski, detenido el sábado a la noche al llegar a Suiza, indicó el domingo a la AFP una vocera del ministerio de Justicia.