El 10 de marzo de 1977 Polanski, que en aquel momento tenía 43 años, tuvo sexo con Samantha Geimer, de 13, al margen de una sesión de fotografías en la casa del actor Jack Nicholson en Los Angeles.

La adolescente declaró en aquel entonces ante un jurado -a cuyo informe accedió el diario Los Angeles Times- que Polanski le había hecho beber champagne, consumir drogas y que ella intentó sin éxito resistir a sus avances.

Quince días después de los hechos, Polanski fue acusado de suministro de sustancias reguladas a una menor, actos lacivos a una menor de 14 años, relaciones sexuales ilegales, violación a través del uso de drogas, perversión y sodomía, según el artículo de Los Angeles Times.

Pero tres meses después se negoció un acuerdo con el fiscal, dado que la familia Geimer quería evitarle a la joven el trauma de un largo proceso público.

Polanski, que hasta ese momento se había declarado inocente ('no culpable', en términos de la justicia estadounidense), cambia de estrategia y se declara culpable del cargo de "relaciones sexuales ilegales". Mientras, los demás cargos fueron abandonados.

El 19 de agosto, el juez ordena tres meses de detención para Polanski a efectos de que se le realicen "exámenes mentales", tras lo cual deberá decidirse una sentencia definitiva.

En ese momento se acordó una prórroga para terminar la filmación de una película.

El 17 de diciembre de 1977 el cineasta es encarcelado en la cárcel-hospital Chino, cerca de Los Angeles, de donde es liberado 42 días después.

Mientras espera su sentencia, Polanski se entera de que el juez evalúa la posibilidad de condenarlo a 50 años de cárcel, ante lo cual decide fugarse y se va a París el 31 de enero de 1978.

Transformado en fugitivo, nunca más vuelve a Estados Unidos, aunque se desplaza por varios países sin problemas, hasta su arresto el sábado pasado en Suiza.