Andrew Ainsworth fue el diseñador de los uniformes de los Stormtroopers, las tropas de asalto del Imperio en La Guerra de las Galaxias. El diseñador descubrió en 2004 una de las armaduras originales en un armario y desde entonces hace copias de las armaduras y los cascos en su estudio de Twickenham, en el sudoeste de Londres, y las vende a través de Internet.

Ni bien George Lucas se enteró que Ainsworth estaba haciendo negocio con parte de La guerra de las galaxias, lo demandó.

En 2005 un tribunal estadounidense prohibió a Ainsworth vender sus armaduras en Estados Unidos al entender que estas prácticas vulneraban la legislación sobre derechos de propiedad intelectual. Pero no fue así en el Reino Unido donde desde 2005 a la fecha ha presentado varias demandas, siempre perdiendo.

Ahora tribunal de apelación en Londres le ha negado nuevamente la razón al cineasta y dejó claro que los derechos de los diseños son propiedad de su creador. Lucas le reclamaba a Ainsworth 10 millones de libras (unos 11,2 millones de euros) por utilizar los moldes originales de los trajes y los cascos de los soldados.

Esta decisión le permite a Ainsworth seguir produciendo y comercializando los populares trajes de soldado imperial. "Esta sentencia supone un grave quebranto en la protección de los derechos de copyright que perjudica no solo a Star Wars, sino que pone en peligro a cualquier otro éxito cinematográfco, desde Harry Potter hasta Dr. Who", afirmó un portavoz de Lucasfilm al diario británico Daily Telegraph.